Mauricio Morales, nuestro hermano, murió esta madrugada. Transportaba un
artefacto explosivo que detonó en su espalda, matándolo en el acto. Se
presume que la nefasta institución de Gendarmería era el objetivo de su
ataque. Murió como un guerrero, enfrentándose sin miedo, sin vacilación
contra toda forma de poder.
Decidió convertir en acción su odio. Transformando su vida diaria en un
combate constante contra lo existente. Publicaciones, apoyo directo a lxs
compañerxs presxs, difusión de literatura anarquista y antiautoriataria,
foros de propagación de ideas, fueron parte de las navajas que afiló
durante su vida. Buscando con esto aportar de diferentes formas a la
destrucción de esta sociedad basada en la lógica del poder y la
explotación.
El dolor embarga nuestros corazones en estos momentos, pero es importante
no bajar la moral, no decaer en el letargo que puede significar la pérdida
de un hermano. No hay que olvidar que murió con la mirada fija en su
objetivo. Y ese hecho debe sacudirnos, nos debe ayudar a abrir los ojos.
Estamos en guerra, los golpes serán muchos, de diversas formas, pero unx
guerrerx se hace tal, cuando no se detiene, cuando no claudica, cuando
hace de su vida, entre otras cosas, una continua superación de obstáculos.
La crudeza de la muerte nos golpea y es tal la vorágine que a ratos cuesta
creer que está ocurriendo. La muerte o la cárcel no es solo una consigna,
hoy para nosotrxs es frase tatuada a sangre y fuego.
Ante el lamentable suceso de la partida de Mauri, la policía, los fiscales
y la prensa se frotan las manos y comienzan las diligencias, allanando dos
centros sociales: “Cueto con Andes” y “La idea” (Allanada para el 31 de
Enero). La violencia de estos operativos no nos sorprende, la guerra ha
sido desatada sin contemplación y la asumimos como tal.
Las casas allanadas están en el mismo barrio donde nos encontramos, por lo
que el ajetreo que producían las comitivas de la represión, nos hizo ver
inminente el arribo a nuestro hogar. A la par, compañerxs y hermanxs
solidarixs se aceran a la casa y se manifiestan en distintos lugares del
barrio-para ese entonces militarizado-. Les hicimos frente, resistimos y
hasta ahora las fuerzas represivas no han querido ingresar en nuestra casa
a pesar de todos los pronósticos, ocultan la jugada intentando bajar
nuestra guardia.
Compañerxs, somos muy claros y concientes de lo que va a ocurrir ahora,
sabemos que se vienen días y meses difíciles. Pero también sabemos que el
dolor y la tristeza de la partida de nuestro hermano no nos puede
paralizar. Recordamos insistentemente que el él murió en combate, que la
ofensiva tiene variadas formas, que ninguna vale más que otra. Apelamos
entonces, a que la hermosa llama de su corazón anarquista propague el
irreductible deseo de aniquilar esta realidad.
Su cuerpo hoy yace prisionero en manos de la policía y sus mercenarios,
pero la energía de su vida permanece con nosotrxs, con lxs compañerxs que
junto a él y de diversas formas se enfrentaron y enfrentan a aquello que
quiere transformarnos en esclavxs.
Agradecemos emocionadxs el sincero apoyo de compañerxs solidarixs y
afines, como también escupimos sobre quienes hacen de su vida solo una
critica estática, amparada en la comodidad y el temor.
Animo compañerxs y en guardia. Vendrán por nosotrxs, tarde o temprano, de
eso no tenemos duda. Por lo que resulta importante que la despiadada
crítica al orden establecido cobre vida y se propague como la peste
negra*.
El fuego vindicador de nuestro compañero nos da fuerza para mantener la
vida en un eterno combate. Para ti Mauri, un abrazo enorme y no dudes que
seguiremos apuntando a la destrucción del poder. Estás con nosotrxs,
sentimos aquí tu sonrisa y tu fuerza.
Acechando desde el techo de la casa, divisando el horizonte… nunca
derrotadxs ni arrepentidxs".
“Transformemos nuestro dolor en rabia y nuestra rabia en pólvora”**
*Peste negra iba ser el nombre de la futura editorial que nuestro hermano
Mauri, levantaría.
**Lienzo escrito por compañerxs solidarixs.
# 22 de mayo 2009 Santiago. Chile.
Centro Social Okupado y Biblioteca Sacco y Vanzetti