martes, 8 de diciembre de 2015

[Argentina] CARTA A LOS PROLETARIOS EN GRECIA

Hermanos y hermanas,
Durante fines del año 2001 y principios del año 2002, aquellos que vivimos bajo el control del Estado Argentino experimentamos una situación muy similar a la que viven hoy en día millones en Grecia. Para nosotros es difícil conversar con otros proletarios en nuestra región, ya que pese a que sólo ha pasado una decena de años, la memoria de la lucha vivida y las perspectivas que se abrieron parecen haberse extinguido... y eso nos desespera. Es indispensable evitar que se olviden las experiencias, que siempre estemos comenzando desde cero. Es por eso que queremos compartir algunas precisiones con ustedes, nuestros hermanos. Porque la crisis no tiene nada de griega ni de argentina, no hay soluciones nacionales frente a un problema global.

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domingo, 29 de noviembre de 2015

[España] Renovación parlamentaria


Publicado en Voladura nro.0 (Septiembre 2015) Boletín contra el parlamentarismo, el apoyo crítico y el oportunismo. Por la autoorganización y la extensión de la lucha de clases.
Descargar Voladura nro.0 

Cómo cambiar algo para que todo siga igual

«Ha habido un intento de criminalización, de demonización, de situarnos como revolucionarios y radicales, cuando en realidad se está defendiendo el Estado.» Ada Colau, 20 minutos, 22/01/2015La Iglesia Católica y el Vaticano llegaron a tal momento de desprestigio y repulsión (corruptos, abusadores, protectores de tiranos...) que, para reflotar esas instituciones y seguir con el negocio del engaño, tuvieron que llamar a un nuevo papa, con un discurso populista y de defensa de los pobres. Con promesas de renovación y frases humanistas, el papa Francisco devolvió gran parte del crédito a la Iglesia y a los aduladores de Dios.

El parlamento y los políticos en general también han sufrido el mismo desprestigio y odio de las oprimidas en forma de agresiones, cánticos contrarios («Nadie nos representa», «Que se vayan todos»), cercos, abstención, que han esbozado el camino de la transformación social: «No sabemos bien por dónde pasa, pero estamos seguros de que no es por el parlamento, desde el cual sólo se puede gestionar la injusticia social y la miseria cotidiana». Para reflotar la imagen del parlamento y los partidos políticos, han aparecido personajes como Pablo Iglesias o Ada Colau. Nuevamente (la Iglesia’s nos la ha Colau) la receta vuelve a funcionar: una institución que empezaba a ser odiada por muchos vuelve a regenerarse poniéndose al servicio del capital, prometiendo cambios en el decorado para perpetuar los intereses de nuestros explotadores y defender toda la estructura de dominación y privilegios.

Pero el tiempo, amigas, pone a cada uno en su lugar, y los Francisco, Iglesias y Colau pronto tomarán el relevo a los Kirchner, Mujica, Evo y Correa, los apagafuegos que llegaron para calmar los ánimos tras el susto de las revueltas de inicios de siglo en América Latina.

Éstos quedaron delatados hace ya tiempo con sus medidas y discursos: José Mujica al condenar los saqueos y las ocupaciones de tierras que se produjeron en 2002 y al arrestar a compas anarquistas; el gobierno de Lugo, que organizó las matanzas de campesinos en Paraguay; los gobiernos del electricista Lula y de Dilma la guerrillera, que hicieron desaparecer a miles de personas desde 2007 hasta hoy solamente en Río de Janeiro; o la represión sangrienta de la huelga general de 2013 en la Bolivia de Morales, por poner sólo algunos ejemplos.

En un caso diferente pero similar, en Grecia, la subida de un nuevo gobierno alimentó una serie de deseos ingenuos y casi ridículos: el partido de la izquierda radical se alió con un partido de la derecha xenófoba nacionalista para formar un gobierno que no puede hacer otra cosa que aplicar un programa alternativo de austeridad, recortes, miseria, dentro o fuera del Euro, poco importa, pues el mercado financiero y el capital tienen siempre la última palabra en los planes de cada parlamento, de cada gobierno. Pensar que este nuevo gobierno es nuestro aliado es signo de impotencia no sólo práctica sino también teórica. Como muy bien aclararon las instituciones Europeas al primer ministro griego: «Los gobiernos cambian, pero el Estado mantiene su continuidad». El entramado de las estructuras del Estado y del capital siempre puede imponer su lógica a los gobiernos elegidos. ¿Nos pueden dar un ejemplo -¡uno!- en el que un nuevo gobierno de «izquierdas» consiguiera un cambio significativo en las relaciones sociales? En Grecia, el gobierno aplica políticas de austeridad con unas tintas humanitaristas que esta misma austeridad necesita para seguir adelante. Apoyar un Estado -¡sí, un Estado! no sólo un gobierno- porque empieza a montar comedores populares es renunciar a nuestra misma capacidad de recuperar lo que nos pertenece. Apoyar cualquier gobierno es renunciar a la fuerza de la calle, a la fuerza de la denuncia colectiva, que es la única matriz de acontecimientos de cambio verdadero, estructural, sustantivo. Basta ya de ingenuidad, basta ya de amnesia.

Repitiendo el esquema, Ada Colau, tras las marchas por la dignidad del 22 de marzo de 2014, condenó la violencia producida al final de la movilización. Poco después, presentaba Guanyem. La burguesía necesita un partido que mantenga el orden capitalista, le da igual de qué color ni que cambie algo del decorado de cartón piedra. Un partido que mantenga la paz social y que se encargue de reprimir a la disidencia y a cualquier movimiento que lo cuestione a quien representa y gestiona el Estado.

Esta vez, ese partido del orden, para que tenga más credibilidad y apoyo ciudadano, vende una alternativa que en realidad perpetúa el mundo tal y como es. De ahí que Podemos ya tenga, como en su día lo tuvo Evo Morales, el apoyo de sectores militares y empresariales.

«Que les votemos, nos dicen»

Estos personajes, que antes gritaban con nosotras en las plazas, han decidido que ahora sí, que ellos sí pueden representarnos en el parlamento, ese teatrillo montado para distraer al personal. Pero no les basta con eso. Además, pretenden hacernos creer que con cuatro roñosas reformas (o con cincuenta, para el caso es lo mismo) nuestra existencia en este mundo putrefacto va a cambiar. Y así, nos hablan de salario justo, cuando luchamos por suprimir el trabajo asalariado y la explotación; nos hablan de una banca ética, cuando luchamos por acabar con el dinero y los bancos; nos hablan de alquileres sociales, cuando luchamos para que no exista más propiedad privada; nos hablan de un capitalismo con rostro humano, cuando luchamos por destruir este sistema que nos aniquila.

Y aunque reconocen sin pudor que no son revolucionarios, pretenden hacernos creer que el cambio para una «nueva política» vamos a conseguirlo votándoles cada cuatro años. 

Basta de cuentos. Las explotadas sabemos bien que los parlamentos nunca han sig -nificado un cambio radical de este sistema. No lo fue en 1936 con el gobierno de la República ni con los ministros «anarquistas» [sic], y no lo será ahora con estos que aseguran no pertenecer a la «casta». Tampoco lo será con esos otros que pretenden, estar de día en el parlamento, sentados al lado y abrazando a nuestros represores y explotadores, legitimando y gestionando esa institución podrida, y por la noche par -ticipando en las manifestaciones que se enfrentan a él y a las medidas de austeridad que nos imponen.Es triste ver cómo compañeras que antes ocupaban edificios, escrachaban al enemigo o participaban en coordinadoras y manifestaciones, piensan votar al «mal menor», mientras van olvidando las consignas de la calle y asumen el discurso del poder esta -blecido: «¿Cómo queréis que suprimamos la policía y las unidades de antidisturbios? -se preguntaba una representante de En Comú-. ¿Quién se hará cargo de las bandas kosovares? ¿Pretendéis que esto sea el far west? Reformaremos la ley contra los des -ahucios, pero no defenderemos a aquellos listos que dejen de pagar el alquiler. No tenemos ninguna promesa espectacular, más que regenerar el sistema educativo y sanitario, que ya es mucho». Pero la realidad imperante de este sistema saca a la luz la naturaleza reformista de estos partidos y sus programas, que no plantean ni plantearán poner fin a la miseria sino perpetuarla.

# Octavilla repartida en la manifestación del 1º de mayo en Barcelona.
# CRIT. Comité Revolucionario Internacionalista Tansgresor

miércoles, 18 de noviembre de 2015

A propósito de los sucesos de Paris

“Los violentos y los prevaricadores, son responsables no sólo del mal que infligen a sus víctimas, sino también de aquel al que les inducen a continuación los agravios sufridos” 
(A. Manzoni, I promessi sposi)

Se podría sintetizar así, con las palabras del para nada revolucionario Manzoni, nuestra opinión sobre los trágicos sucesos de París.

Jóvenes nacidos y crecidos en las periferías que quizás hasta hace un par de años no habían leido las suras del Corán, que ahora están dispuestos a morir y hacer morir por un nuevo califato islámico.

El llamado “Fanatismo religioso” en sí explica nada. La explicación de una violencia furiosa y sin discriminación no se encuentra en el Cielo de las promesas sino en la Tierra de las humillaciones.

Desde 1991 las tropas occidentales (incluyendo aquellas italianas) han exportado su espléndida civilidad del diálogo y de la paz con el trueno de las bombas y las masacres. Una matanza como aquella de París, ha sido y es la realidad cotidiana en Iraq, Afghanistan, Palestina, Siria, Libano, Mali, Somalia... Aun no han pasado dos meses desde que en una plaza en Ankara, el mismo nùmero de personas muertas en París vio el final de sus vidas volar por los aires por una bomba puesta por el gobierno turco de Erdogan contra la oposición curda.

Basta comparar la reacción de las instituciones y media occidental con respecto a las dos masacres para evidenciar la hipocrecia de las lágrimas de Estado y del “somos todos franceses”. Es evidente que los muertos occidentales valen infinitamente más que todos los otros.

A parte del financiamento directo de la CIA a los grupos islámicos para destruir este o aquel gobierno, es la guerra permanente desencadenada del capitalismo para acaparrar los recursos energéticos y dividirse las zonas de influencia mundial. La condición objetiva que creó un escenario ideal para el ISIS. Las matanza de Gaza y de Falluja de por si han hecho la más potente propaganda anti occidental que se pueda imaginar.

Como decía alguien, es demasiado tarde para los discursos de los maestros de escuela declamadas a una humanidad donde tres cuartos se ahogan. La violencia no habíamos querido verla. Hicimos como si no pasara nada, porque era lejano. Sorprenderse ahora es una hipocrecía.

Estamos en guerra. “Nosotros les haremos lo que ustedes nos hacen en Siria” pareciera que fueron estas las palabras gritadas en el tiroteo al Bataclan.
La lógica del “somos todos franceses” es la que nutre la guerra global (también el ISIS). Reflexionemos. Si se considera legitimo bombardiar casas y hospitales en Irak, Afghanistan o en Siria con el pretexto de eliminar a este o aquel tirano local, ¿porqué no se debería considerar legítimo disparar sin criterio alguno a los franceces por las políticas imperialistas de Hollande y de las multinacionales para las que trabaja?
Si los atentadores de Paris son terroristas, ¿no son mucho más terroristas los militares de la OTAN?. ¿Es más cobarde hacerse explotar, o desenganchar bombas desde la comodidad de un avión?



Estamos en guerra. El estado de asedio declarado de Francia es el mismo que venía decretado en la Algeria colonial. Faltan sólo los campos de concentramiento. Militares con el pasamontañas están ya patrullando algunas ciudades italianas.
Non nos hagamos ilusiones. No existe control policial o militar que pueda protegernos del gesto más tremendo y más sencillo: disparar a la masa. Quien piensa que pueda canjear sus ya pocas libertades en cambio de la seguridad prometida del Estado, perderá las mismas y no obtendrá las segundas.

La guerra de la civilización contra la barbarie es una falsedad. Es más, quien está combatiendo activamente el ISIS sin la violencia indiscriminada hacia la población civil son los guerrilleros y guerrilleras kurdas. Pero estos quieren también auto organizar su territorio, sus recursos y su cultura, asi que sus bases vienen bombardeadas de Erdogan con el apoyo de todos los capitalistas del mundo.
Es mejor un Califato que la revolución social.

Quien quiere compactar un pueblo y las instituciones (“somos todos franceces”) da razón a la guerra global, osea al ISIS.
 
Demasiado tiempo hemos sido complices mudos.
Tiempo en el que millones de corazones se hincharon de odio.
Tiempo en el que nos transformamos todos en potenciales objetivos de Guerra

La senda a seguir es otra: Disociarse de las políticas de robo y de muerte llevadas a cabo en nuestro nombre; demostrar practicamente que Renzi, Hollande, Obama, Merkel, etc. no nos representan. Que los primeros responsables de una guerra que está volviendo al remitente son ellos. Ellos y toda la clase dominante.

¡Desertemos el frente occidental!

¡Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases!

¡Fuera la OTAN de Medioriente! 

# Trento (Italia), 17 de noviembre del 2015
# Anarquistas y antimilitaristas

martes, 17 de noviembre de 2015

El Estado Islámico

[Este artículo es un apéndice del libro Guerra social y telaraña imperialista en Siria de Proletarios Internacionalistas, noviembre de 2015]

Ante el avance catastrófico del capital que sufrimos los proletarios en todas partes y las luchas que de forma explosiva responden a esta situación aquí y allá, ante la negra perspectiva que se dibuja en el horizonte para los amos del mundo, incluso en los países donde la paz social sigue reinando, el capital siempre busca formas de impe-dir la contestación social y mantenerse a flote en mitad de la tormenta. En los últimos años el cuco islamista se presenta como una de las bazas por excelencia para alcanzar este objetivo.
Si en el pasado se sacó al proletariado de la pelea contra el capital con el cuco del fascismo, afirmando la polarización fascismo–antifascismo que llevará al proletariado a negarse y masacrarse en una de las carnicerías más grandes de la historia (la llama-da segunda guerra mundial), hoy el islamismo ocupa el lugar que en su día le correspondió al fascismo.1

Por un lado, el islamismo se pre-senta de forma ilusoria para muchos proletarios que revientan brutalmente bajo la dictadura del capital, como si fuera una alternativa al infierno que viven, por otro lado, otros muchos proletarios lo perciben como una terrible amenaza que hay que combatir, más incluso que el capitalismo. 

Como con el fascismo, se logra hacer creer que el islamismo es algo diferente, independiente o separado del capitalismo. En este escenario el capital oxigena sus células y se prepara para rejuvenecerse bañándose en los ríos de sangre emanados de los cuerpos de los explotados de todo el mundo.

Las campañas de difusión, orques-tadas por los medios y voceros del capital desde hace años, han conseguido darle al islamismo la importancia necesaria para presentarlo en ciertos lugares como el mal absoluto, en otros como una oposición a los gendarmes mundiales del capitalismo. Al–Qaeda primero y el Estado Islámico después representan las dos organizaciones más importantes del islamismo “ra-dical”. El protagonismo adquirido por este último a raíz de la contienda siria, nos vuelve a demostrar la necesidad de denunciar esta trampa de la burguesía, y exponer que todo lo que actualmente se denomina islamismo no es más que una ideología utilizada por fracciones del capital para pelear por el reparto del mundo, controlar a proletarios y hacer al mismo tiempo que se maten entre ellos. No es nuestra intención exponer aquí una crítica detallada del islamismo, sino subrayar esta función social que cumple en la actualidad esta ideología religiosa y en particular una de sus expresiones actuales, el EI (Estado Islámico).

Los orígenes del EI hay que rastrearlos en Irak y concretamente en la estrategia de ocupación del Estado de EEUU en 2004 en Irak que fomentó la baza religiosa para poder dividir al proletariado y controlar ese país, utilizando a la burguesía religiosa chiita. Precisamente ahí está el origen de la ola yihadista del Estado Islámico que busca canalizar la contraposición a esa burguesía religiosa que gobernaba Irak, reivindicando el exterminio de los chiitas de la faz de la tierra como método de liberación. Este accionar irá parejo de la ejecución de todo aquel que es señalado como hereje en las zonas suníes de Irak, junto con todas las brutalidades a las que someten a las mujeres.Mientras Israel, Arabia Saudí, sus protegidos y evidentemente EEUU se frotaban las manos con esta beligerancia, comenzará una campaña de voladuras sistemáticas de mezquitas chiitas en Irak que posteriormente se extenderá por todo el mundo. 

La principal organización que asumirá todo esto en un primer momento en Irak será Al–Qaeda, pero pronto pasó a denominarse Estado Islámico de Irak.Con el comienzo de la guerra en Siria esta organización iba a ganar protagonismo. Las dificultades de encuadramiento que en ese país surgían en las regiones del norte, ante todo en la región de Rojava, llevará a la fracción burguesa encabezada por EEUU, especialmente al Estado de Turquía, a impulsar al EI desde Irak porque Al–Nusra no era capaz de abrir las rutas de suministros del ELS a través de la región de Rojava. Rápidamente el EI se convertirá en una herramienta fundamental para reprimir al proletariado de ese país ante la situación causada tras el desgaste del ELS. 

El flujo de dólares de los saudíes y del propio EEUU les fortalece en todos los rincones del llamado entorno yihadista suní saliendo del ostracismo en el que se encontraban.Por esa época empieza hablarse del Estado Islámico de Irak y Levante como una «marca blanca» del ELS para hacer cierto trabajo sucio en esa región. Como decíamos su labor se centrará en las zonas del norte de Siria donde se concentraron una gran parte de los proletarios disidentes con la oposición burguesa a Assad. 

Esa región sufrirá el acoso de Al–Nusra, el Frente Islámico y el Estado Islámico de Irak y Levante en el verano de 2013 y 2014. Con el paso del tiempo el EI se irá haciendo un pequeño nombre en la historia del terror capitalista gracias a las acciones que realiza para aterrorizar a los proletarios, algunas de las más conocidas acontecerán en Rojava.

Se darán todo tipo de facilidades para el reclutamiento de miles de personas del Magreb y de Europa, que fueron a parar a las filas del Estado Islámico atraídos por el salario que ofrecía así como su propaganda antioccidental. En un prin-cipio se complementa en su tarea con Al–Nusra: mientras ésta última encuadra a los combatientes en siria que rompen con el ELS, el Estado Islámico recluta a combatientes extranjeros, muchos de ellos provenientes de Al–Nusra.

Pero no será hasta los sucesos de Irak en 2014 cuando el Estado Islámico se consolidará como un verdadero ejército insertado en Oriente Medio. En esa fecha el ejército iraquí se hunde en amplias zonas del país y algo menos de 15.000 combatientes del EI avanzan ante más de 250.000 soldados iraquíes que se niegan a ser carne de cañón y desertan en masa.

Con esa victoria y la reestructuración del EI con nuevas incorporaciones y con un mando único, se crea el fenómeno mediático de la apoteosis del hedonismo sádico. Internet se saturará de vídeos de esta organización decapitando en masa. Todo difundido profusamente y con una tupida red de propagandistas y captadores que envían nuevas remesas de soldados.

