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viernes, 22 de marzo de 2024

[Ecuador] El gobierno de la burguesía agroexportadora decreta el aumento del IVA del 12 al 15% desde abril y, encima más, dice que hay que “trabajar duro”

Proletarios revolucionarios
Quito, marzo 2024

Esta medida, de por sí, va a aumentar el costo de la vida y reducir el salario real: todo va a subir, menos los salarios. Para colmo, en una entrevista televisiva de hace tres semanas, el presidente Daniel Noboa la defendió diciendo literalmente: "Los invito a trabajar igual de duro que estamos trabajando en el Gobierno, la misma cantidad de horas, y estoy seguro de que se van a comprar varios platos de comida: entrada, plato fuerte y postre."

“Trabajar duro” significa trabajar más para supuestamente “comprar varios platos de comida”. Pero, la realidad en cifras oficiales (INEC) es que 3 de cada 10 ecuatorianos tienen un “empleo adecuado”. Los 7 restantes tienen un “empleo inadecuado” o, de plano, están subempleados y desempleados. Algunos tienen hasta 2 trabajos o “empleos inadecuados” para poder sobrevivir. Otros se la pasan trabajando todo el día de lo que sea —en el subempleo— y no les alcanza para llegar a fin de mes. Porque el salario básico está en $460 vs. la canasta básica que está en $789. Mientras que el ingreso mensual promedio de los subempleados —la mayoría de la clase trabajadora ecuatoriana— es de $306; es decir, no llegan ni al salario básico. Por su parte, el 26% de los ecuatorianos vive con $90 al mes o $3 al día; y, el 37.3% de quienes están en la pobreza no tienen acceso a servicios básicos.

Por si el aumento del IVA al 15% —que sí va a encarecer la canasta básica desde abril— fuera poco, este gobierno del empresariado está empujando una reforma laboral de contrato por horas, en forma de última pregunta de la "Consulta Popular" asimismo para abril del presente año. Concretamente: que el valor de la hora-trabajo en Ecuador sea desde $3.88 hasta $5 y $6, según los “cálculos” del Ministerio de Trabajo. Por eso el presidente Daniel Noboa “invita a trabajar duro”; esto es, a trabajar más horas dentro de las precarias condiciones antes expuestas.

No es una contradicción. Es una medida acorde con los intereses de la burguesía en tiempos de crisis: aumentar la tasa de explotación del proletariado para compensar la caída de la tasa de ganancia del capital. Más claro: en un polo de la sociedad, mayor explotación/precariedad laboral y peores condiciones materiales de existencia para la clase trabajadora; y, en otro polo de la sociedad, mayores ganancias y lujos para la clase capitalista o empresarial, que es la única que en realidad puede comer “entrada, plato fuerte y postre”, estudiar en universidades de élite, heredar haciendas y empresas familiares, irse de vacaciones al extranjero, exportar —y consumir— banano y cocaína, evadir impuestos, hacer caridad y lavado de imagen, dedicarse a la alta política y convertirse en presidente de la nación.

Para esto mismo fue que el mafioso gobierno actual hizo todo el show de terror del 9 de enero, declarando “conflicto armado interno” y estado de excepción: para poder imponer su "paquetazo" sin dar chance a la protesta social, con los militares, los policías y los narcos haciendo de las suyas en las calles. En tal contexto, subir el IVA y encima decir “trabajen duro” no sólo es una burla y un insulto. Es un ataque. Es terrorismo económico de la clase patronal contra la ya precarizada, explotada y empobrecida clase trabajadora. Por lo tanto, para nosotros como proletarios es inevitable, necesario y legítimo exclamar:

¡ODIO Y LUCHA DE CLASE CONTRA EL EXPLOTADOR NOBOA!
¡SOLIDARIDAD Y AUTOORGANIZACIÓN ENTRE EXPLOTADOS!

Esperemos que, a pesar del estado de excepción, la rabia se acumule y las protestas en los centros de trabajo y en las calles no se hagan esperar durante los próximos meses…

domingo, 14 de enero de 2024

[Ecuador] CONTRA LA GUERRA ENTRE PATRONES, REDES DE SOLIDARIDAD PROLETARIA

Análisis y posicionamiento comunista sobre la jornada de terror del 9 de enero de 2024

Proletarios Hartos de Serlo
Quito, enero de 2024

 

Ecuador, 9 de enero de 2024: continuación y agudización de la guerra interburguesa o entre patrones, usando como carne de cañón a proletarios sobrantes y a la población civil en general, a fin de aterrorizar, disciplinar y explotar con mayor facilidad y “legitimidad” a la clase trabajadora por parte del Estado capitalista y su gobierno de turno. Para los explotados y oprimidos, la salida de esta situación sólo puede ser colectiva… y combativa:  la solidaridad de clase… contra clase.  

Hoy en día, el contexto histórico y mundial es de crisis, descomposición y guerra; de catástrofe y contrarrevolución. El narcoterrorismo en países capitalistas subdesarrollados como el Ecuador es su rostro más visible y monstruoso. Pero no es una “anomalía”: eso mismo es el capitalismo y el Estado.

El capitalismo es un modo de producción y reproducción social que se basa en la violencia: la depredación sistemática de la naturaleza y de la humanidad proletarizada para producir mercancías y obtener ganancia. La explotación asalariada es violencia. La acumulación de riqueza en un polo social (ej. Samborondón) y de miseria en otro polo social (ej. El Guasmo) es violencia. La represión de la protesta contra esta desigualdad estructural es violencia. El Estado es el monopolio “legítimo” de toda esa violencia. El Estado no es “neutral”: es el guardián del Capital.

El capitalismo se basa también en la competencia. Con sus empresas y sus Estados, los capitalistas de todo el mundo compiten entre sí de manera permanente por más capital, territorio y poder, tal cual lo hacen las mafias. Y, en ciertas situaciones, dicha competencia adquiere una forma armada llamada guerra. Esto es la guerra intercapitalista, la guerra interburguesa o la guerra entre patrones, donde el Estado es el patrón de patrones y la mafia de las mafias.

Mientras que las mafias del narcotráfico en realidad son empresas transnacionales (carteles mexicanos, colombianos, albaneses, etc.) con sucursales locales (empresas de lavado de dinero, bandas delictivas, etc.). Esta es la lumpenburguesía. Su fuerza de trabajo (traficantes) y, al mismo tiempo, su fuerza de choque (sicarios) es el lumpenproletariado o el proletariado sobrante ─sin trabajo, sin techo, sin estudios, sin futuro─ que reclutan a la fuerza desde niños y adolescentes en los suburbios.

¿Por qué ahora estas mafias tienen más poder que antes? Porque son un síntoma de la crisis y descomposición del capitalismo que mencionamos al principio. Teniendo presente que las crisis son momentos de verdad; es decir, el capitalismo es mafioso por naturaleza y desde sus orígenes, sólo que hoy en día aquello es más brutal y escandaloso que antes. Y no se olvide: el Estado es la mafia mayor de cuello blanco.

Por lo tanto, los hechos violentos del 9 de enero en Ecuador son un episodio más, pero también más fuerte, de la guerra entre la mafia de la burguesía agroexportadora ─personificada por Noboa y su gobierno─ que ahora está de nuevo en el poder estatal y la mafia de la lumpenburguesía ─personificada por “Fito” y su banda─ que ha ganado cada vez más poder en la sociedad. Esto es lo que realmente significa el “conflicto armado interno” del que habla el gobierno ─y la prensa burguesa. También habla de “actores no estatales beligerantes”, “crimen organizado transnacional” y “terroristas”. Pero este refinado e hipócrita discurso liberal no resiste un análisis crítico de clase.

Por un lado, los narcopolicías, narcomilitares, narcojueces, narcopolíticos y narcoempresarios tanto del caso “Metástasis” como del caso “El gran Padrino”: toda esa “élite” burguesa mafiosa es el Estado capitalista crudo y duro, sin máscaras ni maquillajes, aquí y ahora. Por otro lado, las bandas del narcotráfico en realidad son “la hipertrofia del poder estatal” ─como bien dicen unos compañeros anarquistas─, porque ejercen funciones estatales en los suburbios y las cárceles: administración de negocios, control territorial, represión y asistencialismo al mismo tiempo.

Por lo tanto, ese lloriqueo socialdemócrata de “el abandono del Estado” o de “el Estado ausente” es falso. Al contrario, eso mismo es el Estado: una gran pandilla de hombres armados que administra la acumulación de capital y de poder en los territorios, ya que las condiciones materiales y las relaciones sociales vigentes lo hacen posible. El Capital-Estado es el verdadero crimen organizado, y es un pulpo con diferentes tentáculos: el tentáculo legal y “bueno” está conformado por todos los empresarios, políticos, jueces, militares y policías (de Ecuador, México, EE.UU. y otros países) con quienes los narcos hacen negocios y pactos bajo la mesa; mientras que el tentáculo ilegal y “malo” está conformado por las bandas ecuatorianas y sus verdaderos jefes, los carteles mexicanos. Ese es el Capital-Estado real aquí y ahora, que explota y somete a la mayoría de la población usando todo su poder (militar, político, legal, económico, social, cultural y mediático).

En la política ─y en su continuación que es la guerra─ ciertamente existen conspiraciones y espectáculos. De hecho, la jornada de terror del 9 de enero en Ecuador fue la ejecución de un plan orquestado entre el Estado y las bandas. El torpe secuestro de TC Televisión por parte de miembros muy jóvenes de una banda y su fácil rescate por parte de la policía es el más claro ejemplo de ello, y no sólo una televisada demostración de fuerza; así como también, los videos que circularon en redes sociales de los guías penitenciarios secuestrados y supuestamente “ejecutados” dentro de las cárceles. ¿“Política de shock” y de show? Sí, pero esa no es la causa que explica lo sucedido…

La causa estructural es la necesidad de la clase dominante de gestionar la crisis capitalista (caída de la tasa de ganancia, desvalorización y sobreproducción de drogas y de mercancías en general) y la contrarrevolución preventiva (prevenir una nueva insurrección de los explotados y oprimidos como en octubre de 2019 y junio de 2022) de manera cada vez más violenta o sangrienta. Durante los últimos años en el Ecuador, este ya es un patrón que se repite y se agudiza cada vez más. La causa estructural es, pues, la necesidad del Capital de usar la violencia estatal y paraestatal tanto para deshacerse de proletarios sobrantes o “antisociales” porque ya no producen valor o no son “productivos” como para disciplinar y reproducir la fuerza de trabajo en activo, su única fuente de valor y ganancia. En fin, es una violenta vuelta de tuerca del capitalismo.

El resultado logrado por la clase dominante es sembrar el miedo en la población y crear un consenso social reaccionario de “más seguridad” y, peor aún, de “darles bala”, para así justificar y legitimar, por un lado, el terrorismo de Estado: toque de queda o estado de excepción; militarización de las calles; impunidad para los militares y policías que humillen, torturen y asesinen a jóvenes empobrecidos y racializados de los suburbios; Decreto 111; “Plan Fénix” (o Noboa imitando a Bukele); y posiblemente, “Plan Ecuador” (nueva versión criolla del “Plan Colombia”, bajo la tutela de EE.UU.). Por otro lado, justificar y legitimar el “paquetazo” de medidas económicas de este gobierno de la burguesía agroexportadora contra el proletariado de todos los sectores (aumento del IVA del 12 al 15%, condonación de deuda tributaria a grandes grupos económicos, privatizaciones, zonas francas, flexibilización laboral, etc.), como si todo el país fuese su hacienda bananera… y su puerto de cocaína. En suma: aterrorizar para disciplinar y explotar con mayor facilidad y “legitimidad” a la heterogénea clase trabajadora que habita la región ecuatoriana. Y, por supuesto, beneficiar a toda la clase de los capitalistas ─criollos y extranjeros─, más allá de sus conflictos internos.   

Por todo ello, el problema no es “el país”, “el gobierno”, “el narcoestado”, “el neoliberalismo” ni “la fascistización social”. El problema es el capitalismo, que es un sistema mundial de explotación y muerte. Y los proletarios no tenemos patria. De manera que rechazamos todos los llamados a la “unidad nacional” y la “defensa de la democracia”, vengan de quien vengan, porque la nación o la patria es una hacienda con shopping y cárcel; y la democracia, la dictadura invisibilizada y normalizada de la burguesía ─legal e ilegal─ con sus sicarios ─uniformados y no uniformados─, en la cual tienen lugar estas guerras entre patrones donde los muertos nunca son ellos, sino los proletarios sobrantes, los nadies. Mismos que, desgraciadamente, en lugar de militar para la guerra de clases y la revolución, hoy militan y sacrifican sus vidas para la guerra interburguesa y la contrarrevolución. Hijos bastardos de estos tiempos.

Frente a toda esta catástrofe, nuestra propuesta como comunistas no es “más Estado” ─que en este caso sería pedir más ejército y policía en las calles o más violencia y control sobre la población con unas migajas de “gasto social”─ ni más activismo ciudadano y caritativo ─porque fuera de un contexto de lucha de clases, la “solidaridad” termina siendo caridad o asistencialismo, venga de quien venga─. Nuestra propuesta como comunistas es crear, desarrollar y fortalecer comunidades de lucha y de vida o redes de solidaridad, resistencia, apoyo mutuo y cuidado en los territorios. Redes que sean independientes de todas las fracciones (legales e ilegales, estatales y narcos, gubernamentales y no gubernamentales) del Capital y del Estado. En una palabra: practicar la solidaridad de clase, que es autónoma y combativa o no es. Porque en la guerra social, la solidaridad es nuestra mejor arma, proletarios.

Apoyarnos mutuamente y cuidarnos entre explotados, oprimidos y excluidos contra el terror, el aislamiento y la desesperanza que nos imponen los explotadores y opresores junto con sus sicarios uniformados y no uniformados. Apoyarnos mutuamente y cuidarnos desde el alimento y el techo hasta la salud mental y las adicciones, en los lugares donde habitemos o donde nos movamos y con quienes tengamos diferentes vínculos. Incluso llegar a disputar, controlar y transformar los territorios, con la solidaridad proletaria y la legítima autodefensa como nuestras mejores armas. Tal como ya lo han hecho y/o lo hacen nuestros hermanos de clase en otros países (Chile, Grecia, Argentina, País Vasco, etc.).

En el actual contexto de contrarrevolución preventiva y sangrienta, sin duda está lejos la revuelta… y peor aún la revolución, que sería la única solución radical o de fondo para toda esta catástrofe. A pesar de ello, es necesario mantener encendida la llama de la lucha proletaria con independencia y solidaridad de clase. El desafío es construir una alternativa revolucionaria real codo a codo entre explotados, oprimidos y excluidos, en especial entre el proletariado juvenil, más que como un proyecto histórico y político, como una cuestión de vida o muerte aquí y ahora. Lo uno es inseparable de lo otro. Y es mundial, porque la lucha y la solidaridad de clase no tienen fronteras.

jueves, 30 de junio de 2022

FIN DEL PARO NACIONAL: NADA QUE CELEBRAR. LAS MIGAJAS NO SON LOGROS

Proletarios Hartos de Serlo
Quito, 30 de junio de 2022

Las luchas y organizaciones reformistas de masas como la Conaie existen, más aún en el actual periodo histórico-mundial contrarrevolucionario. El fin de la revuelta en la región ecuatoriana es un triunfo del Estado burgués, aún intacto, mediante el típico libreto de la dictadura del Capital que en realidad es la democracia: el palo y la zanahoria. Más concretamente, mediante la represión brutal y luego mediante la negociación de migajas (diálogo y acuerdo). Migajas que ni siquiera "aliviarán" las malas condiciones de vida de la mayoría de la población trabajadora y empobrecida en tiempos de normalidad y paz social. ¿Y la burguesía o la minoría privilegiada y parasitaria que vive a costa de nuestro trabajo y empobrecimiento? Bien gracias. ¿Y los muertos, heridos y presos por luchar? Nada que celebrar.

Si bien la revuelta de Junio de 2022 fue más fuerte que la de Octubre de 2019, y dentro de ella hubo algunas acciones directas de masas, espacios de solidaridad y combatividad, y momentos de tensión y desborde interesantes; el fin del Paro Nacional es una derrota, pero no es el fin de la lucha. Los explotados y oprimidos de la ciudad y del campo tenemos que seguir aprendiendo a punta de más revueltas y derrotas, en la práctica histórica de la lucha de clases, hasta que podamos ir a las raíces de nuestro malestar cotidiano (las relaciones sociales capitalistas) y, entonces, dejemos de luchar por reformas o migajas de la clase capitalista y sus gobiernos, para así dejar de ser explotados y oprimidos de una vez por todas.
(Sí, basta de luchar por migajas. Hay que luchar por todo el pan y la panadería. Porque si los proletarios lo hemos producido todo, entonces todo debería pertenecernos en común. Pero, ya no como proletarios o explotados, sino como individuos libremente asociados para producir y reproducir nuestras vidas desde y para nosotros mismos. Ya no habría escasez ni inflación ni delincuencia. Alcanzaría todo para todos y hasta viviríamos en abundancia.)

Hasta que, de manera autoconciente y autoorganizada desde las bases, sin representantes ni mediaciones de ningún tipo, podamos tomar el poder, no del Estado (al cual hay que destruirlo junto con el mercado y el trabajo asalariado), sino de nuestras vidas y de las condiciones materiales que las hacen posibles.

En fin, hasta poder hacer la revolución social e instaurar la Comunidad humana real, aquí y en todas partes. Porque la revolución comunista mundial es lo único que puede poner freno a la actual catástrofe capitalista global que está devastando a la humanidad proletarizada y la naturaleza.

Mientras tanto, sólo habrá guerra de clases, velada o abierta. Mientras exista miseria, habrá rebelión.

Informe sobre las luchas globales contra el encarecimiento de la vida

por Chicago86
junio de 2022, Italia

La temperatura social sube y con ella las huelgas y los disturbios.

Como se anticipó en el artículo "Toque de queda en Sri Lanka y Perú", la situación social, ya de por sí crítica debido a la Covid que ha provocado cuellos de botella en la cadena de suministro, está empeorando drásticamente debido a la guerra en Ucrania.

Túnez se suma a la lista de países en estado de agitación. El jueves 16 de junio, Túnez vivió una huelga general de todo el sector público (que incluye también puertos y aeropuertos), organizada por el mayor sindicato del país, la UGTT (Unión General Tunecina del Trabajo), contra los bajos salarios y el recorte de algunas subvenciones. La movilización contra la pérdida de poder adquisitivo de los salarios implicó a unos tres millones de trabajadores.

En Ecuador, las protestas, iniciadas el pasado 13 de junio y provocadas por la creciente miseria, fueron promovidas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) y pronto se convirtieron en una revuelta masiva contra el sistema, con daños en edificios públicos, cortes de tráfico y enfrentamientos con la policía; hubo cientos de heridos y detenidos, y al menos cuatro muertos. La chispa que provocó el incendio social fueron los altos precios de los combustibles, pero hay muchos otros temas en juego, como la concesión de minas en territorios indígenas y la renegociación de las deudas contraídas por los agricultores con los bancos. En el punto de mira de los manifestantes está el gobierno de Guillermo Lasso, considerado incompetente y corrupto, que ha declarado el estado de excepción en seis provincias, incluida la capital. Quito es el epicentro de la sublevación a la que se han unido ahora diversos sectores sociales, desde los sindicatos hasta el mundo estudiantil, en un #ParoNacional generalizado e indefinido. El viernes 24 de junio, los manifestantes intentaron asaltar el Parlamento, pero fueron repelidos por la policía, que disparó botes de gas lacrimógeno y balas reales. La Iglesia, como siempre, intenta mediar para que las partes dialoguen.

En Europa, el 9 de junio tuvo lugar la primera huelga de estibadores alemanes, organizada por el sindicato, para reclamar un aumento (1,20 euros más por hora) de los salarios erosionados por la inflación. Los trabajadores portuarios de Alemania son 12.000, pero tienen en sus manos una poderosa arma, ya que, al igual que los transportistas por carretera (véanse las huelgas en Corea del Sur), pueden bloquear, o al menos ralentizar, la cadena logística mundial. Para presionar a la otra parte, el sindicato de servicios alemán ha convocado otra huelga para el jueves 23 de junio en los puertos de Hamburgo, Emden, Bremerhaven, Bremen, Brake y Wilhelmshaven.

En la capital belga, 70.000 trabajadores se manifestaron el lunes 20 de junio exigiendo la intervención del gobierno para hacer frente al fuerte aumento del coste de la vida. El aeropuerto de Bruselas se vio muy afectado por la huelga nacional, y cientos de vuelos fueron cancelados. Están previstas nuevas huelgas contra Ryanair y otras aerolíneas de bajo coste, no sólo en Bélgica, para el fin de semana.

En Inglaterra ha comenzado la mayor huelga de transporte de los últimos treinta años. Afecta a unos 40.000 trabajadores, entre ellos maquinistas, limpiadores y trabajadores de mantenimiento de trenes, y a unos 10.000 trabajadores del metro de Londres. Una vez más, la protesta es contra los efectos de la inflación, contra los despidos de las empresas ferroviarias privadas británicas y para exigir más seguridad laboral. Los trabajadores exigen grandes aumentos salariales. Organizada por el sindicato RMT (Rail Maritime and Transport Workers), la segunda jornada de huelga, el 23 de junio, alcanzó una participación del 80% de los trabajadores. El tira y afloja entre los sindicatos y la empresa (estatal) Network Rail junto con las empresas privadas del sector continúa con una nueva huelga prevista para hoy, sábado 25 de junio.

En Italia, los burócratas sindicales dan la voz de alarma. Para Maurizio Landini, líder de la CGIL, la situación social es explosiva (según los últimos datos publicados por el Istat, en 2021 habrá 5,6 millones de personas en situación de pobreza absoluta, y miles de trabajadores serán despedidos o estarán en riesgo de despido). Por mucho que se esfuercen en mantener la paz social, los bomberos sociales son conscientes de que la situación puede escapárseles de las manos, como demuestran las continuas revueltas en diversas partes del mundo. Lo confirma también el presidente de la CEI, la Conferencia Episcopal Italiana, que recientemente declaró a la prensa que "será un octubre caliente, las crisis pueden volverse peligrosas".

Los izquierdistas, por su parte, dicen que hay que reconstruir un bloque social de referencia, una identidad de clase, para poder empezar a luchar. Como buenos idealistas, con una visión invertida de la realidad que se apoya en la cabeza (ideas) y no en los pies (materia), no se dan cuenta que se avecina un tsunami que arrollará a todos, más allá de la conciencia que los hombres individuales tienen de sí mismos y de la época en que viven.

La lucha de clases es así, no es educada, no pide permiso antes de entrar. Hace saltar por los aires la rutina diaria, los cálculos políticos mezquinos, y suscita la solidaridad entre los explotados. Más vale estar preparados entonces, tal vez desde ahora para deshacerse del lastre político e ideológico que nos mantiene aplastados a lo existente, es decir, el gradualismo, el enfoque sindicalista y las múltiples formas de reformismo, incluidas las que se revisten de antagonismo.


Original: https://www.chicago86.org/lotte-in-corso/internazionale/1399-report-sulle-lotte-globali-contro-il-carovita (traducción tomada de facebook)

martes, 26 de mayo de 2020

[Ecuador] Contra el nuevo "paquetazo" de este gobierno explotador y asesino, ¡hagamos una nueva revuelta proletaria!

Unos proletarios cabreados de la región ecuatoriana por la revolución comunista y anárquica mundial
Quito, 25 de mayo de 2020
Extraído de: proletariosrevolucionarios.blogspot.com

El nuevo “paquetazo” del gobierno ya es un hecho en este país: reducción de los salarios y de la jornada de trabajo, despidos masivos, recorte del presupuesto para la educación y la salud, privatizaciones, y aumento del precio de la gasolina, por ende, de todos los productos de la canasta básica. Todo esto, en medio de la actual crisis sanitaria y económica. Por lo tanto, la gente de a pie que si no trabaja no come (la mayoría de la población) debería levantarse en contra de estas medidas tal como lo hizo en Octubre. Sí: deberíamos hacer una nueva revuelta, gente, porque estas medidas son peores que las de Octubre: nos precarizan y empobrecen aún más de lo que ya estamos, mientras los empresarios y sus políticos siguen acumulando más riqueza y poder a costa de nuestra explotación y dominación; es decir, a costa de robarnos, engañarnos y reprimirnos.

Es más, todo lo que ha hecho este gobierno empresarial, mafioso y asesino de Moreno-Sonnenholzner-Martínez-Roldán-Romo-Jarrín durante los últimos meses, aprovechándose de la pandemia y la cuarentena obligatoria, es mucho peor y condenable que lo que hizo en Octubre (miles de contagiados, muertos, presos y despedidos). Por eso mismo, en las últimas semanas y días, nuestra clase trabajadora (que incluye a los informales y los desempleados) ya reaccionó protestando en las calles, a pesar del coronavirus y la dictadura sanitaria impuesta por el Estado. Y lo más probable es que continúe protestando en los próximos días y semanas, como debe ser. Pero no se sabe hasta cuándo ni hasta dónde.

En caso de acontecer una nueva revuelta en este país, es posible que, así como en la Revuelta de Octubre del año pasado se luchó por la derogatoria del Decreto Ejecutivo 883, esta vez se luche por la derogatoria de los Decretos Ejecutivos 1053 y 1054. Todas las izquierdas de aquí, o la mayoría de ellas, estarán de acuerdo en ello. Sin embargo, esta vez no hay que conformarnos con migajas legales e institucionales, gente. Eso de por sí ya fue y ya sería una derrota, aunque parezca lo contrario. Es decir, no hay que conformarnos con luchar por la “inconstitucionalidad” de tales leyes ni fantasear con elecciones presidenciales y un “gobierno obrero, campesino, indígena y popular”, como lo hacen las organizaciones de la izquierda del Capital. Porque las leyes, las elecciones y las instituciones son armas del Estado de los ricos y poderosos contra nosotros los explotados y oprimidos. No se puede combatir y destruir este sistema en su mismo terreno y con sus propias armas. Eso es “darle más poder al Poder”. Por el contrario, hay que hacer real aquella consigna que se ha escuchado en las últimas protestas: “con la fuerza de los trabajadores, romper las leyes de los explotadores”; y romper todo su poder económico, político, militar, mediático e ideológico.

Las revueltas proletarias deben criticarse a sí mismas, aprender de sus propios errores, tensionar y superar sus propias contradicciones, para no quedar atrapadas en el terreno de la clase explotadora y dominante, sino para romper con el orden establecido y transformarse en la revolución social que hoy en día es más necesaria y urgente que nunca, dada la actual crisis total del sistema capitalista que está destruyendo a la humanidad y la naturaleza. La revolución social, no para poner en el poder a ningún partido político de izquierda, sino para defender y regenerar la Vida misma que hoy está en riesgo.

Claro que para lograr algo así hay que empezar luchando por unas demandas mínimas (de trabajo, salud, vivienda, educación, tiempo libre) y con un mínimo de autoorganización colectiva (de la bioseguridad, la alimentación, el transporte, la comunicación y la autodefensa). Pero también hay que ir más allá de esto: hay que superar los propios límites de la revuelta. Al fin y al cabo, la revolución es la generalización y radicalización de todas las reivindicaciones o necesidades de los explotados y oprimidos para dejar de serlo. Y la organización es la organización de las tareas que esta lucha de clases para abolir la sociedad de clases exige. En la cual, el apoyo mutuo y la solidaridad han sido, son y serán nuestras mejores armas.

Entonces, si salimos a protestar a las calles a pesar del riesgo de contagio, el toque de queda y la amenaza de represión legal por parte del gobierno, que no sólo sea por rabia, hambre, desesperación y con la Revuelta de Octubre en la memoria (lo cual es totalmente legítimo y valioso). Salgamos a protestar a las calles con algunas ideas claras y autocríticas, gente: no luchemos por esas migajas democráticas del Estado de los ricos y poderosos llamadas “derechos”, ni tampoco como rebaños de ningún partido ni sindicato de izquierda que diga ser nuestro “líder y salvador”. Luchemos con cabeza y mano propias como los nadies que lo queremos todo. Porque los nadies, es decir los proletarios y las proletarias, hemos producido todo lo que existe y, por lo tanto, podemos destruirlo todo (las ruinas no nos dan miedo) y podemos crear algo totalmente nuevo y mejor que lo destruido, por y para nosotros mismos, sin necesidad de jefes, representantes ni intermediarios.

Todo esto, no es una cuestión de ideología política; es una cuestión de vida o muerte en estos tiempos de crisis económica, sanitaria, ecológica y civilizatoria. Tarde o temprano, hasta los “apolíticos” y “neutrales” que se creen “clase media” saldrán a protestar a las calles por esta razón. Todo lo dicho aquí, además, aplica no sólo para Ecuador y para la coyuntura local que se está abriendo, sino para todo el mundo (desde Chile hasta China) y para toda esta época. Por lo cual, hacemos un llamado a desatar la revuelta proletaria sin vuelta atrás aquí y en todas partes.

¡ABAJO EL PAQUETAZO, EL GOBIERNO, EL CAPITAL Y EL ESTADO!
¡NO LUCHEMOS POR MIGAJAS NI PACTOS!
¡LUCHEMOS SIN JEFES, REPRESENTANTES NI INTERMEDIARIOS!
¡CONTRA LA EXPLOTACIÓN Y LA MUERTE, VAMOS HACIA LA VIDA!
¡LA REVOLUCIÓN ES LA VIDA!

*

En inglés
Traducción por Malcontent:
Against the new “paquetazo” of this exploitative and murderous government, Let’s make a new proletarian revolt!

Ver también:
Sobre la Protesta Internacional de Repartidores en Ecuador: resistencia proletaria en medio de la pandemia y la precarización
Traducción por Malcontent:
Couriers Protests in Ecuador: Proletarian Resistance in the Midst of Precarization and Pandemic

viernes, 22 de noviembre de 2019

EN TIEMPO DE REVUELTAS: CHILE Y ECUADOR

Nro. especial del boletín La Oveja Negra (Argentina. Noviembre de 2019)
Pdf para descargar

En distintas regiones del planeta estalla la revuelta proletaria, sincronizando el hartazgo, pero también la creatividad, la desobediencia, el amor y la rabia. Francia, Hong Kong, Irak, Ecuador, Chile, Líbano, Colombia, Bolivia, Haití son solo algunos de los países donde ahora mismo o en las últimas semanas se agudiza la lucha de clases.
Por compartir el mismo idioma y por cercanía, pero también por los testimonios de primera mano de compañeros, nos enfocaremos en Ecuador y Chile, siendo Chile además una situación sobresaliente. Sin embargo, no podemos dejar de hacer referencias a otras luchas que vienen de largo aliento como es el caso de Haití o Francia con los denominados “chalecos amarillos”.

Sin tampoco desmerecer otras más recientes como en el Líbano donde tras dos semanas de conflicto que significó cortes de calle en las principales entradas de la capital, mientras bancos, escuelas y universidades estaban cerrados, el primer ministro debió renunciar.

Sí, hemos dicho proletariado, hemos dicho lucha de clases. Aunque nos digan que es algo antiguo, anticuado. Y claro que es antiguo, el proletariado no es una nueva identidad en las góndolas de los supermercados, es una realidad social de hace siglos. Así de anticuados somos quienes día a día, debemos vender nuestra fuerza de trabajo esperando que alguien la compre y esclavizarnos por turnos para alquilar algún lugar, transportarnos, llenar la panza, comprar algún medicamento, distraernos y sobrevivir. Y también quienes no logramos venderla, los llamados “población sobrante”, que hacemos todo tipo de malabares para conseguir algo de dinero para seguir adelante.

Acá o allá nos hablan de derecha e izquierda, de neoliberalismo o populismo, de diferencias políticas, de patrias, pero ocultan lo esencial: el antagonismo de clases.Este significa la imposibilidad material de la coincidencia de necesidades e intereses con nuestros explotadores y gobernantes.

