viernes, 29 de octubre de 2021

[Alemania] SOBRE LA CAMPAÑA DEUTSCHE WOHNEN & CO. ENTEIGNEN

[Recibimos desde Berlín extractos traducidos de un debate al interior del movimiento anarquista sobre la "expropiación" de 240 mil viviendas que se aprobó en un referéndum apoyado por el 56% de los votantes]

Nota de la traducción: El objetivo de la campaña Deutsche Wohnen & Co. enteignen(1), comúnmente abreviada como DWE, es “socializar"(2) más de 240.000 propiedades pertenecientes a las empresas inmobiliarias Deutsche Wohnen, Vonovia, Akelius, Heimstaden, Adler, Pears Global & Co., mediante un referéndum”, basándose en el artículo 15 de la constitución. El argumento es que mediante esta figura sería posible “sacar de la dinámica especulativa del mercado inmobiliario al 12% de los departamentos en Berlín” y, de esta manera, “posibilitar alquileres asequibles de forma permanente”(3).

La campaña DWE comenzó formalmente en el año 2019, pero la discusión sobre expropiación de viviendas en Berlín lleva ya muchos años. El proceso de votación se realizó el mismo día que las elecciones parlamentarias, el 26 de septiembre de 2021. A raíz de la fuerte campaña que se hizo en los meses que precedieron, aparecieron manifestaciones de algunos grupos anarquistas que reflejaron las distintas tendencias al respecto. A continuación, se seleccionaron algunos extractos de unos pocos textos para ayudar a la comprensión del arco mencionado.

1. Extractos de La expropiación de lxs propietarixs está en el camino hacia la revolución
social”
(4). Crítica a la campaña: comprar Deutsche Wohnen, anónimo (pero presuntamente de un grupo que se identifica con la corriente “anti-deutsch” de la izquierda alemana.)
https://kontrapolis.info/4395

Actualmente hay una iniciativa que nos quiere vender la compra de la corporación Deutsche Wohnen como una campaña de expropiación. Y como es tan bonito, esta campaña se hace pasar por una socialización. Esto puede verse como un divertido truco publicitario para vender mejor la campaña, pero no tiene nada que ver con la realidad. Las palabras son despojadas de su significado, el poder explosivo de estas palabras se utiliza para arrojar arena a los ojos del movimiento extraparlamentario. Se trata de una lista profana de firmas, cuyo carácter peticionario se dirige al Senado. Un senado que, bajo RGR (5) , ha desahuciado más proyectos que en mucho tiempo. Para eso no necesitamos a la CDU, al FDP o incluso a la AfD. ¿Echamos un vistazo a las llamadas empresas de vivienda socializadas anteriormente, como "Stadt und Land"? De los 1,6 millones de departamentos alquilados, poco menos de una quinta parte (!) pertenece a propietarios estatales. En otras palabras, ya están "socializados". ¿Desisten de una política de vivienda antisocial? En absoluto, pues están obligados a obtener beneficios. Y al desalojo.

La propiedad en manos del Estado no es posesión de una fuerza social revolucionaria, sino de políticos corruptos con sus limitaciones de capital, de la industria del turismo y de la construcción. Hacer pasar a la campaña y a sus creadores por radicales de izquierda es un atrevimiento para una campaña que se ajusta al Estado y hace todo menos atreverse a plantear la cuestión de la propiedad.


2. Extractos de ¡¿Adiós a DWE?! Quien tuvo razón demasiado seguido, sin tener consecuencias, está sin embargo equivocado, de los grupos Perspektive Selbstverwaltung y Atopic, y en respuesta al texto anterior.
https://kontrapolis.info/4538

Por qué aún no esperamos nada del parlamentarismo y, sin embargo, votaremos por el DWE, por qué el DWE es un proyecto socialdemócrata y, sin embargo, puede ser un paso correcto, por qué no podemos confiar en los cuadros que están detrás del DWE, sino que tenemos que mostrar nuestra propia perspectiva: de esto tratarán las próximas líneas.

