miércoles, 26 de octubre de 2011

¡Nosotros no estamos, ni somos “indignados”!

La explosión de rabia que se constata en todo el mundo, no parte de ciudadanos jubilosamente indignados, respetuosos del estado de derecho, que se podrían permitir el lujo de la no violencia..., sino, bien por el contrario, de proletarios hartos de explotación y opresión, llenos de bronca y odio contra las condiciones de sobrevivencia, cada vez más insoportables, que nos impone el capitalismo.

¡No estamos indignados, impactados, sorprendidos…!

Lo que hoy queda en evidencia (y ya no es ninguna novedad) son horrores inherentes al sistema capitalista. Las recetas que impone la burguesía son las de ayer, hoy y siempre contra nosotros.

¡La continuidad del sistema actual sólo puede realizarse a expensas de nuestra clase!

¿Porqué indignarse de los excesos del capitalismo y no luchar contra el capitalismo mismo? ¿Porqué indignarse del enriquecimiento de los bancos y no cuestionar su existencia misma, dado que su objetivo es enriquecerse? ¿Cómo indignarse de las dificultades de nuestra clase social, sin poner en cuestión la existencia misma de clases sociales?

Pero tampoco estamos resignados

De manera global y general la correlación de fuerzas favorece a la burguesía que detenta los medios para continuar explotándonos, reprimiéndonos y desapareciéndonos…Sin embargo frente a la flagrante e inocultable incapacidad del sistema capitalista para disminuir la catástrofe que el mismo engendra y la consecuente agravación de todos los problemas humanos las revueltas proletarias se generalizan. Contra dichas revueltas, la burguesía utiliza toda su potencia y todos sus medios para cantonarlas en meros movimientos pacifistas, ciudadanistas, legalistas, apolíticos...buscando encerrarlas en el modelo “socialmente admitido”, en la democracia. Por el contrario nuestro objetivo es superar/reventar todos esos límites establecidos en los cuales quieren encerrar nuestro movimiento.

Estamos profundamente convencidos…

de que el futuro de la humanidad no se jugará en el terreno de las indignaciones multiformes, ni de las causas humanitarias, o los combates individuales...; sino por la conjunción de fuerzas que permitan eliminar este sistema mortífero. Los proletarios están forzados a destruir el capitalismo de raíz si no quieren que este destruya todo nuestro mundo.

¡Estamos en guerra de clases!

Todo lo que se quiere imponer como “indignados” (libros, plataformas, manifiestos, contenidos…) no representa para nada el movimiento de protesta generalizada contra el capitalismo, sino que es, por el contrario, un verdadero chaleco de fuerza que el capitalismo, la democracia quiere imponer para sujetar a los proletarios e impedir el verdadero movimiento y su desarrollo hasta la destrucción del capitalismo.

rompamos con todos los límites “indignados”, ciudadanistas, democráticos…

REAFIRMEMOS LA GUERRA DE NUESTRA CLASE, PARA ELIMINAR POR COMPLETO EL SISTEMA SOCIAL BURGUÉS MUNDIAL.


# Proletarios Internacionalistas

# Octubre 2011

lunes, 17 de octubre de 2011

EL CAPITALISMO NO SE REFORMA, SE DESTRUYE

Soplan vientos de cambios. No hace mucho que la sociedad burguesa se vanagloriaba a sí misma como el mejor de los mundos posibles y reducía toda contestación social a algo meramente marginal. Hoy, esta sociedad basada en la explotación de una clase sobre otra y en la depredación de todo recurso planetario en favor de los números económicos, vuelve a ser cuestionada -aunque sea de forma embrionaria- en todos lados. La agudización de todas sus contradicciones es algo que reemerge irremediablemente en el seno de este sistema social.

El capital aprieta hoy hasta límites insoportables al proletariado, le obliga a sacrificar su vida a los altares del beneficio capitalista, tirándolo a la basura si no le es útil en su sistema productivo, le exprime al máximo aumentando los niveles de explotación en el trabajo, le niega las necesidades más elementales, como son la vivienda y la comida, si no cumple con las leyes económicas, le masacra si es necesario y destruye el medio en el que puede desarrollarse la vida: la Tierra.

En este contexto intrínseco al capitalismo el proletariado vuelve a salir a la calle, pues le va la vida en ello. Atrás se va dejando ese terrible periodo histórico de paz social cimentado en la derrota de las luchas sociales internacionales de las décadas de los 60'-70'. Hoy como ayer no hay otra perspectiva para la vida que no sea la revolución social. Las revueltas que han estremecido recientemente a Grecia, al norte de Africa o Chile son los prolegómenos que anuncian el retorno de la lucha de clases, pese a quien pese .

Frente a esta perspectiva toda una serie de ideologías y organizaciones actúan en el seno de nuestra clase con el objetivo -consciente o inconsciente, eso es indiferente- de neutralizar toda tentativa de transformación social. El reformismo de toda la vida, materializado de múltiples formas, trata de transformar nuestras reivindicaciones en simples reformas al interior del capitalismo, trata de que respetemos los cauces democráticos y de que seamos pacíficos ciudadanos, como si pudiéramos permitirnos ese lujo, trata de aislar a los sectores más decididos utilizando todo tipo de argumentación, trata en definitiva de destruir la lucha desde dentro e impedir que se organice la única solución a nuestros problemas: la destrucción del capitalismo. Perpetuar esta sociedad y sus inseparables consecuencias e impedir afirmar nuestras necesidades, esa es la esencia del reformismo.