Por eso nos interesamos desde tan lejos sobre estos conflictos en curso. Simplemente porque el capitalismo es mundial y nuestra clase también. Pese a la aplastante paz social reinante de esta nueva transacción democrática en Argentina...

Índice:
¡VAMOS HACIA LA VIDA!
Reemergencia global de la lucha
Una acción común contra el Capital

REVUELTA EN ECUADOR
Solidaridad
Represión y criminalización
Carta desde el pasado
Breve balance
Un mes después del Paro Nacional…

REVUELTA EN CHILE
«¡Evade!»
¿Guerra?
¿Vuelta a la normalidad?
Sobre las asambleas constituyentes
Notas provisionales...
Esto no termina…
Cuadros:
Primer detenido bajo la Ley de Seguridad Interior del Estado por las revueltas de octubre: Roberto Campos
Izquierda en Ecuador, derecha en Chile
Contra el patriotismo

Anexos:
Haití: ¡Viv Revolisyon!
Bolivia: Revuelta y Golpe de Estado

jueves, 31 de octubre de 2019

REVUELTA INTERNACIONAL CONTRA EL CAPITALISMO MUNDIAL


La revuelta proletaria ha explotado a lo largo del mundo confluyendo violentamente en diferentes rincones del mismo. Chile, Ecuador, Irak, Haití, Francia, Líbano, Hong Kong, Colombia, Bolivia, Honduras, Argelia, Sudán… son algunos de los lugares donde en estos últimos meses hemos salido a las calles desatando toda la cólera acumulada durante años. Bastó el anuncio de una subida del subte en Chile, de la tasa de combustible en Francia, del precio del pan en Sudán, un impuesto en las llamadas por redes sociales y en la gasolina en Líbano, o que quitaran los subsidios al combustible en Ecuador, para que como en Irak o Haití, saliéramos desesperados y furiosos ante la imposibilidad absoluta de vivir.

La insaciable sed de ganancia de la burguesía mundial está llevando a la vida en la Tierra a límites inimaginables, la contradicción entre las necesidades de valorización y la vida humana explosionan desde hace años en revueltas que hoy, con la concentración en el tiempo de decenas de revueltas, anuncian una nueva agudización del antagonismo de clases a nivel internacional. Cada barricada, cada protesta que se alza contra los sucesivos aumentos de nuestra explotación, cada corte de ruta, cada saqueo, es un llamamiento del proletariado mundial a luchar contra el deterioro de nuestras condiciones de vida, a extender y afirmar la negación de este mundo, a empuñar y levantar de nuevo la bandera de la revolución social.

Lo que nos anuncian las revueltas que hoy se generalizan por el mundo capitalista no es otra cosa que la reemergencia del proletariado, el regreso del viejo topo que nunca dejó de cavar. La llamada primavera árabe, la revuelta social en Grecia, en Turquía, en Ucrania, o las recientes luchas en Brasil o Venezuela, eran la antesala de un movimiento internacional e internacionalista que hoy lleva el miedo a todos los representantes del capitalismo mundial e insufla esperanzas y fuerzas a los proletarios de todo el planeta.

Desde el gobierno de turno que ejecuta las medidas que imponen las necesidades económicas y suponen siempre una subida de los precios de lo imprescindible para vivir; desde el patrón que nos explota directamente en el trabajo sacándonos nuestra última gota de energía; desde el mercado que nos arroja al desempleo en un mundo en el que si no tienes billetes en el bolsillo sobras y vas directo el matadero; pasando por el banco, o mejor dicho, por los bancos mundiales que aumentan nuestro grado de explotación con todo tipo de medidas de expoliación que hace que esos mismos billetes valgan cada vez menos en nuestras manos; desde cada chute más de ganancia que ejecuta la burguesía mundial a costa de envenenar el aire, el agua, la tierra, nuestra sangre o lo que comemos, pasando por todas esas innumerables organizaciones, sindicatos y partidos de izquierda y de derecha que representan “alternativas” al interior del capital y que sirven para perpetuarnos en nuestra condición de esclavos… a todos y cada uno de ellos van siendo señalados por el fuego de la revuelta como responsables de nuestros sufrimientos, como representantes del capitalismo mundial.

La potencia que ha mostrado nuestra clase en estos meses ha conseguido trastocar incluso los encuadramientos que en algunos lugares la burguesía lograba imponer para fagocitar nuestra lucha. En Hong Kong, el encuadramiento interburgués recula por la fuerza de la lucha internacional que arrincona algunas de las consignas de nuestro enemigo y determina a los proletarios a delimitarse de las mismas. Hasta en Cataluña, donde el nacionalismo parece omnipotente dirigiendo un espectáculo que arrastra al proletariado a negarse como fuerza revolucionaria, han aparecido consignas y prácticas de minorías que expresan que la fuerza revolucionaria sólo se abrirá paso fuera y contra la trampa de las banderitas nacionales.

Claro que, dicho todo esto, subrayando la importancia histórica de lo que estamos viviendo y que tiende a afirmarse en la práctica como movimiento proletario internacional e internacionalista frente a todas las tentativas de la burguesía por reprimirlo, ocultarlo, canalizarlo, deformarlo, fraccionarlo… no dudamos ni un momento que no es más que el comienzo de un proceso largo y complejo. Es difícil predecir los pulsos y desarrollos que tendrá, las idas y venidas, pero indudablemente avanza ya hacia una confrontación cada vez más internacional y generalizada, cada vez más violenta, cada vez más decisiva.

Si bien estamos ya reventando de hambre, enfermando de todas las maneras posibles y asfixiándonos por todo lo que da empuje a la economía a costa de nuestra vida y la de nuestro planeta, lo que está por venir es todavía peor. La catástrofe capitalista que se viene encima es incomparable con lo que se ha vivido hasta ahora. Las insaciables necesidades vitales de la economía capitalista piden sacrificar al ser humano y a todo lo viviente en el altar de la ganancia. Pero los proletarios hemos retomado la vía que abre la puerta a otro futuro: la pelea, la lucha intransigente por imponer una transformación radical, el ataque a las diversas instancias y representantes del capital, la afirmación en las calle de innumerables rincones del mundo de la comunidad de lucha contra el capital.

Ante la fuerza de la revuelta internacional, el capitalismo mundial responde como no puede ser de otra manera, con todo su arsenal terrorista. Durante estas semanas de protestas la democracia del capital nos recuerda que su dictadura es la más brutal que ha conocido la humanidad. Policías, antimotines y milicos salen a llenar de sangre las calles, a destrozar cuerpos, a encerrarnos, a asesinarnos, a dejarnos sin suministros y sin abastecimiento para hacernos recular, para meternos el miedo y que abandonemos las calles, para mostrarse invencible. Centenares de muertos, decenas de miles de detenidos y encarcelados, hombres, mujeres y niños mutilados y torturados por las armas que usan contra nosotros, ciudades y barrios desabastecidos para que regresemos a nuestras casas y se añore la vuelta a la tranquilidad de los cementerios.

Pese a que en algunos lugares tratamos de responder a todo ese terrorismo creando ollas y cocinas comunitarias, albergues, espacios para cuidar a nuestros hijos más pequeños mientras otros pelean en las calles, centros para tratar a los heridos y refugiar a compañeros, y también respondemos con la violencia revolucionaria, tomando por la fuerza lugares de abastecimiento, atacando a los medios de comunicación del capital, consiguiendo y repartiendo armas con las que defendernos y atacar al terrorismo del Estado, intentando que el miedo cambie de campo, intentando responder a su terrorismo expresándonos como comunidad de lucha, como comunidad solidaria, lo cierto es que aún no tenemos la fuerza suficiente para responder como se necesita al terrorismo del Estado. Es cierto, los milicos y todo su arsenal asesino no nos ha hecho retroceder, y la resistencia en las calles nos llena de determinación y coraje. Sin embargo, cuando el ejército sale a las calles a desplegar todo su terror, pese a la existencia de minorías que mantienen el pulso de la lucha y tratan de dar directivas, todavía somos incapaces de dar un salto cualitativo que cristalice en insurrección. La necesidad que hoy se nos plantea en cada revuelta es cómo profundizar y desarrollar esa insurrección.

Tenemos que retomar la senda del pasado, recordar lo que hicieron nuestros hermanos de clase entonces, cómo se cristalizaron las insurrecciones pasadas que lograron desestabilizar al Estado. Tenemos que recordar cómo se desestructuró a los cuerpos represivos, cómo se descompusieron los ejércitos, cómo enormes franjas de milicos se negaron a disparar contra la revuelta o más aún, se pasaron con la armas a su lado. La descomposición del ejército siempre fue y será un salto de calidad fundamental en toda revuelta proletaria.

Tenemos también que retomar la creación de estructuras para el abastecimiento, para la autodefensa, organizar el asalto a los centros de armamento para cristalizar las necesidades insurreccionales del enfrentamiento. Pero también necesitamos saber cuándo replegarnos en los momentos en los que la correlación de fuerzas nos es desfavorable, manteniendo la fuerza colectiva para evitar que el Estado nos barra. A veces puede ser necesario el repliegue, que no el abandono, para estructurarse, ampliar el asociacionismo y la estructuración proletaria internacional. Necesitamos también sacar a los presos, a los detenidos, etc. Pero sobre todo necesitamos que todo esto sea materializado como expresión y dirección de nuestra comunidad de lucha contra el capital. Toda tentativa de eludir la necesidad insurreccional y desarrollar en su lugar una guerra entre aparatos, o la de escindir de la propia comunidad de lucha la organización de la violencia como tarea de específica de un grupo guerrillero, son caminos que liquidan la fuerza que estamos generando. Como lo son también todas las peticiones de derechos humanos, o las exigencias de dimisiones de responsables del Estado, formas de integración democrática. Sin embargo, estamos convencidos de que nuestra comunidad de lucha aprenderá no sólo de su propia experiencia actual, sino que esa misma experiencia le hará reencontrarse con su propio pasado para buscar las formas de asumir estas necesidades. Como en Irak, donde los proletarios lanzan consignas refiriéndose a la insurrección de 1991.

No podemos obviar que el orden social existente no sólo combate nuestra lucha con balas y milicos que se lanzan contra las barricadas, sino con un conglomerado de ideologías y fuerzas que maniobran para destruir toda contestación social. Y lo que es más peligroso, esas mismas fuerzas, aprovechando nuestras propias debilidades y límites actuales, se presentan como parte de nuestra comunidad de lucha, llevando a muchos sectores de nuestra clase a identificarlas como tal. Las “soluciones” nacionales o nacionalistas, los espectáculos de asambleas constituyentes, los pedidos de depuraciones democráticas o cualquier otra reforma al interior del Estado son balas más dañinas que las que tiran los milicos, pues van dirigidas al corazón de nuestro movimiento. De nuestra determinación a contraponernos y enfrentarnos a esas fuerzas de la contrarrevolución depende la perspectiva revolucionaria, el latido de ese corazón comunitario.

No hay que olvidar que también es fundamental asumir todas una serie de tareas en los lugares donde la paz social no se acaba de romper. Claro que las mismas no tienen nada que ver con limitarse a la cuestión antirrepresiva o/y movilizaciones en embajadas y consulados que son terreno abonado para discursos reformistas y de derechos, con quejas y condenas contra los “excesos del Estado”. Ni por supuesto con defender la revuelta en tanto “pueblo que no aguanta mas” y que es “reprimido brutalmente”. Estas prácticas permiten precisamente a fracciones progresistas liquidar la verdadera solidaridad de clase, hacer de la revuelta y su necesidad algo de otros lugares, ajeno, lo que justifica negarla en su propio territorio defendiendo la paz democrática y los llamados a votar al mal menor. Por el contrario, la solidaridad de clase defiende la revuelta como expresión de nuestra comunidad de lucha contra el capital, como una misma lucha contra un mismo enemigo mundial. Claro que, las necesidades y tareas que se pueden asumir en los diversos lugares viene condicionada, no por la voluntad o determinación de grupos militantes, sino por la correlación de fuerzas locales. Desde luego es necesario crear instancias y comités de solidaridad, para centralizar y difundir las distintas informaciones de la lucha, así como lo que se realiza al interior de la revuelta (la sociabilidad, los saqueos, la organización comunitaria, la autodefensa, los comunicados compañeros etc.), para contraponernos a las mentiras de los medios de comunicación, a las canalizaciones socialdemócratas; para crear redes de ayuda con los refugiados, etc. En definitiva, hay que impulsar la estructuración de nuestra comunidad de lucha internacional, buscar formas de satisfacer las necesidades que se nos plantean en la lucha y saltar los obstáculos que nos encontramos.

La revuelta proletaria que hoy pone patas arriba al capitalismo mundial deja en evidencia, frente a todos los que quieren hacernos creer que la revolución es imposible, que la única alternativa del ser humano al capitalismo es la revolución mundial. La propia lucha y lo que cristaliza, nos da la certeza de que la humanidad puede destruir esta forma de vivir basada en la comunidad del dinero, mandarla al basurero de la historia, y desarrollar una nueva sociedad basada en la comunidad humana y su unidad inseparable con la Tierra.

¡Desde diferentes países y distintos escenarios,
una misma lucha contra el capitalismo!

¡Organicemos internacionalmente nuestra comunidad de lucha!!

Afuera y en contra de sindicatos y partidos

¡A profundizar la lucha contra las relaciones sociales capitalista!


Proletarios Internacionalistas
31 de octubre de 2019

jueves, 24 de octubre de 2019

domingo, 20 de octubre de 2019

Revueltas en Ecuador (folleto en pdf)


"Dejamos a disposición la recopilación de textos que hicimos para la actividad sobre las revueltas en Ecuador el jueves 17 de octubre.
Los textos acá reunidos reflejan parte del contenido imanente de la insurrección que se vivió en la región ecuatoriana. La fuerza de lo vivido persiste en el encuentro entre hermanas y hermanos de clase que redescubrieron su potencia colectiva. Puede que no compartamos la totalidad de lo que puedan decir algunos de los textos o la perspectiva de sus autorxs, pero nos parecen una importante expresión de lo vivido y un documento necesario del balance de nuestras luchas."
Biblioteca y Librería La Caldera (Buenos Aires, Arg) 18/10/2019


Índice:  - Presentación (texto elaborado en base al volante “Llamado a la solidaridad activa con las masas proletarias del campo y la ciudad en la región ecuatoriana”, firmado por Un grupo de proletari@s revolucionari@s internacionalistas de la región chilena.)

- Presentación de Materiales x la Emancipación (México) al volante “Breve análisis del “paquetazo” y las próximas protestas en este país desde la crítica radical”

- “Breve análisis del “paquetazo” y las próximas protestas en este país desde la crítica radical” publicado por Proletarios Revolucionarios (Ecuador)

- Lenin Moreno, el progresismo y la administración de la violencia. Texto tomado de un muro de facebook

- “La “Comuna” de Quito: controlar el territorio y ejercer el poder contra el paquetazo” publicado por la revista Crisis

- “Crónica del Estado feroz” texto de Cristina Vega

- “¿Quién habla de paz?” texto de Joseph Salas

- Panfleto de un@s proletari@s cabread@s de la región ecuatoriana por la revolución comunista anárquica mundial. 9 de octubre, día de la huelga general

- Reflexión de una compañera sobre la solidaridad y la comunidad en medio de la revuelta. Texto tomado de un muro de facebook

- Epílogo (Carta desde el pasado). Extracto de un texto publicado en el 2000 en la revista Comunismo nro. 45 sobre la revuelta en Ecuador en ese año

jueves, 17 de octubre de 2019

[Ecuador] Breve balance y perspectiva de las jornadas de lucha proletaria en octubre del 2019, al calor de los últimos hechos y debates al respecto

"El proletariado es arrojado a la lucha de clases por su propia naturaleza de clase asalariada y explotada, sin necesidad que nadie le enseñe nada; lucha porque necesita sobrevivir. Cuando el proletariado se constituye en clase revolucionaria consciente, enfrentada al partido del capital, necesita asimilar las experiencias de la lucha de clases, apoyarse en las conquistas históricas, tanto teóricas como prácticas, y superar los inevitables errores, corregir críticamente los fallos cometidos, reforzar sus posiciones políticas por medio de la toma de conciencia de sus insuficiencias o lagunas y completar su programa; en fin, resolver los problemas no resueltos en su momento: aprender las lecciones que nos da la propia historia.
Y ese aprendizaje sólo puede hacerse en la práctica de la lucha de clases de los distintos grupos de afinidad revolucionarios y de las diversas organizaciones del proletariado." Agustín Guillamón. Proletariado y clases sociales, hoy

A pesar de las debilidades, contradicciones, lastres ideológicos y errores prácticos que estuvieron presentes en el movimiento social real que protagonizó las recientes jornadas de octubre de este año en Ecuador, a saber: falta de radicalidad y autonomía frente al Estado Capitalista, aceptar el diálogo y la negociación con el gobierno, pedir la intermediación de la ONU, división entre algunas dirigencias y algunas bases del movimiento indígena, pacifismo de algunos sectores de este movimiento, deponer las medidas de hecho, pensar en nuevas elecciones de gobierno, ausencia de algunos sectores de trabajadores, presencia de algunos políticos oportunistas que quisieron pescar a río revuelto, discursos y símbolos nacionalistas y populistas, falta de claridad, organización y ofensiva; a pesar de esto, en los hechos lo que ocurrió en Ecuador durante los 11 días de Paro Nacional fue una verdadera revuelta proletaria con tintes insurreccionales que logró desafiar y hacer retroceder un paso al Estado burgués que controla este territorio. Se hizo lo que se pudo hacer, lo que las fuerzas realmente existentes permitieron hacer, ni más ni menos; concretamente, obligar a derogar parcialmente las últimas medidas de austeridad capitalista o el "paquetazo" impuesto por el gobierno de Moreno (el decreto ejecutivo 883), desde las calles ganadas mediante la lucha día tras día y noche tras noche. Pero, como dijo Marx, un paso adelante del movimiento real vale más que una docena de programas.

Esta victoria parcial del 13 de octubre (con cierto sabor a derrota por nuestros muertos y por la permanencia del actual gobierno de ladrones y asesinos y sus nefastas reformas laborales), fue el resultado de todas las acciones directas de masas realizadas desde el 3 de octubre: se tomaron instituciones gubernamentales, pozos petroleros, carreteras, hicieron marchas y cacerolazos, piquetes y barricadas, saquearon algunos comercios, quemaron regimientos policiales y tanques de guerra, capturaron y retuvieron policías y militares, le hicieron huir al presidente a Guayaquil, instauraron la Comuna de Quito como epicentro del Paro Nacional... Con tales acciones, en 11 días hicieron lo que no hicieron en 11 años. 11 días de ruptura parcial, temporal y precaria pero real de la normalidad capitalista, sobre todo al interior de las protestas mismas: ruptura del trabajo asalariado y la circulación de mercancías (por algo fue un paro), de la propiedad privada y el dinero, sustituyéndolas por la solidaridad y la gratuidad (en los centros de acopio y las ollas comunitarias); a lo cual le acompañó a toda hora la discusión y toma colectiva de decisiones en las asambleas, y la valiente autodefensa desde las barricadas contra la brutal represión de los perros guardianes uniformados de los ricos y poderosos. En pocas palabras, en esos 11 días de Paro Nacional lxs explotadxs y oprimidxs en lucha de este país crearon y vivieron embriones de comunismo y anarquía; embriones espontáneos, caóticos, contradictorios, localizados, de corta duración, pero reales. Todo esto no fue poca cosa, fue un acontecimiento histórico con eco mundial, considerando que las masas proletarias del campo y la ciudad de esta "mitad del mundo" estuvieron dormidas o inactivas durante tantos años, y ya no lo están más. Estallaron cual volcán y siguen calientes. Y lxs anticapitalistas autónomxs que participamos como una parte más de ellas, también.

Los muertos y heridos en combate por parte del terrorismo de Estado tampoco son poca cosa. No fueron "muertes accidentales", fueron crímenes de Estado. ¡Ni perdón ni olvido! Por eso, negarlos o hacerlos de menos es una falta de respeto y hasta una muestra de cinismo para con ellos, sus seres queridos y sus compañeros. Una actitud pésima y rechazable, no sólo de algunos derechistas sino incluso de algunos izquierdistas locales. Muy por el contrario, lo mínimo que hay que hacer en estos momentos de "post-guerra" de clases (porque lo que hubo aquí fue una guerra de clases que aún no termina) es: solidarizarse con los compañeros detenidos y con las familias de los compañeros caídos; denunciar y oponerse activamente al terrorismo de Estado/gobierno asesino, que en estos momentos está haciendo represión selectiva a modo de venganza contra miembros de organizaciones sociales que participaron del paro, por lo cual toca cuidarnos; estar alertas e impedir nuevas medidas de austeridad maquilladas y "focalizadas" (nuevo decreto ejecutivo); estar atentxs también al inicio de las privatizaciones para oponerse a las mismas, y a las movilizaciones anunciadas para fines de este mes contra las reformas laborales flexiblizadoras/precarizadoras aún vigentes; y, mantener la movilización y organización social que se dio espontáneamente para poder "acumularla", radicalizarla y generalizarla a mediano y largo plazos con una perspectiva autónoma y revolucionaria. En ese sentido, esto acaba de empezar. La lucha sigue. Hasta el fin. Porque no se trata de sobrevivir menos mal, sino de vivir de verdad. Y no se trata de cambiar de amo, sino de dejar de tenerlo.

Es la insatisfacción de necesidades concretas del día a día, y no una u otra ideología, lo que lleva a la clase trabajadora a enfrentarse a la clase patronal y su Estado. En el seno de esta lucha, surgen y se desarrollan minorías conscientes, organizadas y activas que se esfuerzan por mantener viva la memoria, las lecciones y la llama rojinegra de la revolución proletaria. Pero una cosa es ser revolucionario y "ensuciarse las manos" en la lucha de clases real y contradictoria, estar ahí "donde las papas queman", viviendo la solidaridad y la combatividad de nuestra clase proletaria en carne propia, aportando y aprendiendo lo más que se pueda (tanto en las barricadas como en los centros de acopio y las asambleas), siempre con autonomía y criticidad, al mismo tiempo que con humildad y sin prejuicios ideológicos ni huevadas personales o grupusculares; y otra cosa es decir ser revolucionario desde la comodidad de la cama, la pantalla, el escritorio o la vereda, además desde una ideología eurocentrista/racista, obrerista, pacifista y purista que dice ser "comunista" e "internacionalista". O desde una ideología "marxista-leninista-maoísta" a "la vanguardia". O desde una ideología "anarquista" nihilista o valeverguista. Da igual. La revolución social no es un hecho ideológico sino un hecho real o material y, por lo tanto, impuro y contradictorio, que hay que saber asumirlo como tal mientras se está luchando codo a codo junto a las masas y otras minorías, porque así toca hacerlo contra el enemigo de clase común cuando estalla la guerra social como aquí estalló.

Obviamente aquí y en todas partes falta mucho para la revolución comunista anárquica mundial propiamente dicha, aún no existen las condiciones y las fuerzas para ello, pero por algo se empieza después de tanto letargo histórico. La emergente y actual lucha proletaria en Ecuador (las masas indígenas son parte de las masas proletarias del campo, no "un sector no explotador", además que también salimos a luchar las masas proletarias de la ciudad) es parte de toda una oleada internacional de luchas proletarias (Haití, Hong Kong, Francia, Argelia, Irak, etc.) que hoy por hoy está cerrando un ciclo histórico de contrarrevolución (con medidas de austeridad y represión estatal a la orden del día en todas partes) y abriendo un nuevo ciclo de ascenso e intensificación de la lucha de clases, en medio de la actual crisis capitalista mundial.

El papel de las minorías revolucionarias en todo esto, como siempre, es contribuir a desarrollar la autonomía y la ruptura proletaria en todo sentido, es decir contribuir a que lxs explotados y oprimidxs podamos liberarnos por completo y de raíz del Capital y del Estado con cabeza y mano propias; y, a que nos reapropiemos del programa invariante de la revolución social, forjado al calor de la lucha histórica del proletariado mundial, para hacerlo realidad de una vez por todas: abolición y superación de la propiedad privada, el trabajo asalariado (en todas sus formas), el valor, el dinero, las clases, el Estado, el mercado, las patrias, las razas, los géneros y toda otra forma de separación y opresión entre los seres humanos y sobre la naturaleza, para así poder vivir en comunidad y libertad reales.

Pero eso sólo es posible participando en las luchas sociales reales, metiendo y "ensuciándose las manos", cometiendo errores y aciertos, pasos en falso y pasos en firme, avances y retrocesos, victorias y derrotas; siendo parte activa e incidente de las masas en revuelta, de la clase explotada y oprimida en pie de lucha por sus necesidades materiales, para desde ahí (y no desde la ideología, la comodidad ni el cinismo) poder sacar y aplicar las lecciones empíricas y teóricas aprendidas, para desde ahí poder criticar y superar en la práctica nuestras debilidades y contradicciones con la perspectiva clara y firme de hacer la revolución hasta el fin, es decir hasta derrocar todo este sistema de explotación, miseria y muerte. Por ello, desde la resistencia y la dignidad que sólo la lucha otorga, decimos: por nuestros muertos y nuestras vidas, ¡ni un minuto de silencio, toda una vida de combate! ¡La solidaridad es nuestra mejor arma y les hará temblar de nuevo!

Un@s proletari@s cabread@s de la región ecuatoriana por la revolución comunista anárquica mundial

Kito, 17 de octubre del 2019

LLAMADO A LA SOLIDARIDAD ACTIVA CON LAS MASAS PROLETARIAS DEL CAMPO Y LA CIUDAD EN LA REGIÓN ECUATORIANA

El día 1 de octubre el presidente de Ecuador Lenín Moreno anunciaba en cadena nacional un paquete de medidas económicas recomendado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que iban en directo desmedro de las condiciones de vida de la clase trabajadora ecuatoriana urbana y rural. Reducciones de sueldos y de las vacaciones, aumento del precio de los combustibles –y, por lo tanto, de la canasta básica, el pasaje de la locomoción colectiva y la vida en general-, entre otras, tales son las medidas que, a costa de la vida de las personas de Ecuador, el gobierno quería imponer con el fin de “beneficiar a la economía”, es decir, con el fin de beneficiar a la clase capitalista con un aumento de sus ganancias en un momento de crisis económica generalizada para el capitalismo mundial. Tal como en Chile o en todas partes del mundo, el Estado jamás ha tenido como objetivo beneficiar ni proteger a las personas que llama “sus ciudadanos”, sino todo lo contrario: el Estado es una máquina para la explotación de quienes deben trabajar para no morir de hambre, y una fuerza social que mantiene y perpetúa su sumisión al capitalismo.

El 3 de octubre se inició el paro nacional indefinido y el día 9 hubo una gran huelga general. Desde entonces, las masas proletarias –de las cuales los indígenas son una parte fundamental- se han lanzado a las calles y carreteras de todo el país, protagonizando hazañas enormes de solidaridad y rebeldía que las grandes cadenas de televisión intentan cercar, encubrir y falsificar por todos los medios disponibles. Hicieron huir al presidente-empresario de la capital y levantado la Comuna en Quito, se tomaron la Asamblea Nacional (congreso), han capturado militares y policías e incendiado sus vehículos, han ocupado ciudades enteras y extendido la solidaridad por todas las calles con ollas comunes al calor de las barricadas, han ocupado pozos petroleros y Gobernaciones en algunas provincias de la Amazonía y la Sierra, y también han realizado cacerolazos, cortes de ruta y marchas en muchos lugares del país. Las masas proletarias en el campo han defendido sus territorios y puesto en fuga a los militares enviados a asesinarlos, y luego han bajado a las ciudades a formar parte de la insurrección.

La lucha no sólo ha destruido el sórdido mutismo de la rutina capitalista, sino que también ha roto el aislamiento y ha permitido el encuentro solidario y rebelde de personas que, hasta hace una semana, jamás se habrían atrevido a hablarse o acercarse. Proliferan las asambleas autoorganizadas, la autoactividad proletaria, y las redes de solidaridad; crece y se afirma la comunidad de lucha, “es como vivir un comunismo anárquico, espontáneo, caótico y contradictorio, pero real”, nos informa un camarada que combate en las calles de Quito. Y todo ello mientras el Estado decreta un toque de queda permanente, mientras la policía y el ejército invaden campos y ciudades con tanquetas, cobrando la vida de decenas de personas rebeldes, atacando con sus armas químicas lugares de reunión con niños/as y bebés dentro, o incluso disparando a matar con francotiradores desde los edificios más altos de las ciudades. ¡La solidaridad de clase es nuestra mejor arma!

En Ecuador hay una verdadera revuelta con tintes insurreccionales en marcha, ya que las y los proletarios se lanzan a las calles no solamente por el “paquetazo” económico del gobierno, sino por las décadas de opresión capitalista que han soportado. Esta ha sido la chispa que ha terminado por incendiar el bosque. Conviene aquí recordar que en Chile también se impuso un “paquetazo” económico durante la Dictadura Militar, es decir, una vez que el proletariado de la región chilena había sido masacrado, torturado e intimidado por las fuerzas armadas al servicio de la burguesía nacional e internacional. En esta ocasión, la desesperación de las clases dominantes por aumentar sus ganancias en un momento de crisis les ha llevado a subestimar la capacidad de resistencia de nuestras hermanas y hermanos de clase en Ecuador.

Una misma llama recorre hoy el planeta: Hong-Kong, Argelia, Haití, Irak, Francia, Egipto y, ahora, Ecuador. Es el viejo fantasma que atormenta a las clases dominantes de todos los países, el fantasma de la emancipación humana. Es una revolución en marcha que recién está despertando, pero que ya ha comenzado a trazar una línea demarcatoria de lo que será la lucha por la emancipación a partir de ahora, al final de la segunda década del siglo XXI: una lucha no para tomar el poder del Estado burgués y gestionar el capital, sino para destruirlo de raíz y tomar el poder colectivo sobre nuestras propias vidas. Una lucha no para repartirnos las propiedades, sino para poner fin a la propiedad privada. Una lucha no para tener más y mejores empleos, sino para destruir la dictadura del trabajo asalariado, para no tener más que vivir para trabajar y trabajar para vivir. En resumen, una lucha para abolir el dinero, el capital, la mercancía y el trabajo asalariado que los crea, para abolir la sociedad de clases y entrar en una nueva etapa en la historia de la especie humana. Esa es la lucha revolucionaria que comienza por todas partes del planeta en este nuevo milenio y que se deja presentir hoy en la lucha del proletariado de la región ecuatoriana contra el capital y su sicario, el Estado.

¡Contra toda forma de opresión entre los seres humanos y sobre la naturaleza!
¡No se trata de sobrevivir menos mal, sino de vivir de verdad!
¡No se trata de cambiar de amo, sino de dejar de tenerlo!
¡Viva el Paro Nacional y la Huelga General en Ecuador!
¡Que la guerra de clases y la insurrección se extiendan por todo el planeta!
¡Por la transformación y la comunización de todo lo existente!
¡Vamos hacia la vida!

Un grupo de Proletari@s Revolucionari@s Internacionalistas de la Región Chilena
13 de octubre 2019

[Ecuador] Radio Temperamento

Grabado el 15 de octubre del 2019
Para descargar: click aquí con el botón derecho y "Guardar como..." 
En las primeras semanas de octubre se desató en Ecuador una revuelta proletaria como hacía mucho no se veía en esta región del mundo. 
Recopilamos voces, testimonios, escritos y reflexiones a fin de entender mejor y por fuera de la información burguesa, aciertos y debilidades de lo que esta ocurriendo allí.

