A todxs:
Los días 5 y 6 de noviembre en el contexto de la movilización y la protesta de distintos sectores del proletariado(obreros, estudiantes, desempleados) fueron detenidos y procesados penalmente por el democrático sistema judicial mexicano, al menos una decena de compañeros, en el transcurso de las mismas a través de la solidaridad, se consiguió la liberación de los mismos, exceptuando al compañero Luis Fernando Sotelo, detenido en las inmediaciones de insurgentes sur, mientras se llevaba adelante un acto de sabotaje que está completamente inserto en la dinámica general de la lucha de clases, y al que se le imputa la responsabilidad integral de los actos, presentando, entre otros, cargos por ataques a la paz pública, ataques a las vías de comunicación con agravantes, por lo que en estos momentos se encuentra en el juzgado 52 de lo penal en el Reclusorio Sur con la sentencia ratificada del auto de formal prisión.
En prácticas y ejercicios que van de la espontaneidad a la organización (como unidad, y mutuamente determinados) se dieron esfuerzos por recuperar y afirmar formas de lucha que no le son nada ajenos a nuestra clase, como el sabotaje y el boicot atentando directamente a los intereses materiales de nuestros enemigos de clase, a nuestros explotadores y el conjunto de administradores de esta violencia (políticos, empresarios, y los perros que materializan el terror democrático del capital: jueces y policías). Por toda la geografía del país, sectores del proletariado, llevan adelante este tipo de acciones, así en Guerrero, como en Oaxaca, Puebla o el Estado de México: el enfrentamiento con los esbirros del estado, se prende fuego a comisarias, municipalidades y palacios de gobierno, se efectúan piquetes carreteros, se abre paso la expropiación y se boicotean los grandes centros comerciales, ahora en un cínico e hipócrita gesto de un amplio espectro grupuscular del izquierdismo se busca aislar y marginar las acciones que algunos compañeros han llevado adelante en la ciudad de México.
Como sabemos la represión y el terrorismo del estado-capital, se abre paso desde los aparatos ideológicos de estado, jugando un papel esencial los medios masivos de comunicación, desde los explícitamente reaccionarios e imbéciles, como los noticieros televisivos, hasta los denominados medios ciudadanos, democráticos y progresistas (Jornada, Aristegui, Proceso) que se apresuran a generar el consenso de los límites de la protesta pacífica y ciudadana y lo que ignorante y tendenciosamente denominan acciones aisladas de vándalos e infiltrados en la protesta.
La represión del estado nunca espera, es sistemática y estratégicamente desplegada, desde a legislación jurídica, terrorismo que se desenvuelve desde juzgados, tribunales, cárceles, y las muestras explicitas y concretas de violencia del ejército y la policía, tortura, desaparición, asesinato. Esta violencia, es común a todos los explotados, a sangre y fuego, se mantiene la explotación de los trabajadores, se mantiene la libre circulación de mercancías, el estado no necesita que “lo motiven” a reprimir, no busca excusas su carácter es la violencia y el terror.
Los discursos ciudadanos y democráticos contribuyen a la confusión generalizada, al rechazo de nuestra clase que comienza a movilizarse y que es presa de los embates ideológicos nuestros enemigos, que es controlada y diezmada por las ideologías de estos hipócritas grupos de la izquierda del capital, que no cesan de llamar y trabajar por el aislamiento de los compañeros que llevan adelante acciones autónomas. El raquítico análisis de estos grupos, o bien el descarado papel de clase que juegan, a favor de la democracia y la pasividad, se ampara en un pseudodiscurso de realismo político y organizacional, insiste en separar estas acciones como cuestiones voluntaristas, ciegas, desesperadas, apuntalando su perspectiva gremialista, gradualista del desarrollo del conflicto de clases, lo que confirma el terreno de clase en el que se mueven estos grupos, el del estado y el capital.
Pero también afirmamos que el trayecto hacia la constitución de un bloque autónomo del proletariado en lucha no se limita a lo que muchos denominan “acciones contundentes” llevadas adelante por compas que de forma consciente o no apelan a la auto marginación y la autosatisfacción, pero que pese a que no lo conciba sus elucubraciones están insertos en una dinámica general de la lucha de clases. El sabotaje y el boicot, el atentado contra la materialización del dominio de la mercancía, forman parte del abanico de manifestaciones de la lucha del proletariado, pero es un error suponer que es únicamente a partir de estas que puede concretarse la agudización y la generalización de la guerra de clases, y afirmarse la autonomía del proletariado en contra y por fuera de todas las estructuras del estado y el capital.
La lucha del proletariado contra el estado-capital nunca será apegada a la democracia, no será legal, ni ciudadana, por el contrario tendrá que romper tajantemente con estas ideologías de la contrarrevolución democrática del capital; no es gremial, ni gradualista como imponen las mistificaciones del izquierdismo recalcitrante, y para nada se limita a las acciones aisladas de modernos o viejos vanguardistas y especialistas en las armas o “la organización”. La violencia de clase, tanto como la creación de estructuras organizacionales donde fluye el debate y la comunicación donde los proletarios se reconozcan y puedan barrer anquilosadas burocracias, delegaciones y mediaciones, donde desfilan lidersuchos que el día de mañana estarán vendiendo nuestro pellejo como líderes sindicales, o parasitando como democráticos diputados, forman parte de una unidad.
Hacemos un llamado a los compañeros que sinceramente busquen cristalizar una oposición real a lo que hoy nos plantea la lucha de clases, afirmamos que espontaneidad y organización, no son antagónicos, son elementos que van de la mano correspondiéndose dialécticamente. Llamamos a todos los compañeros movilizados y a toda nuestra clase a no bajar la guardia en la guerra de clases, a establecer una estrategia contundente contra la represión y el terrorismo generalizado del estado-capital, que no puede ser otra que la búsqueda por la generalización y agudización del conflicto en el tiempo y el espacio, que la única justicia que puede existir para los compas masacrados en Iguala, para los presos y procesados en el estado de México, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, o la ciudad de México, como el más reciente situación de nuestro compa Luis Fernando, es la que podemos hacer combatiendo con todos los medios a nuestro alcance al estado, transcendiendo todo tipo de banderas coyunturales, así como formalismos y estructuras, que nos conducen hacia el desfiladero de la democracia y el ciudadanismo, en contra de los corrales que nos impone la izquierda del capital que buscara inmovilizarnos introduciéndonos el miedo, buscando la dispersión y el aislamiento, desmoralizarnos con todos sus discursos, con su realismo político y sus salidas negociadas.
Los días 5 y 6 de noviembre en el contexto de la movilización y la protesta de distintos sectores del proletariado(obreros, estudiantes, desempleados) fueron detenidos y procesados penalmente por el democrático sistema judicial mexicano, al menos una decena de compañeros, en el transcurso de las mismas a través de la solidaridad, se consiguió la liberación de los mismos, exceptuando al compañero Luis Fernando Sotelo, detenido en las inmediaciones de insurgentes sur, mientras se llevaba adelante un acto de sabotaje que está completamente inserto en la dinámica general de la lucha de clases, y al que se le imputa la responsabilidad integral de los actos, presentando, entre otros, cargos por ataques a la paz pública, ataques a las vías de comunicación con agravantes, por lo que en estos momentos se encuentra en el juzgado 52 de lo penal en el Reclusorio Sur con la sentencia ratificada del auto de formal prisión.
En prácticas y ejercicios que van de la espontaneidad a la organización (como unidad, y mutuamente determinados) se dieron esfuerzos por recuperar y afirmar formas de lucha que no le son nada ajenos a nuestra clase, como el sabotaje y el boicot atentando directamente a los intereses materiales de nuestros enemigos de clase, a nuestros explotadores y el conjunto de administradores de esta violencia (políticos, empresarios, y los perros que materializan el terror democrático del capital: jueces y policías). Por toda la geografía del país, sectores del proletariado, llevan adelante este tipo de acciones, así en Guerrero, como en Oaxaca, Puebla o el Estado de México: el enfrentamiento con los esbirros del estado, se prende fuego a comisarias, municipalidades y palacios de gobierno, se efectúan piquetes carreteros, se abre paso la expropiación y se boicotean los grandes centros comerciales, ahora en un cínico e hipócrita gesto de un amplio espectro grupuscular del izquierdismo se busca aislar y marginar las acciones que algunos compañeros han llevado adelante en la ciudad de México.
Como sabemos la represión y el terrorismo del estado-capital, se abre paso desde los aparatos ideológicos de estado, jugando un papel esencial los medios masivos de comunicación, desde los explícitamente reaccionarios e imbéciles, como los noticieros televisivos, hasta los denominados medios ciudadanos, democráticos y progresistas (Jornada, Aristegui, Proceso) que se apresuran a generar el consenso de los límites de la protesta pacífica y ciudadana y lo que ignorante y tendenciosamente denominan acciones aisladas de vándalos e infiltrados en la protesta.
La represión del estado nunca espera, es sistemática y estratégicamente desplegada, desde a legislación jurídica, terrorismo que se desenvuelve desde juzgados, tribunales, cárceles, y las muestras explicitas y concretas de violencia del ejército y la policía, tortura, desaparición, asesinato. Esta violencia, es común a todos los explotados, a sangre y fuego, se mantiene la explotación de los trabajadores, se mantiene la libre circulación de mercancías, el estado no necesita que “lo motiven” a reprimir, no busca excusas su carácter es la violencia y el terror.
Los discursos ciudadanos y democráticos contribuyen a la confusión generalizada, al rechazo de nuestra clase que comienza a movilizarse y que es presa de los embates ideológicos nuestros enemigos, que es controlada y diezmada por las ideologías de estos hipócritas grupos de la izquierda del capital, que no cesan de llamar y trabajar por el aislamiento de los compañeros que llevan adelante acciones autónomas. El raquítico análisis de estos grupos, o bien el descarado papel de clase que juegan, a favor de la democracia y la pasividad, se ampara en un pseudodiscurso de realismo político y organizacional, insiste en separar estas acciones como cuestiones voluntaristas, ciegas, desesperadas, apuntalando su perspectiva gremialista, gradualista del desarrollo del conflicto de clases, lo que confirma el terreno de clase en el que se mueven estos grupos, el del estado y el capital.
Pero también afirmamos que el trayecto hacia la constitución de un bloque autónomo del proletariado en lucha no se limita a lo que muchos denominan “acciones contundentes” llevadas adelante por compas que de forma consciente o no apelan a la auto marginación y la autosatisfacción, pero que pese a que no lo conciba sus elucubraciones están insertos en una dinámica general de la lucha de clases. El sabotaje y el boicot, el atentado contra la materialización del dominio de la mercancía, forman parte del abanico de manifestaciones de la lucha del proletariado, pero es un error suponer que es únicamente a partir de estas que puede concretarse la agudización y la generalización de la guerra de clases, y afirmarse la autonomía del proletariado en contra y por fuera de todas las estructuras del estado y el capital.
La lucha del proletariado contra el estado-capital nunca será apegada a la democracia, no será legal, ni ciudadana, por el contrario tendrá que romper tajantemente con estas ideologías de la contrarrevolución democrática del capital; no es gremial, ni gradualista como imponen las mistificaciones del izquierdismo recalcitrante, y para nada se limita a las acciones aisladas de modernos o viejos vanguardistas y especialistas en las armas o “la organización”. La violencia de clase, tanto como la creación de estructuras organizacionales donde fluye el debate y la comunicación donde los proletarios se reconozcan y puedan barrer anquilosadas burocracias, delegaciones y mediaciones, donde desfilan lidersuchos que el día de mañana estarán vendiendo nuestro pellejo como líderes sindicales, o parasitando como democráticos diputados, forman parte de una unidad.
Hacemos un llamado a los compañeros que sinceramente busquen cristalizar una oposición real a lo que hoy nos plantea la lucha de clases, afirmamos que espontaneidad y organización, no son antagónicos, son elementos que van de la mano correspondiéndose dialécticamente. Llamamos a todos los compañeros movilizados y a toda nuestra clase a no bajar la guardia en la guerra de clases, a establecer una estrategia contundente contra la represión y el terrorismo generalizado del estado-capital, que no puede ser otra que la búsqueda por la generalización y agudización del conflicto en el tiempo y el espacio, que la única justicia que puede existir para los compas masacrados en Iguala, para los presos y procesados en el estado de México, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, o la ciudad de México, como el más reciente situación de nuestro compa Luis Fernando, es la que podemos hacer combatiendo con todos los medios a nuestro alcance al estado, transcendiendo todo tipo de banderas coyunturales, así como formalismos y estructuras, que nos conducen hacia el desfiladero de la democracia y el ciudadanismo, en contra de los corrales que nos impone la izquierda del capital que buscara inmovilizarnos introduciéndonos el miedo, buscando la dispersión y el aislamiento, desmoralizarnos con todos sus discursos, con su realismo político y sus salidas negociadas.
¡Solidaridad con Luis Fernando Sotelo y todos los presos y procesados de la lucha de clases!
¡Por la continuidad, profundización y generalización de la guerra de clases!
¡Por la autonomía del proletariado, en contra y por fuera de todas las estructuras del estado capital!
¡Por la continuidad, profundización y generalización de la guerra de clases!
¡Por la autonomía del proletariado, en contra y por fuera de todas las estructuras del estado capital!
# Algunas compas, 8 / 11/ 14
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