lunes, 18 de marzo de 2013

Comunicado de acciones anarquistas en Barcelona y respuesta a los nihilistas

Con este comunicado, queremos reivindicar las siguientes acciones, como parte de una lucha por la destrucción del Estado, el Capital, el patriarcado y todo sistema de dominación, una lucha para la creación libre de relaciones voluntarias y solidarias a nivel global y a nivel local; en otras palabras, una lucha por la anarquía.

5 de enero, por la noche, contamos un cuento a un niño sobre los maquis y la lucha anarquista contra Franco y contra la democracia.
13 de enero, cocinamos una comida saludable para una compañera que tiene una enfermedad crónica.
17 de enero, escribimos una carta a un compañero encarcelado por participar en un disturbio.
12 de febrero, cuidamos del niño de unos amigos quienes padecen precariedad económica y la obligación impuesta del trabajo asalariado.
16 de febrero, hablamos abiertamente con nuestros vecinos acerca de la necesidad de quemar bancos y atacar a la policía para realizar nuestros sueños.
19 de febrero, dijimos a algunos activistas de izquierda que los encapuchados no eran policías infiltrados sino que éramos nosotros, y que era necesario y bueno encapucharse y tomar las calles por la fuerza.
28 de febrero, regalamos verduras de nuestro huerto a amigos y vecinos, sin dinero ni intercambio.

¿Por qué reivindicamos estas acciones? En los últimos meses, también hemos cruzado contenedores, quemado bancos, herido periodistas, roto los cristales de comercios y atacado a la policía.

Para nosotros, los ataques contra el sistema son esenciales en nuestra lucha. Pero nos hemos engañado a nosotros mismos. Una lucha no consiste solo en ataques. Los ataques NO son más importantes que la necesidad de cuidarnos, de mantener y difundir nuestra historia colectiva, de crear relaciones basadas en el regalo, la solidaridad y la reciprocidad, de imaginar nuevos mundos y nuevas luchas, de confrontar nuestro aislamiento y de establecer relaciones subversivas y honestas con gente fuera del guetto categórico y político en el cual el Espectáculo nos esconde.

Se vuelve evidente que hemos perdido varias veces en el pasado, y que lo más duro de todo es la fractura histórica y la pérdida de nuestra memoria de lucha; es tener que empezar de cero. La hiperalienación, contra la cual el nihilismo es la respuesta lógica, no es más que el resultado de la derrota en luchas pasadas. Nos encontramos en una totalidad que hay que destruir, solo porque no queda nada de lo que construimos en el pasado. Para no perder todo cada vez que nos sublevamos, tenemos que sostenernos, no como individuos aislados sino como una comuna, como una lucha colectiva y multigeneracional. Y esto no se puede conseguir a través de una priorización exclusiva de los ataques.

La jerarquía de tácticas perteneciente a la izquierda fue mínimamente transformada dentro del nihilismo: cogieron la punta de lanza, las acciones supuestamente más importantes, como las únicas que importaban, y se olvidaron de las demás.

Esto es una visión patriarcal y contraproducente. Esto es el olvido de todas las acciones—primero invisibilizadas por el patriarcado, después por el capitalismo, y por último por la izquierda supuestamente anticapitalista—que son necesarias para la vida y también para la lucha. La táctica más agresiva solo tiene sentido y tiene la posibilidad de ser sostenida dentro de un complejo de acciones de todo tipo siempre que sean libertarias y directas.

Al no entender que luchar significa llevar con nosotros un nuevo mundo que está esperando nacer en las cenizas del sistema de dominación, nos transformamos en meras armas contra el capitalismo, en herramientas dedicadas a destruir, sin las otras cosas que los humanos necesitamos para vivir y luchar. Es el capitalismo que quiere tratarnos como herramientas. Nosotros no deberíamos hacer lo mismo.

