martes, 7 de octubre de 2014

[México] Cárcel y metralla al proletariado: el terrorismo del Estado es la dictadura democrática del Capital


Recientemente desde la tribuna del gobierno en turno, se ha anunciado la construcción de un nuevo aeropuerto en la zona de Texcoco, se han autorizado también la explotación de nuevas minas y la construcción de refinerías y bases de extracción de petróleo.

Todos los proyectos y reformas puestos en marcha, son sin lugar a dudas necesarios para el progreso de la economía nacional.  ¡Claro!  Pero ¿acaso el progreso y fortalecimiento de la economía nacional es algo que beneficie a la clase que a diario acude a vender su fuerza de trabajo  a las empresas por un miserable sueldo que no alcanza para llegar a fin de mes? ¿La economía nacional beneficia a quienes se matan en el campo bajo el sol? ¡NO! Por el contrario, porque ese progreso, esa consolidación de aquello que “generará nuevas fuentes de empleo y atraerá la inversión nacional y extranjera”  es sólo la realización de los proyectos que sirven para amasar la fortuna de una minoría a costa de la explotación de millones. ¿Pero acaso el origen de toda esta podredumbre reside en los malos gobiernos neoliberales?  ¡No! Toda la explotación y miseria a diario padecida es producto del capitalismo.

Y el capitalismo, para continuar vigente, necesita recurrir a todas esas medidas, que día a día presenciamos cómo propician un aumento de la explotación, de la pauperización, de desalojos, de precariedad y conllevan a engrosar un ejército de desocupados que ni siquiera tienen lugar donde vender su fuerza de trabajo.
Ante toda la miseria, el proletariado en México lo mismo que el resto del mundo, con sus limitaciones y errores, en diversas latitudes de la región nunca ha dejado de encarar y combatir contra  la opulencia de los bastardos que ostentan el poder económico y político.

Por esa razón, la burguesía a través de siglos y décadas no ha dudado en reforzar sus órganos represivos de contención que sirven para erradicar a todos aquellos que se oponen y representan un estorbo para la continuidad de sus privilegios.

En las épocas de la conquista, la colonia y el porfirismo se perpetraron masacres para sofocar las rebeliones de los indígenas. Los maderistas, huertistas, carrancistas, vazquistas, villistas y obregonistas como fuerzas burguesas de la contrarrevolución se dedicaron a erradicar a los núcleos verdaderamente revolucionarios  que giraban en torno al PLM y a Zapata. El Estado surgido de la revolución derrotada, que hasta el presente año 2014 continúa existiendo como gestor del Capital en esta región del continente, no ha dudado por un sólo momento en mantener la misma línea de represión y masacre contra el proletariado.

Durante la década de los 60s y 70s lo hizo en la sierra de Guerrero  aplastando las rebeliones campesinas, y también en la capital exterminando y torturando estudiantes. Lo hizo en Aguas Blancas en 1995 y en Acteal en 1997. Lo hizo en Atenco y Oaxaca en 2006. En Puebla durante el mes julio del año en curso, durante un bloqueo a la autopista realizado por proletarios que se manifestaban contra el gobierno local, la policía asesinó a un niño mediante un disparo de bala de goma que le asestó en la cabeza [1].

Desde hace tres años, de manera constante, también los compañeros anarquistas han sido acreedores de todo tipo de campañas calumniadoras y de represión por parte del Estado. Lo cual ha conllevado al encarcelamiento y amenazas hacia muchos de sus militantes, como es el caso de Abraham Cortés, Fernando Bárcenas, Mario González y Carlos López que hoy en día continúan en una huelga de hambre para reafirmar su convicción de lucha.

La reciente desaparición y asesinato perpetrado contra los estudiantes normalistas en Ayotzinapa, llevada a cabo por la alianza entre el gobierno y sus colaboradores burgueses de la mafia del narcotráfico,  es el punto culminante que ahora más que nunca demuestra la necesidad que tenemos de vengarlos y extender la lucha para derrocar al Estado y al Capital.

Toda la represión, encarcelamiento, torturas, asesinatos y desapariciones de militantes proletarios revolucionarios y luchadores de diversas tendencias políticas opositoras, que el burgués Estado mexicano ha desatado contra los rijosos y los vándalos, no se deben a violaciones a la constitución, ni a la corrupción del gobierno, ni al entreguismo a los yanquis. Se deben a medidas necesarias que el Capital necesita para imponer mediante el terror cercos de aislamiento que imposibiliten y debiliten las futuras luchas en su contra.

El Estado es el órgano represor sirviente al Capital.  No tiene caso para el proletariado recurrir a campañas victimistas y conciliadoras que busquen justicia en los tribunales de la burocracia, no hay nada que creer a los políticos de cualquier partido o color, ni hay absolutamente nada que reclamar ni exigir a nuestros enemigos.

La respuesta de las “campañas anti-terroristas” que el Estado emprende a través de más militarización y vigilancia, son la respuesta ante el temor amenazante que pueden generar nuestras luchas una vez que se hayan dotado de autonomía y contundencia revolucionaria, una vez que los corrales del ciudadanismo como son las urnas electorales, los partidos políticos, los sindicatos, los frentes populares, los payasos populistas  y las ONG, no convenzan más al proletariado de encuadrarse en esos métodos estériles que nunca han conseguido ni conseguirán nada.

Las campañas que desde la tribuna del Estado nos llaman a sacrificarnos por el bien de la economía, a apretarnos el cinturón y a trabajar más en pos de una superación ficticia que nunca llega, no están en contraposición alguna a las campañas civilistas que nos incitan a manifestarnos correctamente dentro del marco legal y promueven denunciar a los malos manifestantes que sólo son vándalos e infiltrados. Toda esa propaganda sólo contribuye a reforzar nuestro aislamiento e impedir que nuestra solidaridad de clase se consolide, para dar golpes más certeros que nos abran el camino a un cambio radical de nuestras condiciones de vida.

¡Por la autonomía de clase y la ruptura!
¡Solidaridad con los camaradas en lucha reprimidos, encarcelados y perseguidos por el Estado!
¡Ninguna alianza ni solidaridad con quienes nos explotan a diario!
¡Contra la patria, contra el progreso, contra la democracia, contra los partidos políticos, contra los sindicatos!
¡Contra el capitalismo, sus defensores y sus falsos críticos!
¡Por el comunismo!

Núcleo de Agitación Revolucionaria Comunista
México D.F 2014

[1] De hecho, ese mismo gobierno en la región, ha legislado recientemente la aprobación de uso abierto de armas de fuego por parte de la policía en las futuras manifestaciones, casualmente, en una región que ha tenido poco a poco presencia de focos de oposición y protesta en contra de las empresas mineras y petroleras que a raíz de las reformas promulgadas este año,  han llegado a instalarse y vienen a devastar el medio ambiente y llevarán a cabo el desalojo de cientos de familias de sus casas.

# 2014, México. Por Núcleo de Agitación Revolucionaria Comunista

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