Las protestas que se iniciaron el 15 de mayo se enmarcan sin duda alguna en el contexto de reemergencia de la lucha de clases. Su virtud ha sido la de organizarse al margen de los partidos y de los sindicatos, meros aparatos de gestión del capitalismo, pero por contrapartida ha sido incapaz de deshacerse de las principales concepciones del reformismo. Cuando además oímos desde el “15M” que el problema es el enriquecimiento desmesurado de los bancos y no la existencia de esos monstruos, cuando leemos en algún textos que hay que acabar con la corrupción de los políticos y no con ellos, cuando en las asambleas alguien habla que la cuestión es la mala regulación del mercado y no el mercado, o cuando en las manifestaciones se grita contra la falta de democracia y no contra la democracia misma, estamos asistiendo al proceso de liquidación de toda oposición real al sistema dominante. Llegados a este punto, o se asume e intensifica la lucha contra el reformismo, contraponiéndole la praxis que defiende realmente nuestras necesidades, impulsando la ruptura revolucionaria, o el “15M” acabará por convertirse en la caricatura de la rebelión y en un movimiento de canalización y destrucción de toda oposición real al capital. En este último caso será lanzado también al basurero de la historia por la nueva oleada de luchas que se va abriendo paso.

Nuestra lucha no es contra los excesos del capitalismo, sino contra el capitalismo

El capitalismo no se reforma, se destruye.
El reformismo no se elude, se combate.


# Bloque combativo
# Manifestación del 15-O en Asturies (España)

jueves, 13 de octubre de 2011

12 DE OCTUBRE, UNA VISION ANARQUISTA

Ser un ave enérgica y longeva viajando por la isla, subiendo o bajando viendo desde el primer desembarco hasta el buque que acaba de arrancar en cualquier oriya de esta inmensa tierra bautizada por los vencedores como esposa del descubridor. Ir y venir zigsagueando por los ríos, planear al ras de las abruptas montañas, atravesar de un tirón el desierto del sol y ver en todos lados humo de fábrica, la misma peste invadiendo comunidades, el sinsabor de la impotencia mascullada. Ser esa ave que ve la sangre salpicar, los árboles llorar, las lágrimas correr en caudal ..... mirar las palizas que empezaron hace más de 500 años... las violaciones apuñalando vidas....filas de fusilamientos para rebeladxs..... latigazos a la entrada de cuevas mineras........calcular en millones las muertes desde entonces y seguir viendo humillaciones diarias para endurecer de vidrio a lava, esos ojos de pájaro acumulando furia.

Se puede elegir a Bolivia como símbolo sin silenciar a tantísimas comunidades que en esta misma semana, esta de octubre de dos mil once, están ahí sin poder soportar otra reestructuración del capital, algún nuevo intento por convertir esa tierra donde viven en otro emprendimiento industrial, minero o forestal. En el noreste de Argentina, al sur de Chile, en la selva venezolana o en la amazonia peruana, siempre balas, celdas y alambrados.

Bolivia en esta època tiene mucho de representativo, quizá por ser el estado donde mayor cantidad de comunidades y étnias reivindican una lengua y costumbres propias, o tal vez por la desidida resistencia que esas personas arriesgan sobre el territorio que ancestralmente ocupan, o por ahí por estar en el corazón del sur de América, pero sin dudas ni casualidad, en Bolivia la opresión tiene los mismos rasgos indígenas que sus muertes. Miles marchan a pie desde el Tipnis hacia La Paz; en el camino superaron fuerzas policiales y agresiones de paramilitares cocaleros que defienden la construcción de una carretera financiada por el estado brasilero para garantizar la ruta del narcotráfico de cocaína, ese veneno que congela la alegría y aprisiona vidas, como cualquier otra droga legal o ilegal que farmacias o policias venden.

Bolivia es la mejor demostración de que el Estado no admite ninguna diversidad más que la electoral, la ley es la norma y su violencia la única legítima. Alentando para registros históricos los conteos de muertes y relatos de masacres iniciadas en 1492, aquí voy a plantear una discrepancia con cierto discurso simplista y purista ante esta fecha. Por un lado el europeo como sistema industrial sólo es entendible con los recursos minerales y vegetales sacados de estas tierras; la civilización y la esclavitud moderna llamada proletarización es el reverso de la colonización de “los pueblos bárbaros”. Por otro lado el reclamo de “devolución de tierras”, o la idea de “pueblos originarios” abandona la crítica y relega a condicion de víctima a quienes estan en la misma necesidad de lucha que todxs lxs oprimidxs. Las comunidades “indígenas” también tienen sus jerarquias, sus estructuras de poder, el machismo no es menor que la occidental ni en este territorio la opresión empezó con la corona española; el imperio Inca ha sido tan sangriento como el Azteca o el Egipcio. Y luego, a nosotrxs qué, a quien nonos reconocemos “originarix” ni “extranjerx”, ni “argentinx” ni “ciudadanx”, si esta tierra le pertenece a lxs mapuches ¿a donde vamos lxs mestizxs?. Este simplismo victimista olvida que lo único permanente es el cambio, que la humanidad es una especie nómade, mutante, híbrida, que las fronteras las imponen los Estados y las nacionalidades son para lxs conformistas.....la cultura es tan caótica como el fuego.

que viva el mestizaje, cuestionar cualquier autoridad, no olvidar a Àfrica,
y que la guerra continué hasta la liberación total


# colibrí
# 12 de Octubre de 2011, lugar desconocido.