Reforma frente a revolución
Muchos anarquistas tienen una relación ambivalente con las reformas y las reivindicaciones, lo que pone de manifiesto una y otra vez nuestra debilidad actual. Por un lado, predicamos una crítica radical pero a menudo abstraída de los principios de la sociedad. Esta crítica, aparte de las luchas concretas en su complejidad, suele apuntar a un futuro revolucionario. Cuando la gente nos pregunta por nuestros enfoques para resolver tal o cual problema, nos aventuramos –¡y con buenas razones!– a explicar que las cosas sólo cambiarán cuando hayamos superado el patriarcado, abolido la propiedad de los medios de producción e instalado consejos en todos los barrios. Acabar con las prisiones sólo funcionará si superamos el capitalismo. Puede que tengamos razón, pero sin una estrategia concreta, esto no nos llevará a ninguna parte. Si no podemos esbozar un camino revolucionario, sino sólo proyectarlo en el horizonte, nosotros mismos acabaremos perdiendo la fe en él. Por otro lado, esto da lugar a dos perspectivas diferentes en el movimiento anarquista y en la izquierda radical: o bien se rechazan fundamentalmente las reformas o se cae en ellas por falta de otras perspectivas. A menudo falta una relación estratégica hacia ellas. Porque la creencia ingenua en las reformas es peligrosa: cuando el Estado se acomoda a los movimientos de protesta, transformando su ira en papel, suele ser para pacificarlos. Para ello, el propio Estado puede revocarlos en cualquier momento. Sin embargo, mientras nuestras estructuras de contrapoder no estén suficientemente desarrolladas, no podremos escapar plenamente de la lógica del Estado. Si queremos una mejora real, no seguir la teoría de la miseria y no esperar a la ley natural marxista de la revolución, entonces también depende de nosotros arrancar las reformas al gobierno. No desde arriba, no con ellos, sino como concesiones a un movimiento revolucionario. Así se luchó por la jornada de 8 horas, así se luchó por el sufragio femenino. No se trata de llegar a la meta mediante reformas, como imagina la socialdemocracia. Se trata de ganar la propia fuerza, de impulsar a los poderosos ante ellos como movimiento. Se trata de conseguir éxitos reales, sin los cuales ningún movimiento sobrevive. “Por las reformas, no por el reformismo”, como escribió Thomas Giovanni.

Si DWE gana las elecciones, no se ha gana nada. El referéndum no es un “referéndum legislativo” en el que la ley se aprueba directamente. Es más bien una expresión de voluntad particularmente fuerte (6). Pero estamos seguros: no importa quién llegue al gobierno, nadie aplicará simplemente los planes de DWE. Los Verdes incluso ya lo admiten. Lo que podemos esperar en su lugar son años de tácticas dilatorias, “revisiones” legales y otras tonterías. Nadie debería ser tan ingenuo como para pensar que el éxito electoral significa que DW&Co serán de la ciudad en 2022. Pero muchos lo harán. Y en la lógica de la democracia liberal, tienen todo el derecho a hacerlo. El pueblo vota y, sin embargo, no se aplica: la ruptura de la confianza en el parlamentarismo podría ser sostenible. Aquí es donde podemos comenzar y agrandarlo. ¿Por qué no dar un ultimátum al gobierno que no aplique el referéndum? (7) ¿Por qué no anunciarlo?: si no se hacen nada en medio año, ¿habrá movilizaciones masivas, bloqueos, ocupaciones o algo parecido? Estas son las luchas concretas que necesitamos.


3. Extractos de Decir una cosa y hacer otra. En conflicto con el reformismo y sus defensorxs, distribuido en la biblioteca Kalabalika, y en respuesta al texto anterior.
https://kontrapolis.info/4738

Las reformas son instrumentos de gobierno del Estado. Se utilizan exclusivamente para mantener el poder de los gobernantes y suelen servir para pacificar las luchas o renovar las estructuras existentes. Durante siglos, este juego ha servido para mantener el poder de unos pocos, y funciona una y otra vez, en versiones siempre nuevas. En el mejor de los casos, las reformas pueden retrasar ciertos acontecimientos.