En este programa:
• Audio compañero de Ecuador (13 de octubre)

• Contexto del inicio de la revuelta
Paquetazo - CONAIE
Llegada de comunidades indígenas a Quito

• Audio compañera argentina en Ecuador (9 de octubre):
Organización comunitaria, huelga y represión.

• Audio compañero de grupo Barbaria (región española):
Precarización de la vida y lucha internacional - Irak, Haití, Hong Kong, Francia, Argelia, Sudán.

Extensión de la revuelta, toma de pozos petroleros, aparición de francotiradores estatales.
Negociación de la CONAIE

• La Paz – texto del fanzine compañero «Somos Pueblo», escrito al calor de los hechos
• Testimonio anónimo sobre la potencia creadora del proletariado en lucha.

viernes, 11 de octubre de 2019

[Ecuador] Leaflet of angry proletarians


Ecuador, October 9, 2019: 7th day of national strike and 1st day of general strike.
Leaflet of angry proletarians living in what is today called “Ecuador” for the world communist-anarchist revolution, from the heart of the action:

We are fighting in the streets with the proletarian masses of the city and the countryside. There is no time and there are no copiers available to print out and distribute this pamphlet on paper. It’s more pleasant and helpful to live the experience of rebellion than to write about it.

We made the president, who is the puppet of the businessmen and thieving bankers of the Carondelet Palace, runaway. We have occupied the National Assembly, through massive direct actions and class solidarity networks, and despite the terrorism of his state (state of emergency, brutal police and military repression, hundred arrested, dozens injured, several dead, curfew).

We don't know when or how the current situation will be end. But we do know that the social struggle continues and must continue, clearly making the following minimum and non-negotiable demands:

* Repeal the entire economic package, not just the rise in public transport fares.

* Repeal the state of emergency and curfew.

* Overthrow all the power of Moreno's government, his bosses and his henchmen.

* No negotiation or giving in to the state that belongs to the rich and powerful, that kills us with hunger and with bullets. We can't let the bourgeoisie and the opportunist politicians from the left or the right steal the power we have gained in the streets in recent days. No demands for new elections or a new government. We have had enough of the same shit political script. We want the self-government of the masses!

* Keep the Assemblies everywhere to self-organize the mobilization, solidarity, supply, health and self-defense of our people.

* Demand the return of all the money stolen by businessmen, bankers and politicians, in order to improve the living conditions of the working class in the countryside and the city.

* Expel the mining companies and the IMF.

* Free detained comrades.

* Break the media blackout and denounce the economic and police terrorism of the state.

* Call for concrete international class solidarity around the world.

Proletarians in struggle in this country:

Win or lose, we have woken up from the historical lethargy, responded to all kinds of attacks from the ruling class, done things that have not been done in many years, and we are learning in practice various important lessons during these days of intense class struggle .

Win or lose, we have to keep the flame of proletarian struggle burning. We have to build and sustain an autonomous social force in the medium and long term with enough capacity and clarity to take power, not from the bourgeois state, which must be destroyed, but over our lives. To fully realize the social revolution, i.e. abolishing and going beyond of private property, commodities, wage labor, money, class society, the state, the nation and all forms of exploitation of human beings and nature.

It's not about surviving less badly, but about really living!

It's not about changing masters, but about getting rid of them!

Long live the the general strike!

Class war and insurrection!

Free communes throughout the country!

For the transformation and communisation of everything that exists!

¡Vamos hacia la Vida!

Towards life!


Original en español: http://proletariosrevolucionarios.blogspot.com/2019/10/ecuador-9-de-octubre-de-2019-7mo-dia-de.html

Italiano: Comunicato sulle proteste in Ecuador

jueves, 10 de octubre de 2019

Sobre los acontecimientos actuales en Ecuador

El polvorín social que actualmente recorre el centro y diversas  provincias de la finca ecuatoriana, no es algo repentinamente casual, y es por eso que desde los años 2014 y 2015 ya habían acontecido revueltas proletarias en esa región como respuesta a los ataques que impone la dictadura de la economía.

Este mes de octubre del 2019, el combate en las calles y la solidaridad ejemplar que se ha gestado entre oprimidos, revive el conflicto tras unos breves años de paz social.

Sin duda, esta situación regresó a primer plano en la palestra una realidad que buscaba ser nublada por la burguesía y sus ideólogos: la realidad de la lucha de clases, que ante los hechos, propios y extraños tuvieron que callarse, cuando antes ladraban acerca de la superación de todo enfrentamiento de clase.

Los acontecimientos de Ecuador, pese a todas las contradicciones y debilidades que el proletariado pueda arrastrar en este proceso; afirman nuevamente una realidad concreta: que el proletariado no es un concepto ambiguo, pasajero ni de identidad elegida; es la condición material y concreta de los que no poseemos más que manos y cerebro para vender al capitalista. Y que la lucha no es de ideologías “buenas” contra ideologías “malas”, es la lucha del proletariado revolucionario contra la burguesía y su Estado, es la lucha de una clase desposeída y dominada contra el armatoste de la sociedad que la aprisiona, más allá de cualquier aspiración redentora por obra de una “bonita idea”.

Es una labor de repetida tergiversación de la realidad donde la burguesía, sus voceros ideológicos y sus medios nos dirán que “somos clase media, ciudadanos, indígenas, estudiantes, ecuatorianos, venezolanos”… toda esa parafernalia solo tendrá el objetivo de que nuestro potencial subversivo sea atomizado, parcelado e impotente… y así poder ser canalizado para que pidamos más democracia, más reformas, mejores gobernantes… en suma, unas migajas efímeras para seguir en el vertedero.

Analistas políticos dicen muchas cosas, se atascan periódicos, páginas web, programas de tv y radio de bastante palabrería de todo tipo. Al fin de cuentas nadie dirá lo debe decirse: que ya no podemos ni queremos vivir así, bajo las imposiciones de la clase dominante y su sistema de reproducción de estas nauseabundas condiciones de existencia, y que por ello, la única solución para terminarlo es destruyendo la raíz de todo esto.

Los ideólogos orates que llaman al dialogo, la calma y a buscar vías de paz. Evidencian en estos momentos lo obsoleto de su discurso, pues son los hechos los que demuestran que cada vez que los trabajadores, los parados y los precarios se llenan de valor para expresar su rabia, ahí sin falta estarán los gases lacrimógenos y las balas de goma, las masacres, los asesinatos y las detenciones, las cárceles estarán copadas, los guettos llenos de droga y violencia. Todo para calmarnos, callarnos, reprimirnos, porque lo que más teme la burguesía y su Estado, es al proletariado en lucha.

En todo caso, durante estos últimos años de crisis social mundial hemos atestiguado la ruptura de la cotidianeidad burguesa, ya nada es lo mismo, y poco a poco se va configurando en las mentes de los obreros, los parados, los inmigrantes ilegales, los presos, etc., que del Estado ya no se puede esperar nada, más que su ataque, que ya sea la izquierda o la derecha en el gobierno, la porra del policía siempre caerá en la jeta del quien tiene hambre, está endeudado y tiene que trabajar para sobrevivir. Y esto ya lo hemos visto, desde Europa, Asia, el Norte de África hasta América Latina, la normalidad ya está rota.

//México, comienzos de octubre de 2019
Fuente: https://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2019/10/08/ecuador-breve-analisis-del-quot-paquetazo-quot-y-las-proximas-protestas-en-este-pais-desde-la-critica-radical/

[Ecuador] ¿Quién Habla de Paz?

Casi nunca me pronuncio por redes sociales, pero hoy no he dejado de pensar en las condiciones de turbulencia social que vive el país y las maneras en las que me afectan a mi vida . Algunos en redes sociales han hecho un llamado a la PAZ y la calma, clamando por la paralización de las movilizaciones de los sectores más desposeídos de la sociedad: lxs indígenas, lxs campesinxs, las mujeres y los estudiantes. Con hashtags como #EcuadorPaísdePaz nos hacen creer que la PAZ estuvo siempre ahí y que unxs “otrxs” han venido a quebrantarla y vandalizarla. Sin embargo, me es imposible pensar si realmente he tenido PAZ y si otros similares a mí lo han tenido antes de todas estas manifestaciones. ¿Realmente tengo PAZ? ¿Quiénes la tienen? ¿Qué es realmente la PAZ?
 
Desde hace muchos años ya, he venido pensando con mucha tristeza y decepción si podré cumplir mis metas en un contexto donde no existen oportunidades de vida para jóvenes y personas que se dedican a las ciencias sociales. Todas las mañanas me levanto con ansiedad y reflexionando sobre mi posibilidad de desarrollar mi existencia en una sociedad atravesada por la desigualdad, la discriminación la corrupción y la homofobia. ¿He tenido PAZ? Hace casi tres meses, un amigo al que extraño demasiado, decidió salir del país por las pésimas condiciones laborales del Ecuador y por la homofobia recalcitrante de su familia. Se graduó de Hotelería y desde ahí (ya casi un año) no ha logrado conseguir un empleo fijo ni reconciliarse con sus seres queridos. Ahora se encuentra de ilegal en EEUU tratando de sobrevivir en un contexto donde los migrantes y latinos son perseguidos o tratados como cuerpos de carga para explotar y violentar. Cuando converso con él nos reímos y damos aliento, pero reflexionamos si algún momento nos volveremos a ver. ¿Acaso hemos tenido PAZ?
 
Ni que decir de otros cuerpos en los que la desposesión se expresa en condiciones básicas de necesidad y donde la violencia parece ser un acto cotidiano de cada día. Pienso, por ejemplo, en los miles de casos de femicidio donde los asesinos son absueltos por las cortes ; en la cantidad enorme de personas en hospitales públicos que jamás serán atendidos aún en condiciones catastróficas; en los miles de niños que trabajan en las calles y plazas de la ciudad; en lxs miles de desempleados urbanos que desesperadamente buscan una forma de superviviencia para ellxs y sus familias. ¿Acaso ellxs y sus familias han tenido PAZ?
 
La PAZ, queridxs amigxs, se ha convertido en un bien al que es posible acceder por una articulación compleja de factores que involucran a la clase, a la raza y al género. La PAZ, en nuestro contexto como país (y latinoamericano) únicamente lo consiguen aquellos que pueden acceder a un seguro privado, a un empleo, a una vivienda, a un sueldo digno, a vacaciones, etc. ¿Cuántas personas en este país tienen un trabajo digno?¿A cuántas personas se les paga lo que se les merece? ¿Cuántos estudiantes tienen asegurado su futuro? ¿Cuántos jóvenes llegarán siquiera a estudiar? ¿Cuántos indígenas y campesinxs acceden a servicios básicos como agua, salud y vivienda y demás? ¿Cuántas mujeres y LGBTI viven en espacios seguros, sin violencia ni discriminación? Nebot, Guillermo Lasso y toda la horda de banqueros y empresarios de mierda que apoyan las campañas a favor de la “PAZ” en Ecuador , pueden hablar de ella porque sus putrefactas existencias se mantienen aseguradas por el trabajo y despojo de otrxs. Hablan de PAZ porque no conocen lo que significa trabajar y no tener suficiente para alimentarte a ti y a tu familia. Hablan de PAZ porque no saben lo que significa migrar y sufrir discriminación en la calle y en el trabajo. Hablan de PAZ y no conocen lo que significa recibir abusos constantes de tu pareja y estar amenazadx de muerte todxs los días. Hablan de PAZ, pero no saben lo que significa ir a un hospital y no tener dinero para salvar a tu madre, padre, abuelo, amigo…
¿Quién habla de PAZ?


