martes, 7 de octubre de 2014

[México] 2 de Octubre de 1968: Reapropiación de la memoria histórica para la agudización de los combates contra el estado-capital en el presente


"…La libertad no se conquista de rodillas, sino de pie, devolviendo golpe por golpe, infringiendo herida por herida, muerte por muerte, humillación por humillación, castigo por castigo. Que corra la sangre a torrentes, ya que ella es el precio de su libertad.!" (Ricardo Flores Magón)

El 2 de octubre de 1968 es una fecha grabada en nuestra memoria, por un lado un episodio crudo de violencia y de terrorismo de estado y por otro lado evoca un periodo de efervescencia y agudización de la lucha de clases, expresada en la movilización y organización de distintos sectores del proletariado, de explotados como tú y como yo.

I
 Las “historias oficiales” de la burguesía, desde las más reaccionarias, hasta las académicas, pasando por las fabulas contadas por la intelectualidad de izquierda del capital hacen todo lo posible por ocultar esta página de la historia, diciéndonos que se trataba de una movilización que no trascendía del “sector estudiantil” y que se limito a los márgenes geográficos de México; más aun, todos repiten la misma idea de que se trato de un movimiento que “luchaba por la democracia” y que nos heredo los “derechos y libertades” que actualmente el Estado mexicano “nos garantiza”. Otras visiones igualmente poco convincentes nos hablan de un periodo que significo el “despertar de la juventud  del mundo” contra el “conservadurismo (sic)” de la sociedad, reduciendo mediocremente el episodio a una serie de “expresiones contraculturales (sic)” que contribuyeron a la “apertura de la sociedad”.

Lo que niegan estas visiones es que el 68 mexicano fue entre otras, una expresión de un periodo histórico de agudización de la lucha de clases a escala mundial, donde el proletariado (estudiantes, obreros, desempleados…y todos aquellos privados de los medios para satisfacer nuestras necesidades, que se nos niega la capacidad de elegir sobre nuestras propias vidas porque se nos impone el trabajo asalariado, como única actividad, porque para el sistema basado en la producción de mercancías solo existimos en tanto mercancías productoras de valor) con un mayor o menor grado de conciencia alrededor del mundo, escribió una de las páginas más valiosas en su historia de combate contra el estado-capital por imponer sus necesidades, valiéndose de los métodos de lucha y el terreno que le corresponde como clase (asambleas generales, huelgas salvajes, boicot, sabotaje de la producción, tomas de fabricas, escuelas y otros centros de producción) y que igualmente en mayor o menor grado afirmo su autonomía de clase poniendo a temblar los cimientos de esta sociedad de explotación que no dudo en recurrir de acuerdo a su lógica al terrorismo generalizado.

II
 Al día de hoy la dominación del estado-capital sobre nuestras vidas  se ha agudizado. En México como en el mundo se recrudecen los ataques a las condiciones de vida de los proletarios con el fin de mantener las ganancias de la burguesía y encontrar salidas para la circulación de capital. El 68 mexicano y todo el periodo de revueltas proletarias en el mundo nos enseñan que no hay nada que esperar del estado-capital, sino la prolongación y agudización de ataques cada vez más severos, al tiempo que afirma el único camino posible para nuestra supervivencia: la lucha intransigente hacia la destrucción del estado y el capital. La lucha por la imposición de nuestras necesidades esta en contraposición a los llamados de la izquierda y la extrema izquierda del capital que nos llama a “luchar por más democracia”, por “reformar el estado”, por “defender nuestros derechos y la constitución”, lo que no quiere decir que se renuncia a defender nuestra situación inmediata frente a los embates en curso, por el contario afirmamos que la mejor “defensa de nuestras condiciones” es pasar a la ofensiva, es la acción directa y la conducción de la lucha hacia nuestro terreno, afirmando nuestra autonomía como clase por fuera y en contra de todas las estructuras del estado-capital, rompiendo las mediaciones de quienes se proclaman “lideres y representantes” apropiándonos de nuestra lucha y abriendo la posibilidad siempre abierta de agudizar y generalizar el conflicto de clases en el tiempo y en el espacio.

III 
Desde la cotidianidad de nuestros barrios, lugares de trabajo y en todos los espacios de socialización, padecemos la violencia del estado-capital, la explotación en el trabajo, el hambre, el tedio, la depresión, las adicciones hasta la violencia y el terror sistemático del estado con su policía, sus jueces, sus tribunales y sus cárceles, en estas últimas irán a parar todos aquellos quienes no se plieguen al mundo de la propiedad privada, y en particular a quienes han decido luchar de frente a estas condiciones inhumanas de existencia, asumiendo plenamente una vida de lucha.

La cárcel es un momento de la represión del estado, es así que el día de hoy, proletarios combativos alrededor del mundo enfrentan el terror directo de la democracia y sus cárceles. En la ciudad de México, durante la democrática administración de Miguel Ángel Mancera, fiel perro guardián de los intereses del capital, los compañeros Mario Gonzáles y Abraham Cortés, cumplen un año de encierro en los centros de exterminio, a ellos se suman Fernando Bárcenas y los compañeros Carlos, Amelie y Fallon, quienes se encontraron en el camino de lucha el terror de las cárceles de la democracia, no se trata de “presos anarquistas” como sujetos aislados, son presos de la lucha de clases. No se trata de casos aislados, ni son sucesos ajenos a nuestra cotidianidad, la cárcel en tanto apéndice de la reproducción de esta sociedad de explotación, es un momento de la represión al que nos tenemos que enfrentar, y la mejor manera de luchar contra el encierro y la liquidación cotidiana de nuestra libertad, es agudizar la lucha por la destrucción de la totalidad del capital y su estado.

Por toda la geografía mexicana observamos esfuerzos de sectores de nuestra clase en lucha de Oaxaca, a Guerrero, Puebla, Michoacán, la ciudad de México, estudiantes, campesinos, obreros y el magisterio, en suma el proletariado, tiene la necesidad urgente de afirmar su autonomía de clase, de extender y agudizar el conflicto desde sus propios medios, contra los limites y engaños que le impone la izquierda del capital (partidos, sindicatos, movimientos ciudadanos). Por lo tanto entendemos que la burguesía es consciente de su condición como clase explotadora, presentándose como el único medio organizador de la sociedad, legitimando al estado-capital y a sus instituciones parasitarias, crea una falsa esperanza en los explotados, haciéndoles pensar que la única manera de cambiar sus miserables vidas es por medio de las votaciones. Es así que los anarquistas, vamos por la destrucción de todo ente que reproduzca la actual sociedad y de todo aparato estatal que fortalezca las condiciones de miseria del proletariado, creemos que la única manera de sembrar un nuevo mundo es por medio de la violencia y de una situación de confrontación total contra lo que nos domina, derribando todos los pilares de la sociedad de clases y de todos sus espacios donde esta esparcido. Por lo tanto, como parte de la clase apostamos nuestros esfuerzos hacia este camino, la lucha intransigente por la elevación de nuestras condiciones de vida hasta la Revolución Social.                                                                                                                

¡Presos a la calle, calles para la insurrección!



# 2 de octubre 2014, México  - Individuos y grupos anarquistas
Extraído de Antagonismo.net 

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