Desde ese momento, sintiéndose fuerte y con la cobertura del Estado de Turquía, el EI tratará de coger distancia de sus antiguos aliados y financiadores para asumir con cierta independencia sus actuaciones en Siria. Comenzará a concentrar centenares de tanques y blindados pesados, capturados sin gran esfuerzo en Irak, por las carreteras en dirección a Siria, aplastarán toda débil oposición del ELS, y se enfrentarán a tumba abierta con Al–Nusra. El mariscal Rommel jamás tuvo tantas facilidades para mover divisiones de tanques por desiertos y eriales sin un solo lugar donde esconderse. Más de doscientos tanques y blindados aparecerán en Kobane, sin contar la artillería pesada, para controlar la ciudad. Allí encontraremos uno de los momentos fundamentales para consolidar esta polarización interburguesa (islamismo–antiislamismo) a nivel internacional y arrastrar al proletariado al frentismo y a la guerra imperialista esgrimiendo la amenaza yihadista. Las políticas represivas se redoblarán contra el proletariado en todo el mundo bajo la cobertura yihadista, mientras el Estado Islámico avanzará por las zonas rurales sirias.

La histeria llega a tal punto que se clamará la intervención de la OTAN, el bombardeo de EEUU, para derrotar al EI. Como siempre la causa humanitaria será la bandera que lleven clavada en la punta los misiles occidentales que caigan sobre el suelo sirio. Lo que pocos se atreverán a decir es que el EI no es ninguna novedad en la historia terrorista del capitalismo, sólo es una pequeña expresión de ese terror que no hace más que imponer las necesidades capitalistas, tal y como hacen en el resto del mundo otras expresiones del capital. No es de extrañar entonces que el EI se encargue de la gestión de las zonas menos pobladas de Siria y por consiguiente de las regiones rurales desérticas y de la cuenca del Éufrates.

No hay que olvidar que no hace mucho un informe del FMI aconsejaba a los gobiernos de Medio Oriente una vuelta de tuerca a la privatización de esas tierras, de los montes comu-nales que perduraban, así como de las cuencas fluviales para sanear la economía. Algo que supondría la expulsión y el aumento de la explotación de los proletarios locales, así como la explotación de los escasos recursos hídricos disponibles. Las compañías agroindustriales de la casa de Saud, turcas o incluso multinacionales de abolengo como Monsanto esperan su oportunidad para expoliar el suelo y los acuíferos en manos del EI, como sucedió en la cuenca del mar Caspio.

Efectivamente, mediante el EI se concretan ciertos planes orquestados por el capitalismo mundial que no pudo implementar el gobierno del partido Baaz y su familia presidencial.

Todo esto nos recuerda entre muchos episodios, el caso argelino en 1992 donde se usó el yihadismo para poder imponer ciertos planes del capital.2 Lo que está claro es que no hay dife-rencia entre la gestión de la miseria en Siria entre el Estado Islámico, Assad o la oposición burguesa en torno a EEUU.

El terror para la imposición de las necesidades del capital es la sagrada escritura de todos ellos, el dinero contante y sonante su verdadero Dios. Son manifestaciones del capital que compiten por mostrarse como las más aptas para hacerse con la gestión capitalista en tal o cual lugar del mundo.

En consecuencia todo este ascenso del islamismo es un elemento generado e inseparable del capitalismo. La burguesía busca formas ideológicas de dominación que sean capaces de imponer la paz social y permitir una óptima producción y circulación de capital. El islamismo cumple ese rol, tanto como el cristianismo, el fascismo, el stalinismo… En consecuencia no se trata para los proletarios de emprender una lucha específica contra esas formas ideológicas, como si se trataran de realidades que coexisten con el capitalismo, sino de comprender que son expresiones de un todo, que son partículas de un mismo organismo: el capitalismo. Es una ilusión tratar de combatir lo que genera el capitalismo si no es combatiendo al mismo capitalismo, luchando por abolir esta sociedad de explotación y muerte. 

Poner al islamismo como un enemigo al lado del capital es seguir el juego de distracción de la burguesía, es caminar hacia el frentismo, hacia la polarización interclasista, hacia la alianza con expresiones del enemigo, hacia la liquidación de la autonomía de clase. Para nosotros no hay duda alguna de que el enemigo es el capital, independientemente que asuma tal o cual forma religiosa, tal o cual manifestación ideológica. Quien escinde el islamismo del cuerpo orgánico del que forma parte no comprende el proyecto social de esa ideología, quedándose en las formas, en el mundo de las apariencias, imposibilitado de atacar la raíz del problema.

El modo de producción capitalista todo lo abarca, todo lo subsume y todo lo pervierte. La contraposición a esta totalidad sólo puede venir de la crítica de la totalidad. Abandonar la crítica unitaria de este modo de producción y escindirla en críticas parciales (aunque se quieran unificar en tanto que separadas) es abandonar el terreno de la revolución social. Por ello la lucha contra el islamismo sólo adquiere contenido real en la lucha contra el capitalismo, en la lucha revolucionaria por la abolición de las clases sociales. Sólo desde esa perspectiva radical las múltiples manifestaciones del capital y todas sus implicaciones son puestas en la picota para su liquidación.

Notas:
1La baza fascismo–antifascismo sigue y seguirá siendo muy importante para neutralizar la lucha del proletariado. Pese a ser usado hasta la extenuación a lo largo de décadas, pese al balance de las experiencias del pasado hecho por minorías revolucionarias de episodios como la guerra civil en España o la llamada segunda guerra mundial, esta polarización interbur-guesa sigue teniendo una gran vigencia (podemos citar su uso en las convulsiones sociales en Grecia y Ucrania como ejemplos recientes). Es evidente que sólo cuando sectores importantes del proletariado se afirmen en el combate orientados por la experien-cia de su clase todos esos anzuelos entrarán en crisis.

2Ver al respecto el libro La guerra sucia el ex–milico (subteniente del ejército argelino) Habib Suaïdia que escribió acerca de la lucha antiterrorista en Argelia y del desaparecido y misterioso GIA (Grupo Islámico Armado), destapando la operación de los servicios secretos argelinos y franceses, y los manejos en la transición de las propieda-des de la tierra.

lunes, 9 de noviembre de 2015

MANIFIESTO DE LOS RECLUTAS GRIEGOS

«  Cuerpos desgarrados por las alambradas, niños ahogados en las playas, personas hambrientas en las calles y las plazas, una multitud que mendiga sus papeles… ».

Antes de que pasaran a las portadas y titulares de la prensa y la televisión, muchos de nosotros ya habíamos visto y vivido escenas vergonzosas en el río Evros y en las islas, donde nos han enviado para hacer este absurdo servicio militar obligatorio, a la vez como trabajadores esclavos y carne de cañón.

Estas escenas nos han impactado y son el tema de todas nuestras conversaciones. Pero no queremos que se conviertan en una rutina. Así como no aceptamos los memorándums de la Troika, ni todas las políticas anti-populares, las intervenciones imperialistas y sus sucias guerras, tampoco aceptaremos ni nos acostumbraremos al destino terrible de los refugiados. Que es el mismo terrible destino que sufre nuestro pueblo, nuestro propio mundo, ¡el mundo del trabajo, sea cual sea la nacionalidad, la religión o el género!

El supuesto “ascenso de los flujos migratorios” significa, en realidad, exilio y huida de la guerra, desplazamientos forzosos. No se trata de un fenómeno “natural”. Hay responsables. Es la crisis capitalista, su crisis. Para superarla, abolen nuestros derechos, nos condenan al hambre, a la indigencia, al paro, obligándonos a emigrar. Los responsables son los Estados Unidos, la OTAN, la UE, China y Rusia. Imponen sus intereses económicos empleando el terror y la muerte, apoyando y resucitando nuevos aliados y enemigos, que alimentan el integrismo religioso. Y también las potencias imperialistas regionales (Turquía, Israel, Grecia, gobiernos árabes) que exacerban los antagonismos de la región.
¡Ellos son los que hablan de la desintegración de los Estados y los pueblos inferiores! ¡Ellos son los que tratan a la gente como a deshechos y preparan las operaciones de rastreo! ¡Ellos son los que transforman regiones enteras en vertederos humanos y almacenes para la explotación más brutal!

La burguesía y sus gobiernos sólo tienen un enemigo: los trabajadores, que luchan por sus derechos o se desplazan sin papeles, aunque sean las intervenciones militares capitalistas las que han provocado su desarraigo. Pero los refugiados no son quienes deciden dónde van: los flujos migratorios son canalizados hacia modernos campos de concentración, los “hot spots” (“puntos calientes”[1]), ¡donde se seleccionan los trabajadores que serán explotados! Por supuesto, cuando ya no les necesiten, o cuando levanten la cabeza, podrán deshacerse de ellos con un buen séquito.

El Estado y el ejército griego forman parte del problema, no de la solución. El gobierno Syriza-ANEL continúa su “Guerra contra el Terrorismo”, participa en los planes imperialistas, combate las “amenazas asimétricas” (inmigrantes, movimientos sociales, etc.), distinguiendo falsamente entre los “buenos” refugiados de guerra y los “malos” refugiados económicos. Las Fuerzas Armadas nos llaman, a nosotros, soldados reclutados junto a mercenarios profesionales y de rango, para que hagamos la guerra al “enemigo interno”, ¡cómo en las recientes maniobras Parmenión-2015[2]! ¡En este ciclo de muerte-explotación-opresión, Grecia y Turquía, “países enemigos”, patrullan juntos el Egeo y saben navegar en conserva[3]! Por otra parte, en la frontera de la Unión Europea que empieza en Gibraltar y termina en el Egeo, el Frontex[4] ha jugado un papel decisivo.

Un submarino griego va a formar parte de la flota europea que opera en aguas territoriales libias. En la 16ª División de Evros, estamos en estado de alerta contra los inmigrantes[5] procedentes de Adrianópolis [Edirne en turco]. Nos han ordenado hacer ejercicios de maniobras para la represión de muchedumbres, como sucedió en la isla de Kos tras los dramáticos acontecimientos de Kalymnos: el gobernador declaró la ley marcial y pidió ayuda al ejército contra los inmigrantes hambrientos, sedientos y encarcelados. Nosotros hacemos guardia y vigilamos esta cerca criminal de alambre de espino, que es la verdadera causa de todos los ahogamientos en el Egeo.

¡NO COMBATIREMOS, NO REPRIMIREMOS, NO PERSEGUIREMOS A LOS INMIGRANTES!

Nosotros, soldados en lucha, nos negamos a ello.

Contra sus crímenes pasados y presentes,
Hacemos un llamamiento al movimiento de masas, tanto dentro como fuera del ejército:
  • A bloquear con todos los medios al alcance el Frontex, la OTAN, el ejército europeo, la actividad de las Fuerzas Armadas, mientras la masacre continúe. No participaremos en las patrullas encargadas de hacer detenciones.
  • A ayudar a demoler las barreras de alambre de espino y a no levantar otras nuevas. Que ningún soldado se embarque a una nave dedicada a misiones internacionales.
  • Los buques, los aviones y los submarinos deben regresar a sus bases. ¡Que no se participe en su abastecimiento!
Nos negamos a que el ejército se transforme en aparato represivo, sea contra los inmigrantes o contra los movimientos sociales. No aceptaremos que las deficientes estructuras sociales se refuercen con nuestro “trabajo voluntario”. Para nosotros, la “amenaza asimétrica” es la guerra que han lanzado los gobiernos contra nosotros, así como los intereses que ellos defienden.

Reclamamos a nuestros colegas no sólo que manifiesten piedad y compasión, sino que consideren también nuestros intereses compartidos como clase. Son las mismas instituciones burguesas, las mismas políticas burguesas, los mismos gobiernos burgueses, los que destruyen hasta nuestros sueños.

Lo que están viviendo hoy los refugiados, las constantes persecuciones por parte de todo tipo de mecanismos totalitarios, su lucha por la dignidad y la supervivencia, su trágico presente, muchos de nosotros pensamos que todo eso es una pesadilla, la de un presente y un futuro que no deberíamos sufrir: es el Estado del totalitarismo parlamentario en colaboración con los nazis de “Amanecer Dorado”.

Somos conscientes de que en las próximas revueltas veremos, o bien cómo se unen los de abajo, o bien cómo entran en conflicto unos con otros.

Hoy no existe mejor forma de solidaridad concreta, ni de hacernos mejor servicio a nosotros mismos, que coger el problema por la raíz.

Formamos parte del moderno movimiento obrero anti-belicista, que sólo puede existir desde una perspectiva clasista, anti-capitalista e internacionalista.

Resistencia, ruptura y rechazo total al gobierno, a sus mecanismos imperialistas, y al opresor mundo burgués.

Red de soldados libres  ‟Spartakos”.
Comisión de Solidaridad militante.
Firmado por reclutas procedentes de 38 unidades[6].
Río Evros o Maritsa, que marca la frontera entre Grecia y Turquía.
Río Evros o Maritsa, que marca la frontera entre Grecia y Turquía.

Notas: 
[1] El primero de estos centros de registro de refugiados o “hot spots” se estableció en la isla de Lesbos, en Mitilene, hace sólo unas semanas. Los refugiados hacen cola probablemente durante días, donde se les toman las huellas como a criminales antes de hacerles una entrevista de asilo preliminar, que determina si pueden pasar a la lista de aspirantes a entrar en la UE.
[2] El ejercicio de entrenamiento del ejército llamado Parmenión (militar macedonio del siglo IV a.C.) se celebra anualmente, pero este año se han esforzado en dejar claro que la UE paga a Grecia para que preserve y defienda la frontera con Turquía a lo largo del río Evros (véase el inicio del documento que firman los soldados). Tsipras, con uniforme del ejército del aire, ha asistido este año al ejercicio, donde declaró que “las fronteras de Grecia son seguras”. Varios refugiados (7, según Human Rights Watch) fueron abatidos estos días pasados por la policía fronteriza.
[3] En vocabulario náutico, navegar en convoy.
[4] Frontex es la agencia europea para la gestión y cooperación operativa en las fronteras exteriores de los Estados miembros de la Unión. En resumen, se trata de la policía fronteriza de la UE.
[5] Esto implica hacer el trabajo sucio de la UE no sólo en lo que se refiere a la protección frente a los inmigrantes, sino también atacar a los trabajadores griegos. Según esta fuente, los reclutas del 523º Batallón de infantería fueron movilizados para unirse a un ejercicio militar secreto en Kozani el miércoles 14 de octubre, junto a soldados profesionales, para “recuperar la fábrica abandonada AEVAL” (que produce abono industrial) “tomada por los alborotadores” (según afirmó el comandante adjunto del campo). Los supuestos alborotadores habían ocupado la fábrica en la que trabajaban, que estaba en quiebra, en un intento desesperado por conservar su empleo y por impedir que los patrones vendieran los activos. En resumen, el ejército salía en defensa de las relaciones de propiedad capitalistas contra la clase obrera. No es nuevo que un gobierno de izquierda utilice el recurso de la fuerza para defender el derecho de propiedad. Ya hemos podido ver varios ejemplos entre el 2008 y 2011.
[6] Posteriormente se sumaron reclutas de otras 12 unidades, sumando 50 en total: 547 Rethymnon Batallón Aéreo Esparta KEEM, 616º Batallón de Infantería, Avlona KETTH, 535 MK/TP 31ª Brigada, Patras KETCH Mesologgi KEN 2/39 SP, 526 MK/TP, 124 PVE Trípoli, Cpt. Paraschos 29ª Brigada de Infantería, ASDYS, 221 EMA Plati Evros, 401 Batallón de Administración del Hospital Militar, Tebas KEPV, 16 TYP, Nafplio KEMCH, Campamento Evros Chatzipenti, 211 MK/TO 95 LATETH, Araxos 116 PM, 3º Batallón de Avituallamiento-Gythio Departamento de Suministro, 647 MK/TP Litochoro, 50 PEA/AP, SDB Karaiskakis B Company Management, 219 KICHNE Didymoteicho, 173 MEAP Orestiada, 516 MK/TP, 424 SN Tesalónica, Campamento Evros Vogiatzis Feres, 642 TP, Campamento Bouga, 32 MPP PN, KEN Kalamata, 643 TE Quíos, 123 PTE, 618 M/K TO Plati, 296 M/K TE, KAAY Agios Andreas, 93 TYETH Lesvos, 503 TP, 95 TYETH, 22 EMA Petrohori, 25 EMA Petrochori, B EANETH, 107 A/K MMP PEP Didymoticho, 305 SPTCH, 3rd EAN Alexandroupolis, 107 Campamento Chatzipenti Koufovouno, Evros 523 Mavrodentri Kozani.

Extraído de: http://elsalariado.info/2015/11/09/manifiesto-de-reclutas-griegos-no-combatiremos-no-reprimiremos-no-cazaremos-a-los-inmigrantes/

domingo, 25 de octubre de 2015

[Argentina] Spot contra las Elecciones

Para eliminar la corrupción… ¡Destruyamos el Estado!
Para acabar con la inflación… ¡Extingamos al dinero!
Para terminar con la violencia… ¡Liquidemos a la policía!
Para erradicar la pobreza… ¡Suprimamos las clases sociales!

¡La elección es nuestra!
¡Elijamos vivir el comunismo en anarquía!

# Temperamento Radio
# Octubre de 2015, Argentina.

Para escuchar las emisiones del programa: http://temperamentoradio.blogspot.com


jueves, 8 de octubre de 2015

[Uruguay] LA RELACIÓN DE FUERZAS EMPIEZA A CAMBIAR

Creemos que desde el 72 vamos de derrota en derrota y a pesar del esfuerzo de la lucha de los de abajo, el capital y el Estado ganaba en todas las canchas. El “festejen uruguayos” nunca fue otra cosa que la reorganización de la explotación capitalista impuesta por el Frente en continuidad perfecta con la dictadura militar. Por eso siguió campeando la impunidad se siguieron abrazando los milicos y los demócratas y toda la reorganización de la sociedad se basó en las necesidades de la tasa de ganancia del capital y en la legitimación de la impunidad.

Es de destacar en todo eso el inmundo  e importante papel de la dirección oficial de los Tupamaros con Huidobro y Mujica…a la cabeza, consolidando la contrarrevolución en nombre de la revolución, por la que decían haber luchado. En realidad lo de “festejen uruguayos” era una burla siniestra del poder contra la gente y como toda canción para someter esclavos siempre hubo demasiados que festejaban su esclavitud y adulaban a sus propios explotadores y opresores.

Lo que nos llena de alegría es ver que esa relación de fuerzas, favorable a la dictadura de la ganancia, a la esclavitud y opresión, empieza a ponerse en cuestión en muchas partes del mundo, y que en Uruguay, no nos quedaremos atrás. La catástrofe de la sociedad del capital queda en evidencia por todas partes el proletariado vuelve a cuestionar toda la sociedad y a enfrentar al Estado en todas sus formas.

Queremos subrayar al respecto algunos elementos recientes en este sentido que consideramos muy importantes y que evidencian que también en Uruguay se empieza a cuestionar la esencia de la dictadura del capital.

1) Primero que nada subrayar la importancia histórica de la salida a la calle masiva del proletariado a rechazar el decreto de esencialidad. Esa respuesta se da en apoyo a la lucha de la enseñanza pero a su vez en un cuadro más amplio de rechazo a la política del Estado.

La gente lo entendió enseguida, contra todo lo que decían los dirigentes políticos y sindicales, que lo de la esencialidad fue un decreto pachequista, es decir dictatorial y represivo.

¡Y como en el 68/69 el proletariado se fue conformando como clase enfrentando a la política de austeridad del capitalismo y del gobierno! En esa afirmación en la calle no estaban solos los docentes, estudiantes, obreros…, sino que en la misma estaban los familiares de los desaparecidos, los GURISES torturados y reprimidos del CEPRILI y el INAU y en general de los cantegriles, los luchadores históricos contra la impunidad, los despedidos de FRIPUR, los vecinos resistiendo al aumento del boleto, manifestantes en defensa de la tierra y el agua, y muchos otros trabajadores y/o desocupados … El proletariado se constituye en clase en ese proceso superando todas esas divisiones y etiquetas parciales con las que se lo mantiene atomizado y sometido.

2) Que la misma es a la vez el producto de una gran sensación colectiva y masiva de “no va más” frente al desarrollo mismo del capital (cada vez más antihumano, destructivo, contaminante, egoísta, hambreador…) y de cientos de grupos humanos que se fueron organizando en diferentes estructuras y organizaciones cada vez más afuera y en contra de los partidos y sindicatos de derecha y de la izquierda.

Como siempre la lucha arranca de lo que se necesita, de lo vital, de que “no nos den más palo”, de la defensa de la tierra, de la necesidad de recibir algo más del producto que nos expropian, de la lucha contra la represión y la tortura en los centros de encierro de jóvenes…. Frente a la organización que la propia gente se fue dando, el poder actuó como una fuerza ajena en base a grupos de choque, infiltrados, patoteros y matones policiales y sindicales.

3) Ese parate contra el Estado en su contenido y en su forma es  el primer gran quiebre del sistema de impunidad del terrorismo de Estado defendida por los tres partidos oficiales y todos sus gobiernos. En su contenido dicho parate es el repudio a toda la política del capital, la del lucro, la que hambrea, la que contamina la tierra y el agua, la corrupta, la de los agrotóxicos, la de minería a cielo abierto, la del encierro y represión de los excluidos…, la que en todo el mundo mata la vida humana.

En cuanto a su forma es el principio del fin de las ilusiones electorales, de las ilusiones parlamentarias, de las ilusiones democráticas…y la asumación clara y neta de que solo en la calle y por la acción directa se puede parar la política criminal del capital y el Estado.  Como en la época de Pacheco la democracia muestra sus sanguinarias garras y no nos deja otra opción, mientras que para ellos lo esencial es la represión de la lucha, de la huelga, como lo confiesan con el decreto mismo de esencialidad; para nosotros lo esencial es la libertad y la lucha contra los criminales intereses del capital y el Estado.

4) Los hechos se sucedieron de tal manera que las  separaciones mismas que son esenciales a la dictadura democrática se vieron cuestionadas por los hechos. La tortura abierta e incuestionable de los GURISES mostró en un santiamén:

a) que los Gavazo no estaban tan presos como nos dijeron,

b) que la barrera entre milicos y civiles no era la que nos contaron,

c) que la oposición entre democracia y dictadura era otra gran mentira… y que por lo tanto

d) la lucha contra la impunidad que habían querido enterrar era y seguirá siendo cosa de todos los días. 

5) La misma realidad muestra que todo gobierno capitalista por más democrático que sea es una dictadura, que los torturadores no son solo los milicos malos sino también los mismos funcionarios civiles incluyendo a los sindicalistas progresistas y de izquierda, que los torturados no son el “otro demonio” que tanto construyeron los periodistas cagatintas y alcahuetes, sino los gurises pobres y desnutridos que no se someten. Tampoco ayer se torturaba a los del aparato armado, sino al proletario, a todos los luchadores sociales. La lucha contra la impunidad, tantas veces enterrada  por el poder, renace imparable porque es una necesidad vital del ser humano. Es mentira que el terrorismo del Estado combata terroristas, en realidad es un terror de clase que combate a quienes cuestionan a la propiedad privada y su macabra dictadura. Todo el tejido ideológico del poder se hace añicos y la verdadera natu raleza de explotación y opresión queda en evidencia, más allá de todas las separaciones, de todas las construcciones ideológicas

6) No es para nada una casualidad que ante la re emergencia de la fuerza en la calle cuestionando la dictadura del capital, también se haga añicos la historia oficial construida por Milicos y Traidores Tupamaros y que los torturadores y desaparecedores tengan más miedo que nunca.

Ya nadie puede ocultar la evidencia, los responsables no son solo algunos torturadores y Amodio, sino toda la política del Estado y los milicos y la colaboración abierta de los Jefes Tupamaros vendidos y colaboretas.  ¡Desde 1972!

También los pseudo opositores van siendo desenmascarados: por más patéticas y aburridas que resulten las polémicas entre los Fasano, los Amodios y los periodistas de la impunidad… los pseudo opositores (o mejor dicho los tapados agentes del gobierno) como Marenales y otros  hacen el ridículo tratando de renovar el mito de que Amodio fue más traidor que ellos.

¡Huidobro y Mujica han resultado mucho mejores como traidores y agentes del capital, el Estado y el Imperio que Amodio! ¡No fue Amodio quien puso toda la estructura de la Orga a trabajar para los milicos!

 ¡Nadie nombraría a Amodio jefe de los milicos! ¡Los propios milicos prefieren a Huidobro y Mujica como sus jefes!

Lo único que atina a hacer Amodio es apoyarlos y tener como símbolo el retrato del Pepe como representante del programa de la izquierda del capital. Mientras descalifican a ese molesto y modestísimo apoyador de su obra Estatal, ellos junto a ese funcionario del Imperio que es Tabaré (y Danilo!) siguen abrazados de Bush y Obama, que también son jefes de milicos, pero un “poquito” más importantes.

No existe ninguna diferencia fundamental entre todos los jefes de Estado (¡y de milicos!), solo es una cuestión de importancia relativa, y en ese sentido, “nuestros” ejemplares presidentes populares no pueden ser más que chupamedias de los presidentes imperiales.

7) Por primera vez desde el 68/69 el poder oficial es cuestionado por el “abajo que se mueve” y el terror empieza a cambiar de lado. La lucha hace que la verdad se abra el paso, Rodríguez Buratti, Huidobro, Mujica, Barneix…Tabaré…y otros grandes de la Impunidad y el terror de Estado, son cuestionados por su pasado y TAMBIÉN por su presente. No sólo tiemblan y se suicidan los desaparecedores/torturadores sino los especialistas en el enterramiento oficial del pasado, las grandes figuras de la impunidad.

 El suicidio de Barneix además de evidenciar la validez histórica de la lucha por la verdad y contra la impunidad, tiene una significación especialísima para todo el edificio de la impunidad. No olvidemos que el general Barneix junto a su par Carlos Díaz (luego comandante en jefe del Ejército) fueron los encargados por el vértice d el Estado (Tabaré) para “investigar” (es decir ocultar) sobre los detenidos y desaparecidos. Ello junto a lo de los “pobres viejitos” de Mujica, y la acción descarada del jefe de todos los milicos, Huidobro, fue y sigue siendo el centro de la política de ocultamiento, olvido y perdón organizada por los propios represores, por el propio Estado terrorista.

8) Frente al cuestionamiento de la tortura, a la protesta social, a la salida a la calle, a los escraches, a la denuncia de la impunidad, las máscaras se caen, las falsas separaciones desaparecen. La contraposición de clases, entre la dictadura del capital y las necesidades humanas resulta totalmente inocultable. Cómo en la época de Pacheco, las esperanzas en las “próximas elecciones” quedan ridiculizadas.

La lucha contra la tortura ya no es solo contra la derecha sino también contra la izquierda del Estado, no es solo contra los milicos dictadores, sino también contra funcionarios, sindicalistas y  guerrilleros arrepentidos cooptados por los milicos:

¡Es todo un símbolo del cambio en la relación de fuerzas que los que luchan también escrachen a Huidobro y los de su calaña!

¡Que los que luchan identifiquen cada vez más a Tabaré con Pacheco Areco!

¡Arriba los que luchan contra el capital y el Estado!

# Colectivo LA SOCIAL
# 2015-09-16  

http://postaportenia.blogspot.com/2015/09/1469la-justicia-progresista-uruguaya.html 






[Ecuador] Sobre las protestas de agosto y septiembre


Contra el  Capital-Estado, sus defensores 
y sus falsos críticos
Análisis y posicionamiento comunista-anárquico sobre las protestas de agosto 
y septiembre del 2015 en Ecuador


 
L
as protestas de agosto y –en menor medida- de septiembre del 2015 en este país (cierres de carreteras principales, marchas masivas, enfrentamientos con las fuerzas represivas, tomas de plazas, motines en cárceles... en Quito, Macas, Guayaquil, Portoviejo, Cuenca, Saraguro, Latacunga, etc.) son la respuesta a los ataques del Capital-Estado contra la clase trabajadora y la naturaleza durante los últimos años y meses, a través del gobierno “socialista del siglo XXI” de Correa.
Más concretamente, son la respuesta al extractivismo (minería, petróleo, hidroeléctricas), la desposesión (de tierras, de acceso a servicios y bienes básicos), las medidas camufladas de austeridad (ej: leyes, salvaguardias, tratados, etc. que benefician a los capitalistas y perjudican a lxs trabajadorxs), el encarecimiento del costo de la vida y la tiranía estatal contra la protesta social, perpetrados por este gobierno.
Son también el síntoma de que su modelo de administración estatal y modernizadora del capitalismo ha fracasado y está comenzando a entrar en declive (a “agotarse”, dicen algunos). Síntoma, a su vez, de la crisis histórica del sistema mundial capitalista, crisis ahora inocultable en este país, tal como no se puede tapar el sol con un dedo. Y lo que se viene es peor…
Lo que pasa es que ya estalló la burbuja-mentira del “milagro ecuatoriano”. Que la mayoría de la gente ya está curándose en las calles del chuchaqui de la (contra)“revolución ciudadana”. En suma, que ya “regresó” la “vieja” lucha de clases a esta parcela del mundo capitalista llamada Ecuador.
Sin embargo, esta lucha de clases se encuentra contenida y camuflada dentro del juego de fuerzas entre los tres enemigos actuales del proletariado –que parece empezar a despertar de su letargo-, aquí y ahora: el gobierno, la derecha y la izquierda. Por eso parece ser una simple pugna política entre ellos, cuando es más que eso, aunque también dicha pugna intercapitalista opaca, desvía y debilita la potencia de la lucha de clases misma. (Fuertes protestas con debilidades internas las de agosto y septiembre.) Se trata de la estrategia de siempre de la burguesía y la socialdemocracia: convertir la guerra de clases en guerra interburguesa. ¿Quiénes y cómo hacen esto? Veamos.
El gobierno, con su pequeñoburgués y tecnocrático populismo, llamando a la farsa del “diálogo nacional por la equidad y la justicia social” por un lado, y reprimiendo las protestas por el otro. La típica política estatal de la zanahoria y el garrote, sólo que ahora, como ya no tiene tanta plata debido al bajo precio internacional del petróleo –lo que le obliga a hacer ajustes y recortes económicos por todos lados-, es más lo segundo que lo primero. Dizque lo hace contra la “desestabilización”, el “golpe blando” y la “restauración conservadora”... bla-bla-bla. Por si fuera poco, aprovecha el aumento de actividad del volcán Cotopaxi para decretar “estado de excepción” a nivel nacional y así dar luz verde a las jaurías policiales –y militares- para que repriman las protestas “indígenas” (ej: Saraguro). [Luego hará lo mismo con el fenómeno de “El Niño”.] En fin, sólo está demostrando, una vez más, que es un gobierno puramente capitalista y represivo, además de racista y colonial. Enemigo de primera fila aquí y ahora.
La derecha (Nebot, Lasso, Rodas), con su ambición de recuperar el poder tanto desde arriba (los “gobiernos locales”, las próximas elecciones) como desde abajo (las calles), buscando de manera oportunista capitalizar políticamente el creciente descontento social contra el gobierno, “mimetizándose” y pescando a río revuelto en las marchas. No se diga en las instituciones. Todo esto solamente para conservar y acrecentar sus privilegios de todo tipo, su condición de clase dominante. Demostrando así que el capitalismo es tan viejo y rancio como ella. Enemigo de siempre y a muerte del proletariado, con el cual no se dialoga ni se discute. Sólo puede haber guerra.
Finalmente la izquierda (FUT, CONAIE, MPD), asimismo de manera oportunista –principalmente de sus dirigentes-, convocando a marchas pacíficas y asambleas populares (donde, por cierto, también se mezclan ciertos personajes de derecha), levantando plataformas de puras reformas pero no de cambios radicales o de fondo, llamando no a romper y superar el orden capitalista sino a mantenerlo y “mejorarlo” “a favor del pueblo”, preparándose también para las próximas elecciones; es decir, cumpliendo su sempiterno rol de pastor de masas y bombero de la potencial revuelta. Por eso la izquierda siempre ha sido y es la izquierda del Capital. Enemigo camuflado en el seno de nuestra propia clase, y por eso más peligroso y nocivo, a corto y largo plazos.
Pero si algo tienen en común todos estos “actores” son dos cosas: que han debilitado y desviado la potencia de las protestas –ya que se encuentran operando políticamente dentro y fuera de las mismas- en tanto lucha de clases hacia la pugna política intercapitalista; y, que todos ellos dicen luchar por “defender la democracia” y “mantener la paz social”. Y efectivamente así es, puesto que la democracia en realidad es la dictadura del Capital sobre el proletariado (de los ricos sobre los pobres, lo cual se mantiene intacto), y la paz social en realidad es la paz de los cementerios inseparable de la esclavitud asalariada-ciudadanizada que es vigilada por el Estado y co-gestionada por los sindicatos.
Por eso tanto el gobierno como la derecha y la izquierda se “asustan” y condenan “los lamentables e inaceptables hechos de violencia durante las protestas de agosto”. Recordemos que hubo enfrentamientos violentos más o menos masivos no sólo entre manifestantes y policías (tanto en la ciudad como en el campo), sino también entre los mismos manifestantes de izquierdas y de derechas, e incluso hubo incidentes aislados de violencia entre encapuchadxs antisistema y ciudadanos-policías, por ejemplo, durante y después de esa marcha predominantemente democrático-ciudadana o clasemierdera que hubo en Quito el 13 de agosto.
Por eso ellos son los más virulentos enemigos de las aún minoritarias y precarias expresiones de combatividad proletaria: de los “infiltrados”, esos “cucos” que, por ejemplo, aparecieron en la Plaza Chica, San Francisco y otros puntos esa tarde-noche, así como han aparecido en anteriores protestas siquiera hace un año atrás (el “17S”… en realidad hace años… “toda la vida”). Esto al menos en Quito, porque días después en Macas “los violentos” no llevaban capuchas ni bombas caseras pero sí plumas, lanzas y mucho coraje acumulado. Lo que demuestra que, más allá de las diferencias “ideológicas” con algunos encapuchados urbanos, y más allá de las diferencias “étnicas” con los guerreros amazónicos, en el fondo somos lo mismo: proletarixs, explotadxs y oprimidxs que se han atrevido a enfrentar al Estado-Capital, “cara a cara” con el enemigo. 

Todos los demócratas “anti-violentos” son unos hipócritas, pues todos sus partidos tienen y ponen sus grupos de choque en las calles (siendo posible, además, que el gobierno vuelva a sacar a sus “pandilleros rehabilitados”, la derecha a sus “cabezas –huecas- rapadas” y las izquierdas a sus “combatientes populares” y a sus “brigadas antifascistas”…). Mientras que, por otro lado, no sería ninguna sorpresa que, conjurados en algún momento el gobierno, la derecha y la izquierda contra el “fantasma” del caos y la revuelta sociales, superen sus disputas secundarias, negocien y pacten entre sí en nombre de la sacrosanta y velada dictadura del Capital llamada democracia.
De hecho, en este mes de septiembre, una vez concluida la “primera fase” de los famosos “diálogos”, el gobierno ya está haciendo negocios de inversión y cálculos sobre impuestos a las herencias, etc. con la derecha (al fin y al cabo, entre burgueses se entienden). Mientras que con la izquierda, al parecer, ha negociado –o le ha orillado a- “bajarle la tensión” a las protestas e incluso a que unas caras visibles de ésta salgan voluntariamente a las calles a “limpiar” los “sucios” grafitis dejados en las paredes de Quito el 13 de agosto, como “buenos ciudadanos” respetuosos del orden democrático o burgués que son. ¡Qué asco! Eso entre otras “peleas” que no superan el marco legalista y reformista, igual de repudiables.  
Así queda claro –nuevamente- que gobierno, derecha e izquierda son la misma mierda capitalista con diferentes moscas. Los tres son nuestros enemigos de clase concretos aquí y ahora, por lo tanto lxs proletarixs que vivimos aquí debemos empezar a tratarlos como tales. Tanto en las manifestaciones callejeras como en el seno de la propia clase (ej: en organizaciones sociales o “populares”).
Ahora bien, ¿por qué ocurrieron tales hechos de violencia en las últimas protestas? A primera vista, porque las contradicciones y los conflictos sociales bajo este gobierno se han acumulado ya hasta el punto de estallar. En el fondo, porque la sociedad capitalista es violenta desde siempre y todos los días; y porque –aunque no parezca- estamos en guerra entre explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos.
Toda guerra, como se sabe, es violenta. La guerra social no es la excepción. Partiendo del hecho de que violencia es privarnos a la mayoría de seres humanos –los proletarios- de los medios de vida; obligarnos a trabajar por un salario, o sea a ser explotados en beneficio de otros -los capitalistas-, para adquirir esos medios, cada vez más caros; llegar a fin de mes con las justas o no llegar, lo que a su vez obliga a asfixiarse en deudas con sus bancos; desemplearnos y subemplearnos, es decir usarnos y desecharnos a su antojo como si fuésemos cosas, simples mercancías; matarnos o dejarnos morir de hambre, de enfermedad o de locura en sus calles, sus hospitales y sus psiquiátricos; tener que elegir a nuestros chupasangre y verdugos de cuello y corbata cada cuatro años en sus urnas; vigilarnos, perseguirnos, reprimirnos, encarcelarnos, “desaparecernos” o asesinarnos si nos rebelamos contra su orden de cosas. Todo lo cual ocurre en democracia. Pero también las insultantes desigualdades entre ricos y pobres, las leyes, las cárceles, el sistema “educativo”, la moral y las “buenas costumbres”, las religiones, el bombardeo diario de noticias, marketing y shows, el consumismo, la miseria en las calles, la “crónica roja”, el transporte urbano, la rutina gris, monótona y absurda... Toda esta violencia sistémica y cotidiana es el capitalismo; la burguesía nos violenta a lxs proletarixs, todos los días y de múltiples formas, para mantener su riqueza y su poder a costa y en contra nuestra.
Quien monopoliza y ejerce esta violencia, este terror de la clase dominante es el Estado, a través de la policía. Por eso ésta protege con dientes y colmillos la propiedad privada, los negocios y los edificios estatales; es el perro guardián de los ricos y poderosos. Que quede bien claro, entonces: la única razón de existir y, a la vez, la única función de la policía es reprimir –lo que incluye tortura y asesinato- la protesta y la rebelión contra el orden capitalista, al cual debe mantenerlo o, dado el caso, restablecerlo por la fuerza; la policía, entonces, es esencialmente violenta o “brutal”. El único terrorista en realidad es el Estado capitalista.
De allí que ¡el gobierno y los medios de comunicación se pasan de hipócritas al quejarse y llamar a compadecerse de los “pobrecitos” chapas heridos! Nada dicen de los cientos de manifestantes detenidos y heridos por la policía nazional. ¡Solidaridad y Libertad presxs políticxs y amotinadxs! (A pesar y más allá de las diferencias y distancias “ideológicas” con ellxs –valga decirlo.) Cae en lo mismo al ensalzar sus “diálogos” y, a la vez, condenar la violencia anti-policial, a la cual “nada la justifica” sino que incluso “puede destruir la unidad de nuestro país”. Después de cómo este gobierno tan socialista y tan cristiano reprimió las protestas de agosto, tal discursillo no es otro que el de “tirar la piedra y esconder la mano”. El gobierno nos reprime y sus medios nos mienten a fin de mantenernos engañados y dominados.
Por su parte, al terrorismo del Estado burgués los ciudadanos de derechas e izquierdas lo llaman y aprueban como “uso legal y legítimo de la fuerza”, mientras abogan por la protesta pacífica. En realidad, el pacifismo ciudadanista es la otra cara del terrorismo estatal; al no reconocerlo ni combatirlo, lo justifica y lo complementa. Pero cuando lxs de abajo nos atrevemos a responder con nuestra violencia a la violencia que recibimos a diario de los de arriba, entonces nos acusan de manera cobarde, cizañosa y estúpida de “infiltrados”.
¿Infiltrados? Lxs que no somos dueñxs de nuestras vidas y lo sabemos, lxs que estamos hartxs de ser esclavxs asalariadxs y nos rebelamos, lxs que no tenemos nada que perder más que esta pseudo-vida miserable de mierda, es decir, lxs proletarixs somos capaces de luchar contra el sistema capitalista sin intermediarios ni representantes, somos capaces de autoemanciparnos. No mendigando ni negociando a los capitalistas y sus políticos, sino recuperando, arrebatando, atacando y destruyendo todo lo que sea necesario para conseguirlo. Empezando por nuestra propia condición de clase explotada y oprimida, pues no constituye ningún orgullo ser proletarixs, sino que es una maldita realidad social impuesta de la cual queremos y luchamos por liberarnos.

Por lo tanto, expresamos nuestro malestar de clase generado por este sistema afuera y en contra de todas las instituciones políticas y sociales del Capital-Estado, en este caso afuera y en contra del gobierno, de la derecha y de la izquierda del capital por igual. Con nuestros propios objetivos y métodos de lucha de clase (necesidades materiales concretas, la acción directa y espontánea), no con los de la burguesía y la socialdemocracia: marchas pacíficas, demandas legalistas (“archivo de las enmiendas constitucionales”), frentes, elecciones, etc. “Las herramientas del amo no pueden desmantelar la casa del amo”.

Si usamos la violencia, es porque así respondemos a la violencia cotidiana de este sistema contra nuestra clase, y porque así reivindicamos nuestra humanidad y dignidad contra la propiedad, la mercancía y la policía, o sea contra lo que nos priva de los medios de vida, nos mercantiliza y nos reprime.

Si usamos capucha no es por cobardía (al contrario), sino por anonimato o seguridad, y porque la capucha nos iguala en la lucha, nos hace un solo -aunque múltiple- cuerpo emancipado, lanzado a las calles.

Por lo tanto, ¡no somos “infiltrados”, así como tampoco somos ciudadanos! ¡Somos proletarixs que hemos asumido en la práctica que estamos en guerra contra todo este sistema capitalista, sus defensores (la derecha y el gobierno) y sus falsos críticos (la izquierda)!

Somos ni más ni menos que algunxs del montón que un día o una noche decidieron salir del rebaño y mostrarle sus colmillos al opresor. Detrás de las capuchas, no estamos sólo “nosotros”, sino una expresión de la rabia social proletaria, la de muchxs otrxs proletarixs cabreadxs contra este sistema –aquí y en todas partes-. Encarnamos la negación y la destrucción de esta sociedad inhumana y asesina que nos niega y destruye a diario.

Mas no representamos ni queremos representar a nadie. Tampoco luchamos por reformas políticas ni por “mejoras” económicas parciales, que no son más que retoques cosméticos y migajas de la explotación y dominación capitalista. Luchamos por recuperar y cambiar nuestras vidas, así como por contribuir a que lxs otrxs proletarixs también lo hagan, a fin de dejar de ser explotadxs y oprimidxs, y ser sólo humanxs. Ni más ni menos. Lo cual sólo será posible realizarlo como clase mediante la destrucción y superación revolucionaria del capitalismo, de la sociedad de clases.

De manera consciente, organizada y mediante la acción directa, luchamos y lucharemos por la revuelta, la insurrección y la revolución social mundial. Luchamos y lucharemos por el comunismo y la anarquía, que no es más que el “programa histórico” de autoemancipación -y autosupresión revolucionaria- de nuestra clase; la necesidad y el proyecto histórico –de siempre- de comunidad y de vida para la especie humana y todas las demás especies.

  ¿Infiltrados? Infiltrados los burgueses y derechistas en las altas esferas de este gobierno “socialista del siglo XXI”, donde gestionan sus intereses capitalistas comunes mediante grandes negocios y secretas alianzas. Infiltrados los correístas y sus agentes policiales en las organizaciones sociales, donde hacen “inteligencia” y ni así dejan de perder hegemonía –y, por ende, convocatoria. Infiltrados los periodistas sapos en las protestas, pues “la prensa apunta, la policía dispara”. Y obvio que siempre ha habido y hay policías de civil o “tiras” infiltrados, provocadores, etc., en las mismas, pero no es tan difícil reconocerlos: el cerdo, aunque se vista de civil, cerdo se queda. A todos estos despreciables personajes habrá que identificarlos, denunciarlos y ajusticiarlos al calor de la lucha callejera. Los ciudadanos de “clase mierda” que actúan como policías, también deben ser tratados como tales...
A pesar de que hoy los imbéciles de derecha y de izquierda nos “linchen mediáticamente”, nos estigmaticen y nos pretendan aislar como “infiltrados” –cosa que ya hemos rechazado-, lxs proletarixs en guerra seguiremos existiendo, resistiendo y atacando, “destruyendo y sembrando” para ser más fuertes, así como también para llegar a ser más (porque estamos segurxs que no somos ni seremos lxs únicxs proletarixs cabreadxs con toda esta mierda de sistema que soportamos a diario); y entonces le asestemos golpes más certeros, contundentes y mortales al Capital-Estado. Será cuestión de tiempo... y de agudización de la crisis y la lucha de clases, de la cual somos una parte y una expresión. Será cuestión de tiempo para que les digamos –con las mismas e inmejorables palabras del compañero Di Giovanni allá por los 30-:
“Desde hoy, cara a cara, mostrando los dientes al enemigo. Desde hoy, temidos y no humillados. Desde hoy, en estado de guerra contra la sociedad burguesa. Todo, en el actual mundo capitalista, es indignidad y delito; todo nos da vergüenza, todo nos causa náuseas, nos da asco. Se produce, se sufre y se muere como un perro. Dejad, al menos, al individuo la libertad de vivir dignamente o de morir como hombre, si vosotros queréis agonizar en esclavitud. El destino del hombre, se ha dicho, es aquel que él mismo se sabe forjar; y hoy no hay más que una alternativa: o en rebeldía o en esclavitud.
Proletarixs: mientras tanto, recordemos y recordémosles a nuestros enemigos los burgueses (que hoy están dentro y fuera del gobierno, que son de derecha y de izquierda) que “miles de veces nos han derrotado, seducido, engañado, comprado, de todas ellas hemos aprendido... Sí: estamos derrotados, estamos disgregadas, estamos desmoralizados, pero aprendemos rápido. Tomamos nota de nuestras debilidades pero también de nuestras potencialidades... Lo queremos todo y tarde o temprano nos lanzaremos a arrebatárselo, ya que algo tan simple como dejar de ser mercancía en sus manos no lo vamos a conseguir con sus reformas y democracias, con votos e ilusiones, con [diálogos y] empoderamientos que dejan intacto el poder... De momento están tranquilos... pero todo tiene un límite.” La mejor manera de recordárselo es/será luchando.
Proletarixs: dejemos de agredirnos y destruirnos entre nosotrxs mismxs, entre hermanxs de clase; seamos violentxs y destructores solamente contra quienes nos explotan y dominan: la burguesía, su Estado y sus reformadores… Respeto, solidaridad, unión, complicidad, amor entre nosotrxs. Odio, violencia, terror, muerte al enemigo.
Y no es que estemos haciendo apología ni mucho menos fetichismo de “la violencia por la violencia” ni de los encapuchados como si fuesen anti-héroes lumpen o algo así. No, que quede claro. (La lucha proletaria se hace con o sin capucha, y la acción directa no es sólo la violenta.) Estamos mostrando y explicando que la sociedad de clases es y será violenta por naturaleza y hasta que desaparezca. Mientras tanto, estamos en guerra de clases. Que el capitalismo es violencia y que el Estado es quien la monopoliza y ejerce, por eso el Estado es el mayor terrorista de la historia. Que “mientras exista miseria, habrá rebelión.” Que, en última instancia, sólo mediante la violencia revolucionaria nuestra clase proletaria (“ejércitos de amarguras”, “clase insurrecta mil tormentos”) podrá derrocar a la clase dominante y salir del espectacular fango en la que aquella nos mantiene. En fin, que “absolutamente todo este sistema está organizado en base a la violencia… Por otro lado, nosotros queremos un mundo de paz, fraternidad y solidaridad. Entonces, sólo nos permitimos el uso de la violencia para defendernos hasta el día en que cambie la Historia.”
Por todo lo anterior, llamamos a todxs lxs proletarixs, especialmente a lxs jóvenes proletarixs que ya están en pie en lucha –así no se identifiquen como tales-, de distintas “tendencias ideológicas”, que ya le “joden” al sistema todos los días como pueden, con quienes hemos confluido en la acción callejera, a superar la dispersión, el aislamiento, el gueto, así como los prejuicios, confusiones y barreras ideológicas; a estrechar lazos de confianza y afinidad en base a la acción pero también en base a la discusión y la reflexión (para la acción); a la articulación, al reagrupamiento; a juntar rabias y fuerzas (pero también alegrías y goces); a asumir que si tenemos un enemigo común y algunas ideas y prácticas comunes en la guerra social –y en lo individual- es porque somos una misma clase: el proletariado, “el negativo del obrero en la sociedad actual”, un sujeto multiforme de naturaleza negativa y destructora, que se afirma en su negación, que se asume como tal para negarse y autosuprimirse como clase, para dejar de serlo; es decir, porque a esta sociedad burguesa que lo niega y destruye a diario en tanto que humanidad no tiene nada que “aportarle” más que su total destrucción; porque para volver a ser humanidad y naturaleza, debe abolir su condición de clase explotada y oprimida mediante la revolución social, lo que significa la abolición de la sociedad de clases misma. Así como también la liberación total de todos los tipos de explotación y opresión (incluida a la naturaleza).
Pero todo esto sólo será posible mediante la guerra de clases revolucionaria. Por lo tanto, para hacerle la guerra y golpear realmente a nuestro enemigo común (el Capital, el Estado y la socialdemocracia, quienes nos quieren divididos y debilitados) hasta que caiga, debemos reconstituirnos y fortalecernos como clase, ser fuerza; al menos, ser una (minoritaria) fuerza dentro de la clase. En este sentido, y por el momento, lxs proletarixs en lucha contra el enemigo común podemos “caminar por separado” –como los dedos de las manos-, pero es necesario “golpear juntos” –como los puños-.
Asimismo, llamamos a todos lxs proletarixs, en especial a lxs jóvenes y “estudiantes”, a no tragarse las mentiras que vomitan todos los medios de comunicación: estatales, privados y “alternativos”. En especial, a no creerles que ellos son “los buenos” y los “infiltrados” “los malos”. Ellos sólo pretenden mantenernos desinformados, engañados, ideologizados, vendados y aborregados en función de sus mezquinos intereses políticos capitalistas. Y sobre todo, lxs llamamxs, en caso de estar todavía enjaulada y confundida su rabia proleta dentro de organizaciones pseudorevolucionarias, reformistas y oportunistas de izquierda que sólo los utilizan como carne de cañón (como algunos hermanos de clase en Plaza Chica y San Francisco, y con quienes nos hemos encontrado del mismo lado de la barricada en las calles); lxs llamamos -decíamos- a desbordar y a romper con ellas, a auto-organizarse y luchar de manera directa por sus propios intereses, necesidades y deseos humanos. Tanto en la vida diaria como en las protestas callejeras que vengan de aquí en adelante. (“La revolución siempre ha sido y será joven.”)
Lo mismo para que las “masas” que se encuentran encorraladas en esas organizaciones de izquierda, pero que repiten acríticamente las consignas de la derecha (“fuera Correa-fuera”), dejen de hacerlo y más bien empiecen a gritar con voz propia: “¡Fuera Correa, burgueses y políticos!”, “¡Que se vayan todos!”, “¡No queremos migajas, lo queremos todo!” (y si no, “lo quemaremos todo, sí, lo quemaremos todo...”); para que se vuelvan incontrolables, indómitas; para que dejen, precisamente, de ser “masas” y luchen como clase, esto es como fuerza autónoma y antagonista (lo cual nunca es “puro” o “ideal”, pero es). Solamente una fuerza social de tal naturaleza evitará que el gobierno y la derecha sean los grandes beneficiarios políticos de la situación actual (lo que desgraciadamente es lo más probable), y que la izquierda siga desviando las protestas masivas hacia simples reformas que no afectan sino que refuerzan el sistema capitalista (lo que también va a seguir pasando). Ya va siendo hora de que nuestra clase salga a luchar “a por todo” (tarde o temprano, la crisis la empujará a ello), alterando así el orden capitalista-estatal-ciudadano y evitando que vuelva a la normalidad, a la espectacular y violenta normalidad del Capital.
Sea como fuere, a medida que en este país se agudice la crisis, las desigualdades y los conflictos sociales, la violencia social –y política- también experimentará una escalada. La lucha de clases no se hace –nunca se ha hecho- con piropos ni con flores, menos aún en tiempos de crisis, austeridad, protestas, represión, guerra social, como es el presente.
 
Proletarixs: asumamos que estamos en guerra y actuemos en consecuencia. En la guerra, hay que estar armadxs y preparadxs. Entonces, armemos nuestras mentes con teoría revolucionaria (comunista y anarquista) mediante la autoformación (individual y colectiva): el programa revolucionario y la conciencia de clase son armas necesarias y prácticas. Y armemos nuestras manos con todos los materiales que sean necesarios para enfrentar el terror estatal capitalista: capuchas, molotovs, palos, piedras, llantas, gasolina, fuego, latas de espray, puños, patadas, panfletos, lienzos, gritos, escupitajos... Teniendo presente que en estos momentos nuestros enemigos visibles en las calles son –serán-: policías, ciudadanos –de cualquier bandera- que actúen como sapos y como policías, políticos de derechas e izquierdas y periodistas sapos. Enemigos no en tanto que personas o grupos más o menos despreciables, sino en tanto que agentes todos ellos de las relaciones de explotación y dominación capitalista que ya estamos hartxs de soportar y que por eso queremos combatir y destruir. Todo esto, con el arma de la organización autónoma para la lucha frontal y multiforme contra este sistema, sus defensores y sus falsos críticos.
Así pues, proletarixs cabreadxs, en lucha y “sin partido”: juntemos fuerzas y agitemos por el desborde y la ruptura proletaria dentro y fuera de las protestas, de múltiples formas y sobre todo en contenidos, mediante la palabra y la acción. Agitemos para agudizar el antagonismo de clases en las calles y en todos lados. Llevemos gasolina al fuego y fuego a la pólvora de la guerra social contra el Estado y el Capital. (En las calles, además, veremos quiénes estamos del mismo lado de la barricada y quiénes están del otro lado de ella. Allí juntaremos fuegos o separaremos aguas.)  
Proletarixs: para las próximas protestas callejeras, organicémonos de manera independiente y combativa, afuera y más allá de las marchas de los ciudadanos-borregos tanto de derecha como de izquierda; en caso de darse, respondamos a sus agresiones (verbales y físicas) de la misma manera e incluso con más fuerza; y, sobre todo, ataquemos al enemigo donde y cuando no seamos esperadxs… ¡A romper la paz social burguesa y ciudadana! ¡Fuego a la policía y a la mercancía! ¡Fuego al Estado y al Capital! Pero hagámoslo de manera inteligente y segura. Aprendamos de nuestros propios errores cometidos y de experiencias de compañerxs de otras latitudes. Preparémonos luchando, combatiendo en las calles. Aprendamos también de lxs hermanxs de clase “indígenas” de Macas durante las últimas protestas, quienes usaron una vieja táctica de lucha de lxs oprimidxs de estas tierras: el sorpresivo asedio a las instituciones estatales, y luego el ataque frontal al aparato represivo del Estado de los patrones. Proletarias hormigas urbanas, por nuestra parte: a “morder y huir” al enemigo, desde distintos y en inesperados puntos, cada vez más y mejor, procurando hacerlo como un solo puño-una sola clase. En primer lugar, entonces, desarrollemos autonomía de clase: nuestros propios objetivos y métodos de lucha para satisfacer nuestras propias necesidades humanas. Sin representantes ni negociaciones ni reformas. Rompamos con la socialdemocracia, con el reformismo y el oportunismo de izquierdas (y de derechas). No pidamos migajas, vamos por todo. No luchemos por sus intereses, luchemos por nuestras vidas. Como parte de esta ruptura y autonomía, desarrollemos también capacidad combativa e incluso insurreccional (indicios de lo cual hubo precisamente en Plaza Chica y Macas), de aquí en adelante, cuando y como sea posible, al calor de la lucha callejera. Encendamos así las primeras chispas de un futuro incendio de rebelión generalizada que ni burgueses ni políticos ni reformistas ni ciudadanos de mierda puedan apagar...
En síntesis: asumamos que estamos en guerra y que estamos derrotadxs, es decir débiles y divididxs, sin autonomía ni proyecto o “programa” propio, como clase; pero, a la vez, asumamos que estamos despertando, reaccionando a los ataques del enemigo de clase, alcanzando incluso a darle unos cuantos contragolpes; entonces levantémonos, pongámonos de pie, aprendamos de los errores, superemos la derrota, confiemos solamente en nuestras propias capacidades como clase, luchemos por nuestras necesidades humanas (las cuales tarde o temprano entran en abierto antagonismo con las necesidades del Capital o de la economía), sin intermediarios ni representantes, autoorganicémonos afuera y en contra de todos los partidos, sindicatos e instituciones burguesas, desbordémoslas, rompamos con ellas, rearticulémonos y rearmémonos  como clase, es decir como fuerza autónoma, antagonista y destructora del Capital y el Estado; y, al mismo tiempo, como el germen o la portadora de la sociedad sin explotadores ni explotados, sin estados ni patrias, de la comunidad humana mundial.
Proletarixs: luchemos de esa manera, y en las calles nos encontraremos y sumaremos fuerzas contra nuestros enemigos comunes. Todos ellos no podrán parar la revuelta proletaria entonces, no sólo en contra y más allá de este gobierno burgués-policial-ciudadano y su oposición de la misma ralea, sino contra todo este sistema de dominación y muerte que nos impide vivir una verdadera vida, sin explotación ni opresión de ningún tipo; una vida libre y plena en comunidad humana-natural real, donde la violencia ya no sea necesaria; una vida que sólo podremos conquistar y disfrutar mediante la lucha anticapitalista y antiestatal por la abolición de la sociedad de clases y la liberación total. “Hasta entonces, sólo habrá guerra.” “Guerra al Capital hasta que caiga”.

 ¡Ni Gobierno ni Derecha ni Izquierda! ¡Que Se Vayan Todos!
¡Abajo el Capitalismo y el Estado! ¡Abajo el Reformismo y el Pacifismo!
¡Autonomía, Antagonismo y Acción Directa Violenta!
¡Por el Desborde y la Ruptura Proletaria!
¡Por la Revuelta y la Revolución Social!











Proletarixs en Guerra Hasta Dejar de Serlo
Región ecuatoriana, octubre 2015

  
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