Radikal books
24 de marzo, Pigüe
Razones sobran para manifestarnos en esta fecha significativa para la región argentina.
Los tiempos duros que nos han tocado vivir son los que por un lado nos desarman por su crudeza y a la vez nos convocan para la acción y la reflexión. Empezando por repudiar el reciente ataque a una militante de H.I.J.O.S que fue abusada y maltratada por dos personas que ingresaron a su casa, amenazándola de muerte por su compromiso con luchas de derechos humanos. Se ha visto no hace mucho policías filmando pasajeros arriba de los colectivos, sufriendo incluso requisas en determinados barrios (esto último desde hace algunos años ya), comandos unificados, intervención policial en asambleas de trabajadores, protocolos para manifestaciones, ¡represión pura y dura! Todo esto sumado a un creciente avance del narcotráfico con sus correspondientes consecuencias y una vida pauperizada siempre en pos de las ganancias empresariales.
Los recortes llevados a cabo por el gobierno también constituyen otra forma de represión en tanto que limitan el acceso cuestiones básicas (servicios, alimentos, salud) a una clase que ya es privada de todo por su condición.
Los guiños a sectores rancios (represores de la última dictadura) y su prédica negacionista pretenden volver a instalar la duda para construir otro relato que nos sumerja en la amnesia colectiva. Aunque no descartamos que haya alguna devolución de favores en esto.
Hasta ahora el presidente economista que decía lograr bajar la inflación y volver a hacer de Argentina una potencia mundial no hace más que ahogar en la miseria cada día más al proletariado, despedir laburantes y darles palos si protestan, entregándoles recursos y negocios fenomenales a empresas privadas, tal como lo hizo Videla en la dictadura.
No seamos espectadores de nuestra ruina, podemos ponerle fin a la ignominia de este sistema, en cualquiera de sus versiones.
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