A EXTENDER LA REVUELTA
Ante  todo hay que dejar claro que lo que se vivió en las calles el 12 de  febrero, es imposible expresarlo en palabras. La lucha callejera en  Atenas y otras ciudades griegas alcanzó un nivel de revuelta, mientras  que la rabia del pueblo estalló simultáneamente en muchísimos lugares,  haciendo así el registro de todos y cada uno de los innumerables actos  de insurrección una tarea imposible de realizar. Sin embargo,  intentaremos destacar aquí lo más importante, como lo vivimos desde las  barricadas de Atenas y como lo registraron también nuestrxs compas desde  las trincheras contrainformativas. Para una más detallada actualización  de lo ocurrido, aconsejamos leer el artículo relativo de La Rebelión de  Las Palabras.
DEBEMOS DESTRUIR LO EXISTENTE.
Atenas: Lxs jodidxs diputadxs votan “sí, a todo”, mientras que la metrópolis se prende fuego
Poco  después de medianoche, acabó la comedia burguesa en el Parlamento  griego. 199 de lxs diputadxs habían votado “sí, a todo”, aprobando así  el nuevo acuerdo con la Troika y condenando, una vez más, al pueblo a la  miseria. La maldita Prensa del régimen, propagaba sus calumnias contra  lxs anarquistas y lxs insurgentes, mientras que Alexis Tsipras,  presidente de la Coalición de la Izquierda “Radical”, denunciaba a “las  fuerzas paraestatales que quemaron la ciudad de Atenas”. Al mismo tiempo  que los lacayos del Poder, incluso los alcahuetes izquierdistas de la  democracia, denunciaban la lucha callejera, el humo negro de más de 40  edificios incendiados en la metrópolis subía hasta los cielos mandando  un mensaje de resistencia e insumisión a todo el mundo.
Syntagma: La muchedumbre tenía de todo
Según  las estimaciones, alrededor de 500.000 personas salieron a las calles  atenienses la tarde del domingo, 12 de febrero. Sin embargo, se trata de  una muchedumbre abigarrada, entre la cual se podía encontrar de todo:  patriotas izquierdistas o ultra-derechistas, un montón de estalinistas  del PAME, grupúsculos trotskistas, mucha gente de mediana edad que no  formaba parte de ningún bloque en particular, grupos de ultras de  equipos de fútbol, varios sindicatos, asambleas populares, muchxs  migrantes, jóvenes insurgentes y grupos anarquistas de acción directa  dispersos en varias partes de la plaza. Los maderos nos arrojaban gases  lacrimógenos a saco, como si fuéramos cucarachas. La gente permanecía  frente al Parlamento gritando “Maderos, ¡cerdos, asesinos!”, pero la  mayoría de ellxs no parecía tener demasiadas ganas de atacar los  antidisturbios e invadir el burdel de la democracia.
Las calles ardientes del centro de Atenas
Después  de las 19.00, en el cruce de la calle Panepistimiou y Voucourestiou, se  había levantado una gran barricada. Todo el suelo estaba lleno de  trozos de la batalla que había tenido lugar poco antes, mientras que las  tiendas en ambos lados de la calle tenían las fachadas destrozadas o  semidestruidas. Muchxs manifestantes se dirigían hacia Syntagma y otrxs  hacia el barrio de Kolonaki mientras que varixs permanecían detrás de la  barricada mirando hacía los Propileos, unos 200 metros más abajo, en la  misma calle, donde unxs 500-600 anarquistas, autónomxs, jóvenes  insurgentes y proletarixs luchaban con ferocidad contra los escuadrones  de los antidisturbios que bloqueaban el acceso a Syntagma. Las  explosiones de los molotov reforzados con dinamita y los estallidos de  las granadas de choque se escuchaban por todos lados. Las calles estaban  repletas de trozos de mármol y blanqueadas por los lacrimógenos. Poco a  poco, la info circulaba de boca en boca: se registran extensos  enfrentamientos, incendios y saqueos en todas las calles del centro,  desde Syntagma hasta Omonia, y desde la calle Solonos hasta Monastiraki.  Con todo, tener una imagen completa del motín a esas alturas era algo  imposible.
La okupada Facultad de Derecho y la juventud salvaje metropolitana
“Llamamiento  urgente: Se necesita más gente para mantener la calle Akadimias libre  de policía y garantizar la vuelta segura de lxs que están luchando en  los Propileos”. Esta fue una de los mensajes que se transmitía a través  de los megáfonos de la okupada Facultad de Derecho la tarde del domingo.  Los antidisturbios atacaban continuamente a lxs insurrectxs que  permanecían en la calle Akadimias y después de media hora consiguieron  hacerles retroceder hasta las afueras de la okupada facultad. Por más de  2 horas los cerdos tiraban gases lacrimógenos, granadas de choque,  balas de goma y piedras en contra nos, que defendíamos con todo medio  posible el edificio okupado. Unxs 200 enrabiadxs, hijxs de la juventud  salvaje que levanta su cabeza encapuchada desafiando de verdad la  autoridad de los maderos; es la misma gente que suele condenarse como  “minoría violenta” por lxs reformistas y varios tipos de reaccionarixs.  Esta “minoría”, que mete fuego en las fundaciones de la civilización  capitalista, mantuvo abierto el más importante centro de lucha, durante  los momentos más críticos de la jornada, ofreciendo refugio a lxs  manifestantes perseguidxs. Entre la gente que pasaba por la calle, hubo  varios manifestantes ancianos llevando máscaras antigás, que incitaban a  lxs jóvenes a levantarse y luchar. A pesar de la feroz represión, se  hizo más que evidente que lxs manifestantes se negaban a dejar las  calles, mientras que a muchxs de nosotrxs nos fue dada la impresión de  que hubo una aceptación rutinaria de lo que se desarrollaba frente a la  mirada de la gente: alarmas que sonaban, propiedades destruidas, tiendas  saqueadas, choques furiosos, edificios envueltos en llamas… La  okupación de la Facultad de Derecho terminó finalmente la madrugada del  lunes, 13 de febrero, a pesar de su último comunicado que explicaba la  voluntad de lxs okupas a continuarla. No obstante, la okupada Facultad  de Derecho, con todos sus aventajes y desventajas, fue durante estos  días (9-13 de febrero) un bastión del levantamiento del 12 de febrero y  parte integral de la lucha callejera.
El día después y la necesidad de extender la revuelta a nivel mundial
La  mañana del lunes, 13 de febrero, y después de muchas horas de esfuerzo,  los bomberos consiguieron apagar, finalmente, las llamas de libertad.  En total 77 manifestantes fueron arrestadxs en Atenas, y más de 50  sufrieron lesiones por las cargas policiales, y fueron hospitalizadxs.  La tarde de lunes, unxs 150 solidarixs se concentraron en los tribunales  de Evelpidon para demostrar su apoyo a lxs arrestadxs y exigir su  liberación, mientras que los arrestados del primer día de la huelga  general, 10 de febrero, fueron puestos en libertad bajo fianza. La  situación actual en Atenas parece haber vuelto a una normalidad  extremadamente frágil, una vez que el pueblo ha alcanzado sus límites de  tolerancia. El régimen capitalista en Grecia, más también en el resto  de Europa y alrededor del mundo, sabe que las llamas que se levantaron  en las calles griegas el 12 de febrero, pueden encender la mecha en  otras tierras también. Tenemos la obligación de hacer realidad esta  pesadilla del Poder, porque si no se extiende la revuelta más allá de  las fronteras estatales, no va a darnos la victoria.
En momentos  como estos, donde la Historia se devuelve a las manos de aquellxs que la  han escrito con su sudor y su sangre, la solidaridad internacional y  reciproca es más importante que nunca. Solidarizarse con la lucha en  Grecia, significa meter fuego en las infraestructuras del Estado y el  Capital, que quedan a dos pasos de tu casa.
Solidaridad internacional y explosiva entre todxs lxs oprimidxs!
Muerte a los Estados y el Capital!
# Grecia, Febrero de 2012. Autor/es desconocido/s.
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