En Diciembre de 2001 estalló en varios puntos de la región argentina la rabia de los explotados y oprimidos. El capitalismo en su forma neoliberal sumerge a gran parte de la población en la pobreza, la miseria y la desocupación; en este contexto se produjo el estallido social que se tradujo en piquetes, saqueos, asambleas y enfrentamientos con los defensores de este orden (“policías” con o sin uniformes). Los proletarios nos encontramos en la calles rompiendo en la mismísima práctica las divisiones impuestas por la ideología dominante que quiere dividirnos y fragmentarnos en “trabajadores”, “desocupados”, “lúmpenes”, “clase media”, “pobres”, “ciudadanos argentinos”, etc. para negar la potencialidad y fuerza de nuestra clase.
En este contexto hicimos nuestras las calles, reconocimos a nuestros enemigos, desobedecimos su “estado de sitio”, destruimos comisarías, bancos y encontramos formas de organizarnos (nuevas para nosotros) sin dirigentes ni dirigidos para cambiar una realidad que hasta el momento parecía intocable.
Aquella crisis como la actual son parte de lo mismo y no se deben particularmente a malas gestiones, a la deuda externa o a políticos corruptos, es la naturaleza misma del capitalismo y su reinado de muerte la que intenta imponerse a las necesidades y los deseos humanos.
Tal vez los sucesos del 19 y 20 solo fueron una revuelta, un estallido social, pero es indudable que nos dejaron valiosas enseñanzas para continuar luchando. Experimentamos la posibilidad de organizarnos de igual a igual con el otro, demostramos la superioridad humana frente a la mercancía (robándola o destruyéndola) pero también dejándonos la dura lección que en la sociedad capitalista jamás resolveremos nuestras necesidades como humanos.
Es claro que no nos alcanza con reemplazar a tal o cual político, o tomar y gestionar fábricas y cooperativas… Si queremos cambiar las cosas debemos atacar las raíces del sistema capitalista, y su gestión democrática, desatando una lucha, sin partidos, ni dirigentes, tomando conciencia de nuestra historia y proyecto como clase.
Desafiemos a la propiedad privada, ¡pero afirmando que es su sola existencia la que genera desigualdades!
Desafiemos su democracia y su dictadura, ¡pero posicionándonos absolutamente en su contra!
Desafiemos a los guardianes del orden y la represión, ¡pero comprendiendo que no son el capricho de un verdugo sino parte del plan histórico de los gobiernos para someter a los rebeldes!
Salgamos a la calle a imponernos contra la mercancía ¡afirmando el contenido de esa acción: negación de todo este sistema mercantil generalizado!
QUE SE VAYAN TODOS... ¡¡y que no vuelvan nunca mas!!
# Anarquistas Rosario. Argentina. Diciembre, 2009.
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