Más de 110.000 muertos, dos millones de refugiados en países 
limítrofes, más de tres millones desplazados internamente, 130.000 
arrestados o desaparecidos, toneladas de bombas, misiles, proyectiles, 
bombas de racimo… ¡Esta es la realidad de la guerra en Siria desde hace 
dos años y medio!
Y como si esta materialización de la guerra permanente del 
capitalismo contra el proletariado no fuera suficiente, los medios de 
comunicación anunciaron el 21 de agosto pasado el “horror extremo”: Se 
utilizaron armas químicas en un suburbio de Damasco, matando a más de 
1.300 personas e hiriendo a 3.600.
Se acusa de esto al actual régimen sirio, y es verdad que esta no 
sería su primera atrocidad ya que ya ha probado de lo que es capaz en 
términos de represión. Otros acusan a grupos de “rebeldes”, o más 
precisamente yihadistas apoyados militarmente por Arabia Saudita y 
Qatar.
Nosotros, los comunistas, no queremos ocupar ningún rol en este 
debate, y menos aún colaborar de manera marginal aportando alguna teoría
 conspirativa, algo tan común actualmente en ámbitos “militantes” y de 
“ultraizquierda”. Porque fundamentalmente, sea que haya sido el régimen 
del partido Baath o su “oposición” burguesa con el apoyo de poderes 
regionales e internacionales, es en ambos casos terrorismo estatal, el 
terrorismo del Estado capitalista, que es el responsable de este 
antihumano y antiproletario gaseo, y que es responsable de esta y de 
toda guerra.
Pero hoy, cuando el capitalismo atraviesa su más aguda crisis de 
valorización desde la Segunda Masacre Mundial, su única alternativa es 
nuevamente la destrucción masiva de fuerzas productivas excedentarias 
(de mercancías en tanto que trabajo muerto, pero también de trabajo 
vivo, ¡proletarios!)… La única salida viable para el capitalismo (para 
lanzar un nuevo ciclo de valorización) es entonces, la guerra 
generalizada, la “Tercera Guerra Mundial”… Su único problema (¡que es 
uno muy grande!) es como movilizar al proletariado mundial para 
reclutarlo en cualquier campaña ideológica que justifique las masacres 
venideras.
Los tambores de guerra que suenan las potencias occidentales 
anunciando su intervención militar son parte de esta campaña ideológica.
 Especial-mente en Siria, que se encuentra en el corazón de una región 
de histórica y superlativa importancia geopolítica para los voraces 
apetitos capitalistas. Dos grandes constelaciones de Estados separan ya 
el ámbito participando de la reorganización de la región. De un lado 
están Rusia, China e Irán, que apoyan al régimen existente (¿pero hasta 
qué punto este apoyo no debilitará sus intereses regionales?), y del 
otro Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, y sus aliados regionales, 
Qatar y Arabia Saudita…
La amenaza de la intervención militar fortalece esta polarización y 
también se apoya en su análisis de la opinión pública, la propaganda 
burguesa, los “expertos” en el tema, e incluso los grupos y las 
organizaciones que reivindican la revolución social, la lucha 
anticapitalista, la insurrección proletaria, la lucha por el comunismo 
y/o la anarquía, todos ellos repitiendo ad nauseam desde hace dos años que los eventos en Siria no son más que una guerra por procuración (entre estos Estados que mencionamos antes), o al menos una guerra civil
 entre dos campos burgueses (con el apoyo entre los mismos poderes): el 
régimen Baath contra la “oposición democrática” (que en algunos casos es
 reducida a su más simple expresión yihadista)…
Sin embargo, esta versión y forma de aprehender la historia, y por 
ende, de los hechos que ocurren frente a nuestros ojos, aunque cubre una
 parte de la realidad inmediata, pura y simplemente elimina otro aspecto
 de esta cuestión social en movimiento, que es esencial para nosotros 
los comunistas: la lucha de clases que ha disparado lo que
 venía ocurriendo hasta ahora. En marzo de 2011, un significativo 
movimiento de lucha, comenzó un levantamiento de naturaleza proletaria 
contra la pobreza, contra la suba de precios, contra el desempleo, 
contra las drásticas medidas de austeridad impuestas durante la década 
previa en Siria, contra la represión… Desde el comienzo, proletarios han
 tratado de ir más allá de la espontaneidad del movimiento, se formaron 
algunas estructuras de lucha, en medio de otros cientos de comités 
coordinadores (Tansiqyat) que tratan de responder de manera 
práctica a las necesidades de la lucha, su organización sobre el 
terreno, su coordinación, su centralización, su consolidación, su 
ramificación, y su autodefensa, aunque desarrollan niveles algo 
contradictorios de radicalismo en relación a las perspectivos. Muy 
rápidamente también el movimiento de nuestra clase contrarrestó el 
terror estatal con acción directa, promoviendo el derrotismo dentro de 
los aparatos centrales represivos…
Debido a la falta de desarrollo de perspectivas, debido a la falta de
 dirección revolucionaria, y bajo la influencia de la dirección dada por
 diversas facciones burguesas, que tratan de lograr sus propios 
intereses mediante la lucha proletaria, esta lucha de clases, esta 
guerra de clases, se convierte parcialmente en una lucha interburguesa, 
en una guerra civil y en una guerra por procuración. Esto de ninguna 
manera nos distrae de la importancia fundamental de la naturaleza 
proletaria del movimiento. Siempre y en todos lados cuando las clases 
antagonistas se enfrentan, las facciones burguesas se unen temporalmente
 contra un enemigo común o continúan enfrentándose entre sí, de manera 
que solo un polo contrarrevolucionario emerge, capaz de derrotar a la 
única clase históricamente capaz de terminar con esta vieja pesadilla 
que es el capitalismo (como lo intentó en la Comuna de París, en Rusia, 
Alemania, España). En todos lados y siempre en esta misma historia, 
“potencias extranjeras” intervienen tanto para suprimir directamente el 
movimiento de nuestra clase (operaciones de los gendarmes 
internacionales) o para apoyar a un campo burgués contra otro (la 
“Guerra Civil Rusa” entre 1918 y 1921 donde varias potencias 
occidentales apoyaron a los “blancos” contra los “rojos”) o incluso al 
pelear una guerra por procuración (España durante 1936-39)… Y seguirá 
siendo así en todos los futuros conflictos que se den mundialmente y que
 intentarán poner en llamas este mundo de valor hasta darlo por muerto 
violentamente por la fuerza de la revolución social.
Volvamos a Siria y recordemos lo que escribimos hace seis meses en otro material: “no
 hay duda que los bombardeos sobre las ciudades y las masacres masivas, 
el terrible estado de represión y su militarización, representa un 
persistente acoso que busca reclutar proletarios en lucha (…) para una u
 otra facción, oponiéndose entre ellas en la tentativa por conquistar el
 poder y dirigir el antagonismo social. La totalidad de los poderes 
estatales regionales e internacionales (…) empuja a la confrontación de 
clases hacia la militarización, de forma que el proletariado pierda sus 
propias dinámicas de subversión de este mundo miserable, privando al 
proletariado de su autonomía de clase… El tercer campo en Siria (así es 
como se ha llamado al proletariado que se opone a ambos polos de la 
contrarrevolución) está camino a la ruina y a ser reclutado si no 
quiebra el aislamiento al que ha sido empujado, si el contenido 
universal de esta lucha (el cual emerge en todas las luchas de nuestra 
clase) no es puesto en frente, si rápidamente no encuentra eco a sus 
luchas, si una nueva fuente de hostilidad insurreccional no se 
desarrolla por todas partes de modo que no haya nunca más un minuto de 
descanso para la voraz burguesía…”
Cada momento de lucha y subversión de las relaciones sociales en la 
historia tiene sus propias dinámicas, que, de no crecer, de no 
expandirse, comienzan a esfumarse para finalmente para finalmente 
desvanecerse. Ciertamente desde hace dos años y medio, las dinámicas del
 movimiento de lucha de nuestra clase en Siria se van evaporando, por 
una parte debido a los simultáneos empujones de bombas, muertes, 
masacres, encarcelamientos, y por otro lado, debido a la acción de 
varias políticas reformistas que usan al proletariado como carne de 
cañón en la guerra interburguesa, pero también debido a la influencia de
 las tendencias yihadistas que están convirtiendo a la guerra de clase 
en una guerra sectaria, a pesar de la fuerte resistencia proletaria.
Esta resistencia del proletariado hacia las varias facciones 
yihadistas que intentan apropiarse de nuestra lucha y que intentan 
forzar un retorno de la ley y el orden (en tanto que moral y ley 
religiosa) en las “zonas liberadas”, continúa expresándose en la últimas
 semanas a través de una serie de acciones que la prensa burguesa 
obviamente ignoró.
En Raqqa, por ejemplo, que se encuentra en medio de fuertes luchas 
contra el ejército sirio, una continua protesta contra los arrestos de 
proletarios hechos por el grupo yihadista “Jabhat al-Nusra” se viene desarrollando desde junio. Las mujeres gritan: “¡Debería darles vergüenza! Nos traicionan en nombre del Islam”. A través de agosto, los residentes de al-Raqqa protestan casi diariamente contra el “Estado Islámico de Iraq y Levante”
 demandando la liberación de cientos de prisioneros, secuestrados y 
personas desaparecidas. De la misma forma en Alepo, los proletarios 
lanzan la campaña “¡Basta es Basta!”, llamando al fin de los 
abusos cometidos por los grupos armados. Algunas de estas expresiones 
obviamente abandonaron el terreno de clase y ya no expresan su propósito
 original de defensa y protección de las protestas diarias contra el 
régimen y contra la represión, sino que comenzaron a utilizar la 
violencia sin ningún criterio de clase. Se realizaron manifestaciones 
frente a la “Tribunal Islámico” en Alepo luego de que un niño 
fuera asesinado por supuestamente insultar al profeta Mahoma. Entre las 
consignas de los manifestantes se escuchaban cosas como: “El comité Islámico se ha convertido en la Inteligencia de la Fuerza Aérea”
 en referencia a la brutal rama del régimen, cuyas cámaras de tortura 
han alojado a miles de proletarios. En Idlib ocurren también protestas 
contra el comité Islámico local.
¡A todos los proletarios en lucha en Siria!
Finalmente, queremos avisar a los proletarios en lucha en Siria que 
se encuentran de rodillas sufriendo bombardeos y masacres orquestados 
por el régimen actual, y que continúan teniendo ilusiones acerca de una 
intervención de la “comunidad internacional” (que es un eufemismo para 
referirse a una banda de gangsters capitalistas), que piden por 
bombardeos al régimen o porque se declare una “zona sin vuelos”… Nada 
podemos esperar de un poder estatal, todos los estados han luchado 
siempre por la supresión de las revueltas proletarias. Sea en Indochina o
 Argelia durante los 50 o en Vietnam después, los ejércitos franceses y 
americanos dejaron los campos con miles de muertos. Sea en Iraq, 
Somalia, Yugoslavia, Afganistán o recientemente Libia, tanto con el 
pretexto de la “Guerra contra el terror” como con la “ayuda 
humanitaria”, la agenda imperialista no significa otra cosa que la 
reorganización de la explotación y el reemplazo de un dictador por otro o
 por una agrupación de más presentables y respetables torturadores… No, 
no hay nada que esperar en el desarrollo de nuestras luchas si elegimos 
un mal menor frente a otro mayor.
¡A todos los proletarios en lucha en Siria!
En el comienzo, los proletarios en Siria se rebelaron contra la 
miseria y la represión impuesta por una facción burguesa particular 
(Baath). Pero demasiados proletarios se han convertido en auxiliares de 
otra facción burguesa en el trascurso de la guerra, en el lado del 
nacionalismo y el sectarismo. Les dicen y les hacen creer que esta 
guerra contra Assad no es como otras. Todos los representantes del 
frente “anti-Assad” susurran a los proletarios que pospongan el ataque 
contra el capitalismo y las relaciones sociales actuales hasta que el 
demoníaco Assad sea derrotado. Aceptando esto, no expresan la vida de su
 clase, sino su muerte. Sus aliados ya no son los proletarios, los 
explotados, sino la burguesía. Apoyar al frente de unidad significa 
pelear por alguien más, y ser un representante del nacionalismo y el 
sectarismo.
La perspectiva de un ataque contra la miseria y el desangramiento 
capitalista en esta guerra, que nunca fue tan imperiosa, depende de la 
habilidad para hacer aparente la frontera que existe entre la acción y 
la necesidad del proletariado por un lado, y la burguesía con su 
dictadura democrática por el otro. No señalar esta frontera significa 
subestimar el rol histórico del proletariado, pero particularmente es 
fallar en asumir el funda-mental rol de la vanguardia en la lucha. El 
Capital es la guerra y la guerra es el Capital. En guerra como en la 
paz, aún hay ganancia capitalista, explotadores y explotados.
¡Rechazar todo frente de unidad en favor de una u otra facción 
burguesa! Parar esta guerra entre aparatos militares burgueses. Apuntar 
las armas contra “tus” oficiales, tiburones políticos, ase-sores 
militares extranjeros y jefes capitalistas de “tu propio” campo. Seamos 
vanguardia y mostremos a los proletarios que usan uniforme en las filas 
de Assad que solo existe una unidad, la de los explotados de todo el 
mundo contra las fronteras artificiales del Capital. Expandamos los 
métodos de la acción de clase más allá del frente de batalla para 
unirnos con los soldados “enemigos” y ejecutar a los carniceros 
imperialistas que lucran con esta tragedia humana.
Más que nunca reafirmamos nuestro apoyo a los proletarios en lucha
 en Siria, como en cualquier rincón del mundo, Turquía, Brasil, Egipto, 
Túnez, Colombia, Chile…
Llamamos a los proletarios a denunciar la intervención militar que
 se prepara y a oponerse a ella fuertemente mediante la acción directa, 
el sabotaje y la huelga general insurreccional.
Vengan de donde vengan, aviones y buques, misiles y gas, detrás de
 ellos siempre hay hombres y mujeres que tienen que producirlos, 
transportarlos y distribuirlos. Sólo los proletarios en lucha pueden y 
deben para la maquinaria de guerra.
Desarrollemos nuevos caldos de cultivo de lucha proletaria, 
consolidemos los que ya existen, apliquemos la huelga a los ejércitos, 
fábricas, minas, oficinas, escuelas, y en todos lados en donde se sufra 
la explotación de este mundo de muerte y explotación.
Contra “nuestra” burguesía y contra “nuestro” Estado belicista, en
 los Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, Irán, Turquía, 
Siria… organicemos y desarrollemos el derrotismo revolucionario.
“Con humos nos emborrachan
Los reyes y los déspotas
¡Fraternidad entre soldados
Para las guerras acabar!
Si estos caníbales se empeñan
En tener soldados leales
Sabrán que nuestras balas matan
A nuestros propios generales”
Los reyes y los déspotas
¡Fraternidad entre soldados
Para las guerras acabar!
Si estos caníbales se empeñan
En tener soldados leales
Sabrán que nuestras balas matan
A nuestros propios generales”
(La Internacional)
# Tridni Valka (Guerra de Clases)
# Septiembre 2013
http://autistici.org/tridnivalka/
tridnivalka@yahoo.com
tridnivalka@yahoo.com
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