Boletín La Oveja Negra
Rosario, 1° de agosto de 2020. Panfleto repartido el 1° de agosto en el corte del puente Rosario-Victoria contra las quemas en las islas
Hoy, es 1 de agosto, algunas compañeras y compañeros no están acá porque en la plaza Sarmiento se está realizando una actividad a tres años de la desaparición y posterior asesinato del compañero Santiago Maldonado.
Hoy nosotros estamos acá, cortando una ruta para que el humedal deje de arder. Hace tres años Santiago estaba en el Sur cortando otra ruta junto a los mapuches para recuperar su territorio. El sábado pasado y el anterior, gendarmería dejó prácticamente vía libre para que algunos camioneros nos atropellen y golpeen, la misma fuerza armada que asesinó a Santiago, la que hace unos años invadió la ciudad con la excusa del narcotráfico. Otra rama del mismo brazo armado de los poderosos es la que hoy tiene a Facundo Castro desaparecido.
Quizás eso lo entendimos, por eso hablamos de no delegar nuestro cuidado a los gendarmes, de no quedarnos tranquilos y hacer una barricada más grande, pero quizás seguimos tropezando con la misma piedra: dialogar con quienes son parte del problema. Es cierto, estamos acá para algo que no es apagar el fuego objetivamente, si no estaríamos del otro lado del río. Pero algunos desconfiamos y marcamos los límites de la legalidad y de las palabras de quienes gobiernan, los de ayer y los de hoy.
Depende cuál sea el conflicto que se atraviese y el descontento social, serán menos o más hostiles, pero jamás dejarán de defender los intereses de los ricos, de los terratenientes, esos que hoy están quemando las islas, esos que ayer construyeron este puente de mierda sobre el que estamos parados y se cagaron en todo, en quienes viven hace más de cien años en el Remanso Valerio, en toda la flora y fauna que hay, o mejor dicho había, en el humedal. “Hay que progresar” dicen algunos, y se van a justificar en que sirvió de conexión, para esto y lo otro. Lo mismo van a hacer el año que viene cuando concesionen el nuevo dragado del río: “vamos a poder exportar más toneladas” dirán. Y es cierto, conecta y se podrá exporta más… ¿Y? ¿Quién se beneficia con esto? ¿Quiénes son los que analizan qué conviene y qué no? ¿Quiénes firman estos acuerdos? ¿Quiénes hicieron vista gorda o formaron parte del negocio cuando se loteó “Los Marinos” frente a La Fluvial? Que no nos sorprenda una copia de Nordelta en un tiempo.
¿Podrán o querrán, mejor dicho, las gobernaciones detener las quemas? ¿Cómo detener las quemas sin detener la producción ganadera? No es por tercos, si a algo venimos acá no es a pelearnos entre quienes queremos que el fuego en las islas pare. Revisamos distintos proyectos que hay para la “ley de humedales”, y nos encontramos con que ninguno podrá literalmente apagar el fuego. En cambio, dicen que se usarán los humedales de forma sustentable, algunas zonas estarán protegidas, y en caso del no cumplimiento: multas, suspensión, cese de la actividad, etc. Y no es que seamos especialistas en leyes, es que ninguna ley podrá apagar un incendio que es causado por la sed de ganar dinero, que es la misma que arruina cada rincón del planeta. Existe ya el artículo 41 de la Constitución Nacional, el Convenio Ramsar aprobado en el año 1991 a través de la sanción de la Ley 23.919, también la ley 26.562 ¿por qué otra ley garantizaría que este modelo productivo no avance sobre nuestro medio? ¿Tantas vueltas hay que darle para entender que esto destruye la vida?
Ahora, mientras codo a codo nos hermanamos en la lucha, podemos también pensar que si no cambia todo no cambia nada, que si queman las islas, o el amazonas, o nos fumigan, es por la insaciable necesidad de ganar dinero de unos pocos. Porque la naturaleza, y nosotros los seres humanos como parte de ella, es vista como mercancía. Y es a este mundo de las mercancías al que debemos derribar.
viernes, 28 de agosto de 2020
[Argentina] Aquí y ahora la lucha continúa
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario