jueves, 11 de junio de 2009

¿TREGUA? ¡RECIEN EMPEZAMOS!

Las consecuencias de su violencia no se pueden deshacer. En general las consecuencias de su sistema no se pueden deshacer. Todas las formas de explotación y de represión, de control y de alineación que producen el Estado, el capital y su democracia se resumen en un instante en las balas de un rati abriendo de par en par los portones del abismo. El odio se refleja en miles de miradas. La unidad nacional se hace mil pedazos. La crisis en todos los terrenos de las relaciones sociales es suya. Las consecuencias de la revuelta no se pueden deshacer, todavía quedan las huellas en el asfalto que atestiguan nuestras barricadas. Las calles se sometieron a imparables transformaciones de simbolismos y sentidos. Los gritos se volvieron palabras, adquirieron estructura, dejaron huellas que podemos rastrear en el tiempo, nuestro toque es mágico porque tiene la eficacia de transformar. Somos la historia viviente que destruirá las ciudades prohibidas y tenemos el blanco. Crear una situación de urgencia real y duradera para los propietarios de este mundo. Lo que se puede deshacer ahora es la permanencia de los 65 rebeldes de Diciembre en los penales de la democracia, y eso se transmite a todos los que se enfrentan, a todos los que se inspiran, a todos los que van a hacerlo de nuevo....
En toda Grecia marcha un día de solidaridad con los perseguidos de la revuelta.


Libertad ya a los encarcelados


# Enero de 2009. Convocatoria a manifestación en Atenas a un mes de la explosión insurreccional.
Rebeldes por la solidaridad.

martes, 9 de junio de 2009

SI ESTO NO ES UNA GUERRA ¿QUÉ ES?

Acerca de la matanza de indígenas en la Amazonía por parte de la policía peruana a fin de satisfacer las exigencias del capital mundial.


"Aquel que en la guerra civil no tome partido, será golpeado
por la infamia y perderá todo derecho político".

- Solón, Constitución de Atenas (Siglo VI A.C.)


A fin implementar el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Perú y Estados Unidos, el gobierno de Alan García promulgó el año pasado una serie de leyes a fin de entregarle los recursos forestales e hídricos de la Amazonía peruana a grandes empresas multinacionales. Esas leyes también facilitan la perforación de esas tierras en busca de petróleo y gas. A todo esto se oponen las comunidades indígenas que han habitado esas tierras desde hace miles de años. Los indígenas han bloqueado varios ríos utilizados por las empresas para transportar bienes y maquinaria. Han bloqueado también caminos, pistas de aterrizaje y estaciones de bombeo en los oleoductos que van del Amazonas hacia la costa.

El 5 de junio las comunidades bloquearon varias rutas en la región de Bagua, al norte de Perú. El gobierno peruano, decidido a abrirle camino al capital mundial para destruir la Amazonía, ordenó una feroz represión que culminó en un enfrentamiento entre la policía militarizada y las comunidades.

Hasta ahora se han contabilizado 50 indígenas muertos, más de 150 heridos y varios desaparecidos, entre ellos ancianos, mujeres y niños. Pero los habitantes de la Amazonía, dando un bello ejemplo, no se conforman con ser las "víctimas" y han respondido como se debían: matando a 24 policías, de los cuales muchos fueron degollados. Asimismo, saquearon e incendiaron varios edificios del Estatado en los poblados de la región.

La prensa ha sido inundada de quejas y lamentaciones por este nuevo uso "excesivo" de la fuerza. Como si el Estado peruano no hubiera hecho exactamente aquello para lo que existen todos los estados: gestionar la expansión total del lucro y la explotación capitalistas.

Más inteligente y desengañada ha sido la reacción de las propias comunidades amazónicas, que después de responder con violencia a la violencia, piden la cabeza de Alan García y de la oposición democrática del Perú, todos cómplices en la devastación de la tierra y de los pueblos que habitan esa región.

El Estado peruano es una fuerza hostil de ocupación. Los indígenas lo saben, y por eso saben responder correctamente a una brutal invasión que ya ha durado más de 500 años, y que no piensa detenerse ante nada.

Estos hechos sólo confirman lo que debería resultar obvio a primera vista: que se está desarrollando una Guerra Civil a escala mundial, que esa guerra nos toca a todos, y que en el futuro sólo se hará más intensa e inocultable.

# Junio de 2008.
Comunización.