The mega devaluation and the mega decree from the government are a class attack. Against everyone who works, rents, uses public transport, public health, receives social aid and/or protests.
The bourgeoisie, national or foreign, explodes us and oppresses us in various ways. Wether we have jobs or not. Of any gender, any color, and in different capabilities.
The time has come to explore new perspectives, new forms of fighting. Beyond homeland, the state, democracy, market-logic, political parties and unions.
Against liberalism and all the forms the capitalist society takes.
For communism and anarchy.
La Oveja Negra, 23/12/23
See also:
https://crimethinc.com/2023Argentina
https://boletinlaovejanegra.blogspot.com/search/label/The%20Black%20Sheep
domingo, 24 de diciembre de 2023
[Argentina] Against liberalism and all the forms the capitalist society takes
sábado, 23 de diciembre de 2023
[Argentina] Contra el liberalismo y todas las variantes de la sociedad capitalista
La Oveja Negra
23/12/2023
La megadevaluación y el decretazo del gobierno son un ataque de clase. Contra quienes trabajamos, alquilamos, usamos transporte, salud pública, recibimos ayudas sociales y/o protestamos.
La burguesía, nacional o extranjera nos explota y nos oprime de diferentes maneras. Tengamos o no trabajo. De cualquier género, de todos los colores y diferentes capacidades.
Es momento de explorar nuevas perspectivas, nuevas maneras de luchar. Más allá de la patria, del Estado, de la democracia, de la lógica de la mercancía, de los partidos políticos y de los sindicatos.
Contra el liberalismo y todas las variantes de la sociedad capitalista. Por el comunismo y la anarquía.
Tres textos anarquistas desde Buenos Aires
Con la nuestra. Los juegos del hambre
Anarquista. 17/12/2023
https://www.anarquista.info/aportes/con-la-nuestra
Un 1984 particular
Gatx Negrx. 22/12/2023
https://periodicogatonegro.wordpress.com/2023/12/22/un-1984-particular
Recordar: volver a pasar por el cuerpo
Gatx Negrx. 22/12/2023
https://periodicogatonegro.wordpress.com/2023/12/22/recordar-volver-a-pasar-por-el-cuerpo
martes, 19 de diciembre de 2023
Dos entrevistas sobre Argentina
Argentina: «El denominado neoliberalismo y sus falsos críticos»
Entrevista realizada por CrimethInc. a La Oveja Negra & Cuadernos de Negación
Diciembre 2023, Rosario
• ¿En qué esta figura repugnante como Milei es una continuación de
viejas tendencias de extrema derecha y en qué se diferencia? Según tu
lectura, ¿cómo logró ganar las elecciones?
• Nos gustaría que comentaran brevemente la política argentina
de los últimos 50 años, teniendo en cuenta las continuidades y
discontinuidades entre dictadura y democracia.
• ¿Cómo ve a Milei en relación con Jair Bolsonaro y Donald Trump?
• ¿Cuáles son las probables consecuencias negativas de la victoria electoral de Milei? ¿Qué cambia exactamente?
• ¿Qué fuerzas están preparadas para oponerse a Milei? ¿Cuáles son las perspectivas para la resistencia anticapitalista?
•
¿Qué estrategias son posibles en este contexto? ¿Cómo pueden personas
de otros lugares apoyar a las fuerzas de resistencia anticapitalistas y
antiautoritarias en el territorio dominado por el Estado argentino?
Publicado en inglés y español en: crimethinc.com/2023Argentina
LEER Y DESCARGAR EN PDF
*
Un diálogo con Freedom sobre la victoria de Milei y el contexto en Argentina
Entrevista a Expandiendo la Revuelta
Diciembre de 2023, Buenos Aires
Movilización el 20 de diciembre en Argentina: Ni Milei, ni el peronismo, ni los sindicatos colaboracionistas ni la farsa parlamentaria. El único camino es la lucha de clase
Partido Comunista Internacional (El Proletario)
18 de diciembre de 2023
El próximo 20 de diciembre las principales organizaciones políticas y sindicales de la izquierda argentina han convocado una gran manifestación en la plaza de Mayo de la capital del país, Buenos Aires, para protestar por la aprobación del primer paquete de medidas del llamado “plan motosierra” del recién elegido gobierno de Milei, Caputo y Bullrich. La movilización, que integra tanto a diferentes corrientes sindicales nacionales, enucleadas en torno a CGT, como a las mayores asambleas piqueteras y a los partidos que conforman la coalición Frente de Izquierda (PTS, Partido Obrero, etc.), tiene como objetivo paralizar la ciudad durante todo el día y dar una muestra de la capacidad de la oposición parlamentaria y del mundo sindical de oponerse tanto a las medidas que se acaban de aprobar como a las que, sin duda, vendrán en un futuro inmediato.
El triunfo electoral de Milei se ha presentado, dentro y fuera del país, como la victoria de una corriente anti-stablishment de derechas, como si una fuerza subterránea de descontento plebeyo, anti-izquierdista y anti-estatista hubiese emergido súbitamente para “poner en orden” el país y hacer volver a la Argentina al puesto de primera categoría en la jerarquía mundial que, según Milei, un día tuvo. Para ello y ya desde el momento en que el ahora presidente era un diputado de la oposición al gobierno de Alberto Fernández, se ha enarbolado un programa de reformas económicas drásticas encaminadas al control de la inflación, la dolarización del país e, incluso, la supresión del Banco Central, todo ello envuelto en violentas consignas contra “la casta”, el peronismo y también los sindicatos y la izquierda en general.
Pero en realidad el gobierno de Milei no tiene absolutamente nada de novedoso. De hecho ni siquiera puede ser considerado “el gobierno de Milei”, porque no es otra cosa que una reagrupación detrás de la bandera de este histriónico personaje, de la vieja derecha encabezada por Macri y sus socios. En la práctica, las medidas económicas tomadas con esta primera ley ómnibus, que afecta tanto a cuestiones monetarias como fiscales, no tiene absolutamente nada de heterodoxa: donde iba a tener lugar una lucha contra la inflación que “no tocase al pueblo” (la frase es del propio Milei), hay medidas de devaluación salarial propiciadas por la devaluación del peso; donde se iba a bajar los impuestos, se han subido con el fin de facilitarles la tarea a los grandes exportadores; donde se iba a acabar con las prebendas de “la casta”, tenemos una nacionalización parcial de la deuda privada empresarial. Y a todo ello le acompaña la supresión de los subsidios, como el del transporte del Gran Buenos Aires, o su reducción por efecto de la inflación.
Ninguna medida de las tomadas puede sorprender a nadie ni entenderse como una ruptura en el comportamiento típico de la burguesía y sus gestores políticos en los países que necesitan un ajuste económico. La única diferencia, y esto sí es algo a resaltar, es la contundencia con la que se quiere implantar las reformas. Todo el juego democrático, el show creado entorno a la figura de Milei, etc. busca lograr el apoyo (al menos temporal) de las clases pequeño burguesas que se van a ver afectadas por las medidas y a las que se dirige su retórica del ahorro, el sacrificio, etc. Con esto, con la movilización de tipo populista que pretende enganchar a las clases medias depauperadas por la crisis de los últimos años, se busca bloquear al proletariado, evitar cualquier tipo de respuesta hundiendo su cabeza en la marea ascendente de la movilización nacionalista. Este es el verdadero poder de la democracia, del respeto al interés superior de la patria y del propio juego electoral que actúa como palanca para movilizar a los estratos sociales más abiertamente reaccionarios para imponer lo que en última instancia son los intereses de la alta burguesía financiera y de la oligarquía agraria del país. Milei hará lo que Macri quiso y no pudo hacer, y lo hará todo lo rápida y violentamente posible porque su única baza es aprovechar la fuerza de la movilización democrática que ha logrado en torno a su persona.
La clase obreras argentina, una de las más numerosas del continente y, también, una de las que más se ha empobrecido en las últimas décadas, tiene tras de sí una larga historia de revueltas y movilizaciones. Desde el Cordobazo de 1969 hasta los motines de 2001, pasando por la durísima represión sufrida a manos de la dictadura militar. Y es precisamente porque su historia de lucha (en las décadas recientes pero también en épocas pasadas, cuando los barrios obreros de Buenos Aires vieron crecer la fuerza de un gran proletariado inmigrado italiano y español) es larga e intensa que las grandes corrientes de la izquierda burguesa, entre las cuales principalmente el peronismo en cualquiera de sus formas, y del sindicalismo de concertación, están tan desarrolladas y tienen esa influencia entre los proletarios: han sido las bazas de la burguesía nacional para contener, en la medida de lo posible, la lucha de clase.
Especialmente después de las revueltas de 2001, cuando apareció el movimiento piquetero, que expresaba la tendencia de los proletarios más pobres, de los desempleados y los trabajadores precarios, a luchar por sus propios medios contra la patronal y contra su Estado, se redobló la presión que las corrientes de la izquierda burguesa ejercían sobre los proletarios. Los gobiernos peronistas de la familia Kirchner (por lo demás una estructura mafiosa en toda regla) se subieron a la ola del “socialismo del siglo XXI” que partía de Venezuela y Bolivia para tratar de noquear a la clase trabajadora y hacerla abandonar el camino de la lucha clasista. La crisis económica de 2008-2013, que afectó duramente a un país que básicamente sobrevive de la exportación de materias primas y productos agrícolas, así como los desajustes posteriores en la estructura de la demanda internacional de productos como la soja, etc., dieron lugar a una situación económica que estructuralmente era imposible de solucionar y para la cual se aplicó todo tipo de recetas. Desde el estímulo a la demanda hasta los préstamos del FMI, ninguna fórmula ha dado resultado y la consecuencia es una inflación galopante y un aumento de la miseria entre la clase proletaria que no tiene parangón en los años recientes.
Es por esto que el proletariado argentino debe enfocar su rabia y su odio de clase, tanto al gobierno de Milei como a los partidos que le han precedido y a los sindicatos en los que se han apoyado. Debe romper con una tradición que no es de lucha, sino de colaboración con la burguesía, y que le ha traído a esta situación. Debe desterrar el mito de la patria, del interés superior del país que conforma la doctrina de todos los sindicatos y corrientes sindicales mayoritarios y que impide que la confrontación necesaria con la burguesía (con la patronal, con la verdadera casta política y empresarial, etc.) se plantee abiertamente. Debe romper, también, con las corrientes que pretenden que es desde el Parlamento desde donde se puede frenar la ofensiva burguesa, que la lucha electoral puede revertir la situación creada por los últimos gobiernos: son las urnas las que han creado toda la fuerza de que hoy dispone su enemigo de clase y así sucederá siempre porque el Parlamento es el órgano por excelencia de colaboración entre clases y por lo tanto de sumisión del proletariado a la burguesía.
La clase proletaria argentina tiene un largo camino de sufrimiento y miseria abriéndose ante ella. Si este camino le lleva a deshacerse de las ilusiones políticas y sindicales que le atan a la burguesía y sus aliados, si le lleva a reanudar la lucha de clase tanto sobre el terreno inmediato del enfrentamiento económico como en el más amplio de la lucha política por fines propios… entonces, bienvenido sea el reto que hoy le lanza la burguesía. Si la clase burguesa busca la guerra, el proletariado debe responder con la guerra, pero con la guerra de clase la única que puede darle alguna esperanza de victoria.
martes, 28 de noviembre de 2023
La economía política del apartheid israelí y el espectro del genocidio
William I. Robinson
Publicado en truthout en septiembre de 2014.
Traducción: Rebelión.
Texto completo en Freno de Emergencia
Índice:
- Oslo y la globalización de Israel
- La globalización convierte a los palestinos en «la humanidad sobrante»
- La sociología del racismo y el genocidio: De Ferguson a los Territorios Ocupados
Del mismo autor:
El insoportable maniqueísmo de la izquierda «antiimperialista» (2023)
Otros artículos en Freno de Emergencia:
Liberar a Palestina es liberar a los judíos (2023)
Cómo salvar a la democracia militar más moral del planeta (2023)
lunes, 13 de noviembre de 2023
Dos Estados para dos pueblos - Dos Estados de más
El siguiente folleto se distribuyó en una manifestación en Tel Aviv el 15 de mayo de 2004. La efímera «Iniciativa Anarquista-Comunista» fue formada por un pequeño grupo de anarquistas israelíes, algunos de los cuales fueron encarcelados por negarse a servir en el ejército, de tres ciudades diferentes. [extraído del libro Anarquistas contra el Muro – Acción directa y solidaridad con la lucha popular palestina (2013)]
Si el Estado de Israel y la Autoridad Palestina llegan a un acuerdo de «paz», no será el resultado de un deseo israelí de «seguridad» para sus ciudadanos y de un deseo palestino de «independencia». Será -más que nada- parte de la configuración de los intereses de las potencias internacionales, ya que tales conceptos son ajenos a su forma de pensar. Los Acuerdos de Ginebra, iniciados por políticos y empresarios si se firman y aplican como se pretende (dos cosas distintas), serán la expresión de estos intereses, como cualquier otro acuerdo político que se pueda imaginar. La etiqueta más apropiada para describir el trato que el Estado israelí dispensa a los habitantes y ciudadanos que no se incluyen en la categoría de «judíos de pleno derecho» es apartheid: una norma de separación chovinista, que confisca tierras a los campesinos, restringe la libertad de movimiento de las personas en su camino al trabajo e incluso obstruye la capacidad de los capitalistas palestinos para desarrollar su economía. Todo ello, mientras se intenta conseguir la cooperación de los dirigentes palestinos.
Algunas personas que se consideran activistas por la paz se han preguntado seriamente, más allá de las respuestas oficiales de la izquierda, ¿cuáles pueden ser las razones de la política común de todos los gobiernos israelíes -de izquierdas y de derechas- hacia los palestinos?
Afirmamos que no se trata simplemente de la conquista de un pueblo por otro, al estilo de los antiguos imperios; ni sólo de la expresión de una creencia en una Tierra de Israel indivisa extraída de la Biblia; tampoco se deriva de la presión de un fuerte grupo de presión de dirigentes de colonos, aunque sin duda eso también desempeña un papel.
La norma del apartheid debe verse como algo que sirve a varios intereses poderosos. En primer lugar, sirve a la economía israelí -es decir, a los capitalistas israelíes- suministrando mano de obra barata, que utilizan principalmente los pequeños y medianos empresarios de la industria manufacturera y la construcción.
Este papel lo han desempeñado los «árabes israelíes» que estuvieron bajo dominio militar durante los años 1948 a 1966, y aún más, los habitantes de las regiones ocupadas en 1967. Sólo últimamente, como consecuencia de la Intifada de Al-Aqsa y de la «importación» masiva de inmigrantes de trabajo temporal, se interrumpió el libre acceso a esa mano de obra. Las grandes empresas israelíes se beneficiaron de la ocupación de 1967 principalmente porque les abrió un gran mercado de consumo sin competidores.
El estamento militar, que siempre ha sido poderoso en Israel, y sus altos mandos siempre han disfrutado de carreras seguras en el gobierno y la industria después de terminar el servicio militar, y tienen un gran interés en prolongar el apartheid (y el conflicto) para asegurar su posición y sus derechos. A Estados Unidos, que se ve favorecido por los servicios que le presta el Estado israelí en la región y en todo el mundo desde la década de 1950, le interesa que Israel siga bajo una amenaza permanente para que siga necesitando su apoyo.
Un recordatorio: las conversaciones serias sobre la creación de un Estado palestino no comenzaron hasta hace quince años, hacia el final de la primera Intifada. Casi ningún dirigente actual de la principal izquierda sionista y de la izquierda más radical (que parece haber logrado reescribir su historia de manera casi orwelliana) imaginó jamás un acuerdo semejante. Incluso al principio del periodo de Oslo seguían hablando de autonomía. La Organización para la Liberación de Palestina y la izquierda antisionista hablaban del establecimiento de un Estado laico de todos sus ciudadanos. La Autoridad Palestina no existía en absoluto, de hecho, hasta que Israel ayudó a establecer la Organización para la Liberación de Palestina en este papel. El acuerdo de paz que preveía dos Estados para dos naciones sólo entró en la agenda cuando, tras la primera Intifada y los cambios en la economía mundial global, empezó a encajar con los intereses de sectores del capital israelí y estadounidense.
¿Qué significa una paz así? Si continuamos con la descripción de la situación en el Israel ampliado como apartheid y la comparamos con la que existía en Sudáfrica, podemos ver que la paz significa la sumisión de la Intifada a un liderazgo palestino que sirva a Israel. Dicha paz, a menudo denominada «normalización», está relacionada con procesos que tienen lugar en todo el mundo bajo la etiqueta de globalización e iniciativas de cooperación comercial regional diseñadas para culminar en una «región de libre comercio de todos los países mediterráneos.» En todo el mundo, acuerdos como éstos han conducido a la absorción de las economías locales por empresas multinacionales, a la violación de los derechos humanos básicos, al deterioro de la situación y las condiciones de las mujeres y los niños, a la violencia social y a la destrucción del medio ambiente.
¿Aportará este acuerdo y la paz al menos el cese de la violencia? No lo creemos: aumentarán las penurias económicas y las brechas sociales, seguirá sin resolverse el problema de los refugiados y se legitimará el apoyo económico internacional prestado al enorme número de desempleados de la Franja de Gaza y partes de Cisjordania (como ocurrió en parte tras el Acuerdo de Oslo y de nuevo más recientemente). En este caso, los palestinos tendrán que confiar en «su» Estado, un pequeño ministado dependiente que probablemente no esté a la altura de las circunstancias.
Los Estados actúan dentro de un sistema de intereses, y la gente corriente como nosotros no ocupa un lugar destacado en su lista de preocupaciones.
Si queremos que se produzca algún tipo de cambio a mejor, que disminuyan las brechas y cesen las matanzas mutuas, tenemos que comportarnos no como marionetas obedientes de líderes políticos financiados por europeos y estadounidenses que no hacen más que alguna que otra protesta «democrática». Tenemos que actuar, en cambio, para eliminar las particiones nacionales y, sobre todo, resistir a las fuerzas militares que provocan matanzas mutuas y continuas.
No necesitamos promover un programa político, ya sea el de los Acuerdos de Ginebra u otro alternativo. Más bien, debemos poner en el orden del día la exigencia de un modo de vida totalmente diferente y de igualdad para todos los habitantes de la región. Aunque actuemos de forma independiente (local), tenemos que recordar que mientras haya Estados y mientras siga existiendo el sistema capitalista, cualquier mejora que consigamos será parcial y estará permanentemente amenazada. Por lo tanto, tenemos que ver nuestra lucha como parte de la lucha que se lleva a cabo en todo el mundo contra el capitalismo global, exigir un cambio revolucionario basado en la abolición de la opresión de clase y la explotación, y apuntar hacia la construcción de una nueva sociedad: una sociedad anarquista-comunista sin clases. Una sociedad en la que no habrá coerción estatal, en la que se abolirá la violencia organizada, en la que no existirá el chovinismo y en la que se eliminarán todos los demás males de la era capitalista.
lunes, 6 de noviembre de 2023
El punto de explosión de las contradicciones israelíes. Diez tesis sobre las actuales convulsiones en Oriente Próximo
Il Lato Cattivo, 17/10/2023
Traducción semiautomática
Original: illatocattivo.blogspot.com/2023/10/il-punto-desplosione-delle.html
I
La ofensiva lanzada por Hamás contra territorio israelí el 7 de octubre de 2023 y sus consecuencias inmediatas representan, en nuestra opinión, un importante punto de inflexión en la evolución económica, política y militar de Oriente Próximo. No escribimos estas palabras a la ligera, con indiferencia ante el sufrimiento de las víctimas y sus seres queridos o, peor aún, con simpatía por el uso indiscriminado de la violencia contra civiles. Sencillamente, creemos que el análisis de los acontecimientos debe necesariamente abstraerse de estos aspectos para poder apreciar adecuadamente su significado. No es posible privilegiar una interpretación estrictamente local de los acontecimientos en detrimento de una interpretación internacional, o viceversa. Es necesario perseguir ambas. Este puñado de tesis no son más que un primer intento.
II
El ataque multifacético lanzado por Hamás debe contextualizarse en primer lugar en la situación geoeconómica actual. En términos muy generales, debe situarse en la fase de crisis de la globalización, en una coyuntura en la que los proyectos capitalistas opuestos para un mundo posglobalizado empiezan a emerger con mayor claridad. los proyectos capitalistas para un mundo posglobalizado (¿desglobalizado?) empiezan a emerger con mayor claridad. En términos más concretos encaja en el reposicionamiento de los principales actores de Oriente Medio en el enfrentamiento global entre Estados Unidos y China. Estados Unidos y China.
III
Hay que tener en cuenta, en primer lugar, los procesos de integración regional promovidos por Estados Unidos (más recientemente con los Acuerdos de Abraham), que ponen en la agenda la normalización definitiva de las relaciones económicas y diplomáticas entre Israel y una serie de países árabes del Norte de África y Oriente Próximo y Medio, con Emiratos Árabes Unidos a la cabeza. Con los atentados de la semana pasada, Hamás ha dejado claro que esa normalización o se hace incluyendo la cuestión palestina y aceptando su representación en la mesa de negociaciones, o tendrá que pasar por encima de los cadáveres de 5 millones de palestinos. La dinámica de los Acuerdos de Abraham se ve contrarrestada por los esfuerzos chinos hacia un deshielo -por razones obvias indigeribles para Israel- entre el bloque vulgarmente identificado como "chií" (Irán-Líbano-Siria-Irak) y el llamado bloque "suní". Hamás ofrece aquí la coartada perfecta para que Arabia Saudí no firme los Acuerdos Abrahámicos y confirme su desalineamiento (¿momentáneo?) respecto a Washington. Gracias a la diplomacia china.
IV
Una vez comprendida la gravedad del momento histórico desde el punto de vista palestino, es inútil detenerse en las distinciones entre Hamás y los palestinos en general. Que el ataque haya sido "impuesto" a la población palestina en su conjunto, en primer lugar a la población de Gaza, que sea "rehén" de Hamás, no significa nada salvo la siguiente banalidad: que los hombres hacen historia en condiciones que no pueden permitirse el lujo de elegir. El hecho político fundamental es que en el futuro inmediato, tanto en Gaza como en Cisjordania, Hamás es el único actor político significativo, incluso a pesar de su no reconocimiento internacional, mientras que la Autoridad Palestina, aunque todavía en el poder, está ahora condenada a la irrelevancia.
V
Al desatar la violencia contra la población civil israelí hasta un grado sin precedentes y arrastrar a Israel al terreno de una guerra a gran escala, Hamás revela en realidad los límites (la imposibilidad) del enfoque puramente represivo/militar de la cuestión palestina. Erradicar a Hamás", para Israel, no sólo significa ponerse las botas sobre el terreno en Gaza, con una operación militar técnicamente ardua y de resultados inciertos. Significa exponerse a la probabilidad de disturbios masivos en Cisjordania y a la apertura de otro frente militar en la frontera con Líbano (Hezbolá). La magnitud de tal enfrentamiento plantearía a cada uno de los componentes de la abigarrada estructura social israelí el dilema existencial: "¿morir por Israel?". Quienes conocen el país de verdad saben que la respuesta hoy no es en absoluto una conclusión inevitable. Tal vez lo fuera en 1967, o en 1973, pero ya no lo es. ¿Están realmente dispuestos a morir por la patria los jóvenes asquenazíes burgueses-bohemios con doble pasaporte, para los que Tel Aviv no es más que una capital del entretenimiento entre otras muchas? ¿Están dispuestos a morir por Israel los judíos rusoparlantes que apenas hablan hebreo, los haredim que reciben subsidios pero están exentos del servicio militar obligatorio, los árabes israelíes que siguen siendo tratados como ciudadanos de segunda clase? He aquí la vexata quaestio que pone de relieve la perspectiva de un conflicto militar a gran escala.
VI
La política de Israel tras los Acuerdos de Oslo (1993) es realmente incomprensible si no se tiene en cuenta la multiplicidad de las "tribus de Israel" ("Limes") y el carácter inacabado, aún en ciernes, de la construcción nacional israelí. Esta política no fue ni el resultado de un capricho político del Likud, ni de burdas razones contables que un materialismo craso bastaría para revelar. La expulsión de la mano de obra palestina de los Territorios de la economía israelí, el apoyo tácito o explícito a nuevos asentamientos de colonos, la disgregación administrativa de Cisjordania, etc., prometían garantizar la cohesión interna alimentando el factor de conflicto externo. Pero esto presuponía que este último se mantuviera dentro de los límites de un conflicto de baja intensidad y de proporciones controlables. En este punto, como en otros, el atentado de Hamás cambia radicalmente las cartas sobre la mesa. De poco o nada sirven los debates y dieternas para determinar hasta qué punto el ataque de Hamás fue realmente inesperado, cuál fue la magnitud de los fallos de inteligencia o la sordera ante las advertencias dirigidas a las altas esferas del poder político, etc. De hecho, incluso hace una semana la cuestión palestina parecía evanescente porque Israel parecía haber arrollado. Si hoy la imagen del poder israelí parece seriamente comprometida, ello no depende del acontecimiento en sí ni de ningún aspecto concreto del mismo (número de víctimas, tiempo de reacción del ejército, etc.), sino de las grietas que pueda profundizar en el seno de la sociedad israelí.
VII
Por lo tanto, Tariq Ali (véase el blog de la New Left Review, 13 de octubre de 2023) se equivoca, y con él gran parte de la intelectualidad de izquierdas, al creer que la existencia de Israel, por el simple hecho de ser "un Estado nuclear, armado hasta los dientes por Estados Unidos", no se cuestiona en absoluto. Detrás de la amenaza fantasmagórica e ideologizada del cerco del "Eje de la Resistencia", existe para Israel la amenaza muy real de no poder seguir produciendo la compacidad interna necesaria para proyectarse al exterior. Es decir, la amenaza de encontrarse, a pesar del notable desarrollo económico y tecnológico que ha adquirido, reducido a la condición de un Estado fallido ordinario en Oriente Medio, un mosaico amorfo de grupos étnicos y clanes periódicamente al borde de la guerra civil.
VIII
Comparada con semejante mosaico, la situación de los palestinos es todo lo desesperada que se quiera, pero tiene a su favor una extraordinaria homogeneidad nacional, producida precisamente por más de setenta años de conflicto con Israel. La nación palestina, de ser una pálida invención del colonialismo británico, como lo fue en la época de la Palestina del Mandato y todavía en las secuelas de la Nakba, quizás sólo ahora está alcanzando el estatus de nación histórica en el sentido propio. Lo es, en cualquier caso, mucho más de lo que lo era en la década de 1970, en la época dorada del tercermundismo de antaño. El propio éxito del atentado de Hamás lo demuestra. No se trata de hacer apología de él, sino de medir su alcance más allá de sus aspectos más espectaculares y truculentos, es decir, de captar su nivel de organización, complejidad y determinación -que poco tienen que ver con los atentados de Al Qaeda y Estado Islámico con los que se le ha comparado en los grandes medios de comunicación.
IX
Al igual que en el resto del mundo árabe, también en Palestina el ascenso del islam político ha sido una declinación pequeñoburguesa de la crisis del nacionalismo secular y socialista, si no de la nación árabe tout court, una declinación a menudo alentada y fomentada por sus más feroces oponentes locales e internacionales. Sin embargo, la trayectoria de las fuerzas islamistas ha estado siempre determinada por el contexto específico en el que han arraigado, es decir, en el contexto palestino, por el movimiento plebeyo de "resistencia" contra Israel. Para Hamás, montarse en este movimiento, dar una salida política a los levantamientos (Primera y Segunda Intifada) y lograr al menos una solución provisional a la cuestión palestina, son los pasos obligados para realizar los intereses de clase a medio plazo que subyacen en él como fuerza política : la promoción de la pequeña burguesía " de Gaza a la condición de una burguesía palestina de pleno derecho, intérprete potencial de un nuevo impulso de las relaciones capitalistas en un perímetro relativamente pequeño, pero densamente poblado por una mano de obra joven y educada. De hecho, la trayectoria política de Hamás se contrapone a la trayectoria social del proletariado palestino, para el que "Israel" es cada vez menos un capital-empleador y cada vez más una mera fuerza represiva y militar.
X
Esto nos lleva de nuevo al dilema imposible al que se enfrenta Israel: entrar en Gaza, pero ¿para hacer qué? En otros tiempos y circunstancias, Israel podría haber convertido a los palestinos en una de sus "tribus". Hoy, esta opción ya no está a la orden del día: "dos pueblos para un Estado" no es una solución viable cuando uno de los dos pueblos, el supuestamente dominante, tiende a fragmentarse. La perspectiva de una guerra de gran envergadura implica precisar el horizonte estratégico. En las condiciones actuales, "erradicar Hamás" es, en el mejor de los casos, una utopía y, en el peor, un eufemismo de genocidio. El tipo de guerra asimétrica que sería necesario llevar a cabo (y ganar) para "limpiar Gaza" requeriría una serie de condiciones que no se dan, ante todo la neutralidad o connivencia de un segmento no insignificante de la población local. Por supuesto, el carácter irreal de la operación no excluye que se lleve a cabo, ni que sus objetivos reales o declarados cambien con el tiempo, hasta el De profundis más sanguinario. Pero cuidado: desde hace algunos años, las variables en juego ya no son las mismas. El enfrentamiento global entre Estados Unidos y China lo sobredetermina todo. No contamos con los buenos sentimientos de Xi Jinping para salvar a los palestinos, pero apostamos por la "prescindibilidad" política de la cuestión palestina en el marco de la nueva bipolaridad en ciernes. No sería la revolución proletaria, pero tal vez una buena noticia para el futuro de los palestinos, que hoy parece tan incierto y sombrío.
Carta sobre el antisionismo
por R.F (Il Lato Cattivo, Julio 2014)
Traducido por: Mapas y huellas
«[delimitar las fronteras de un] Estado israelí “legítimo” carece de sentido, porque es sencillamente imposible: la lógica del acaparamiento de tierras parece inseparable de su existencia como Estado-nación. A partir de este hecho innegable, los antisionistas deciden el carácter ilegítimo del Estado israelí, definiéndolo así como “sionista”, como si este adjetivo ya lo dijera todo. Esto implicaría que hay Estados que tienen derecho a existir y otros que no. Pero cuestionar hasta qué punto el Estado israelí es más o menos “legítimo” en relación con algún otro Estado es simplemente ignorar cómo se constituyen los Estados-nación como espacios homogéneos. (...) ¿Qué es un Estado legítimo? ¿Y qué es un Estado ilegítimo?»
Texto completo:
https://mapasyhuellas.wordpress.com/2023/10/11/carta-sobre-el-antisionismo
Entrevista: «Gaza: militarización extrema de la guerra de clases en Israel-Palestina»
Entrevista con E. Minassian por Le serpent de mer, 30 de octubre de 2023
Traducción: Mapas y huellas
«Yo diría que lo primero es considerar que no hay dos bandos, uno palestino y otro israelí. Estas personas viven en el mismo Estado y en una misma economía. Dentro de este mismo conjunto, digamos israelo-palestino -pero que está completamente sujeto a Israel-, las clases sociales no sólo tienen diferentes estatutos jurídicos basados en criterios étnico-religiosos, sino que también están "zonificadas". La Franja de Gaza se ha convertido gradualmente en una "reserva-prisión" donde dos millones de proletarios están confinados en los márgenes del capital israelí. Pero este último sigue siendo su amo en última instancia. Los gazatíes utilizan moneda israelí, consumen productos israelíes y tienen documentos de identidad expedidos por Israel.
La "guerra" actual es, de hecho, una situación de militarización extrema de la guerra de clases.»
Texto completo:
https://mapasyhuellas.wordpress.com/2023/11/02/los-antagonismos-se-desarrollan-siempre-y-son-actuales/
Sobre la situación en Gaza
Konflikt, f/d
Traducción: Nec Plus Ultra
En este mismo instante Israel está cometiendo crímenes de guerra en Gaza. Aunque nuestros medios de comunicación están repletos de «valientes israelíes» que se defienden de «terroristas árabes locos», la verdad del asunto es bastante menos heroica. Por el contrario, lo que vemos en este momento es al ejército de un Estado moderno militarizado vengándose de civiles desarmados. Las consecuencias, por supuesto, son horribles. El Estado israelí ya ha asesinado a más del doble de civiles palestinos que el número total de israelíes que los nacionalistas palestinos consiguieron matar en su ataque contra Israel el 7 de octubre, y la ofensiva terrestre ni siquiera ha comenzado todavía. Sin embargo, todos los días el Estado israelí comete crímenes de guerra contra la población palestina —y esto mucho antes del 7 de octubre [n. del t.]—. Bombardear hospitales es un crimen de guerra. Cortar el suministro de electricidad, agua y combustible de Gaza es un «castigo colectivo». Es un crimen de guerra. La «deportación o traslado ilegal de civiles» es un crimen de guerra. En el habla cotidiana solemos llamarlo «limpieza étnica». Matar a los trabajadores de las agencias humanitarias de la ONU que participan en las labores de ayuda es un crimen de guerra. Israel los mata a pesar de todo. Bombardear ambulancias es un crimen de guerra. Israel lo hace a pesar de todo. El uso de fósforo blanco es un crimen de guerra. Israel lo hace a pesar de todo. Incitar directamente a otros a cometer genocidio es un crimen de guerra. Yoav Gallant, ministro de Defensa israelí, declaró: «Luchamos contra animales humanos y actuamos en consecuencia». Es un criminal de guerra.
Sin embargo, en todo Occidente vemos cómo los medios de comunicación se apresuran a defender a Israel al mismo tiempo que comete crímenes de guerra contra la población civil de Gaza. En los medios de comunicación es como si este conflicto fuera el de David contra Goliat; sin embargo, Occidente vitorea al Goliat israelí y condena al David palestino por tirar piedras.
Y en cuanto a Hamás, ¿qué puede haberles llevado a lanzar esta enorme incursión a través de la frontera con Israel y a desbocarse asesinando a casi un millar y medio de personas? ¿Qué esperaban conseguir con estas matanzas? ¿Cómo pensaban que esto podría hacer avanzar su causa? Lo vemos como un acto de pura desesperación. No creemos que Hamás viera ningún valor militar en este ataque[1]. De hecho, debían saber que matar israelíes en cantidades sin precedentes provocaría este tipo de respuesta genocida por parte del Estado israelí, así que ¿por qué lo hicieron? ¿Qué ventaja podían haber visto en provocar semejante matanza?
Para entenderlo tenemos que situar esta guerra en el contexto de la política internacional. Hoy Gaza es un agujero infernal. Es, de hecho, un gigantesco campo de prisioneros del que no se puede escapar. Tiene una población de casi 2,4 millones de habitantes hacinados en 365 km2, lo que la convierte en uno de los lugares más densamente poblados del mundo. También tiene una de las edades medias más bajas del mundo, con la mitad de la población menor de 18 años.
Pero Gaza no siempre fue así. Si nos remontamos un siglo atrás, Gaza acababa de ser incorporada al imperio británico, convirtiéndolo así en el mayor imperio de la historia mundial, el imperio «sobre el que nunca se ponía el sol». La Gran Bretaña imperial estaba en cierto modo en su apogeo. Sin embargo, su declive ya había comenzado. Aunque Gran Bretaña había salido victoriosa de la Primera Guerra Mundial, el coste financiero de esta victoria había sido abrumador. Gran Bretaña estaba tan endeudada con Estados Unidos que empezaba a perder su posición dominante. Al igual que hoy, este fue un periodo de declive imperial.
