sábado, 4 de junio de 2022

CRISIS UCRANIA

s/d
Italia, s/f

La necesidad de restablecer a nivel mundial un mayor nivel de ganancia que sea en grado de sostener sus economías siempre más en dificultad, obliga a estas potencias capitalistas a desencadenar mayores controles y explotación de los trabajadores, sea a su interno que al externo. Aumentar la ganancia, aumentar el saqueo de materias primas, se ha trasformado, para ellos, en un objetivo fundamental, para poder seguir manteniendo sus ganancias y su poder nacional e internacional.

No nos hacemos, ninguna ilusión respecto a los intereses portadores de la Rusia de Putin que son: Defender, en primer lugar las exigencias del propio capital nacional y en sub-orden, poder garantizar un relativo bienestar a la parte mayoritaria de la población, con el objetivo de lograr mantener la paz social interna, porque de otra manera el riesgo de revueltas sociales y de perdida consensual sería peligroso. Tampoco tenemos dudas sobre la narración dominante, porque sabemos que la invasión rusa de la Ucrania, es solamente uno de los últimos actos de un enfrentamiento entre potencias estatales capitalistas, que dura desde hace muchos años y del cual el nuestro imperialismo aliado con la OTAN, tiene muchas responsabilidades.

Quienes desean oponerse seriamente a esta escalada militar, tendrá que poner sobre el terreno todas sus energías para contrastar las miras expansionistas de USA y Europa y desenmascarar los planes de envolver a Rusia en una tenaza militar a través de la OTAN y políticamente, utilizando y financiando sin escrúpulos, las ONG como medio de destabilizzar y de propagandear determinados proyectos presuntos humanitarios y democráticos, que en los hechos sirven para fomentar el disenso interno a favor del Occidente. Esta estrategia, claro esta, no sucede solo en esta zona, sino que se repite en todas las zonas del globo, donde las grandes potencias "exportan" sus democracias y se apoderan de la mayor parte de los recursos naturales, dejando sobre esos territorios, en general, miseria, desolación y bandas armadas.

Es necesario protestar en contra del desplegamiento de tropas y armas siempre más mortales y sofisticadas del bloque occidental hacia la frontera Rusa. Y en esto Italia da, un grande apoyo militar, económico y político.

Es necesario recordar, que si bien para nosotros el enfrentamiento real es entre todos los explotados, contra todos los estados capitalistas (incluido el Ruso), en la parte nuestra de mundo, el derrotismo revolucionario se debe exprimir necesariamente, primero en contra de nuestros propios estados y en contra de sus militarismos disfrazados de "buenos sentimientos". Así como en contra de la nuestra clase dominante. Mientras un real internacionalismo proletario debe exprimir necesariamente solidaridad militante a favor de la población del Donbass, que desde hace años se encuentra debajo de las bombas y misiles del imperialismo OTAN y los escuadrones fascistas que colaboran con el gobierno ucranio. Sin que ningún país hasta ahora protestara seriamente.

La causa principal de estos conflictos es la insaciable sed de ganancias de un sistema fundado sobre la explotación del ser humano sobre el ser humano. Es este el primer monstruo contra quien hay que luchar para parar su carrera destructiva en contra de toda la humanidad. Un monstruo que no duda un instante en difundir el hambre y la miseria; muerte, saqueos y destrucción en todo el mondo, disfrazando estas acciones detrás de supuestos propósitos humanitarios y a nombre de una supuesta civilización superior. Un monstruo que, como hemos visto con la gestión de la pandemia del Covid, no duda a usar instrumentos autoritarios y de diciplinamiento social hacia sus propias poblaciones para imponer condiciones de explotación aun peores de las existentes y así impedir cualquier resistencia organizada. Una sociedad siempre más militarizada fundada sobre el control asfixiante de sus propios ciudadanos, a los que se les pide una completa fidelidad y sometimiento a las superiores exigencias de la economía, (es decir, de la ganancia) pena la total exclusión de la vida civil y social.

Recurrir a continuas alarmas emergenciales -en nombre de las cuales se hace pasar impunemente, y a menudo con el consenso de los mismos sujetos che son y serán víctimas, medidas de opresión y de control social siempre menos intolerables y justificables del punto de vista sanitario, con el cual las mayorías de las medidas nada tienen que ver.

Esta misma metodología la están utilizando en relación con la crisis Ucrania. Mientras se reduce casi totalmente los alarmes y la propaganda (no las medidas impuestas!) sobre los peligros del contagio, gobierno y más media si son ya lanzados a la carga con otra nueva emergencia: la amenaza rusa sobre el destino de la Europa y de los valores occidentales.

Una intensísima propaganda, que como aquella del coronavirus, dura de noche y de día, tendiente a crear el consenso hacia la propia política interventora y mercantilista de armas siempre más sofisticadas y destructivas.

A esta estrategia hay que oponerse firmemente, rechazando cualquier llamado a la solidaridad y a la unidad nacional y movilizarse en contra del verdadero enemigo que es el sistema capitalista, en contra de sus instituciones políticas y de sus dispositivos militares internos y externos. Los principales responsables son, justamente, nuestra propia burguesía, nuestro propio gobierno, que con la nueva emergencia, nos está imponiendo ya nuevas restricciones económicas y sociales. Italia, el país donde vivimos, es parte integrante justamente de ese campo imperialista dominante, que más está destruyendo la vida humana en este planeta.

Disolución de la alianza militar imperialista de la OTAN

No a la presencia de tropas y armamentos italianos a las fronteras Rusa y Ucrania.

Movilización de masas contra la guerra y el estado de emergencia permanente

Guerra a la guerra

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