Que el DWE se vote junto con las elecciones generales encaja perfectamente. Quien apoya al DWE también dice “Sí” (8) a la lógica del parlamentarismo, quien vota a un partido también dice “Sí” a las políticas de ese partido y al dominio extranjero. Así que el significado no es sólo un llamamiento a la compra obligatoria de viviendas, sino también una afirmación de las estructuras que causaron esta mierda. Esto no es compatible con una posición que quiere abolir la dominación y el dominio extranjero.

La jornada laboral de 8 horas y el sufragio femenino se utilizan a menudo como justificación de los proyectos reformistas. Pero se luchó por estos derechos porque la gente estaba dispuesta a luchar sin concesiones y no quería ser pacificada (al menos durante un tiempo). Como, por ejemplo, las mujeres que se armaron y ocasionaron incendios a principios del siglo XX. Y claro, la jornada de 8 horas ha hecho más soportable el trabajo, pero ¿es esto lo que parece un mundo mejor? ¿Cuando la explotación se hace más soportable y se “legitima” así aún más? Tampoco significa que la gente se vuelva más revolucionaria cuando vive en condiciones más difíciles, pero sí que las reformas contribuyen fundamentalmente a la reestructuración y estabilización de las condiciones de explotación.

La estrategia, el arte de la guerra
El apoyo a los proyectos reformistas se justifica a veces como "estratégico". Se trata del lenguaje de la dominación, de los políticos, de los gestores (de izquierdas) y de los belicistas. La estrategia es un campo teórico de juegos amplio y complicado que siempre está orientado a la competencia y la manipulación.

Es una pena que las personas que entonces quieren luchar, como las que quieren luchar ahora y aún no están seguras de cómo hacerlo, tengan que abrirse paso primero a través de la ciénaga de propuestas reformistas sin sentido, como las campañas de firmas, las peticiones y las marchas. Y se vean inundados de panfletos políticos vacíos, folletos publicitarios, programas y otras promesas de salvación, haciendo que tarden años en encontrar el camino hacia las propuestas medianamente útiles, si es que no se han rendido ya para entonces.

Según autores recientes, la posición “correcta”, por ser supuestamente estratégica, resulta del hecho de que supuestamente sólo se pueden arrancar mejoras reales al Estado mediante reformas y mediante la construcción de las llamadas estructuras de contrapoder, que entonces superan con éxito la lógica del Estado. Para disimular un poco la evidente contradicción, se distingue entre las buenas reformas y el mal reformismo. Y este es también el quid de la cuestión. Están entonces a favor de las reformas, al menos a veces, y quieren superar la lógica del Estado actuando dentro de la lógica del Estado. Esto se parece entonces a suavizar las propias teoría y práctica para reproducir la política que en realidad se quiere intentar abolir. A veces parece que esta supuesta postura estratégica se adopta más bien por miedo al conflicto. Pero quien se toma en serio la lucha contra la dominación no puede evitar entrar en conflicto con ella e intensificar las enemistades concretas.

El llamado “voto estratégico” es otro simple ejemplo de cómo funciona el señuelo del cambio reformista. Por miedo al supuesto empeoramiento dentro del sistema, por ejemplo, a través de la participación en el gobierno de los partidos de derechas, el voto vuelve a ser de repente “muy importante”, y así se propaga el cuento de la eficacia de las elecciones. Pero las actitudes contrarias a la libertad ya están en todas partes en la mente de la gente, las elecciones no cambian exactamente nada. Se reproduce el cuento de hadas del chantaje burgués “quien no va a votar, vota a la derecha”, mientras que la participación en las elecciones (sea como sea) legitima el sistema de gobierno antihumano y racista en el que vivimos. Como fue dicho, el llamado voto estratégico no sólo impide algo, sino que también afirma algo.

Además, el pensamiento estratégico en relación con las personas a las que se quiere “convencer” u “organizar” implica la idea de las personas como objetos que pueden ser categorizados, contados y manipulados, es decir, una imagen cuantificada de los seres humanos.

¿Qué es el éxito?
Para lxs escritorxs, el éxito parece residir únicamente en los movimientos de masas y no en las luchas radicales que los precedieron. El éxito sólo se evalúa aquí de forma cuantitativa. Por supuesto, para que los cambios se produzcan, es necesario que los quiera el mayor número posible de personas. Pero si el mayor número posible de personas no quiere cambiar nada fundamentalmente, no habrá ningún cambio. Y quien crea que la política puede hacer algo fundamental en la dirección de la autodeterminación, se desesperará ante esta contradicción o acabará en la Realpolitik para reproducir lo existente.

DWE contribuye a la estabilización de este sistema, es un soporte publicitario del parlamentarismo y del capitalismo, porque equipara la compra con la expropiación. DWE da a la gente la sensación de que de esta manera puede cambiar las cosas. Es difícil que te engañen más que eso. Al menos en eso la política conservadora es honesta.

Todo acto autoliberador, toda acción autodeterminada es desactivada y empujada a la pasividad por la mediación de la política y la explotación espectacular. En su lugar, podríamos llenar la anarquía de contenidos realmente reales y vivos que pretendan romper con la lógica de este sistema de una vez por todas.

Propuestas para cambios reales
Una sugerencia para un cambio real es decir finalmente adiós a la lógica de la política y a la imagen cuantificada del hombre. Este paso no es fácil. Requiere valor y la capacidad de soportar un fuerte viento en contra. Requiere la valentía de enfrentarse a uno mismo en lugar de decir a los demás cómo deben actuar. Dejar de lado el fetiche del control y ser vulnerable. Quien se resiste al impulso de clasificar, organizar y controlar constantemente a las personas de alguna manera, puede centrarse en la singularidad de las personas y, a partir de ahí, intensificar las relaciones que desafían el sistema imperante. Es necesario dejar atrás el cálculo mutuo, la habitación fría de la racionalidad gobernante y técnica y en su lugar luchar por relaciones placenteras, creativas y expansivas que por su propia existencia contradicen la lógica capitalista.

Sin embargo, también se necesita el poder de muchxs, es decir, una organización. Si la libertad del individuo entre otras personas es un objetivo, entonces los proyectos e ideas comunes que contienen este objetivo son en sí mismos un método adecuado. Organizarse sin organización impide la política, así como las jerarquías de las instituciones. Es difusa y más difícil de atacar. Al prescindir de portavoces e identidades centrales, los demás también pueden adoptar ideas y acciones y desarrollar sus propias perspectivas dentro de ellas. Estos proyectos son propuestas concretas que además se viven en lugar de darse. Esto es exactamente lo que constituye una verdadera elección, la elección del comportamiento en todos los ámbitos de la vida, la constante autoorganización y el conflicto cotidiano.

Los conflictos son burdos y agotadores, y a veces es preferible evitarlos, pero sólo se puede entender, atacar y superar la dominación teniendo el valor de intensificar los conflictos. Por lo tanto, ¿qué hay de las acciones que son una expresión de nuestra autoliberación? ¿Qué tal si atacamos directamente a nuestros enemigos sin caer en sus juegos? Entonces, el primer paso es dejar de apoyar los proyectos reformistas y tomar una posición clara en contra de ellos. Lo siguiente es desarrollar la difícil tarea de una práctica que libere las propias necesidades y no se limite a proyectarlas en los demás. Entonces podré luchar junto a lxs demás sin verlxs únicamente como peones en el tablero del poder. Esta perspectiva antipolítica se centra en la calidad. La calidad de un cambio real y radical que tenga el potencial de atacar y debilitar la dominación, y no simplemente reorganizarla a todos los niveles.