Hoy nos encontramos en un periodo similar. Estamos asistiendo al declive de Estados Unidos como única potencia mundial y al ascenso de China. Es en este conflicto entre América y China en el que debemos situar los crecientes conflictos imperialistas del mundo actual. En algunos sectores de la izquierda actual existe la opinión de que el declive de Estados Unidos conducirá a un nuevo «mundo multipolar» más equitativo. Nosotros vemos las cosas de otra manera. No vemos esta situación como una que conducirá a un mundo mejor, sino más bien como una que llevará a un mayor conflicto global. Estados Unidos no renunciará a su posición sin luchar. Además, a medida que el control de Estados Unidos sobre el mundo se afloje, otras potencias se impondrán para llenar los vacíos dejados por la debilidad estadounidense.
La guerra de Rusia en Ucrania es una expresión de este nuevo «nuevo orden mundial». Tras treinta años de retroceso en Europa del Este, Rusia ha visto la oportunidad de reafirmarse en territorios que antes controlaba. El debilitamiento de la determinación estadounidense y su retirada y falta de voluntad para proteger a sus aliados tanto en Afganistán como en Siria pueden haber sido parte de la razón por la que Rusia pensó que Estados Unidos no defendería Ucrania. La guerra en Palestina/Israel también puede verse como una expresión de este nuevo período. No es de extrañar que China esté optando por intervenir con más contundencia en la política de Oriente Medio.
Volviendo al relato histórico, durante la Primera Guerra Mundial, los británicos hicieron promesas a los líderes árabes y judíos sobre el futuro de la región de Oriente Próximo para conseguir su apoyo en la lucha contra Alemania. Tras la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto cometido contra el pueblo judío, en el que 6.000.000 fueron asesinados por el Estado nazi y sus aliados, los supervivientes judíos comenzaron a emigrar a Palestina. En mayo de 1948, los judíos de Palestina proclamaron su propio Estado, Israel, e inmediatamente se vieron inmersos en una guerra con los palestinos locales y otros siete Estados árabes. La guerra duró casi diez meses y, al final, los palestinos y la Liga Árabe habían sido derrotados. Israel controlaba el 78% del territorio del antiguo mandato británico de Palestina, y alrededor de tres cuartos de millón de palestinos huyeron o fueron expulsados de sus hogares. Este es el origen de la situación actual en Gaza.
Tras la guerra, las partes restantes de Palestina fueron engullidas por Egipto, que se apoderó de la Franja de Gaza, y Jordania, que se anexionó Cisjordania. Desde entonces, los ejércitos israelí y árabe se han enfrentado en repetidas ocasiones con guerras en 1956, 1967, 1973, 1982, 2004 y 2006. Tras la guerra de 1967, Israel ocupó Gaza y Cisjordania, así como la península egipcia del Sinaí y los altos del Golán sirios. El Sinaí fue devuelto a Egipto tras un acuerdo de paz firmado en 1978. Gaza, Cisjordania y el Golán siguen bajo control israelí a pesar de las resoluciones de la ONU que piden a Israel que se retire de los territorios ocupados en 1967.
Durante estas guerras, cada vez más palestinos huyeron y fueron expulsados de sus hogares, creando la masa de refugiados palestinos que viven hoy en los países árabes vecinos. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fue fundada por la Liga Árabe en El Cairo en 1964. Oriente Próximo se vio envuelto en las tensiones imperialistas de la época, con Estados Unidos suministrando enormes cantidades de armas a un Israel que se convirtió en su aliado más cercano en Oriente Próximo. El enemigo de Estados Unidos en la «Guerra Fría», la URSS, a pesar de apoyar en un principio a Israel, se volvió hacia los Estados árabes para encontrar sus aliados regionales. La Unión Soviética rompió relaciones diplomáticas con Israel en 1967 y no las restableció hasta el final de la «Guerra Fría» en 1991. El escenario estaba preparado para la confrontación regional.
Mientras tanto, los Estados árabes demostraron con hechos, aunque no con palabras, que no eran amigos de los palestinos. En los países árabes vecinos de Israel se les mantuvo en campos de refugiados y limitó su derecho al trabajo. En el «Septiembre Negro» de 1970, el ejército jordano expulsó a la OLP de su país, masacrando a unos 3.500 civiles. La OLP trasladó entonces su centro de operaciones al Líbano, de donde fue expulsada por los israelíes en 1982, y estableció un nuevo cuartel general en Túnez. Por supuesto, fue esta nuevamente una ocasión de masacres de civiles, con los israelíes utilizando milicias cristianas para masacrar a otros 3.500 palestinos en los campos de refugiados de Beirut. Es también durante este período que vimos el surgimiento de Hamás (el Movimiento de Resistencia Islámica). Irónicamente, al principio fueron apoyados por Israel para proporcionar un contrapeso a la OLP respaldada por Rusia. Fue un periodo en el que Occidente pensó que podía utilizar a los grupos islámicos conservadores de Oriente Próximo para contrarrestar la influencia de Rusia y del «comunismo». El mismo proceso se repitió en varios países del mundo islámico cuando Estados Unidos apoyó a sus posteriores enemigos, Osama bin Laden y los talibanes, para luchar contra los rusos en Afganistán.
La OLP había sido derrotada. Asentada en su nueva base de Túnez y alejada de los países fronterizos, no tenía forma de lanzar ataques convencionales contra Israel. A medida que se volvía más y más irrelevante, la resistencia islámica empezó a crecer. A finales de la década de 1980 estallaron una serie de disturbios y protestas que comenzaron en un campo de refugiados de Gaza. Es lo que se conoce como la Intifada. Este levantamiento, caracterizado por soldados israelíes que disparaban a adolescentes palestinos que arrojaban piedras, duró casi seis años. Como en todos los enfrentamientos palestino-israelíes en los territorios ocupados, las muertes fueron desproporcionadamente palestinas. Mientras que casi 200 israelíes murieron durante la contienda, las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) mataron a más de 1.600 palestinos, de los cuales aproximadamente una cuarta parte eran niños.
Finalmente, se llegó a un acuerdo de paz con el apoyo de Estados Unidos. En los acuerdos de Oslo de 1993 a 1995, Cisjordania y Gaza obtuvieron una autonomía limitada. Los israelíes intentaron utilizar a la OLP para que hiciera su trabajo policial, mientras seguían construyendo asentamientos ilegales en los territorios ocupados e intentaban cambiar la situación demográfica sobre el terreno. Durante este proceso, la OLP quedó aún más marginada y Hamás ganó las elecciones en Gaza.
En esencia, ésta es la situación actual. Los palestinos están divididos física y políticamente entre la OLP en Cisjordania y Hamás en Gaza. Aunque el equilibrio demográfico entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, Israel y los territorios que ocupa, está dividido aproximadamente al 50% entre árabes y judíos, a los palestinos de los territorios se les niega el voto en las elecciones israelíes y no tienen ninguna esperanza de cambiar la situación democráticamente. Los trabajadores palestinos se han visto obligados a abandonar el proceso de producción en Israel, ya que el Estado israelí ha importado decenas de miles de trabajadores de Estados asiáticos como Nepal y Tailandia, y las organizaciones militares palestinas son completamente incapaces de enfrentarse a las FDI.
Esta «paz» se ve interrumpida por brotes esporádicos de violencia. Con unas fuerzas tan desproporcionadas, los resultados son los esperados. Entre 2001 y 2015, por ejemplo, los militantes palestinos lanzaron más de 12.000 cohetes contra Israel, matando en total a 27 israelíes. Sólo en la guerra de Gaza de 2004, Israel mató a unos 130 palestinos, entre ellos 31 niños. Los palestinos mataron a un soldado y a tres civiles, dos de ellos niños.
¿Qué ha cambiado y qué ha provocado este nuevo brote masivo de violencia? El ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre mató a unos 1.400 israelíes, una cifra sin precedentes. Israel ya ha matado a casi el triple, y el ataque terrestre aún no ha comenzado. La escala de la matanza ya está en órdenes de magnitud por encima de las masacres «normales».
En muchos sentidos, las respuestas a esta pregunta se encuentran en las tensiones internacionales. Oriente Próximo, debido a su abundancia de petróleo y gas, siempre ha sido un foco de los enfrentamientos de las potencias imperiales. Con el declive de Estados Unidos, China ha intentado imponer su influencia allí. Recientemente ha mediado en un acuerdo de reconciliación entre Arabia Saudí e Irán, enemigos desde hace mucho tiempo. Por supuesto, Irán es enemigo de Estados Unidos, y Arabia Saudí ha sido durante mucho tiempo amigo de Estados Unidos. Recientemente, sin embargo, se ha ido alejando de Estados Unidos y se niega a hacer lo que le ordenan. Biden acudió a los saudíes para pedirles un aumento de la producción de petróleo para contrarrestar la subida de precios causada por la guerra de Ucrania, y Mohammed bin Salman, el príncipe heredero y verdadero gobernante de Arabia Saudí, lo rechazó. Lo que Estados Unidos quiere es volver a atraer a Arabia Saudí al redil.
Por supuesto, una de las razones por las que Estados Unidos ha inyectado tanto dinero y armas en la guerra de Ucrania es para enviar un mensaje firme a sus aliados en todo el mundo, y en particular en Oriente Medio, rico en petróleo, de que Estados Unidos apoya a sus amigos. Actualmente, Estados Unidos está intentando negociar un acuerdo entre Arabia Saudí e Israel. Básicamente se reduce a esto. Arabia Saudí hará las paces con Israel, Estados Unidos proporcionará garantías de seguridad y todos ganarán dinero. A los saudíes no les gusta especialmente Israel, pero lo que impulsaba este proceso era que tanto ellos como Estados Unidos odian aún más a Irán. El acuerdo respaldado por China ofrece a Arabia Saudí una opción potencialmente diferente.
Hamás se ve a sí mismo aislado. No tiene esperanzas de derrotar militarmente a Israel y estaba viendo cómo el apoyo a su causa entre los Estados árabes disminuía. Aunque los países árabes del Golfo sólo apoyaban la causa palestina por medio de palabras, existía la «promesa» de que no normalizarían sus relaciones con Israel sin llegar a algún tipo de acuerdo con los palestinos. Sin embargo, en 2020, los EAU y Bahréin firmaron sus propios acuerdos de paz con Israel, dejando a los palestinos solos. Hamás estaba aterrorizado de que Arabia Saudí hiciera lo mismo.
Y así atacaron. Hamás lanzó todo lo que tenía en las masacres más bárbaras que pudo llevar a cabo en Israel. Por supuesto, sabían que Israel respondería masacrando a muchos más palestinos. Siempre lo hacen. Hamás no ignora este hecho. Creemos que Hamás sabía la reacción que provocaría su ataque. De hecho, esta era su intención. Lo que querían era que la sangre de los civiles de Gaza actuara como una inundación que arrasara cualquier posibilidad de un acuerdo de paz entre Israel y Arabia Saudí.
Ninguna de las partes tiene nada que ofrecer a los trabajadores y a los pobres de Gaza. Los israelíes sólo tienen la muerte, y Hamás, cuyo líder Ismail Haniyeh es un millonario que vive en Qatar, está dispuesto a ofrecerlos como sacrificio de sangre para alcanzar sus objetivos geopolíticos. Esto es lo que el nacionalismo puede ofrecer a la clase obrera: sangre, muerte, pogromos, masacres y limpieza étnica. Esto es tan cierto hoy en Gaza como en Ucrania. En todas partes los ricos están dispuestos a sacrificar a los trabajadores por sus beneficios. No se trata de casos aislados. Los cambios en la situación geopolítica traerán más horrores. El mes pasado Azerbaiyán lanzó una ofensiva en Nagorno-Karabaj limpiando étnicamente a 100.000 armenios, y nadie pestañeó. Actualmente hay 32 conflictos en curso en todo el mundo. Esto es lo que ofrece el capitalismo, guerra y barbarie.