// por Joseph SP.
// fuente http://ecuador.indymedia.org/?p=1265
#Dia6ParoNacionalEC

English: Who Speaks of Peace?

[Ecuador] Panfleto de un@s proletari@s cabread@s

Ecuador, 9 de octubre de 2019: 7mo día de Paro Nacional y 1er día de Huelga General.

Panfleto de un@s proletari@s cabread@s de la región ecuatoriana por la revolución comunista anárquica mundial, desde "donde las papas queman":

Estamos luchando en las calles junto a las masas proletarias de la ciudad y del campo. No hay tiempo ni copiadoras disponibles para sacar y repartir este panfleto en papel. Es más agradable y provechoso vivir la experiencia de la rebelión que escribir acerca de ella.

Hicimos huir al presidente-títere de los empresarios y banqueros ladrones del Palacio de Carondelet y nos tomamos la Asamblea Nacional, mediante acciones directas masivas y redes de solidaridad de clase, a pesar del terrorismo de su Estado (estado de excepción, brutal represión policial y militar, cientos de detenidos, decenas de heridos, varios muertos, toque de queda).

No sabemos cuándo ni cómo va a concluir la situación actual. Pero sí sabemos que la lucha social continúa y debe continuar, teniendo claro y firme las siguientes reivindicaciones mínimas e innegociables:

* Derogar todo el paquetazo económico, no sólo el alza de pasajes.

* Derogar el estado de excepción y el toque de queda.

* Derrocar todos "los poderes" del gobierno de Moreno, sus jefes y sus secuaces.

* No negociar ni ceder con el Estado de los ricos y poderosos que nos matan de hambre y a bala. No dejarse robar por la burguesía y los políticos oportunistas de derecha ni de izquierda el poder que hemos ganado en las calles estos días. No exigir nuevas elecciones y nuevo gobierno. Ya basta del mismo libreto político de mierda de siempre. Autogobierno de las masas.

* Mantener las Asambleas en todas partes para autoorganizar la movilización, la solidaridad, el abastecimiento, la salud y la autodefensa de nuestra gente.

* Exigir la devolución de todo el dinero robado por empresarios, banqueros y políticos, para poder mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora del campo y la ciudad.

* Expulsar a la Minería y al FMI.

* Liberar a los compañeros detenidos.

* Romper el cerco mediático y denunciar el terrorismo económico y policial del Estado.

* Llamar a la solidaridad de clase internacional concreta en todo el mundo.

Proletari@s en lucha de este país:

Ganemos o perdamos, hemos despertado del letargo histórico, respondido a los ataques de todo tipo de la clase dominante, hecho cosas que no se han hecho en muchos años, y estamos aprendiendo en la práctica varias lecciones importantes durante estos días de intensa lucha de clases.

Ganemos o perdamos, mantengamos encendida la llama de la lucha proletaria para poder construir y sostener a mediano y largo plazo una fuerza social autónoma con la capacidad y la claridad necesarias y suficientes para tomar el poder no del Estado burgués, al cual hay que destruirlo de raíz, sino sobre nuestras vidas. Para hacer la revolución social hasta el fin, es decir la abolición y la superación positiva de la propiedad privada, la mercancía, el trabajo asalariado, el dinero, la sociedad de clases, el Estado, la patria y toda forma de opresión entre los seres humanos y sobre la naturaleza.

¡No se trata de sobrevivir menos mal, sino de vivir de verdad!

¡No se trata de cambiar de amo, sino de dejar de tenerlo!

¡Viva el Paro Nacional y la Huelga General!

¡Guerra de Clases e Insurrección!

¡Comunas Libres en todo el país!

¡Por la Transformación y la Comunización de Todo lo existente!

¡Vamos hacia la Vida!

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Si estás de acuerdo, favor difundir. Copia y pega. Contrainforma. Resiste y protesta desde todos los frentes de lucha.


ENGLISH: [Ecuador] Leaflet of angry proletarians 

Italiano: Comunicato sulle proteste in Ecuador

[Ecuador] Breve análisis del "paquetazo" y las próximas protestas en este país desde la crítica radical

 [Panfleto del 2 de octubre]

Las últimas medidas económicas del gobierno ecuatoriano son medidas de austeridad en tiempos de crisis capitalista, que las han aplicado y las aplican gobiernos de derecha o "neoliberales" y gobiernos de izquierda o "socialistas del siglo XXI" de todo el mundo por igual, porque eso es lo que les determina a hacer la lógica misma del modo de producción capitalista, el cual se fundamenta en, o vive a costa de, la explotación de la clase trabajadora. En efecto, en tiempos de crisis el Capital siempre aplica en todas partes la misma política económica contra nuestra clase: ajuste de cinturones o mayor empobrecimiento, y aumento de la explotación.
En el caso concreto del último "paquetazo" de Moreno, lo primero lo consigue aumentando el costo de la vida debido al aumento del precio de la gasolina (pues aquí se sabe que "si sube la gasolina, sube todo"); y lo segundo, con todas las reformas laborales flexibilizadoras y precarizadoras impuestas (reducción de sueldos, de pensiones jubilares, de vacaciones, de personal, contratos flexibles, teletrabajo, etc.).
Por lo tanto, el problema no es sólo el "paquetazo" ni el gobierno "neoliberal" de Moreno ni el FMI. El problema de fondo es cómo el Capital nos ataca directa y avasalladoramente a la clase trabajadora en tiempos de crisis, y cómo podemos responder. La lucha es el camino, sin duda. Pero también es necesario analizar autocrítica y estratégicamente la lucha de nuestra clase.
Así pues, cuando al calor de la misma lucha concreta el proletariado desborda el terreno democrático y ciudadano, que es el terreno de lucha de la burguesía y su Estado, así como también el encasillamiento por parte de los sindicatos y partidos de izquierda que sólo quieren cooptar y dirigir la lucha proletaria para poder negociar con la clase dominante sus propios fines particulares y arribistas; cuanto esto pasa, la respuesta más contundente y legítima de la clase trabajadora frente a estos ataques de austeridad del Capital-Estado ha sido, es y será la acción directa, autónoma y antagonista por defender e imponer nuestras necesidades vitales concretas, o al menos pelear por que los ricos y poderosos no empeoren aún más nuestras ya malas condiciones materiales de existencia.
Llegado este punto, las reivindicaciones y las protestas de la clase trabajadora se generalizarían y radicalizarían, y ya no sólo el gobierno sino que todo este sistema no podría cumplir esas demandas sociales "imposibles"; sólo el derrocamiento de este sistema, del Capital y el Estado, lo podría hacer, y entonces se lucharía por esa salida revolucionaria de la crisis capitalista. Pero todavía falta mucho para ello aquí y en todas partes, sobre todo en este país donde el acumulado histórico y el nivel de la lucha de clases, a pesar de ciertos episodios rescatables, ha sido en general bajo e inconstante.
Por lo pronto, salir a protestar con las consignas "abajo el paquetazo", "abajo Moreno" y "abajo el FMI", "construir afinidad en las calles", y hacer todo esto de manera colectiva, más o menos organizada, más o menos autónoma, más o menos combativa... es necesario y está bien; pero hay que ir más allá (como se dijo esta noche en una asamblea por ahí): "abajo el gobierno", "abajo los empresarios y los banqueros", "que se vayan todos, que no quede ni uno solo", "abajo el Capital, abajo el Estado, abajo los gobiernos y todos sus lacayos".
Revertir el "paquetazo" y derrocar a Moreno (como se ha derrocado a Bucaram, Mahuad y Gutiérrez en años anteriores) serían reales "victorias" para el posible y nuevo "movimiento" de protestas sociales en este país. Pero, siendo objetivos, aquí y ahora no existen las condiciones y las fuerzas sociales reales, el nivel de lucha de clases real para ello, aunque por algo se empieza. Puede ser que este gobierno de empresarios y banqueros se salga con la suya, pero la lucha de la clase proletaria en las calles tratará de impedírselo y no será en vano. La lucha es el camino y ahí mismo, luchando, se aprende, en especial de los golpes y las derrotas, a fin de transformarlas en su contrario en próximas batallas.
El hecho de que mañana se reactive la protesta social en este país que ha estado tan "dormido" en ese aspecto durante la última década no es poca cosa. Al contrario. Impulsadas por las fuertes y ejemplares protestas de las últimas semanas de septiembre en Bolívar y Carchi, mañana podrían comenzar las jornadas de octubre o jornadas octubrinas del 2019 en Ecuador. La protesta será creciente y es posible que haya saltos. Algunas organizaciones sociales ya declararon que el 3 de octubre es el día del inicio del "paro nacional". Y ya hay algunas protestas en algunos puntos del país. Veamos qué pasa desde mañana que se vuelven a calentar las calles...
Hay que salir a protestar, sí, pero teniendo claro que este es sólo el comienzo y que hay que ir más allá. Teniendo claro, en última instancia, que los ricos y poderosos no van a pagar la crisis; que ésta no es sólo nacional y "neoliberal", sino mundial y capitalista; que ésta no se eliminará de raíz y definitivamente sino es eliminando al capitalismo, el cual nos seguirá atacando y empeorando nuestras vidas con más crisis y medidas de austeridad; que falta mucho para ello, para un nuevo ciclo (internacional y local) de luchas proletarias que altere la correlación de fuerzas sociales y le imponga al sistema capitalista una situación de crisis revolucionaria; y que, al mismo tiempo, por algo se empieza en la lucha por defender las necesidades humanas de la clase trabajadora contra las necesidades de explotación y acumulación del Capital. Pase lo que pase, en términos de lucha, organización y consciencia, alguna lección y alguna llama encendida dejarán estas próximas protestas para la clase trabajadora en esta "mitad del mundo". Ya es hora. Veamos qué pasa desde mañana en las calles...


Fuente: https://proletariosrevolucionarios.blogspot.com/2019/10/ecuador-breve-analisis-del-paquetazo-y.html 

english: Brief Analysis on the “Paquetazo” and the Coming Protests in [Ecuador] from a Radical Critique

deutsch: Ecuador: Kurze Analyse des paquetazo und der kommenden Proteste von einem radikalen Kritiker