La verdad es que nos entusiasma enterarnos de los ataques de los nihilistas y de otros compañeros. Conocemos muy bien que la valentía y la rabia son dos de los elementos más importantes para rebelarse. Específicamente en Barcelona, nos pareció un error que en el último año fueron realizados menos ataques ilegales mientras aparecieron más oportunidades de participar en espacios amplios. Naturalmente, el aumento de ataques—llevados a cabo por nihilistas y por compañeros más bien “sociales”—nos gustó. Y a un nivel global, nos reímos cuando nos enteramos del balazo en la rodilla al director de la central nuclear Ansaldo en Italia y estuvimos inspirados a leer cartas de compañeros (nihilistas y otros) encarcelados en Grecia quienes no se han rendido al miedo.

Pero demasiadas veces hemos visto compañeros quienes, partiendo de la desesperación, la impaciencia, y la alienación, se lanzaron descuidadamente a la guerra contra el Estado que todos nosotros vivimos diariamente. Ellos siempre acabaron muertos o en prisión, y a menudo en menos de un año. ¬¿Y después que pasó? Los compañeros que sobrevivimos, hicimos todo lo que pudimos para apoyarnos y apoyar a los presos, para no olvidar a los asesinados, para no dejar que ganase la represión, para no perder todo nuestra fuerza y no permitir una fractura histórica que nos quitaría nuestra memoria colectiva de lucha.

Pero poco a poco esta memoria se está perdiendo, y cada cuatro años aparece un nuevo grupo que descuida las otras tareas de la lucha para dedicarse solamente a la destrucción de nuestro enemigo común. Y cuando les apoyamos pero también les criticamos o incluso a veces sin tan siquiera criticarles nos llaman cobardes por dedicarnos a otras tareas (aunque también participemos en los disturbios o en acciones nocturnas), por discrepar con ellos ideológicamente y por no glorificar su grupo o su federación informal.

Ellos no saben cuántas veces ya han perdido porque una tarea que descuidan es la transmisión de la memoria. [1] En vez de una memoria profunda, viva y estratégica, solo tienen sus martirologías. Y entonces tenemos que presenciar cómo nuestros amigos y compañeros se convierten en símbolos—y al final en armas—de la ideología. Algunos de los compañeros muertos sí que eran nihilistas. Pero dentro de la martirología nihilista también se recuperan compañeros que no pertenecieron ni a una banda ni a otra o quienes pertenecieron claramente a la otra banda en esa división estúpida entre “sociales” y “antisociales” (como Lambras Foundas). Sus nombres e imágenes son usados para animar a ataques, a la destrucción total, sin parar a reflexionar sobre sus errores o los verdaderos proyectos y deseos que estos compañeros tenían cuando estaban vivos.

Queda claro que tenemos que luchar lo cual conlleva posibilidades de muerte o prisión. Pero no significa que tengamos que celebrar la muerte o la prisión. El suicidio también es una forma de resistencia, pero no es revolucionario.

Queda claro que tenemos que recordar nuestros muertos y prisioneros, pero no significa convertirles en mártires o en héroes.

En conclusión, queremos criticar el estado actual de la literatura anarquista, tal y como está basada desproporcionadamente en comunicados superficiales que carecen de contexto, análisis y reflexión, y que sólo valorizan los ataques y no las otras tareas que tenemos que llevar a cabo para mantenernos vivos y fuertes.

Por supuesto, esto nos ayuda a enterarnos de las acciones clandestinas habidas por otros compañeros. Nos da fuerzas y alegría leer que algún símbolo de poder ha sido quebrado o quemado. Pero es mucho más útil pensar (y escribir) acerca de estrategias de conflictividad, de acuerdo con cada momento y lugar, en vez de fomentar la visión cuantitativa de la lucha.
Rechazamos convertir nuestra rebelión en una ecuación matemática para medir nuestra rabia: cuantos más golpes e incendios produzcamos, más fuertes seremos; cuanto mayor sea el daño económico, más potente será la acción. Es el pensamiento de un economista, de un general o de un idiota.

Por todos estos motivos, decidimos escribir este comunicado para reivindicar una serie de acciones que consideramos igual de importantes como los ataques en la situación actual. Son acciones que hacemos cada semana, normalmente sin pensarlo dos veces ni publicarlo en internet. Las publicamos ahora para visibilizar una preocupación personal y una debilidad generalizada a lo largo del espacio anarquista.

CONTRA LOS COMUNICADOS!
POR LA ANARQUÍA Y TODAS LAS TAREAS DE LA LUCHA!

 
[nota 1: por ejemplo, “tampoco recordamos el pasado, porque lo odiamos... destruimos el presente.” desde el comunicado de “Anarquistas Nihilistas” de Barcelona, 25 de abril 2012]


# Barcelona, Marzo de 2013. Autor desconocido.

viernes, 8 de marzo de 2013

A propósito de Chávez: El peligro que la socialdemocracia siga vaciando de contenido al proletariado

"El mayor triunfo de la burguesía es haber hecho creer que lo que había en Rusia era Socialismo"....dice un libro por ahí...Ahora leo como "libertarios" nos hacen creer que lo que había en Venezuela era una "revolución"...cuando no era más que reformismo socialdemócrata...humanitario, tierno, ok; pero no socialismo ni menos apuntar a aquello. El verdadero infiltrado son los socialdemócratas que pululan por ahí, dejando el manto de confusión en pos de sumar militantes y vender una linda ideología.
 
Desde que se acabo esa gran farsa de la Unión Soviética a comienzos de los 90s, se inicio al mismo tiempo un dominio ideológico total del capitalismo expresado en la práctica de los sectores que potencialmente portan la crítica a lo existente. Curiosamente este dominio ideológico se sustentaba en gran parte por la “cultura” que había creado la socialdemocracia durante décadas. Transformar en ideología al pensamiento revolucionario llevo a un pantano que aun mantiene a varios sectores que pretenden destruir el capitalismo en un delirio esquizoide y melancólico. El leninismo fue la ideología que recayó sobre el pensamiento revolucionario, amputándole su capacidad de desarrollarse como critica a la separación, a la petrificación de las posibilidades humanas como realización de un todo y no especializaciones; a concebir la existencia como devenir en el que lo que es y no “son” al mismo tiempo y dan vida a la historia…mas allá de las dicotomías que cercenan lo existente en invenciones del tipo “alma”, “cuerpo”, “razón”, “irracionalidad”, etc. etc.

El pensamiento fue lisiado y mandado a rehabilitación, a un centro del cual no podía escapar. El dominio de la ideología, leninista para ser mas específicos, llevo a que una vez caído el muro las preguntas volvieran a ser las incorrectas…las que precisamente esta ideología daba la solución en tanto dogma: las masas debían ser inyectadas de conciencia revolucionaria, el estado como ente separado y hasta neutral debía ayudar a acabar con el capitalismo, se mantuvo la separación entre producción de mercancías y autogestión (su unidad es la critica a la ley del valor, algo imposible para la ideología, el pensamiento de lo separado) y claro; la necesidad de un líder que desde afuera, dentro, da igual, dijera el camino a seguir. Como vemos, la búsqueda seguía siendo la separación. La búsqueda seguía siendo una ideología.
No vamos a profundizar sobre esto pues da para otra reflexión, pero quedo claro que en el corazón de muchos estaba interiorizada la idea es esperar un salvador, cual cristiano espera su mesías. Durante mucho tiempo se recupero los escritos radicales que precisamente indicaban que nos estábamos haciendo mal las preguntas y que debíamos desocultar al pensamiento y tomar nuestro destino en nuestras manos. No inventar nada, simplemente recuperar lo perdido. Aun así la región latinoamericana en el siglo XXI sufrió una oleada de socialdemocracia seudo renovada.

Esto pareció calmar el corazón de quienes desesperadamente buscaban una ideología que les hiciera pensar con fe en el futuro, suponiendo que el mesías ya había sido encontrado. Diversos gobernantes lograron lo que puede considerarse más despreciable de cualquier proletario: amar a quien lo gobierna. Aquí es donde viene lo mas importante: tal cual la lógica de conmigo/contra mi, la critica a estos gobiernos parecía una apología al capitalismo. Digamos, por parte de las maquinarias de dichos gobiernos.
Si bien todo este escrito surge a propósito de la muerte de Hugo Chávez y como lo ocurrido en Venezuela se replica seductoramente en varios países, aquí no vamos a apuntar a dichos gobernantes “progresistas” por aquello, aquí nos interesa desmitificar que lo que allá y en otras partes se estaba haciendo era una REVOLUCION.

Esperamos que todo lo mencionado no ponga histéricos a sus defensores pues lo que queremos criticar aquí es el peligro de la re-apropiación de conceptos y realidades por la socialdemocracia. Es fundamental no confundir los conceptos, las categorías, las realidades que ocurrían y que se denominaban de formas que vaciaban de contenido al pensamiento revolucionario. Sin entrar en datos, no podemos negar que estos gobiernos ayudaron a los más desposeídos, dándoles una vida digna. Pero los comunistas queremos acabar con el capitalismo en tanto DESHUMANIZA. Los pobres con más posesiones y salud, trabajo y esas cosas seguían siendo una mercancía. La deshumanización no es solo vivir en un sector “malo”, es la conversión de la vida a una cosa. Y eso seguía ocurriendo.

Para destruir la realidad necesitamos conceptualizarla, analizarla, actuar sobre ella. Lo que importa es que tengamos la capacidad de ser críticos pero con la intención de desmitificar. Con la intención de que el proletariado no se confunda aun más y la tarea de la burguesía ahora sea llevada a cabo por nosotros. Una revolución es imposible si no experimentamos la deshumanización de ser mercancías.Y para ello no solo requerimos “leer”, sino evitar ser convencidos que no somos mercancías cuando aun domina la ley del valor, evitar creer que por que el Estado nacionaliza algo, entonces esto nos pertenece a todos. Comprender que estatizar no es “lo común”. Sobre lo que pueda ocurrir en esos países es otra cosa. Lo que importa y repetimos, es evitar que cuestiones como lucha de clases, dictadura del proletariado, mercancía, Estado; sean comprendidos y por tanto vividos de una forma que les quita todo el contenido negativo que poseen.
Y eso, compañeros, es una tarea de todos quienes abogamos por el comunismo y la anarquía. No nos interesa “tirarnos” contra un gobierno o pelear contra sus defensores. Pero si levantar la voz ante la falsificación de lo que el proletariado en su ser social esta destinado a hacer.
Repetimos: debemos recuperar los elementos claves que constituyen este ser del proletariado y evitar que se le quite su contenido negativo, de destrucción a las determinaciones del capital. No nos interesa en competir con tal o cual país o con tal o cual ideología sobre si es lindo o no lo que se hace aquí o allá.
Entonces como se titula este colgado, debemos actuar frente al pensamiento separado, la apropiacion socialdemocrata de la realidad contradictoria. Que digan que es un reformismo humanista, pero cuando se usa lucha de clases para mencionar cualquier cosa, o que estatizar es revolucionario, entonces hay que actuar. No somos quienes para decir el verdadero significado de un concepto, pero si discutir que aquel (la categoria, el concepto) en tanto expresion de una relacion social se refiere a cuestiones como proletariado contra bloques de poder, proletariado como todos los que valorian el valor, la necesidad de abolir la ley del valor y no caer an fantasias de autogestion, etc.

PD: Hemos leído una declaración de unos “anarquistas chilenos” que realmente nos deja estupefactos. Una ocasión más para romper con los socialdemócratas y los falsos críticos. (*)

PD2: Si quiere mas análisis de lo que pasa en Venezuela, aquí no lo encontrara. No nos interesa lo concreto de cada país que esta sujeto a cualquier elección de gobernante. Nos interesa la raíz de todo el asunto que va mas allá de un país y un apellido, algo que tiene que ver con una estrategia global de la socialdemocracia.


# Por N.A.C, región chilena, 8 de Marzo de 2013

(*) los autores de este texto quizás pueda referirse a ese nauseabundo artículo: http://periodico-solidaridad.blogspot.com.ar/2013/03/reflexiones-libertarias-sobre-la-muerte.html