domingo, 24 de marzo de 2024

[Argentina] ¿Qué memoria nos espera?

Expandiendo la revuelta + Periódico Gatx Negrx
24 de marzo de 2024, Buenos Aires

Nos encontramos de cara a otro aniversario más de la última dictadura cívico-eclesiástica-militar. El contexto es adverso, ya que como todxs sabemos, quienes actualmente presiden el gobierno reivindican abiertamente el plan de exterminio llevado adelante entre el 1976-83.

Nos posicionamos en contra de toda esa pestilencia liberal y neoconservadora y todos los microfascismos cotidianos que vuelven a presentar las doctrinas del libre mercado y la competencia como soluciones posibles. Milei llega a donde llega en un contexto democrático, de precarización laboral, economía ahogando los bolsillos y mucho descontento social con la continuidad de “siempre los mismos”, apropiándose de consignas como “el que se vayan todos” y del concepto “libertario”.

A pesar de que se escucha decir “Milei basura, vos sos la dictadura”, no podemos dejar de reconocer que la situación desesperante en la cual nos encontramos es el resultado de años y años de democracia capitalista. Con ella, toda actividad se encuentra reducida al interés privado, representado en el dinero y la mercancía.

Hartxs de ver el pasamanos de poder entre gobiernos, el hacer la plancha durante años delegando nuestras condiciones materiales y nuestras luchas, pidiendo que “nos cuiden, que nos auguren derechos” que no terminan siendo más que arreglos entre cúpulas que de un año a otro borran de un plumazo.

Toda comunicación real entre las personas ha sido mediatizada por las redes del Estado y degradada en el debate de interés espectacular: la política. Son los partidos políticos y sus creyentes los encargados de sostener esta incomunicación, reproduciendo todo lo que dicen combatir: verticalidad, jefes, rosca, tranzas, pasividad, delegación, arreglos, excluyendo a la gente de la toma de decisiones. Son esos mismos mecanismos alienados los que nos han conducido a la miseria actual o nos endulzan con la zanahoria de la ampliación de derechos.

Milei no dio un golpe de Estado, sino que siguió las reglas del juego: armó un partido político y ganó las elecciones de manera “limpia”. La mitad de lxs electores durante el ballotage lo eligieron a él y a sus secuaces, ¿evidenciando una vez más que el fascismo también es parte del deseo de las masas?

¿Cómo visibilizar que todo Estado excluye? ¿Cómo visibilizar que todo gobierno tortura, desaparece y asesina en democracia? ¿Cómo visibilizar las continuidades históricas entre las distintas variantes políticas? ¿Alguna vez la democracia ha sido otra cosa que la separación institucionalizada de toda comunidad humana? ¿Por qué ningún gobierno ha abierto los archivos de la última dictadura militar? Seguimos preguntando ¿dónde está Julio López?, desaparecido dos veces, una en dictadura y otra en democracia. Seguimos gritando ¿dónde está Tehuel?

Ya todxs sabemos a qué vino este gobierno. Vino a profundizar la explotación de la tierra, vino por el litio y el agua, por las tierras indígenas y los glaciares, por el petróleo y la minería, y pareciera que la única elección a la cual nos quieren reducir los partidos políticos es a elegir cuántos impuestos cobrar por dicha devastación.

Desde el momento en que renunciamos a cuestionar el capitalismo como una totalidad común a todas las variedades de regulación política, reduciendo la lucha a elegir entre distintas variantes de explotación, continuaremos recorriendo el camino de la resignación a la devastación.

Por eso nos negamos a naturalizar el capitalismo. Queremos criticarlo en todas sus formas de relación y expresión, sea en dictadura y su continuidad democrática. Sostenemos que la dictadura es una tendencia del Capital, una forma social específica que se materializa cuando las condiciones lo necesitan. No es casual que la Argentina haya tenido 6 golpes de Estado.

Como su nombre lo indica, el Proceso de Reorganización Nacional vino a “reorganizar” lo que se había desorganizado: la democracia capitalista extractivista. La organización sindical combativa más el accionar de las agrupaciones revolucionarias, sumado a la paranoia anticomunista, generaban muchas molestias para el proceso de valorización capitalista y su forma política democrática.

La Triple A, creada por el peronismo en el 73 comenzaría el trabajo de exterminio en plena democracia. Para eso lo habían traído a Perón, para desmovilizar a los sectores más combativos. La CONADEP estima que para 1975 ya 395 personas habían desaparecido. Tras la muerte de Perón y la imposibilidad de cumplir la misión, la tarea sería asumida por la Junta Militar, empoderada por los Decretos de Aniquilamiento promulgados por Isabel Martínez de Perón y firmados por Ítalo Lúder, Manuel Aráuz Castex, Tomás Vottero, Carlos Emery, Carlos Ruckauf, Antonio Cafiero y Ángel Federico Robledo. Recordemos que Jorge Rafael Videla fue nombrado Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas durante dicho gobierno. El costo: 30.400 personas desaparecidas.

En su última entrevista antes de morir, Videla admitiría que “los políticos y el empresariado argentino incitaban al golpe”. A su vez, también diría que los empresarios le acusaban: “Se quedaron cortos, tendrían que haber matado a mil, a diez mil más”. En dicha entrevista, continúa: “Las desapariciones se dan luego de los decretos del presidente interino Ítalo Luder, que nos dan licencia para matar”. La dictadura no es una anomalía externa a la democracia, sino que sus propias bases capitalistas basadas en la propiedad privada, el trabajo, la mercancía, el dinero y las clases sociales generan las condiciones para su aparición.

También es preciso mencionar que dicho fenómeno fue regional, es decir que dicha dictadura se enmarcó en un proceso más amplio llamado Plan Cóndor. Todos los países latinoamericanos produjeron, con la ayuda extranjera, dictaduras militares para aniquilar al sindicalismo combativo y las organizaciones guerrilleras. La dictadura es el Capital defendiéndose.

Así, la democracia se nos revela como la continuación de la dictadura por otros medios. A veces fascista, a veces progresista, a veces de izquierda, a veces radical, a veces todo junto, no importa la forma política que adopte, su objetivo final será siempre asegurar la conservación de las relaciones de producción capitalistas y sus modos de vivir y relacionarnos.

Nos enfurecen y duelen en el alma todas las desapariciones, torturas, violaciones y violencias que se perpetraron sistemáticamente contra toda una generación. Aún seguimos sanando e intentando aprehender esas heridas profundas que cargamos en nuestros corazones. Así mismo, no podemos dejar de ver que las desapariciones, torturas, muertes, el saqueo, explotación y contaminación han continuado durante estas cuatro décadas de retorno a la democracia.

Buscamos nutrir una memoria que nos permita sí combatir contra todas las dictaduras pero también contra la complejización represiva de la democracia. Seguimos sosteniendo, como lo hicieron siempre les rebeldes, que la lucha es por transformar la vida cotidiana, la forma en que producimos y nos reproducimos. Mientras sigamos sosteniendo la democracia como único horizonte posible de vida, la dictadura será siempre una amenaza latente.

Seguimos buscando una práctica que no haga una crítica meramente económica o cuantitativa, sino existencial y cualitativa. Estamos cansadxs de repetir siempre las mismas fórmulas y análisis. Buscamos nutrirnos del pasado para construir una memoria enraizada que nos permita pasar de la lucha de frases a la lucha de clases, dejando atrás las lógicas patriarcales y autoritarias para construir un mundo basado en el apoyo mutuo y la solidaridad.

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