¿Qué tal seducir en lugar de convencer? ¿Qué tal una vida salvaje e incontrolable de  destrucción creativa y amor desenfrenado que contagia a todxs lxs que entren en contacto con ella?


4. Extractos del texto Expropiación y revolución social, anónimo y en respuesta al texto
número 2
https://kontrapolis.info/4802

En primer lugar, la campaña fracasará. Obtendrá todos los votos que necesita y aún así fracasará. No se puede hacer nada contra esta paradoja, pues el fracaso ya está diseñado políticamente en la campaña. Los actores de la campaña no la cambiarán, tanto si ustedes votan a favor como en contra o si se la pasan por el culo.

Fracasará porque los reformistas aceptarán el argumento de las limitaciones. Este es el camino que se ha decidido y no puede tomarse de otra manera. En cuanto se sienten en las comisiones, en las mesas de negociación, los verdaderos políticos harán lo que siempre hacen: tratarán con el poder, estarán de acuerdo con su lógica de pensamiento, harán política de poder y cultivarán alianzas en el aparato y serán parte del problema, no de su solución. Venderán cada acuerdo como un éxito. Y una parte de las bases se apartará asqueada o creerá, o querrá creer, las distorsiones y mentiras. La traición política es ya inherente a esta campaña. Comienza en el nombre. Se trata de comprar y nacionalizar, no de una revolución social en la que los pobres expropien a los ricos. Es cero sobre la expropiación.

Con estas elecciones de "comprar Deutsche Wohnen" no se decide nada. Ni la gentrificación, ni la defensa de la Rigaerstraße (9), ni los procesos sociales revolucionarios. Por el contrario, la campaña impide el desarrollo de otras perspectivas si los anarquistas como ustedes no afinan sus posiciones hacia la misma. Así que para nosotros no se trata de amortiguar la campaña y su fracaso. Tampoco se trata de elegir entre la peste y el cólera, votar a favor o en contra, o nada. Se trata de poner en marcha la revolución social. No como palabras vacías y como nuevas modas. Ámsterdam, Londres, Nueva York, Barcelona, etc., demuestran que las convocatorias y las protestas masivas no son suficientes. Sin una perspectiva revolucionaria, anarquista, siempre estamos en una posición distributiva, corriendo de una defensa ante un ataque contra los pobres a la siguiente.  

¡Nos distanciamos! Nos distanciamos de una campaña de conformismo parlamentario, estatal y patrimonial que asegura que todo siga como está. Sólo queríamos dejar claro que, en cierto sentido, la campaña no debería preocuparnos. No vemos ninguna alternativa a un movimiento social revolucionario y militante anarquista en vista del desarrollo en todas las cuestiones sociales.


Notas:
(1) enteignen: expropiar
(2) vergesellschaften: socializar
(3) www.dwenteignen.de
(4) “La expropiación de los propietarios de viviendas está en el camino de la revolución social” era la consigna de la defensa de la “casa de maricas” (Tuntenhaus), situada en la calle Mainzer en 1990.
(5) RGR (rot-grün-rot o rojo-verde-rojo) hace referencia a los colores con los que se suelen identificar las coaliciones de partidos en el parlamento alemán.
(6) Volksentscheid se traduce como “decisión popular” y es una de las figuras de la democracia directa en alemania.
(7) El resultado positivo del Volksentscheid no significa que el gobierno de turno esté obligado a llevar la decisión efectivamente a cabo, sino que puede dejarlo pendiente para el mandato siguiente.
(8) El voto en la papeleta se indica haciendo una cruz en la opción “Sí” o en la opción “No”, en referencia al acuerdo de expropiar DW&Co.
(9) Rigaerstr. 94 es un Wohnprojekt (proyecto de vivienda en un edificio ocupado). Los nombres de los Wohnprojekte suelen tomar su dirección postal.

No hay comentarios: