Ser un ave enérgica y longeva viajando por la isla, subiendo o bajando viendo desde el primer desembarco hasta el buque que acaba de arrancar en cualquier oriya de esta inmensa tierra bautizada por los vencedores como esposa del descubridor. Ir y venir zigsagueando por los ríos, planear al ras de las abruptas montañas, atravesar de un tirón el desierto del sol y ver en todos lados humo de fábrica, la misma peste invadiendo comunidades, el sinsabor de la impotencia mascullada. Ser esa ave que ve la sangre salpicar, los árboles llorar, las lágrimas correr en caudal ..... mirar las palizas que empezaron hace más de 500 años... las violaciones apuñalando vidas....filas de fusilamientos para rebeladxs..... latigazos a la entrada de cuevas mineras........calcular en millones las muertes desde entonces y seguir viendo humillaciones diarias para endurecer de vidrio a lava, esos ojos de pájaro acumulando furia.
Se puede elegir a Bolivia como símbolo sin silenciar a tantísimas comunidades que en esta misma semana, esta de octubre de dos mil once, están ahí sin poder soportar otra reestructuración del capital, algún nuevo intento por convertir esa tierra donde viven en otro emprendimiento industrial, minero o forestal. En el noreste de Argentina, al sur de Chile, en la selva venezolana o en la amazonia peruana, siempre balas, celdas y alambrados.
Bolivia en esta època tiene mucho de representativo, quizá por ser el estado donde mayor cantidad de comunidades y étnias reivindican una lengua y costumbres propias, o tal vez por la desidida resistencia que esas personas arriesgan sobre el territorio que ancestralmente ocupan, o por ahí por estar en el corazón del sur de América, pero sin dudas ni casualidad, en Bolivia la opresión tiene los mismos rasgos indígenas que sus muertes. Miles marchan a pie desde el Tipnis hacia La Paz; en el camino superaron fuerzas policiales y agresiones de paramilitares cocaleros que defienden la construcción de una carretera financiada por el estado brasilero para garantizar la ruta del narcotráfico de cocaína, ese veneno que congela la alegría y aprisiona vidas, como cualquier otra droga legal o ilegal que farmacias o policias venden.
Bolivia es la mejor demostración de que el Estado no admite ninguna diversidad más que la electoral, la ley es la norma y su violencia la única legítima. Alentando para registros históricos los conteos de muertes y relatos de masacres iniciadas en 1492, aquí voy a plantear una discrepancia con cierto discurso simplista y purista ante esta fecha. Por un lado el europeo como sistema industrial sólo es entendible con los recursos minerales y vegetales sacados de estas tierras; la civilización y la esclavitud moderna llamada proletarización es el reverso de la colonización de “los pueblos bárbaros”. Por otro lado el reclamo de “devolución de tierras”, o la idea de “pueblos originarios” abandona la crítica y relega a condicion de víctima a quienes estan en la misma necesidad de lucha que todxs lxs oprimidxs. Las comunidades “indígenas” también tienen sus jerarquias, sus estructuras de poder, el machismo no es menor que la occidental ni en este territorio la opresión empezó con la corona española; el imperio Inca ha sido tan sangriento como el Azteca o el Egipcio. Y luego, a nosotrxs qué, a quien nonos reconocemos “originarix” ni “extranjerx”, ni “argentinx” ni “ciudadanx”, si esta tierra le pertenece a lxs mapuches ¿a donde vamos lxs mestizxs?. Este simplismo victimista olvida que lo único permanente es el cambio, que la humanidad es una especie nómade, mutante, híbrida, que las fronteras las imponen los Estados y las nacionalidades son para lxs conformistas.....la cultura es tan caótica como el fuego.
que viva el mestizaje, cuestionar cualquier autoridad, no olvidar a Àfrica,
y que la guerra continué hasta la liberación total
# colibrí
# 12 de Octubre de 2011, lugar desconocido.
Se puede elegir a Bolivia como símbolo sin silenciar a tantísimas comunidades que en esta misma semana, esta de octubre de dos mil once, están ahí sin poder soportar otra reestructuración del capital, algún nuevo intento por convertir esa tierra donde viven en otro emprendimiento industrial, minero o forestal. En el noreste de Argentina, al sur de Chile, en la selva venezolana o en la amazonia peruana, siempre balas, celdas y alambrados.
Bolivia en esta època tiene mucho de representativo, quizá por ser el estado donde mayor cantidad de comunidades y étnias reivindican una lengua y costumbres propias, o tal vez por la desidida resistencia que esas personas arriesgan sobre el territorio que ancestralmente ocupan, o por ahí por estar en el corazón del sur de América, pero sin dudas ni casualidad, en Bolivia la opresión tiene los mismos rasgos indígenas que sus muertes. Miles marchan a pie desde el Tipnis hacia La Paz; en el camino superaron fuerzas policiales y agresiones de paramilitares cocaleros que defienden la construcción de una carretera financiada por el estado brasilero para garantizar la ruta del narcotráfico de cocaína, ese veneno que congela la alegría y aprisiona vidas, como cualquier otra droga legal o ilegal que farmacias o policias venden.
Bolivia es la mejor demostración de que el Estado no admite ninguna diversidad más que la electoral, la ley es la norma y su violencia la única legítima. Alentando para registros históricos los conteos de muertes y relatos de masacres iniciadas en 1492, aquí voy a plantear una discrepancia con cierto discurso simplista y purista ante esta fecha. Por un lado el europeo como sistema industrial sólo es entendible con los recursos minerales y vegetales sacados de estas tierras; la civilización y la esclavitud moderna llamada proletarización es el reverso de la colonización de “los pueblos bárbaros”. Por otro lado el reclamo de “devolución de tierras”, o la idea de “pueblos originarios” abandona la crítica y relega a condicion de víctima a quienes estan en la misma necesidad de lucha que todxs lxs oprimidxs. Las comunidades “indígenas” también tienen sus jerarquias, sus estructuras de poder, el machismo no es menor que la occidental ni en este territorio la opresión empezó con la corona española; el imperio Inca ha sido tan sangriento como el Azteca o el Egipcio. Y luego, a nosotrxs qué, a quien nonos reconocemos “originarix” ni “extranjerx”, ni “argentinx” ni “ciudadanx”, si esta tierra le pertenece a lxs mapuches ¿a donde vamos lxs mestizxs?. Este simplismo victimista olvida que lo único permanente es el cambio, que la humanidad es una especie nómade, mutante, híbrida, que las fronteras las imponen los Estados y las nacionalidades son para lxs conformistas.....la cultura es tan caótica como el fuego.
que viva el mestizaje, cuestionar cualquier autoridad, no olvidar a Àfrica,
y que la guerra continué hasta la liberación total
# colibrí
# 12 de Octubre de 2011, lugar desconocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario