Órgano de difusión intermitente nro.III Marzo 2020 Puente Alto
Los virus han convivido con la especie humana desde su aparición en la tierra. A pesar de tan estrecho vínculo, se sabe muy poco de ellos y su comportamiento.
Podemos considerar a Luis Pasteur como el pionero de la virología, a pesar de que en sus estudios nunca llegó a observar uno, pudo intuir que había agentes invisibles al ojo humano que eran capaces de causar algunas de las patologías que afectaban a los animales y los seres humanos. Posteriormente, se descubre que también afectaban a las plantas y vegetales mediante los estudios sobre el virus del mosaico de tabaco. Pero, en la segunda mitad del siglo XX es cuando se logra el mayor avance en esta materia, logrando el desarrollo de algunos antivirales y el descubrimiento en 1983 del retrovirus VIH por parte del Instituto Pasteur. Según el virólogo italiano Renato Dulbecco, un virus puede ser considerado como un bloque de material genético (ADN o ARN) capaz de replicarse de forma autónoma, y que está rodeado por una cubierta de proteína y en ocasiones también por una envoltura membranosa que lo protege del medio y sirve como vehículo para la transmisión del virus de una célula a otra.
Así, de acuerdo a esta definición, podemos clasificar a los virus principalmente por su información genética. Dentro de cada grupo hay familias de virus determinados por sus características observables. Este es el caso de los Coronaviridae, del cual provienen el SARS, el MERS y el COVID-19 que presentan una envoltura lipídica con forma de corona.
El Wuhan, provincia de China, a finales del 2019 comenzaron a detectarse una serie de casos parecidos a la neumonía, pero por un virus que no era el causante común (Influenza, sincicial o eladenovirus), si no, por el SARS-CoV-2, conocido actualmente como COVID-19 el cual fue descubierto y aislado en China para el período de la pandemia en ese país. La propagación del virus fue rápida, por lo que se tomaron medidas de aislamiento, y la solicitud de ayuda médica a Cuba, quienes tuvieron un papel crucial en el tratamiento y recuperación de los pacientes mediante el antiviral Interferón Alfa 2B, desarrollado principalmente para tratamientos contra el VIH y la Hepatitis b y c. Estas medidas, logran bajar el nivel de letalidad a el 2% de los infectados. A pesar de ello, no se puede pasar por alto la utilización de la crisis sanitaria para restringir aún más la libertades de los ciudadanos chinos, que venían de una serie de protestas iniciadas en Hong Kong y que en el caso de Hubei se iniciaron despúes de finalizar la cuarentena a la población. Tal como lo comenta Byung-Chul Han, “gracias al análisis de macro datos y la constante vigilancia a la población China, se han podido tomar medidas eficaces contra la propagación del virus... China podrá vender ahora su Estado policial digital como modelo de éxito contra la pandemia.”
A diferencia de la calma oriental, occidente entró en pánico. A los primeros casos registrados en las potencias económicas como Inglaterra, EEUU, Alemania y Francia; las bolsas comenzaron a desplomarse. En el caso de España, estas ascienden a más de mil, mientras que Italia lamenta la cifra más alta del mundo en fallecidxs por el virus.
Al igual que el resto de los países capitalistas, el gobierno de Sebastián Piñera ha demostrado una “inoperancia” bastante funcional a los intereses privados. Han priorizado mantener la producción y el crecimiento económico por sobre la salud pública.
Sacando ganancia de nuestra miseria hasta en momentos de emergencia, como el negociado del test de las isapres o el arriendo de espacio riesco para instalar camas de emergencia. La mercantilización de nuestros derechos, ha demostrado lo vulnerables que nos encontramos frente al avance de la pandemia con una cifra de contagiados nada despreciable y varias personas fallecidas desde la llegado del virus al país.
Tema aparte ha sido el comportamiento de los “cuicos” y su indiferencia individualista. Estos, ingresaron el virus al país y, además, se han dedicado a propagarlo haciendo gala de su egoísmo y falta de empatía, contraviniendo las tardías medidas de cuarentenas establecidas por un gobierno que solo se ha dedicado a sacar militares a la calle y reprimir manifestaciones sociales.
En síntesis, esta pandemia ha venido a demostrar lo equivocado que está el capitalismo respecto a su proyecto de sociedad.
Ejemplo de ello es que los países que han detenido la producción industrial y la circulación humana, han dejado de contaminar y han permitido darle un respiro a la naturaleza y las especies no humanas. Por otro lado, se ha demostrado que hay valores superiores que los impuestos por el mercado y el afán de lucro, y que garantizar un sistema de salud público fuerte y de acceso universal no es un gasto, si no, un bien precioso, que debe ser prioritario en toda sociedad que se planteé como objeto la superación de la verdadera pandemia: el capitalismo.
Podemos considerar a Luis Pasteur como el pionero de la virología, a pesar de que en sus estudios nunca llegó a observar uno, pudo intuir que había agentes invisibles al ojo humano que eran capaces de causar algunas de las patologías que afectaban a los animales y los seres humanos. Posteriormente, se descubre que también afectaban a las plantas y vegetales mediante los estudios sobre el virus del mosaico de tabaco. Pero, en la segunda mitad del siglo XX es cuando se logra el mayor avance en esta materia, logrando el desarrollo de algunos antivirales y el descubrimiento en 1983 del retrovirus VIH por parte del Instituto Pasteur. Según el virólogo italiano Renato Dulbecco, un virus puede ser considerado como un bloque de material genético (ADN o ARN) capaz de replicarse de forma autónoma, y que está rodeado por una cubierta de proteína y en ocasiones también por una envoltura membranosa que lo protege del medio y sirve como vehículo para la transmisión del virus de una célula a otra.
Así, de acuerdo a esta definición, podemos clasificar a los virus principalmente por su información genética. Dentro de cada grupo hay familias de virus determinados por sus características observables. Este es el caso de los Coronaviridae, del cual provienen el SARS, el MERS y el COVID-19 que presentan una envoltura lipídica con forma de corona.
El Wuhan, provincia de China, a finales del 2019 comenzaron a detectarse una serie de casos parecidos a la neumonía, pero por un virus que no era el causante común (Influenza, sincicial o eladenovirus), si no, por el SARS-CoV-2, conocido actualmente como COVID-19 el cual fue descubierto y aislado en China para el período de la pandemia en ese país. La propagación del virus fue rápida, por lo que se tomaron medidas de aislamiento, y la solicitud de ayuda médica a Cuba, quienes tuvieron un papel crucial en el tratamiento y recuperación de los pacientes mediante el antiviral Interferón Alfa 2B, desarrollado principalmente para tratamientos contra el VIH y la Hepatitis b y c. Estas medidas, logran bajar el nivel de letalidad a el 2% de los infectados. A pesar de ello, no se puede pasar por alto la utilización de la crisis sanitaria para restringir aún más la libertades de los ciudadanos chinos, que venían de una serie de protestas iniciadas en Hong Kong y que en el caso de Hubei se iniciaron despúes de finalizar la cuarentena a la población. Tal como lo comenta Byung-Chul Han, “gracias al análisis de macro datos y la constante vigilancia a la población China, se han podido tomar medidas eficaces contra la propagación del virus... China podrá vender ahora su Estado policial digital como modelo de éxito contra la pandemia.”
A diferencia de la calma oriental, occidente entró en pánico. A los primeros casos registrados en las potencias económicas como Inglaterra, EEUU, Alemania y Francia; las bolsas comenzaron a desplomarse. En el caso de España, estas ascienden a más de mil, mientras que Italia lamenta la cifra más alta del mundo en fallecidxs por el virus.
Al igual que el resto de los países capitalistas, el gobierno de Sebastián Piñera ha demostrado una “inoperancia” bastante funcional a los intereses privados. Han priorizado mantener la producción y el crecimiento económico por sobre la salud pública.
Sacando ganancia de nuestra miseria hasta en momentos de emergencia, como el negociado del test de las isapres o el arriendo de espacio riesco para instalar camas de emergencia. La mercantilización de nuestros derechos, ha demostrado lo vulnerables que nos encontramos frente al avance de la pandemia con una cifra de contagiados nada despreciable y varias personas fallecidas desde la llegado del virus al país.
Tema aparte ha sido el comportamiento de los “cuicos” y su indiferencia individualista. Estos, ingresaron el virus al país y, además, se han dedicado a propagarlo haciendo gala de su egoísmo y falta de empatía, contraviniendo las tardías medidas de cuarentenas establecidas por un gobierno que solo se ha dedicado a sacar militares a la calle y reprimir manifestaciones sociales.
En síntesis, esta pandemia ha venido a demostrar lo equivocado que está el capitalismo respecto a su proyecto de sociedad.
Ejemplo de ello es que los países que han detenido la producción industrial y la circulación humana, han dejado de contaminar y han permitido darle un respiro a la naturaleza y las especies no humanas. Por otro lado, se ha demostrado que hay valores superiores que los impuestos por el mercado y el afán de lucro, y que garantizar un sistema de salud público fuerte y de acceso universal no es un gasto, si no, un bien precioso, que debe ser prioritario en toda sociedad que se planteé como objeto la superación de la verdadera pandemia: el capitalismo.
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