Nota:
[1] Difiero completamente de esta afirmación. El valor militar que Hamás veía en esta operación es precisamente la posibilidad de arrastrar a la región hacia un conflicto mayor entre los Estados árabes e Israel/Occidente. Por supuesto, el enorme costo para la población civil palestina forma parte de su cálculo [N. del T].
necplusultra.noblogs.org/post/2023/11/04/konflikt-sobre-la-situacion-en-gaza
¿Quién controla la guerra?
N+1, informe telereunión 31 de octubre de 2023
Traudcción automática revisada
The Economist ha publicado un par de artículos sobre la situación en la zona: "Por qué la guerra urbana en Gaza será más sangrienta que en Irak", en el que enumera los problemas a los que tendrá que enfrentarse Israel si decide librar una guerra urbana en Gaza; y "El poder estadounidense: ¿indispensable o ineficaz?", en el que establece un paralelismo entre el poder de disuasión de Israel en Oriente Próximo y el poder mundial de Estados Unidos. Estos días, la Marina estadounidense ha enviado dos portaaviones en apoyo de Israel para enviar una señal clara a los actores hostiles (empezando por Irán); el destino de ambos países está estrechamente ligado, ya que esta guerra definirá no sólo el papel de Israel en Oriente Próximo, sino también el de Estados Unidos en el resto del mundo. Según el semanario británico, existen tres amenazas para Estados Unidos: los frentes de Oriente Próximo (los iraníes están presentes en Siria, Líbano, Irak y Yemen) y Ucrania, que consumen recursos políticos, financieros y militares; el hecho de que varios países empiecen a moverse de forma autónoma para ganar margen de maniobra (India, Arabia Saudí, etc.); la cuestión de Taiwán, es decir, el control del Indo-Pacífico.
Los Houthis, en el poder en parte de Yemen y apoyados por Irán, han lanzado drones y misiles contra Israel (interceptados y derribados por barcos estadounidenses); Irán exporta petróleo a China y suministra drones a Rusia, que, a su vez, acogió a un alto representante de Hamás después del 7 de octubre. La apertura de un nuevo frente de guerra para los estadounidenses no es, desde luego, mal recibida por Putin, que aprovechó la ocasión para subrayar la pérdida de poder del gendarme mundial y el fin de la "pax americana".
Parece que hay quienes, dentro del Partido Republicano estadounidense, quieren detener o al menos ralentizar el suministro de armas y financiación a Ucrania. Estados Unidos sigue siendo una superpotencia mundial (produce una cuarta parte del PIB mundial con una vigésima parte de la población mundial), pero cada vez tiene más dificultades para ejercer su hegemonía tanto interna como externamente. Esto se debe a una crisis general del capitalismo que afecta, en diversos grados, a todos los Estados.
En cuanto a la forma de llevar a cabo la guerra, uno de los objetivos del ejército israelí es aislar y hacer salir a los milicianos de Hamás. El subsuelo de Gaza está atravesado por una vasta red de túneles, que no será fácil destruir. Sin embargo, antes de lograr tal resultado, la guerra será sangrienta, y tendrá lugar en una de las zonas más densamente pobladas del mundo.
Israel está utilizando inteligencia artificial para reconstruir los movimientos de los milicianos y encontrar los puntos de lanzamiento de misiles. Hace unos días comenzó la tercera fase de la guerra, unidades motorizadas entraron en las afueras de Gaza seguidas de reservistas; el objetivo inmediato es cortar los suministros y la logística del enemigo y dividir la Franja en dos. Basándose en el análisis de imágenes por satélite, The Economist calcula que más de una décima parte de las viviendas de Gaza han sido destruidas y más de 280.000 personas se han quedado sin hogar. Hay escasez de agua, electricidad y gasolina en la Franja, los hospitales están colapsados, miles de civiles muertos y heridos.
Israel se ha visto acorralado por el ataque del 7 de octubre y no ha tenido más remedio que aceptar esta condición de compelencia (la acción de hacer que el adversario tome decisiones que le lleven a la ruina). Debe demostrar que sigue siendo la temida máquina de guerra que fue en su día, incluso a costa de incendiar Oriente Próximo. Los estadounidenses, armados con su experiencia en conflictos urbanos, aconsejan prudencia al aliado, pero no podrán echarse atrás si es atacado. Y en cualquier caso, aunque Israel consiga conquistar la Franja de Gaza y eliminar la infraestructura militar de Hamás, quedaría el problema de gestionar la situación sobre el terreno. Podría haber un plan para evacuar a los habitantes de la región: las autoridades israelíes han anunciado la existencia de un plan para trasladar a los residentes de Gaza al desierto del Sinaí, pero el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi ha dicho que está en contra. Un tercio de los habitantes de la Franja ha decidido quedarse en el norte, aun sabiendo que los bombardeos continuarán; los que se han volcado hacia el sur (casi un millón), ¿qué será de ellos? Los conflictos prolongados causan miles de muertos, no sólo por las bombas.
No se puede descartar que la guerra se extienda a toda la zona. Las diplomacias están activas e intentan contener el conflicto, pero sabemos que la voluntad de los Estados cuenta relativamente poco. Las reglas del juego de guerra son cibernéticas (si/entonces), y nadie puede escapar a este estricto determinismo. Hamás golpeó primero, provocando un efecto dominó que nadie tiene el poder de revertir. Cuando se cruzan los umbrales críticos, el orden inestable al borde del caos (Stuart Kauffman) puede convertirse en caos en cualquier momento. Se disparan misiles desde Líbano, Siria y Yemen hacia Israel, y este último puede decidir subir la apuesta con cobertura militar estadounidense.
Las consecuencias económicas de la guerra empiezan a sentirse dentro de Israel. Tras la acción armada de Hamás, el turismo se desplomó, el temor a nuevos atentados paralizó la vida económica y comercial, la afluencia de reservistas al ejército (360.000) vació empresas y oficinas. El shekel ha caído en picada, al igual que la inversión extranjera, crucial para un país moderno que basa su crecimiento en el desarrollo del sector de la alta tecnología. El gobierno debería considerar el viejo plan de Moshe Dayan, el más racional, es decir, la retirada unilateral de la Franja de Gaza y Cisjordania. También cabría la posibilidad de que intervinieran la Autoridad Nacional Palestina y algunos países árabes para gestionar una transición posterior a Hamás, pero la ANP es corrupta y cada vez tiene menos seguidores.
Pero, ¿cuál es el plan de Hamás? No se puede entender el ataque de la organización islamista sin tener en cuenta el complejo tablero de Oriente Próximo. Si se adopta un enfoque sistémico para el estudio de la sociedad, no se puede separar una parte del todo. La acción del 7 de octubre puso a todo el mundo en estado de excelencia, impulsándoles a tomar partido. Por ejemplo, Irán, partidario de Hamás, consiguió que se pusiera fin a los Acuerdos de Abraham, que estaban poniendo a gran parte del mundo árabe bajo el sombrero de Israel y Estados Unidos.
Al término de la telerreunión, se mencionó el fenómeno del robo que hace estragos en Estados Unidos. Debido a las expropiaciones masivas, cadenas enteras de distribución, especialmente en California, han entrado en crisis; la "práctica" se ha extendido también a Inglaterra. Federico Rampini, defensor de la ley y el orden, afirma en las páginas del Corriere della Sera que Estados Unidos no puede permitirse la propagación de estos hechos ("Los asaltos impunes en los supermercados y el gran malestar americano"), porque confirmaría a sus enemigos la fase de decadencia del país.
La clase dominante estadounidense tiene grandes problemas que resolver: crisis política, guerra, disminución del reclutamiento en las fuerzas armadas, rechazo del trabajo, huelgas, dimisiones importantes y, por último, el fenómeno de las expropiaciones. Todas manifestaciones de una estructura económico-social que se desmorona. Se está produciendo una desconexión de partes de la sociedad del Estado y del sistema de partidos y, lo que es más importante, se trata de reacciones espontáneas y no ideológicas.
* texto original: https://www.quinternalab.org/teleriunioni/2023/ottobre-2023/852-chi-controlla-la-guerra
jueves, 2 de noviembre de 2023
Hipocresía Imperialista en el Oriente y el Occidente
28/10/2023
Dyjbas / Organización Obrera Comunista
A medida que sigue aumentando el número de muertos en Gaza, donde muchas de las víctimas hasta ahora han sido niños, quedan al descubierto la brutalidad y el doble rasero de la realpolitik imperialista. Para nuestras clases dominantes, está muy claro que algunas vidas valen más que otras. Son las alianzas económicas, políticas y militares las que deciden cuales atrocidades son mencionadas y dónde. Basta con comparar los distintos bloques de voto en las resoluciones de la ONU sobre algunos conflictos recientes, y mirar cómo los han cubierto los principales medios de comunicación alrededor de todo el mundo. Mejor aún, observemos las respuestas hipócritas de algunos de nuestros estimados líderes mundiales:
- El presidente de Estados Unidos, Biden, ha calificado anteriormente de "crimen de guerra" la matanza de civiles ucranianos, sin embargo, desconfía la espeluznante cifra de 7.500 palestinos muertos reportada por el Ministerio de Salud en Gaza. Y, simultáneamente, su gobierno proclama que Israel tiene el "derecho a defenderse".
- El presidente ruso, Putin, se ha pronunciado sobre las "catastróficas" muertes de civiles en Gaza, pero no ha aceptado públicamente ninguna responsabilidad por una sola muerte de civiles en Ucrania (que oficialmente asciende a 10.000, pero podría ser mucho mayor).
- El presidente de Turquía, Erdoğan, ha declarado que Israel es un "ocupante" y ha denunciado la "masacre" de palestinos. Mientras tanto, su régimen sigue bombardeando regularmente zonas kurdas de Irak y Siria.
- Tras reprimir brutalmente las protestas masivas en su propio país (matando al menos a 500 personas en el proceso), el presidente iraní, Ebrahim Raisi, denuncia ahora los "crímenes de guerra" israelíes y proclama que son los palestinos quienes tienen "derecho a la autodefensa".
Estas declaraciones no deberían sorprender a nadie. La moral capitalista es a penas más que un ejercicio de relaciones públicas. En la guerra, se utiliza este discurso moral para unir a la población contra un enemigo del estado, sea cual sea este. Cada uno de los bandos contendientes denuncia los "crímenes de guerra" del otro. Para los gobiernos del Occidente, la denegación de agua y electricidad a los ciudadanos ucranianos fue un "crimen de guerra" ruso, pero se justifica la misma política de guerra total cuando Israel la encabeza en Gaza. Los diversos "derechos" (a la autodefensa, a la autodeterminación, etc.) se invocan cuando conviene, y se niegan cuando es necesario. Estos "derechos" pretenden dar a la violenta realidad de las relaciones imperialistas entre naciones un barniz de orden y racionalidad. Pero es la lucha por los mercados, las materias primas, la tecnología, la tierra y las ganancias lo que realmente dicta la política internacional. Y es este el entorno político en que se lanzan acusaciones mutuas de "limpieza étnica", o incluso de "crímenes contra la humanidad" y "genocidio". Solamente en los últimos tres años han habido al menos cuatro conflictos descritos en tales términos por los diversos bandos rivales: Tigray, Ucrania, Nagorno-Karabaj y ahora Gaza. Los asesinatos y expulsiones de grupos étnicos también son un fruto natural de los regímenes poscoloniales que obtienen su apoyo mediante la afirmación de lealtades étnicas y tribales, que en la retorcida lógica del sistema, asumen otra dimensión como parte de la competencia imperialista. En la guerra moderna, incluso las preocupaciones humanitarias son un arma política que despliegan los actores capitalistas para alimentar nuevos conflictos, ya que pueden justificar sanciones internacionales y hasta el conflicto armado en nombre de quien designen como “victima”.
Para los comunistas internacionalistas, la culpabilidad por los horrores que se están desatando actualmente en el mundo—ya sea en Gaza, Bakhmut, Nagorno-Karabakh o cualquier otro lugar—recae totalmente en los hombros del podrido sistema capitalista-imperialista. Durante décadas hemos advertido que la crisis de un sistema economico mundial escaso de ganancias se traduciría a un aumento de enfrentamientos entre potencias militares. Ahora estamos viviendo las consecuencias reales de la antes mencionada crisis del sistema economico mundial en forma de la guerra: ciudades y pueblos destruidos por cohetes y aviones “drone”, interrupciones en la cadena mundial de suministro, reclutamiento y represión de la protesta, masacres en el frente y desplazamiento masivo de civiles. Las víctimas, los que se ven obligados a matar y morir por "su" nación, son los obreros en todo el mundo.
Las soluciones diplomáticas, dictadas por uno u otro actor capitalista, sólo pueden posponer lo inevitable. Las contradicciones de un sistema basado en la competencia económica y militar entre Estados capitalistas, es decir, no se pueden resolver dentro del marco de ese sistema. Los comunistas internacionalistas no piden un "alto el fuego", ni hacen llamamientos a la "democracia" o a los "derechos" de las naciones; esto, no por falta de compasión o desapego, sino porque vemos el sistema tal como es. Sólo existe una salida: que los trabajadores "deserten de la guerra", que confraternicen más allá de todas las fronteras, que se nieguen a matar y mutilar a sus hermanos de clase, que viren su ira en contra de las clases dominantes responsables de convertir nuestro planeta en un mundo envuelto en llamas. En lugar de tomar bando en las guerras imperialistas que arrasan con ciudades enteras, matando a los no-combatientes en mayor proporción que a los propios combatientes, nuestra tarea es señalar hacia donde nos están llevando estos conflictos y guerras locales: hacia una futura conflagración global.
Lo que le está sucediendo ahora mismo a las poblaciones de Gaza, Israel, Ucrania y Nagorno-Karabaj, apoyen o no a su "propio" régimen, será replicado pronto en nuestros propios hogares. El cinismo de la burguesía está a flor de piel: una combinación de atrocidades, hipocresía y demostraciones de preocupación (auto)interesadas y falsas por parte de los portavoces del capital. Los vídeos y las fotos, los testimonios de las víctimas, Gaza en ruinas, etc., están a la vista de todos en las redes sociales. Aunque la visión de muchos siga oscurecida por las banderas palestinas, esta realidad debería alarmar a todos los trabajadores del mundo porque es este el futuro que el capitalismo tiene reservado para la humanidad.
Los conflictos que hoy empapan con sangre el suelo de nuestro planeta proporcionan una preocupante mirada a la barbarie y carnicería que el capitalismo puede, en cualquier momento, desatar. Nuestra alternativa, la única posible por lejana que parezca en estos momentos, debe seguir siendo el socialismo. Ninguna guerra salvo la guerra de clases podrá poner fin al sistema que engendra estas atrocidades.
El rol de la entidad sionista en la extensión mundial del genocidio, el ecocidio y la dominación de clase
01/11/2023
instagram.com/freno.de.emergencia
La entidad colonial sionista de Israel es uno de los mayores proveedores de armamento y sistemas de seguridad para las clases dominantes del mundo. Aún siendo una sociedad muy pequeña, en 2007 su industria armamentista cubrió el 10% del mercado mundial, abasteciendo a 145 estados.
La industria bélica de Israel es una pieza clave en la represión y control de los movimientos populares y en la repartición imperialista de los territorios para su explotación y devastación ecológica.
El equipamiento militar y policial israelí sirve para mantener la usurpación de tierras ancestrales como el territorio mapuche, para expandir asentamientos coloniales como en Palestina, y para perpetrar masacres y genocidios, como en Africa y en Birmania.
De hecho, actualmente (octubre de 2023) el gobierno de Birmania está perpetrando una brutal limpieza étnica contra el pueblo rohinyá, para lo cual utiliza armamento y sistemas de seguridad proporcionados por dos empresas israelíes: Israel Aerospace Industries (IAI) y Elbit Systems.
También en Ruanda y Congo se está llevando a cabo un genocidio, el cual viene brotando intermitentemente desde los años 90: allí las fuerzas involucradas en las masacres también han sido generosamente aprovisionadas por empresas militares israelíes.
Está bien documentado que dichas empresas hacen lobbies exitosos que les permiten ejercer un fuerte control sobre partidos políticos, cuerpos de oficiales, sistemas judiciales y medios de comunicación en todas partes del mundo.
En resumen: la entidad sionista de Israel no es sólo una organización terrorista y colonial que lleva casi 80 años ocupando legalmente los territorios palestinos: también es uno de los principales proveedores de equipamiento y seguridad para las organizaciones terroristas que ocupan, usurpan, asesinan y devastan en todo el planeta, en nombre de la democracia y el crecimiento económico.
Dado el importante rol que Israel tiene en la perpetuación del infierno capitalista en la Tierra, podemos ver los profundos alcances de este momento: no sólo se está revelando la ilegitimidad de Israel como entidad colonial y genocida: también están saliendo a la luz aspectos importantes del orden mundial de la dominación de clase y la explotación. Esto puede llegar a ser un gran salto en la consciencia anticapitalista global.
sábado, 28 de octubre de 2023
Dos entrevistas sobre Israel/Palestina
“Una superpotencia nuclear y un pueblo desposeído”
Entrevista a un anarquista de Jaffa sobre la violencia en Palestina y la represión israelí
2023-10-08
https://es.crimethinc.com/2023/10/08/una-superpotencia-nuclear-y-un-pueblo-desposeido-un-anarquista-de-jaffa-sobre-la-violencia-en-palestina-y-la-represion-israeli
Entrevista con anarquistas palestinos: Voces desde la primera línea contra la ocupación
Entrevista a FAUDA, por Black Rose – Comité de Relaciones Internacionales (IRC)
2023-10-17
https://boinaacrata.wordpress.com/2023/10/29/entrevista-con-anarquistas-palestinos-voces-desde-la-primera-linea-contra-la-ocupacion
viernes, 13 de octubre de 2023
¡La cuestión de Palestina es la cuestión de la bancarrota del estatismo!
En los últimos días, hemos sido testigos de un conflicto renovado en la región palestina y de un ataque del grupo islamista Hamás contra las tierras bajo control del gobierno israelí, algo sin precedentes en los últimos años o incluso décadas. Este incidente demuestra más que nada que la cuestión palestina, que a todo el mundo le gustaba considerar una cuestión "muerta", sigue viva y sin final aparente a la vista, ¡al menos mientras existan gobiernos!
La antigua tierra de Palestina pertenece, en primer lugar, al pueblo de esta tierra. El pueblo que una vez tuvo una vida pacífica y feliz está siendo masacrado durante décadas en la picadora de carne de las ideologías nacionalistas e islamistas y la tentación de formar gobiernos judíos, árabes e islámicos... Las vidas del pueblo judío, del pueblo árabe y de otros que viven en esta región están siendo jugadas como peones por los gobiernos y los políticos corruptos dentro y fuera de esta geografía, y se les arrebata la oportunidad de una vida sana y segura.
Desde Estados Unidos hasta Irán con sus injerencias, desde el gobierno israelí que reprime y usurpa la tierra del pueblo árabe palestino hasta grupos islamistas como Hamás y la Yihad Islámica, que han utilizado a personas inocentes como escudos humanos para su ideología reaccionaria e inhumana, todos son cómplices y responsables de esta situación. aunque parezcan lo contrario y enemigos entre sí.
Palestina es un espejo perfecto de lo que los anarquistas han gritado a lo largo de la historia: Mientras existan gobiernos, no habrá paz ni seguridad.
Extraído del departamento de medios de comunicación de la Federación de Anarquismo Era (Federación anarqusita de Irán y Afganistán) https://asranarshism.com
lunes, 9 de octubre de 2023
¡CONTRA LA GUERRA CAPITALISTA!
Ninguna guerra es fácil de comprender, ninguna situación “geopolítica” es simple de captar. Y menos aún cuando se supone que en el mundo no hay clases sociales: sólo quedan países, líderes, religiones e ideologías políticas. Así hay quienes apoyan y justifican las masacres y el horror de la guerra en una u otra región. Son quienes olvidan o quieren hacer olvidar que las guerras se hacen por dinero.
No existe, ni existió, ni existirán “buenos” o “malos” dirigentes burgueses, “buenos” o “malos” partidos burgueses; ni tampoco tiene sentido hablar de “buenas” o “malas” naciones o Estados. Ayer, hoy y mañana, el interés de la clase burguesa se encuentra y se encontrará siempre en guerra contra el proletariado. El trabajo, la explotación, la miseria y la guerra son las formas concretas de ese interés.
Algunos artículos:
Sobre la guerra Israel – Hamás en una perspectiva crítico-radical (oct.2023)
https://necplusultra.noblogs.org/post/2023/10/08/sobre-la-guerra-israel-hamas-en-una-perspectiva-critico-radical
Contra el nacionalismo palestino e israelí (oct.2023)
https://barbaria.net/2023/10/09/contra-el-nacionalismo-palestino-e-israeli
De Gaza a Tel Aviv y en todo el mundo… ¡Ninguna guerra sino la guerra de clases! (Tridni Valka, oct.2023)
https://www.autistici.org/tridnivalka/de-gaza-a-tel-aviv-y-en-todo-el-mundo-ninguna-guerra-sino-la-guerra-de-clases
Israel/Palestina: sólo la revolución comunista-anarquista frenará las masacres en curso y las que vendrán (oct.2023)
https://escritosparalaemancipacion.wordpress.com/2023/10/10/israel-palestina-solo-la-revolucion-comunista-anarquista-frenara-las-masacres-en-curso-y-las-que-vendran
Masacre proletaria en Palestina (2012)
https://es.proletariosinternacionalistas.org/palestina
¡Nosotros no somos israelíes, ni palestinos, ni judíos, ni musulmanes... somos el proletariado! (GCI)
https://drive.google.com/file/d/1jmCb1oQacABSaI6bRCGefcky-AJL7ew1
Intifada mundial (1992)
https://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2023/10/09/textos-sobre-la-cuestion-palestina
Sionismo contra los judíos. Judíos contra el sionismo
https://panfletossubversivos.blogspot.com/2017/02/zionismo-contra-los-judios-judios.html
miércoles, 21 de junio de 2023
Jujuy: Represión y lucha en tiempo de campaña electoral
Anónimo
20/06/23, Argentina
La clase capitalista, sus políticos y su policía reprimen ferozmente a quienes protestan contra la reforma y las pésimas condiciones de vida en Jujuy. El Estado festeja democráticamente el día de la bandera a palo, bala y secuestro. Allanan el camino para reprimir con más leyes a su favor de cara a los necesarios desalojos que trae la extracción de litio en la zona y a una profundización en el empeoramiento de las condiciones de supervivencia.
Los precandidatos presidenciales de Juntos por el Cambio apoyan abiertamente al gobernador Gerardo Morales. Lo mismo que la derecha liberal. Nos dicen que la gente es tonta y que entonces son manipulados por el kirchnernismo y la izquierda, que hay que mantener la paz y el orden. Desde el Frente de Todos, que también están para mantener la paz y el orden, aseguran que los represores son otros y dan lecciones de moral. Parecen ignorar que a largo plazo también se beneficiarán de estas leyes.
Esta es una democracia capitalista, no es ni se parece a una dictadura. Hace casi cuarenta años que hay elecciones. Basta de chantajearnos con el objetivo de defender el “mal menor”.
Capitalismo no es simplemente deuda con el FMI y extractivismo. El Capital siempre es extractivista, depredando el territorio y también la especie humana, extrayendo nuestra energía, tiempo y cuerpos para generar ganancia.
La lucha está en las calles, pero no es solo contra los excesos de esta sociedad mercantil sino contra la normalidad de la paz social, del intercambio, del comercio, de la compra y venta de nuestras vidas. Esa es la base para que exista la represión, los Morales, los desalojos, la destrucción de un territorio, así como también y por sobre todo, el trabajo y el desempleo, los ricos y los pobres.
Acá hay una cuestión de fondo que no cabe en los discursos y polémicas entre candidatos de uno y otro bando. Y mientras nos entretengamos en sus campañas y sus puestas en escena lo fundamental permanecerá intocable: una forma de sociedad que necesita que unos pierdan para que otros ganen.
Abajo la reforma. Arriba los salarios
Abajo las reformas. Arriba la revolución social
sábado, 29 de abril de 2023
1° de mayo contra el trabajo
Boletín La Oveja Negra
Argentina, 2023
En un nuevo aniversario del 1° de mayo insistimos con una despiadada crítica del trabajo. Sin dudas se trata de una provocación. Pero una provocación justificada, necesaria y revolucionaria (...)
Mientras las mayorías festejan el “día del trabajador” o peor aún el “día del trabajo”, algunos seguimos convencidos de la necesidad de librarnos de este. Es decir, de liberarnos de la forma que ha adquirido la actividad humana bajo el capitalismo.
Miseria material, pero también afectiva, social. La realidad son las terribles condiciones de trabajo, las tareas sumamente alienantes, asquerosas y repetitivas que nos vemos obligados a realizar. La realidad es que no decidimos qué producir, ni disponemos de lo que producimos. Sean gigantescas empresas públicas o privadas, o pequeños productores, siempre se trata de unidades de producción aisladas, unidas únicamente por el intercambio mercantil, basándose en la obtención de la mayor ganancia posible.
Mientras quieren convencernos de las virtudes del trabajo asalariado y que si trabajamos duro podremos disfrutarlas, parecieran olvidar las incesantes guerras, la contaminación, los accidentes laborales, los suicidios, los problemas psíquicos y físicos, la explotación infantil y un largo etcétera. Se dirá que todos estos son “detalles” a eliminar, sin embargo son parte constitutiva del mundo del trabajo asalariado, de su normalidad, y sin estos elementos no sería lo que es.
Índice:
- ¡Abajo el trabajo!
- ¡Abajo el ocio!
- ¡Abajo el desempleo!
- ¡Abajo el trabajo doméstico!
- ¡Abajo el proletariado!
- ¡Viva la revolución social!
Leer artículo completo:
https://boletinlaovejanegra.blogspot.com/2023/04/1-de-mayo-contra-el-trabajo.html
domingo, 16 de abril de 2023
[Francia] Sobre el compañero Serge
Traducciones de Grupo Barbaria
Llamamiento a la acción: todos somos compañeros de S.
Los compañeros de S.
11 de abril de 2023
En el momento de escribir estas líneas, nuestro compañero Serge lleva 15 días en coma y su pronóstico sigue siendo incierto. Queremos dar las gracias de todo corazón a todos los compañeros que le han mantenido con vida gracias a su rápida intervención y a los que hoy se ocupan de su tratamiento lo mejor que pueden. También agradecemos a todas las personas que, de una forma u otra, han mostrado su solidaridad con los heridos y detenidos del movimiento.
Asistimos, desde lejos, a los diversos intentos de los políticos de sacar tajada de la situación de Serge. Se desviven por hacer de nuestras luchas un trampolín con el que reforzar su posición en el juego político. Y para eso quieren que nos comportemos. Pero saben muy bien que el Estado y la burguesía, de la que forman parte, están decididos a no rendirse.
Esta situación no es nueva. Es mundial, de Francia a China, de Colombia a Irán. En todas partes la esperanza de las migajas se desvanece. Nuestras condiciones de vida se deterioran con la misma rapidez con que ellos se enriquecen, y allí donde nos sublevamos, nos encontramos con la represión y la violencia del Estado. Decir que el capitalismo sólo ofrece muerte, guerra y destrucción en el horizonte es reconocer que la solución para acabar con él está en las luchas contra nuestra explotación, en los estallidos sociales, en nosotros.
Tras semanas de lucha en Francia, las direcciones sindicales y políticas se esfuerzan por defender su estrategia de mantenimiento del orden frente a los millones de proletarios que han dado su tiempo, su cuerpo e incluso su vida para vencer. Rechazamos su derrota programada y por eso, en muchos lugares, han surgido formas de organización que nos permiten tomar la iniciativa y reforzar la lucha, a través de asambleas, ocupaciones, manifestaciones, huelgas, bloqueos, sabotajes. Lo esencial para nosotros es construir la unidad de las y los que rechazan la división de la lucha y que hoy se enfrentan al Estado. Lo que le hicieron a Serge, lo que le hicieron a todos los heridos y detenidos, no hay manera de que lo dejemos pasar.
Con esta perspectiva llamamos a continuar las acciones para reforzar el movimiento y a dedicarlas a todos los heridos y detenidos de aquí y de otros lugares. Numerosas pancartas han florecido en las procesiones y en los muros. Los metros llevan los nombres de los heridos. Se entonan canciones. Se multiplican las ocupaciones y los sabotajes. Continuemos.
También pedimos a todas y todos los que en Francia y en el mundo se reconocen en este llamamiento que hagan de la semana del 1 de mayo una semana intensa de acciones contra el Estado y el capital: en el trabajo, en las manifestaciones, en las rotondas, en dedicatoria a todos nuestros compañeros heridos, asesinados y detenidos, aquí y en otros lugares, ayer y hoy, que no pueden participar. No en un sentido simbólico o conmemorativo, sino con el objetivo de lanzar, relanzar o continuar las luchas en las que participamos.
Porque podríamos haber sido cualquiera de nosotros los que estamos luchando, ¡TODOS SOMOS COMPAÑEROS DE S.!
¡Viva la revolución!
PD: retransmitimos en el blog lescamaradesdus.noblogs.org y en las diferentes redes, todas las iniciativas dedicadas a los heridos y detenidos que pululan por todas partes. Si queréis que retransmitamos iniciativas locales, enviadlas a s.informations@proton.me. Si alguna asamblea/grupo está pensando en poner en marcha nuevas acciones para la semana de acción y más adelante, hacédnoslo saber.
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Tercer comunicado de los padres de Serge
Los padres de Serge,
12 de abril de 2023
Traducimos y difundimos el tercer comunicado de los padres de Serge, el compañero herido gravemente en la manifestación contra los embalses de Sainte-Soline [Barbaria]
La amenaza de disolver uno de los colectivos [Les soulèvements de la terre] que convocaron una manifestación contra los embalses el 25 de marzo es una nueva ilustración del desprecio que este régimen expresa hacia cualquiera que quiera bloquear la política que está llevando al servicio de la burguesía. Se trata de dar crédito a la idea de que los miles de manifestantes presentes en Sainte-Soline eran niños sin ninguna autonomía, que llegaron allí bajo la influencia de algún poder oculto.
La amenaza de disolver las estructuras que organizan la solidaridad contra la represión es otro reflejo de este desprecio, que consiste en hacer creer a la gente que ella misma, a nivel popular, es incapaz de organizarse para defenderse.
Sin embargo, lo que ocurre hoy en Francia es todo lo contrario.
En Sainte-Soline, no había «azules» y «negros» de un lado y «familias» del otro.
Las decenas de miles de personas que participaron en esta manifestación prohibida sabían que los que tenían más movilidad formarían parte de la comitiva encargada de abrir el camino hacia la cuenca, y nadie disoció a los «no violentos» de los «violentos», a los manifestantes «buenos» de los «malos». La complicidad entre ellos era evidente. Estas decenas de miles de personas actuaron juntas, cada una según sus posibilidades, contra el modelo capitalista representado por los tanques y a pesar de las amenazas de represión del Estado. Y fueron capaces, juntos, de resistir físicamente al brazo armado del Estado.
La violencia estuvo del lado de la policía, que se ensañó con todos los manifestantes.
Los 200 heridos de Sainte-Soline —entre ellos nuestro hijo Serge y Mickaël, los más graves— no son el resultado de una «mala gestión del orden», de errores de tal o cual persona, o simplemente fruto de la casualidad. El responsable de estos 200 heridos es un Estado cuyo único objetivo, en el periodo actual, es poner de rodillas toda protesta social para gestionar mejor la explotación del trabajo en los años venideros, ante la crisis que atraviesa el capitalismo para perpetuarse.
La represión policial y legal es omnipresente y se extiende como la miseria sobre el mundo pobre, pero no nos dejaremos encerrar en una lucha contra esta represión que monopolizaría todos nuestros espacios y nuestra visión de la vida. Porque nuestro mundo es también un mundo de lucha, y la lucha es la fiesta. La fiesta son las barbacoas de los chalecos amarillos en las rotondas; son los gritos y cantos en las manifestaciones contra la reforma de las pensiones; es la expresión creativa y colorista que pueden tener las manifestaciones de mujeres o de gays; son las huelgas o las ocupaciones en las que los trabajadores se descubren en su lugar de trabajo; son los alegres bloqueos de carreteras o de institutos…
Contra la represión, estos espacios de lucha y celebración dan testimonio de que el mundo debe cambiar de base, y de que tenemos dentro de nosotros, ahora mismo, la capacidad de lograrlo potenciándolos y ampliándolos.
No necesitamos ninguna «figura» o partido que nos muestre el camino a seguir llevándonos de la mano.
Mantendremos nuestra unidad en la misma lucha contra la ordenación del territorio capitalista, y nuestra solidaridad contra la represión. No se mata a un movimiento declarando disueltas algunas de sus estructuras o prohibiéndolas.
La disolución o las prohibiciones no cambiarán nada.
Y no cederemos a los discursos para retractarse de los partidos políticos que siguen intentando hablar en nuestro nombre cuando ya no representan gran cosa.
Debemos tener confianza en nosotros mismos para repeler la embestida del Estado policial, así como la de la extrema derecha al acecho.
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Comunicado del local «Camarade» [sobre S. y las luchas en Francia]
15 de abril
Traducimos y difundimos el comunicado del local Camarade sobre Serge, el compañero herido en la manifestación contra el megaembalse en Sainte-Soline y todavía con pronóstico reservado [Barbaria]
El local Camarade, abierto en 2017, es un espacio que defiende posiciones y propuestas para acabar con el aumento del precio de la vida y el trabajo de por vida, por la solidaridad y la autodefensa de clase, por las revueltas, por la revolución, contra la formas de división en las luchas y los movimientos, contra las categorías del poder que nos dividen en buenos y malos manifestantes, en los movimientos de lucha en Toulouse y más allá.
Serge es un miembro activo desde su apertura, una apertura que se situaba en la continuidad de una historia política de la que muchos de nosotros ya formábamos parte en ese momento. Somos viejos compañeros y amigos que nos conocimos en las luchas que han perturbado la monotonía cotidiana del aplastamiento capitalista en los últimos quince años.
La ridícula operación de demonización de Serge fue rápidamente sofocada por las decenas de testimonios que respondieron al llamamiento de los Camarades du S [Compañeros del S, juego de palabras con S. de Serge y S, la categoría de potencial terrorista con la que el Estado categoriza a Serge y miles de activistas y militantes en Francia] para decir quién es él y eso se lo agradecemos calurosamente. No podía ser de otra forma.
También agradecemos a todas las personas que cuidaron de nuestro amigo mientras los militares se quedaban esperando a que muriera.
También agradecemos a todas las personas que mostraron solidaridad, con palabras y acciones. Pronto reanudaremos las actividades del local para reunirnos y continuar la lucha.
Aprovechamos para recordar a todos los políticos que intentan capitalizar la situación de Serge que él no los quiere.
Hoy como ayer, el Estado nos hace la guerra. Desde Sainte-Soline hasta el movimiento de pensiones, pasando por los que han pasado y los que vendrán, el cerco policial es su única respuesta. Con la masacre de Sainte-Soline, el Estado ha dejado clara su intransigencia hacia todo lo que lo cuestiona y lo cuestionará.
El Estado sólo puede pensar identificando a un enemigo. Construye una identidad, ahora la «ultraizquierda». Luego hace una selección de objetivos con esta identidad, donde los criterios de pertenencia son relativamente difusos (el Ministro logró incluir en ella a la LDH [Ligue des droits de l’Homme, una asociación ciudadanista por los derechos humanos]), esperando que los círculos más alejados del punto neurálgico inicien un movimiento de retirada para dejar que la policía haga su trabajo y aplaste a los recalcitrantes. Cuando el Estado blande la amenaza de la ultraizquierda, es otra cosa lo que quiere aplastar.
Los grupos políticos que ataca no son el desbordamiento. El desbordamiento somos todos los que luchamos contra el Estado, contra la explotación, aquí y ahora. El desbordamiento es cuando no podemos aceptar parar una huelga mientras los poderosos nos escupen en la cara su desprecio por lo que somos, con o sin exigencias.
El desbordamiento es volver a casa después de la undécima manifestación organizada por los sindicatos y su instinto de derrota, con la cabeza llena de preguntas sobre el dinero que hemos perdido haciendo huelga sin tomar una parte activa en ella.
El desbordamiento es cuando, después de una tarde en los gases, bajo los porrazos y al alcance de las LBD [lanceur de balles de défense, una escopeta antidisturbios con balas no letales], las granadas ensordecedoras, las granadas de cerco y las G2ML [granada ensordecedora y de gas lacrimógeno], decimos «nunca más» y decidimos protegernos de estos asesinos servidores de la ley.
Este desbordamiento es el momento en que el movimiento adquiere una nueva dimensión. En la actualidad, muchas de sus componentes han llegado a este punto y están avanzando hacia la organización práctica para lograr victorias. Porque ese es el objetivo de una lucha. Debemos darnos los medios para ganar.
Bajo el pretexto de la vaga figura de la ultraizquierda, el Estado nos atacará en realidad a todos nosotros, a todas las prácticas que buscan la solidaridad en la lucha para plantarle cara.
La primera victoria es la unidad en la lucha, el rechazo a la división. El debate estratégico sobre la unidad se polariza entre dos posiciones. Por un lado, se nos habla de la unidad política detrás de la izquierda, lo que significa la extensión del control del movimiento por parte de los partidos y sindicatos que capitalizan nuestras luchas.
A esta unidad en la recuperación, oponemos la unidad en la lucha, mediante la extensión del movimiento en el tiempo y el espacio, mediante la construcción de un movimiento masivo, revolucionario y autónomo, para que todo el mundo viva bien.
En este sentido, hacemos un llamamiento a fortalecer la solidaridad en las manifestaciones, entre los proletarios, entre los sectores, en la huelga y en los bloqueos y en la calle, y a fortalecerla en todo el mundo, porque la situación de Serge y del movimiento actual contra el viejo mundo habla y resuena en otras partes del planeta. También nos unimos al llamamiento a protegernos de las fuerzas de policía y gendarmería.
Es por lo que nos unimos al «llamamiento a la acción» de los Compañeros del S a partir de la semana del 1º de mayo en solidaridad con Serge y con otros heridos, siempre con el mismo objetivo de continuar y reforzar las luchas y el movimiento en curso para darnos los medios para ganar.
Fuerza para Serge, viva el comunismo y la anarquía.
¡Continuaremos hasta la victoria de la Revolución mundial!
jueves, 30 de marzo de 2023
[Francia] Represión en Sainte-Soline
Comunicado de prensa sobre la situación de S., que se encuentra entre la vida y la muerte tras la represión en Sainte-Soline
El sábado 25 de marzo, nuestro compañero S. fue alcanzado en la cabeza por una granada explosiva durante la manifestación contra los embalses. A pesar de su estado crítico, la prefectura impidió intencionadamente que los servicios de urgencias intervinieran en primer lugar y que le trasladaran a una unidad de cuidados adecuada en segundo lugar. Actualmente se encuentra en reanimación neuroquirúrgica. Su pronóstico vital sigue estando comprometido.
El estallido de violencia represiva que sufrieron los manifestantes se saldó con centenares de heridos, varios de ellos con lesiones físicas graves, tal y como recogen los diversos informes disponibles. Los 30.000 manifestantes habían acudido con el objetivo de bloquear la construcción del megaembalse de Sainte-Soline, un proyecto que pretende monopolizar la gestión del agua en manos de una minoría que se beneficia de un sistema capitalista que no tiene nada más que defender salvo la muerte. La violencia del brazo armado del Estado democrático es la expresión más clara de esto.
En la etapa actual abierta por el movimiento contra la reforma de las pensiones, la policía mutila e intenta asesinar para impedir el levantamiento, y defender a la burguesía y su mundo. Pero nada debilitará nuestra determinación de poner fin a su dominio. El martes 28 de marzo y los días siguientes, reforcemos las huelgas y los bloqueos. Salgamos a la calle, por S. y por todos los heridos y encarcelados de nuestros movimientos.
Viva la revolución
Camaradas de S.
PS: Si tienes alguna información sobre las circunstancias en las que hirieron a S., ponte en contacto con nosotros en: s.informations[a]proton.me
Deseamos que este comunicado tenga la mayor difusión posible.
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Segundo comunicado de prensa sobre S.
Mientras nuestro camarada Serge lucha como un león por conservar la vida que el Estado intenta arrebatarle, asistimos a una nueva oleada de violencia, esta vez mediática, que pretende convertirle en un hombre legítimamente fusilable. A día de hoy, sigue en coma y su pronóstico es aún incierto. Nuestra solidaridad se dirige también a Mickaël y a todos aquellos que han encontrado la violencia policial en su camino.
Las palabras del poder del Estado se repiten incansablemente en los escenarios de los medios de comunicación burgueses para construir el enemigo que quieren combatir. Su cortina de humo no resistirá a las decenas de testimonios que han venido a recomponer el curso de los acontecimientos. La gendarmería utilizó granadas para dañar a los manifestantes y orquestó el fracaso de los servicios de rescate, aunque ello supusiera dejar morir a los compañeros.
Los servicios de inteligencia distribuyen el dossier de Serge a las redacciones con el fin de imponer el prisma policial para designar lo que somos. No nos entretendremos aquí desmontando cada una de las versiones policiales voluntariamente truncadas. Eso sería creer que alguna verdad sobre este tema puede existir en los arcanos de la propaganda estatal y mediática. Serge, como militante revolucionario, lleva muchos años participando con toda su voluntad en las diferentes luchas de clase que surgen contra nuestra explotación, siempre en una preocupación de ampliación, refuerzo y victorias para los proletarios.
Porque sí, no podemos resignarnos a ser aplastados.
Hacemos un llamamiento a todos los que le conocen para que digan a los que le rodean quién es. Pero recordando una cosa: Serge, en la lucha, rechaza la estrategia del poder para designar a los buenos y a los malos. Mantenemos esta línea con él.
El martes 28 de marzo, personas de todo el mundo tomaron la iniciativa de manifestar su solidaridad en el corazón del movimiento contra la reforma de las pensiones en Francia. También recibimos muchos mensajes de camaradas de otros países. Les damos las gracias de todo corazón y les invitamos a continuar y reforzar la lucha. Ya están previstas otras iniciativas y llamamos a sumarse a ellas y a multiplicarlas, sin moderación, en Francia y en el mundo.
Llamamos a la difusión masiva de este comunicado.
PD: Circulan muchos rumores sobre la salud de Serge. Por favor, no los difundan. Les mantendremos informados de la evolución de la situación.
Para contactar con nosotros: s.informations[a]proton.me
Camaradas de S.
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Comunicado de prensa de los padres de Serge (S.)
[Publicamos el comunicado de los padres de Serge, el compañero que se encuentra en grave estado de salud tras la represión de Sainte-Soline. Este texto está motivado por la campaña de descrédito que ha iniciado la prensa francesa contra él, curándose en salud frente a las posibles consecuencias de la brutal represión policial. En particular, denuncian que Serge estaría fichado por la policía desde 2010 como clase «S», por sécurité de l’État, que son los individuos vigilados por la policía sin el objetivo inmediato de su detención. Bajo esta categoría, miles de activistas y militantes anticapitalistas están en la mira del aparato del orden burgués. - Barbaria]
Nuestro hijo Serge se encuentra actualmente hospitalizado con «pronóstico vital reservado», a raíz de la herida causada por una granada GM2L, durante la manifestación del 25 de marzo de 2023 organizada en Sainte-Soline (79) contra los proyectos de embalses de riego.
Presentamos una denuncia por tentativa de homicidio, obstrucción deliberada a la llegada de los servicios de urgencia, y por violación del secreto profesional en el marco de una investigación policial, y utilización indebida de información contenida en un expediente.
A raíz de los diversos artículos aparecidos en la prensa, muchos de ellos inexactos o engañosos, queremos hacer saber que:
• Sí, Serge está en la lista «S» —como miles de activistas en la Francia actual.
• Sí, Serge ha tenido problemas judiciales —como la mayoría de las personas que luchan contra el orden establecido.
• Sí, Serge ha participado en muchos mítines anticapitalistas —como millones de jóvenes en todo el mundo que piensan que una buena revolución no estaría de más, y como los millones de trabajadores que luchan actualmente contra la reforma de las pensiones en Francia.
Consideramos que no se trata de actos criminales que mancillarían a nuestro hijo, sino que, por el contrario, estos actos le honran.
Los padres de Serge, 29 de marzo de 2023
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Para conocer algo del contexto:
(Fuente: https://illwill.com/sainte-soline)
El 25 de marzo 30.000 personas acudieron a Sainte-Soline, Francia, para protestar contra el bombeo industrial de agua subterránea para uso exclusivo de un puñado de grandes empresarios agrícolas. Hubo 200 heridos, 40 de gravedad, dos de ellos están en coma. Tras una semana de protestas contra la ley de pensiones, Macron había dado un discurso con el objetivo de sembrar el miedo, quitar apoyo popular al movimiento y echarle la culpa a los “agitadores”. Los cuerpos mutilados de los manifestantes en Sainte-Soline son consecuencia directa del discurso del presidente. Los medios difundieron comentarios de policías anónimos: ¡nunca habían visto tanta violencia! "¡Nunca había pasado antes!" “¡Es peor que los chalecos amarillos!” “Algunos vienen para matar”. La cuestión de si algunos manifestantes eran posibles “asesinos de policías” se debatió en los programas de televisión. En BFMTV admitieron que nunca se ha hallado un arma de fuego en una protesta, pero el término "asesino" se puso sobre la mesa igual. Incluso lo pronunció el Ministro del Interior. Así, se creó un enemigo: una bestia sanguinaria excluida de la comunidad humana. Luego, se anunció que "frente a la irrupción de violencia, Emmanuel Macron encarna el lado del orden”, y por eso sufrimos una lluvia de granadas policiales. Los medios no tardaron en repetir el guión de la policía: la violencia vino de ambos lados, fue un enfrentamiento “equilibrado”. 3.200 policías, un cañón de agua, dos helicópteros, vehículos blindados que disparaban granadas, drones, cuatrimotos, camiones, todo para proteger y defender un hoyo vacío, indestructible por definición. Los manifestantes en Sainte-Soline querían eludir el cerco policial y plantar sus banderas en el embalse. La policía buscó desplegar toda su fuerza y brutalidad contra los manifestantes para traumatizarlos, mutilarlos y desanimarlos. Los primeros consideraban el embalse como una metáfora del futuro al que nos ha condenado el poder; los segundos protegían un orden, un hoyo, un vacío.
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Comunicados en idioma original: camaraderevolution.org