Ocho obreros muertos en la construcción de los estadios brasileros se suman a los asesinados por las fuerzas del orden y a los 1200 trabajadores muertos en la construcción de estadios en Qatar para el mundial de 2022 (según la burguesía, que además de matarnos es la que cuenta nuestros cuerpos). Para preparar sus eventos de demostración de poder y producir más ganancia el Capital masacra abiertamente no solo a los proletarios desobedientes, sino también a los que son un obstáculo para convertir dinero en más dinero y que tarde o temprano deberán desobedecer a la ideología dominante, porque su simple existencia está en oposición a la dominación burguesa.
Entre mundiales y juegos olímpicos, expos mundiales y miles de congresos de académicos y profesionales, la burguesía llena el calendario y proclama un eventismo con el que exige a los proletarios su sacrificio permanente. Nos intentan imponer una paz social aduciendo a razones de fuerza mayor, sea por el bien del país, de la provincia o de una pequeñísima aldea turística. Para mostrar al resto del mundo lo buenos burgueses que son, pretenden hacernos trabajar hasta el hartazgo con una sonrisa en la cara, orgullosos de sentirnos parte de su eventucho.
Pero por más que el Capital intente conseguir nuestra sumisión absoluta en su proyecto totalitario, nosotros, los proletarios, siempre tendemos a desestabilizar esta realidad con nuestra lucha. Miles de proletarios salen a las calles de Brasil a protestar encasillados en las categorías de indígenas, trabajadores con o sin empleo, jóvenes, negros, homosexuales, sin techo, sin tierra, manifestantes, etc. Aunque sólo suceda en un barrio, una favela o un país. Aunque el detonante sea el recorte de sueldos, los despidos o el aumento del transporte en un contexto de despilfarro obsceno.
Los proletarios que se encuentran en lucha en la región brasilera materializan la crítica histórica del Estado y sus guardianes, de la propiedad privada y de la lógica capitalista del disciplinamiento y la competencia de la cual se nutre la esclavitud salarial. El deporte (del cual el mundial de fútbol es una de sus grandes manifestaciones) no ha sido simplemente corrompido y mercantilizado, sino que es una esfera del aparato de producción capitalista dedicado a la fabricación de ocio, de ese aspecto imprescindible de la alienación social.
Las luchas contra el mundial en Brasil se inscriben en las luchas históricas contra el Capital, son nuestras luchas.
¡Boicot a todos los festejos de la burguesía que significan nuestra miseria aún más embrutecida con la peste nacionalista!
¡Los proletarios no tenemos patria!
Proletarios Internacionalistas. Junio de 2014.¡Los proletarios no tenemos patria!
www.proletariosinternacionalistas.org
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