Al proponerse una actividad negadora y destructora de las estructuras de dominación y apropiación de nuestras vidas que permita *imponer nuestras necesidades en la sociedad sin debate[1] , requiere comprender quienes somos nosotros
No se trata de una cuestión retórica ni de una contemplación desencontrada con algún tipo de actividad, sino que justamente, es mediante nuestra actividad y su comprensión que seremos capaces de asumir que las acciones de insurgencia y rebeldía no solo tienen que ver con las imágenes e ideas preconcebidas que conocemos y con las que contamos en nuestro arsenal de experiencias en la lucha de clases. Claro está que estas últimas son un medio que nos ayudará de gran modo a comprender el presente: así como la acción reformista de los aparatos políticos burgueses que intentan hablar con la voz del proletariado ha significado el amargo aprendizaje de la constante manipulación de la revuelta y su traición (enseñanza que nunca debe olvidarse, ni dejar de ser sancionada), la interacción comunicativa a través de Internet es un campo de exploración que ha abierto un ámbito de difusión importante -aunque no trascendental- para las revueltas que se experimentan en diferentes rincones del mundo.
De todos modos ambas situaciones recién planteadas (el reformismo socialdemócrata y ciudadanista y la comunicación por medios informáticos) son ejemplos de experiencias que no pueden constituirse en pilares de una teoría, son formas y expresiones que debemos intentar comprender para el desarrollo del pensamiento en relación con nuestras acciones y estrategias, de modo contrario caemos en el acto de fe que no ejerce ninguna fuerza. Afirmaciones del tipo: “[…] quienes nos sentimos cómplices de quien se rebela, de quien se insurge y lucha, de quien esta lucha la transforma en rebeldía contra lo que nos asfixia y no dejará de asfixiarnos a menos que hagamos algo, y quienes vemos en él un igual, uno de los nuestros, no podemos pensar en términos de gueto”[2] no solo son un exceso de redundancia que nada dice más que lo que algunos desean escuchar afirmando lo que dicen negar (“si compañeros, estamos juntos en esto, somos los rebeldes y combatientes decididos a hacer algo y sabremos reconocernos entre nosotros”*), y de tal modo solo reducen a un limitado grupo de afines –aunque en extremo difuso- el potencial subversivo. Aun así, vemos actualmente a millones de individuos con diferentes motivaciones actuando colectivamente en la calle de diferentes ciudades enfrentándose con la realidad que nos somete. Por supuesto que no es suficiente*, la mayoría de esas personas no son concientes de lo que están haciendo, sus actos son más certeros que sus palabras[3] , pero si pretendemos romper con las estructuras formales de dominación que se nos imponen socialmente debemos entonces ser capaces de cuestionarnos nuestra propia posición de ventaja frente a los acontecimientos. Tenemos claridad y conciencia de la fuerza de los hechos a través de una acumulación histórica de experiencias, aquellos que somos parte de minorías revolucionarias (en tanto no renunciamos ni dudamos de su necesidad y posibilidad y nos organizamos en tal perspectiva) hemos de descubrir como incidir, *llevar la gasolina al fuego*, pero aún así, ser concientes que la extensión revolucionaria de los actuales acontecimientos no dependen solo de nuestros deseos, sino justamente de la expansión del deseo revolucionario y la conciencia material de su necesidad: entonces el estudiante chileno dejará de reducir su propia acción a la reforma de lo existente y se hermanará a la acción desbordada en las barriadas inglesas; así, quién reclama por las formas de explotación de los recursos naturales comprenderá que es inviable su posición sin la aniquilación del sistema Capitalista, etc.
Lo que planteamos debe cuestionarse desde una posición personal, inmiscuido en la acción colectiva y con una posición de negación de la sociedad existente. Esto se trata de la mera experiencia puesta en relación con la teoría; lo conciente y lo subjetivo tensando hasta la ruptura la realidad existente.
No se trata de una cuestión retórica ni de una contemplación desencontrada con algún tipo de actividad, sino que justamente, es mediante nuestra actividad y su comprensión que seremos capaces de asumir que las acciones de insurgencia y rebeldía no solo tienen que ver con las imágenes e ideas preconcebidas que conocemos y con las que contamos en nuestro arsenal de experiencias en la lucha de clases. Claro está que estas últimas son un medio que nos ayudará de gran modo a comprender el presente: así como la acción reformista de los aparatos políticos burgueses que intentan hablar con la voz del proletariado ha significado el amargo aprendizaje de la constante manipulación de la revuelta y su traición (enseñanza que nunca debe olvidarse, ni dejar de ser sancionada), la interacción comunicativa a través de Internet es un campo de exploración que ha abierto un ámbito de difusión importante -aunque no trascendental- para las revueltas que se experimentan en diferentes rincones del mundo.
De todos modos ambas situaciones recién planteadas (el reformismo socialdemócrata y ciudadanista y la comunicación por medios informáticos) son ejemplos de experiencias que no pueden constituirse en pilares de una teoría, son formas y expresiones que debemos intentar comprender para el desarrollo del pensamiento en relación con nuestras acciones y estrategias, de modo contrario caemos en el acto de fe que no ejerce ninguna fuerza. Afirmaciones del tipo: “[…] quienes nos sentimos cómplices de quien se rebela, de quien se insurge y lucha, de quien esta lucha la transforma en rebeldía contra lo que nos asfixia y no dejará de asfixiarnos a menos que hagamos algo, y quienes vemos en él un igual, uno de los nuestros, no podemos pensar en términos de gueto”[2] no solo son un exceso de redundancia que nada dice más que lo que algunos desean escuchar afirmando lo que dicen negar (“si compañeros, estamos juntos en esto, somos los rebeldes y combatientes decididos a hacer algo y sabremos reconocernos entre nosotros”*), y de tal modo solo reducen a un limitado grupo de afines –aunque en extremo difuso- el potencial subversivo. Aun así, vemos actualmente a millones de individuos con diferentes motivaciones actuando colectivamente en la calle de diferentes ciudades enfrentándose con la realidad que nos somete. Por supuesto que no es suficiente*, la mayoría de esas personas no son concientes de lo que están haciendo, sus actos son más certeros que sus palabras[3] , pero si pretendemos romper con las estructuras formales de dominación que se nos imponen socialmente debemos entonces ser capaces de cuestionarnos nuestra propia posición de ventaja frente a los acontecimientos. Tenemos claridad y conciencia de la fuerza de los hechos a través de una acumulación histórica de experiencias, aquellos que somos parte de minorías revolucionarias (en tanto no renunciamos ni dudamos de su necesidad y posibilidad y nos organizamos en tal perspectiva) hemos de descubrir como incidir, *llevar la gasolina al fuego*, pero aún así, ser concientes que la extensión revolucionaria de los actuales acontecimientos no dependen solo de nuestros deseos, sino justamente de la expansión del deseo revolucionario y la conciencia material de su necesidad: entonces el estudiante chileno dejará de reducir su propia acción a la reforma de lo existente y se hermanará a la acción desbordada en las barriadas inglesas; así, quién reclama por las formas de explotación de los recursos naturales comprenderá que es inviable su posición sin la aniquilación del sistema Capitalista, etc.
Lo que planteamos debe cuestionarse desde una posición personal, inmiscuido en la acción colectiva y con una posición de negación de la sociedad existente. Esto se trata de la mera experiencia puesta en relación con la teoría; lo conciente y lo subjetivo tensando hasta la ruptura la realidad existente.
# por comunista contemplativo. Agosto de 2011
# extraído de Hommodolars
[1] Trabajo, Comunidad, Política, Guerra, “Antipolítica”. www.prole.info. Sacado de Cuaderno de Negación Nº1
[2] Extraído de Enrabiaos, algunos apuntes acerca de la #Spanish revolution
[3] Panfleto “El presente no volverá”
1 comentario:
Esta es la continuacion/complementacion de ""Inútiles subversivos" El enemigo reconoce lo que somos: Por la necesidad de la lucha Anti-Politica.". http://www.hommodolars.org/web/spip.php?article4138
Y que lo primero es su inicio, lo segundo: De la movilizacion estudiantil a la Lucha Anti-Politica proletaria --->>http://www.hommodolars.org/web/spip.php?article4138
Recien ahi se entiende...
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