¡Siempre hemos tenido demasiada, por eso estamos como estamos!
¡Esa es la elemental respuesta proletaria en todas partes!
Con la democracia, como con el capitalismo, siempre nos proponen más de lo mismo. En efecto, nuestros enemigos siempre echan la culpa de nuestros males a la falta de democracia. Cuando tal diagnóstico ha sido efectuado, nosotros sabemos lo que viene: invasión militar, mucho milico y terror de Estado… para imponernos la tan cacareada democracia.
¡Es como cuando a Haití la invadieron los yanquis y los franceses para imponerle la democracia! Luego siguieron todos los otros países, grandes y chicos, en nombre de las Naciones Unidas, que de paso también le trajeron además de la democracia, el cólera…, cientos de miles de muertos…Y todavía siguen matando gente en las calles para darles todavía más democracia.
¡Cuántas veces dijeron que a Bolivia le faltaba democracia e hicieron golpe tras golpe de Estado, elecciones y circos…y siguen diciendo que le falta democracia!
Exactamente como con el capitalismo. Ya en el siglo XVI al XIX el zarismo había desarrollado el capital y, durante todo ese período, las luchas del proletariado contra el capitalismo y el Estado eran famosas en el mundo. Durante el último cuarto del siglo XIX, la bandera del socialismo revolucionario se fue imponiendo, como en otros países del mundo (México, Argentina, Francia, España…), como alternativa al capitalismo y al Estado. Fue entonces que se desarrolló contra eso la teoría contraria, la de la socialdemocracia que culpaba de todos los males no al capitalismo y la democracia, sino a la falta de capitalismo y a la falta de democracia sosteniendo que que había que realizar las "tareas democrático burguesas". Ese fue el papel de la socialdemocracia en todo el mundo, el canalizar la lucha del proletariado contra el capital, en una lucha para el desarrollo del capital y la democracia que estaban (decían) insuficientemente desarrolladas. En Rusia, ese fue el papel de las minorías y mayorías de la socialdemocracia, el canalizar la rabia proletaria, contra la explotación y la opresión, en la defensa del capital y sus tareas democráticas. Ese fue el papel del leninismo: mucho progreso del capital, mucho trabajo, mucho Estado, mucho desarrollo de las fuerzas productivas. Esas son las famosas tareas democrático burguesas que incluyeron, evidentemente, los millones de encerrados en los campos de concentración y el trabajo forzado.
¡Esa es la elemental respuesta proletaria en todas partes!
Con la democracia, como con el capitalismo, siempre nos proponen más de lo mismo. En efecto, nuestros enemigos siempre echan la culpa de nuestros males a la falta de democracia. Cuando tal diagnóstico ha sido efectuado, nosotros sabemos lo que viene: invasión militar, mucho milico y terror de Estado… para imponernos la tan cacareada democracia.
¡Es como cuando a Haití la invadieron los yanquis y los franceses para imponerle la democracia! Luego siguieron todos los otros países, grandes y chicos, en nombre de las Naciones Unidas, que de paso también le trajeron además de la democracia, el cólera…, cientos de miles de muertos…Y todavía siguen matando gente en las calles para darles todavía más democracia.
¡Cuántas veces dijeron que a Bolivia le faltaba democracia e hicieron golpe tras golpe de Estado, elecciones y circos…y siguen diciendo que le falta democracia!
Exactamente como con el capitalismo. Ya en el siglo XVI al XIX el zarismo había desarrollado el capital y, durante todo ese período, las luchas del proletariado contra el capitalismo y el Estado eran famosas en el mundo. Durante el último cuarto del siglo XIX, la bandera del socialismo revolucionario se fue imponiendo, como en otros países del mundo (México, Argentina, Francia, España…), como alternativa al capitalismo y al Estado. Fue entonces que se desarrolló contra eso la teoría contraria, la de la socialdemocracia que culpaba de todos los males no al capitalismo y la democracia, sino a la falta de capitalismo y a la falta de democracia sosteniendo que que había que realizar las "tareas democrático burguesas". Ese fue el papel de la socialdemocracia en todo el mundo, el canalizar la lucha del proletariado contra el capital, en una lucha para el desarrollo del capital y la democracia que estaban (decían) insuficientemente desarrolladas. En Rusia, ese fue el papel de las minorías y mayorías de la socialdemocracia, el canalizar la rabia proletaria, contra la explotación y la opresión, en la defensa del capital y sus tareas democráticas. Ese fue el papel del leninismo: mucho progreso del capital, mucho trabajo, mucho Estado, mucho desarrollo de las fuerzas productivas. Esas son las famosas tareas democrático burguesas que incluyeron, evidentemente, los millones de encerrados en los campos de concentración y el trabajo forzado.
¡No, no nos falta capitalismo! ¡Tampoco nos falta democracia!
¡La burguesía ya hizo todas las tareas democráticas que supuestamente debía hacer
y todas fueron en contra de nuestra clase!
¡Tenemos de más! ¡No soportamos más capital, no soportamos más democracia,
no soportamos más progreso, ni progresismos!
¡ABAJO EL CAPITAL Y TODA LA DEMOCRACIA!
¡La burguesía ya hizo todas las tareas democráticas que supuestamente debía hacer
y todas fueron en contra de nuestra clase!
¡Tenemos de más! ¡No soportamos más capital, no soportamos más democracia,
no soportamos más progreso, ni progresismos!
¡ABAJO EL CAPITAL Y TODA LA DEMOCRACIA!
# por Grupo Comunista Internacionalista, revista Comunismo nro.65
# diciembre de 2015
http://gci-icg.org/spanish/comunismo.htm
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