Compañeras y compañeros de las diferentes tendencias revolucionarias:
El Comité de la Imaginación invita a la siguiente reflexión:
Se hace tremendamente necesario que surja una producción propia de 
análisis y reflexión de los acontecimientos, de situaciones, de 
contextos. Pasan a cada momento hechos que necesitan ser aprehendidos en
 la reflexión de los distintos grupos que luchan en pos de la superación
 del Estado-Capital. Cuando estos hechos suceden, y de parte nuestra 
existe un vacío reflexivo en torno a ellos, comenzamos a separarnos cada
 vez más de una “realidad” de la cual, queramos o no, somos parte.
Nadie
 esta desvinculado de los territorios donde está inserto (ya sea local, 
 regional), puesto que el   “hacer”  
revolucionario que cada una y uno ha elegido fue determinado por la 
experiencia personal de la y los sujetos. Esa experiencia está basada (y
 seguirá estándolo) por la familia, el barrio, el colegio, la ciudad, el
 campo, la costa, el cerro, la población, la villa, el condominio, las 
amigas, los amigos, el supermercado, el trabajo, el estadio, los 
deportes, la televisión, la música, el cine, los libros, la micro, el 
paradero, el transitar, y un inmenso etcétera. Esa experiencia acumulada
 a la que todos estamos sujetos, modela nuestro pensar y las soluciones 
que le damos a los problemas. Por ello, si esa experiencia esta 
circunscrita a la experiencia común vivida en la cotidianidad y en 
relación a otros sujetos, entonces, la realidad donde actuar es esa y no
 otra.
No se trata aquí de negar realidades, solo de crear un enfoque 
general de actuación. Y tampoco, en esta instancia, explayarnos 
profundamente sobre dicho enfoque, que no es otra cosa más que un asunto
 programático. Recordamos que esto solo es una opinión del Comité en 
torno a falencias y aciertos que es posible de constatar, y que creemos 
que a través de una pequeña reflexión es posible que entre en 
circulación para un debate entre compañeras y compañeros, y sus 
círculos. Hemos de tener en claro lógicamente, que debemos “atacar” 
nuestra realidad inmediata; pensarla y con ello subvertirla (la 
dicotomía de ambas cuestiones es lejana y es hora de dejarla de lado) 
pero siempre con la perspectiva que las problemáticas que surgen tienen 
una identidad común: el capital. Cada parcela que constituye la 
totalidad capitalista, cada espacio en el que habitamos y circunscrito a
 un cierto limite, es el todo como parte. En cada espacio se 
manifiesta lo idéntico a la totalidad, el capital; en cada espacio se 
reproduce de una manera acoplada a su singularidad.
Después de esa ida por las ramas, continuamos:
La falta de análisis  en  y  sobre  el contexto social impide una clarificación sobre  el cómo actuar  o el  que hacer. 
 Existe un vacío teórico, y eso implica por correspondencia una  
práctica desorientada. Y eso se demuestra con la incapacidad de matizar 
con elementos propios las teorías y prácticas que se adquieren, copian, 
de procesos fuera de las particularidades de este territorio. Nos 
detendremos aquí por un momento.
No se trata de acusar de “europeístas” a algunos(as) y a otras (os) 
de “latinoamericanistas”. La cantidad de material practico-teórico que 
se ha producido en América, en general, y en Europa es de una inmensa 
riqueza. Las experiencias de la lucha de clases en esas dos regiones han
 llevado a procesos revolucionarios con características propias, pero 
que forman parte de la experiencia histórica del proletariado (así es, 
el proletariado aun existe, a pesar de que una y otra vez se ha 
anunciado su muerte) que busca su emancipación. Por ello, desechar la 
reflexión y la relectura de dichos materiales es una soberana 
imbecilidad. La integración de los distintos elementos que puedan 
aportar los procesos a las discusiones es una de las herramientas útiles
 de lo que se sirve el proletariado cuando lucha. Sabiendo, claro está, 
que muchas practicas de emancipación han sido llevado por sectores que 
solo buscaban el acople armónico del proletariado en el capital. 
Aun así, aquello nos sirve para saber que no hacer, 
 para identificar las premisas históricas y teóricas que han desembocado
 en errores prácticos, pero que persisten en ciertos sectores bajo esa 
cultura de la derrota (podemos extraer varios aspectos positivos del 
gobierno de allende por ejemplo, las mancomunales, los cordones 
industriales, podemos criticarlos y sacar mas cuestiones en limpio, pero
 también alejarnos de la idolatría al “compañero presidente” y ese 
pútrido pensar de que las cuestiones cambian por una voluntad política, 
desechando a la basura la evidencia que nuestra esencia alienada vuelta 
capital se ha convertido en un monstruo que nos gobierna, no la pequeña 
voluntad de otro)  Es por esto, que esa separación entre unos (europeístas) y otros (latinoamericanistas), que tanto gusta a muchas personas no tiene más sentido que el de defender la fragmentación del proletariado o las y los explotados(as).
Seguimos: como decíamos, el no dotar de análisis propios, teorías 
desarrolladas por otras(os) compañeras(os), es una evidencia de que la 
producción teórica de esta región no es fuerte. No hay que tener miedo a
 la palabra Teoría y caer en la psicosis de la intelectualidad, el 
academicismo.  Mientras la teoría sea práctica y la práctica sea teórica, dicha dicotomía entre esos dos conceptos estará superada.
 Es más, ha llegado la hora de superar esta dicotomía, preguntarnos 
incluso cuando diablos se produjo este pensamiento metafísico, dual. Y 
es que nuestra condición humana se ha creado así, y somos nosotros los 
que criticando en la práctica este sentido común de lo dual podemos 
pensar; y pensar es sentir, actuar, afectividad. Es hora de rechazar las
 separaciones en nuestro propio reflexionar como ejercicio de 
emancipación al mismo tiempo, pues cuando reflexionamos ya estamos 
cambiando lo que somos y lo que haremos.
Para ir finalizando: creemos que las tendencias revolucionarias 
honestas debemos ir desarrollando un arsenal teórico-práctico que nos 
plantee desafíos ante los embates venideros del Estado-Capital. Ya van 
pasando los años y hemos sido incapaces de poner en aprietos al sistema 
en general. Ante una panorámica que no está trayendo beneficios, sino, 
que amarguras, es necesario replantearse los horizontes de actuación y 
hacia dónde dirigir los esfuerzos. Nuevamente aseveramos que el programa
 histórico del proletariado no es otra cosa que la supresión del 
Estado-Capital, la superación de la sociedad de clases y el 
aniquilamiento del trabajo asalariado. Ese programa no dice que hacer ni
 cómo hacerlo. Este programa no hemos de entenderlo como “político”, 
sino como la realización de lo que el proletariado es. Nuevamente 
debemos aprender a pensar de otro modo, a asumir que la dirección de 
este programa es el modo en que el proletariado proyecta y realiza su 
auto-supresión. 
Solo es el horizonte desde donde situar la lucha, por 
tanto, el proceso de la experiencia se vuelve a tornar imprescindible 
para descubrir y redescubrir nuevas formas de lucha. En cada una y uno 
de los hermanos de clase está la capacidad de desarrollar las dinámicas 
propicias que permitan acercarnos cada vez más a la destrucción de este 
viejo mundo y todo el lastre que de él emana y adormece el espíritu.
Hermanas-os de clase: a producir teoría.
Hermanas-os de clase: a producir práctica.
Hermanas-os de clase: a producir pensamiento 
critico, a criticar el pensar, a concebir la critica como pensar y este 
como actuar, sentir, construir, destruir, reflexionar, analizar.
¡Viva la comuna!
Postdata: a todas y todos aquellos que pensaron que 
el sistema colapsaría por arte de magia un 21 de diciembre, les 
preguntamos: ¿Qué se siente hacer caso y ser parte de la histeria 
desatada por los medios de comunicación del Estado-Capital?
El Capitalismo y el Estado solo serán superados por la acción conjunta y
 autónoma del proletariado,única clase portadora de su propia
supresión/superación.
# Comité de la Imaginación, fines de diciembre de 2012, en el Estado chileno.
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