Traducciones de Grupo Barbaria
Llamamiento a la acción: todos somos compañeros de S.
Los compañeros de S.
11 de abril de 2023
En el momento de escribir estas líneas, nuestro compañero Serge lleva 15 días en coma y su pronóstico sigue siendo incierto. Queremos dar las gracias de todo corazón a todos los compañeros que le han mantenido con vida gracias a su rápida intervención y a los que hoy se ocupan de su tratamiento lo mejor que pueden. También agradecemos a todas las personas que, de una forma u otra, han mostrado su solidaridad con los heridos y detenidos del movimiento.
Asistimos, desde lejos, a los diversos intentos de los políticos de sacar tajada de la situación de Serge. Se desviven por hacer de nuestras luchas un trampolín con el que reforzar su posición en el juego político. Y para eso quieren que nos comportemos. Pero saben muy bien que el Estado y la burguesía, de la que forman parte, están decididos a no rendirse.
Esta situación no es nueva. Es mundial, de Francia a China, de Colombia a Irán. En todas partes la esperanza de las migajas se desvanece. Nuestras condiciones de vida se deterioran con la misma rapidez con que ellos se enriquecen, y allí donde nos sublevamos, nos encontramos con la represión y la violencia del Estado. Decir que el capitalismo sólo ofrece muerte, guerra y destrucción en el horizonte es reconocer que la solución para acabar con él está en las luchas contra nuestra explotación, en los estallidos sociales, en nosotros.
Tras semanas de lucha en Francia, las direcciones sindicales y políticas se esfuerzan por defender su estrategia de mantenimiento del orden frente a los millones de proletarios que han dado su tiempo, su cuerpo e incluso su vida para vencer. Rechazamos su derrota programada y por eso, en muchos lugares, han surgido formas de organización que nos permiten tomar la iniciativa y reforzar la lucha, a través de asambleas, ocupaciones, manifestaciones, huelgas, bloqueos, sabotajes. Lo esencial para nosotros es construir la unidad de las y los que rechazan la división de la lucha y que hoy se enfrentan al Estado. Lo que le hicieron a Serge, lo que le hicieron a todos los heridos y detenidos, no hay manera de que lo dejemos pasar.
Con esta perspectiva llamamos a continuar las acciones para reforzar el movimiento y a dedicarlas a todos los heridos y detenidos de aquí y de otros lugares. Numerosas pancartas han florecido en las procesiones y en los muros. Los metros llevan los nombres de los heridos. Se entonan canciones. Se multiplican las ocupaciones y los sabotajes. Continuemos.
También pedimos a todas y todos los que en Francia y en el mundo se reconocen en este llamamiento que hagan de la semana del 1 de mayo una semana intensa de acciones contra el Estado y el capital: en el trabajo, en las manifestaciones, en las rotondas, en dedicatoria a todos nuestros compañeros heridos, asesinados y detenidos, aquí y en otros lugares, ayer y hoy, que no pueden participar. No en un sentido simbólico o conmemorativo, sino con el objetivo de lanzar, relanzar o continuar las luchas en las que participamos.
Porque podríamos haber sido cualquiera de nosotros los que estamos luchando, ¡TODOS SOMOS COMPAÑEROS DE S.!
¡Viva la revolución!
PD: retransmitimos en el blog lescamaradesdus.noblogs.org y en las diferentes redes, todas las iniciativas dedicadas a los heridos y detenidos que pululan por todas partes. Si queréis que retransmitamos iniciativas locales, enviadlas a s.informations@proton.me. Si alguna asamblea/grupo está pensando en poner en marcha nuevas acciones para la semana de acción y más adelante, hacédnoslo saber.
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Tercer comunicado de los padres de Serge
Los padres de Serge,
12 de abril de 2023
Traducimos y difundimos el tercer comunicado de los padres de Serge, el compañero herido gravemente en la manifestación contra los embalses de Sainte-Soline [Barbaria]
La amenaza de disolver uno de los colectivos [Les soulèvements de la terre] que convocaron una manifestación contra los embalses el 25 de marzo es una nueva ilustración del desprecio que este régimen expresa hacia cualquiera que quiera bloquear la política que está llevando al servicio de la burguesía. Se trata de dar crédito a la idea de que los miles de manifestantes presentes en Sainte-Soline eran niños sin ninguna autonomía, que llegaron allí bajo la influencia de algún poder oculto.
La amenaza de disolver las estructuras que organizan la solidaridad contra la represión es otro reflejo de este desprecio, que consiste en hacer creer a la gente que ella misma, a nivel popular, es incapaz de organizarse para defenderse.
Sin embargo, lo que ocurre hoy en Francia es todo lo contrario.
En Sainte-Soline, no había «azules» y «negros» de un lado y «familias» del otro.
Las decenas de miles de personas que participaron en esta manifestación prohibida sabían que los que tenían más movilidad formarían parte de la comitiva encargada de abrir el camino hacia la cuenca, y nadie disoció a los «no violentos» de los «violentos», a los manifestantes «buenos» de los «malos». La complicidad entre ellos era evidente. Estas decenas de miles de personas actuaron juntas, cada una según sus posibilidades, contra el modelo capitalista representado por los tanques y a pesar de las amenazas de represión del Estado. Y fueron capaces, juntos, de resistir físicamente al brazo armado del Estado.
La violencia estuvo del lado de la policía, que se ensañó con todos los manifestantes.
Los 200 heridos de Sainte-Soline —entre ellos nuestro hijo Serge y Mickaël, los más graves— no son el resultado de una «mala gestión del orden», de errores de tal o cual persona, o simplemente fruto de la casualidad. El responsable de estos 200 heridos es un Estado cuyo único objetivo, en el periodo actual, es poner de rodillas toda protesta social para gestionar mejor la explotación del trabajo en los años venideros, ante la crisis que atraviesa el capitalismo para perpetuarse.
La represión policial y legal es omnipresente y se extiende como la miseria sobre el mundo pobre, pero no nos dejaremos encerrar en una lucha contra esta represión que monopolizaría todos nuestros espacios y nuestra visión de la vida. Porque nuestro mundo es también un mundo de lucha, y la lucha es la fiesta. La fiesta son las barbacoas de los chalecos amarillos en las rotondas; son los gritos y cantos en las manifestaciones contra la reforma de las pensiones; es la expresión creativa y colorista que pueden tener las manifestaciones de mujeres o de gays; son las huelgas o las ocupaciones en las que los trabajadores se descubren en su lugar de trabajo; son los alegres bloqueos de carreteras o de institutos…
Contra la represión, estos espacios de lucha y celebración dan testimonio de que el mundo debe cambiar de base, y de que tenemos dentro de nosotros, ahora mismo, la capacidad de lograrlo potenciándolos y ampliándolos.
No necesitamos ninguna «figura» o partido que nos muestre el camino a seguir llevándonos de la mano.
Mantendremos nuestra unidad en la misma lucha contra la ordenación del territorio capitalista, y nuestra solidaridad contra la represión. No se mata a un movimiento declarando disueltas algunas de sus estructuras o prohibiéndolas.
La disolución o las prohibiciones no cambiarán nada.
Y no cederemos a los discursos para retractarse de los partidos políticos que siguen intentando hablar en nuestro nombre cuando ya no representan gran cosa.
Debemos tener confianza en nosotros mismos para repeler la embestida del Estado policial, así como la de la extrema derecha al acecho.
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Comunicado del local «Camarade» [sobre S. y las luchas en Francia]
15 de abril
Traducimos y difundimos el comunicado del local Camarade sobre Serge, el compañero herido en la manifestación contra el megaembalse en Sainte-Soline y todavía con pronóstico reservado [Barbaria]
El local Camarade, abierto en 2017, es un espacio que defiende posiciones y propuestas para acabar con el aumento del precio de la vida y el trabajo de por vida, por la solidaridad y la autodefensa de clase, por las revueltas, por la revolución, contra la formas de división en las luchas y los movimientos, contra las categorías del poder que nos dividen en buenos y malos manifestantes, en los movimientos de lucha en Toulouse y más allá.
Serge es un miembro activo desde su apertura, una apertura que se situaba en la continuidad de una historia política de la que muchos de nosotros ya formábamos parte en ese momento. Somos viejos compañeros y amigos que nos conocimos en las luchas que han perturbado la monotonía cotidiana del aplastamiento capitalista en los últimos quince años.
La ridícula operación de demonización de Serge fue rápidamente sofocada por las decenas de testimonios que respondieron al llamamiento de los Camarades du S [Compañeros del S, juego de palabras con S. de Serge y S, la categoría de potencial terrorista con la que el Estado categoriza a Serge y miles de activistas y militantes en Francia] para decir quién es él y eso se lo agradecemos calurosamente. No podía ser de otra forma.
También agradecemos a todas las personas que cuidaron de nuestro amigo mientras los militares se quedaban esperando a que muriera.
También agradecemos a todas las personas que mostraron solidaridad, con palabras y acciones. Pronto reanudaremos las actividades del local para reunirnos y continuar la lucha.
Aprovechamos para recordar a todos los políticos que intentan capitalizar la situación de Serge que él no los quiere.
Hoy como ayer, el Estado nos hace la guerra. Desde Sainte-Soline hasta el movimiento de pensiones, pasando por los que han pasado y los que vendrán, el cerco policial es su única respuesta. Con la masacre de Sainte-Soline, el Estado ha dejado clara su intransigencia hacia todo lo que lo cuestiona y lo cuestionará.
El Estado sólo puede pensar identificando a un enemigo. Construye una identidad, ahora la «ultraizquierda». Luego hace una selección de objetivos con esta identidad, donde los criterios de pertenencia son relativamente difusos (el Ministro logró incluir en ella a la LDH [Ligue des droits de l’Homme, una asociación ciudadanista por los derechos humanos]), esperando que los círculos más alejados del punto neurálgico inicien un movimiento de retirada para dejar que la policía haga su trabajo y aplaste a los recalcitrantes. Cuando el Estado blande la amenaza de la ultraizquierda, es otra cosa lo que quiere aplastar.
Los grupos políticos que ataca no son el desbordamiento. El desbordamiento somos todos los que luchamos contra el Estado, contra la explotación, aquí y ahora. El desbordamiento es cuando no podemos aceptar parar una huelga mientras los poderosos nos escupen en la cara su desprecio por lo que somos, con o sin exigencias.
El desbordamiento es volver a casa después de la undécima manifestación organizada por los sindicatos y su instinto de derrota, con la cabeza llena de preguntas sobre el dinero que hemos perdido haciendo huelga sin tomar una parte activa en ella.
El desbordamiento es cuando, después de una tarde en los gases, bajo los porrazos y al alcance de las LBD [lanceur de balles de défense, una escopeta antidisturbios con balas no letales], las granadas ensordecedoras, las granadas de cerco y las G2ML [granada ensordecedora y de gas lacrimógeno], decimos «nunca más» y decidimos protegernos de estos asesinos servidores de la ley.
Este desbordamiento es el momento en que el movimiento adquiere una nueva dimensión. En la actualidad, muchas de sus componentes han llegado a este punto y están avanzando hacia la organización práctica para lograr victorias. Porque ese es el objetivo de una lucha. Debemos darnos los medios para ganar.
Bajo el pretexto de la vaga figura de la ultraizquierda, el Estado nos atacará en realidad a todos nosotros, a todas las prácticas que buscan la solidaridad en la lucha para plantarle cara.
La primera victoria es la unidad en la lucha, el rechazo a la división. El debate estratégico sobre la unidad se polariza entre dos posiciones. Por un lado, se nos habla de la unidad política detrás de la izquierda, lo que significa la extensión del control del movimiento por parte de los partidos y sindicatos que capitalizan nuestras luchas.
A esta unidad en la recuperación, oponemos la unidad en la lucha, mediante la extensión del movimiento en el tiempo y el espacio, mediante la construcción de un movimiento masivo, revolucionario y autónomo, para que todo el mundo viva bien.
En este sentido, hacemos un llamamiento a fortalecer la solidaridad en las manifestaciones, entre los proletarios, entre los sectores, en la huelga y en los bloqueos y en la calle, y a fortalecerla en todo el mundo, porque la situación de Serge y del movimiento actual contra el viejo mundo habla y resuena en otras partes del planeta. También nos unimos al llamamiento a protegernos de las fuerzas de policía y gendarmería.
Es por lo que nos unimos al «llamamiento a la acción» de los Compañeros del S a partir de la semana del 1º de mayo en solidaridad con Serge y con otros heridos, siempre con el mismo objetivo de continuar y reforzar las luchas y el movimiento en curso para darnos los medios para ganar.
Fuerza para Serge, viva el comunismo y la anarquía.
¡Continuaremos hasta la victoria de la Revolución mundial!